San Gabriel, hace cincuenta
años, se mostraba como una ciudad íntima
y única, de casas blancas y acogedoras, rodeada
de campos y lomas siempre verdes; fue y es conocida
como la ciudad de Los Arrayanes, de Paluz y del
Salado; de la Gruta de La Paz, de Chilgual y Miraflores.
Así era nuestro pueblo, donde sus barrios,
desde El Alpargate, El Guagua Muerto, hasta el encopetado
Santa Clara, se disputaban la supremacía
en las mingas y en toda actividad que resaltaba
el patriotismo”.
Esta es la sensible introducción
de Hugo R. Bastidas a la reseña histórica
del Deportivo San Gabriel, que continúa no
menos sentimental y orgullosa: “En ese San
Gabriel del sábado bullanguero, en ese San
Gabriel del poncho y del sombrero, de los cuyes
y la seis y la una; en ese nuestro terruño
de poetas, de cantores y mingueros, en esa tan cariñosamente
llamada nuestra tierra, un tres de mayo de 1955,
un puñado de jóvenes, deportistas
unos, otros no, deseosos de colaborar con el engrandecimiento
de su pueblo, organizan el Club Deportivo San Gabriel”.
Uno de los principales objetivos de esta naciente
institución fue practicar y estimular el
deporte, sin descuidar el área cultural y
social. En esta perspectiva, fue el básquet
la primera actividad que impulsó el Club
San Gabriel.
Un quinteto arrollador El color
distintivo del quinteto sangabrieleño fue
por mucho tiempo el blanco, por esta razón
se los denominó ‘Los Palomos’.
Y, a decir de la gente, ¡qué equipo
que era! Raúl y Edmundo Oña Montenegro,
Luis Montenegro Navarrete, Pepe Ruano Delgado, Edmundo
Aristizábal Agreda, Germán Chamorro
Cevallos, fueron los primeros ‘Palomos’,
los de la hazaña y la gloria; después
se sumarían Luis Cobo, Pedro Guerra Luna,
Víctor Hugo Castillo, Luis Pazos Chamorro,
Jacinto Landázuri Soto, Oswaldo Bermeo R.,
Rodrigo Espinoza, Hugo Bastidas Chamorro, entre
otros, también unos genios para la canasta
y los rebotes. Y si los hombres destacaban en el
básquet, las mujeres no quisieron quedarse
atrás y también conformaron el equipo
femenino.
Los dos quintetos mantuvieron
la supremacía cantonal y en el norte del
país por mucho tiempo, gracias al cariño
hacia el Club y a su pueblo, y a la dedicación
desinteresada de sus diferentes directivas. Y se
armó el poderoso equipo de fútbol...
Entre 1958 y 1959, el Club organizó su equipo
de fútbol, que logró sonados triunfos,
tanto a nivel local como provincial.
Los aguerridos sangrabrieleños
incluso jugaron internacionalmente: memorable fue
el cotejo amistoso frente al Chocó de Pasto,
en el Estadio Municipal de Pasto, Colombia. Entre
otras figuras, aquel equipo estuvo conformado por
Marco Revelo, Manolo Pozo, Rigo Mora, Leopoldo Padilla,
Emilio Prado, Medardo Vásquez, Campo Jaramillo,
José Benavides, Vicente Padilla, Julio Montenegro,
Fernando Aldás, Nelson Jurado y Hugo Bastidas,
quienes consiguieron un histórico empate
a tres goles, luego de ir perdiendo el cotejo, al
finalizar el primer tiempo, dos a uno.
Nuevamente, hay que destacar
el trabajo de la directiva de aquellos años,
que fue artífice fundamental para que la
hinchada del Deportivo San Gabriel crezca día
a día: Jorge Encalada, Wilson Mera (el Gordo),
Nelson Muñoz (Carihuairazo), Luis Pazos (el
Ñato), Vicente Vinuesa (el Loco) y Raúl
Revelo. Hasta nuestros días, el poderío
del Deportivo es muy conocido en el norte del país,
y qué hablar de los clásicos frentes
a los equipos de Tulcán... verdaderos duelos
a muerte...
Los ‘caballitos de acero’
también formaron parte del Club Desde 1966
- 1997, el Club Deportivo San Gabriel tuvo entre
sus miembros activos a ciclista como Guillermo Utreras,
Luis Dacha Calle y Carlos Padilla Córdova,
el que más tarde ocupó los primeros
lugares entre los ciclista de la provincia y el
país; Padilla, además, destacó
en el ámbito internacional, auspiciado por
el Club sangabrieleño. El ámbito social
y cultural nunca es descuidado Hugo R. Bastidas
destaca de esta manera el trabajo del Club en las
áreas social y cultural: “Dignas de
recordarse son las participaciones, tal vez, únicas,
en la temporada de Inocentes, donde el humor y lo
festivo coronaban los festejos de año viejo;
la imaginación, la creatividad, se ponían
a punto; la sátira, la crítica constructiva,
la fabricación de muñecos, las leyendas
y los testamentos eran festejados y aplaudidos por
el pueblo”. Bastidas continúa este
simpática reseña:
“Especial atención
merecen los programas que, año a año,
por fiestas aniversarias organizaba el Club, con
la sana intención de estar más en
contacto con la gente y de hacerlos divertir: la
Serenata a los Barrios, la Maratón Atlética,
la elección de la Srta. Deportivo San Gabriel,
los juegos populares, los festivales de música,
el despliegue de juegos pirotécnicos, las
audiciones radiales, los bailes, las kermeses...”
El Deportivo San Gabriel en Quito Un grupo de sangabrieleños,
socios del Deportivo San Gabriel que residen en
la capital de los ecuatorianos, comprometidos profundamente
con el trabajo colectivo para desarrollar acciones
de carácter social, cultural y deportivo,
decidieron continuar en Quito la trayectoria organizacional
de la histórica institución. La idea
surgió en el año de 1990 y ya tiene
15 años de existencia y trabajo.
Este ha sido un breve vistazo
a más de 50 años de historia de este
popular club. Bodas de Oro no se cumplen todos los
días, y menos aún se las encuentra
en plena vigencia de sus ideales y propósitos:
contribuir con el desarrollo de su pueblo natal
en todos los ámbitos de la vida.
El periódico OPCIÓN
felicita al Club Social, Cultural y Deportivo San
Gabriel en su medio siglo de aniversario, y agradece
la información recopilada de la revista ’50
años de Gloria y Tradición’,
editada por el Tcrnl. E. M. Ramiro Aldás
Morán.
También hace extensivo
su agradecimiento al Sr. Leopoldo Padilla, por las
facilidades de comunicación interinstitucional
para tal propósito. Volvamos, otra vez, a
las palabra de Hugo R, Bastidas, como epílogo
de estos primeros 50 años de vida del Club
Deportivo San Gabriel: “Mucho tiempo ha pasado
desde entonces; hemos cambiado en apariencia física,
pero seguimos siendo los mismos sangabrieleños
querendones de su terruño, con alto espíritu
de colaboración y solidaridad; somos de una
tierra donde la amistad es lo primero, donde el
vivir en sociedad es algo muy propio del montufareño,
ello justifica el apelativo tan conocidos por todos...
El ‘Rebaño’ se desbandó,
unos salieron en busca de bienestar económico,
otros por mejorar su salud, otros para brindar a
sus hijos una educación acorde a las exigencias
contemporáneas...
En fin, amigos todos, en nuestras
manos y nuestras voluntad de darnos a los demás,
está el futuro del Club; el aporte y la colaboración,
sea en lo deportivo, social o cultural, deben ser
firmes, permanentes y, en especial, alejados de
ambiciones personales y de intereses figurativos”.