MUNDO

¡No matarás!

En EEUU el gobierno y sectores de poder hablan y actúan en función de la muerte. Tal como Pat Robertson sugiere asesinar al presidente venezolano, Hugo Chávez, el presidente George Bush no tiene problema en dejar morir a su propio pueblo, gran parte del cual es pobre y desprotegido.

 
Por: José Villarroel Yanchapaxi

Pat Robertson insta asesinar a Hugo Chávez

En los EEUU, perjurar a nombre de Dios significa ir a la cárcel. El Presidente electo jura su cargo con la mano sobre la Biblia, las monedas de EEUU llevan un lema: In God we trust “En Dios confiamos” y las sesiones del Tribunal Supremo se inician con la invocación: “Dios bendiga a América y a este Tribunal Supremo”.

Pat Robertson, presidente de la Cadena de Emisoras Cristianas en Estados Unidos, la Christian Broadcasting Netwok, y aspirante republicano a la presidencia de EE UU en 1988, instó al gobierno de Bush a asesinar al Presidente venezolano Hugo Chávez en su programa “El Club 700” que actualmente se emite en todo el territorio estadounidense y a cerca de 180 países en más de 70 idiomas.

"Si él cree que estamos tratando de asesinarlo, pienso que nosotros realmente tenemos que ir adelante y hacerlo”, dijo en su show emitido en vivo por la CBN desde su sede en Virginia Beach. Lamentó que durante un breve y fallido golpe de estado contra Chávez intentado en abril de 2002, EEUU no hiciera nada efectivo para ayudar a derrocarlo. “Chávez ha destruido la economía venezolana y está tratando de constituirse en una cabeza de puente para la infiltración comunista y del extremismo musulmán en el continente. Tenemos la capacidad de eliminarlo y creo que llegó el momento de ejercer esa capacidad. No necesitamos otra guerra de 200 mil millones de dólares para deshacernos de un dictador autoritario. Es mucho más fácil encargar a un agente clandestino hacer la tarea y terminar con el problema".

El multimillonario Robertson (el libro: “La mejor democracia que el dinero puede comprar”, de Greg Palast, señala que su fortuna asciende a más de 160 millones de euros y a más de 800 millones si se suman todos los activos de sus empresas), es un conocido fascista, miembro del ala radical republicana de Washington e íntimo de la familia Bush y del vicepresidente Dick Cheney. Ha trabajado para los servicios de inteligencia dirigidos por John Negroponte y Kart Rove, para llevar a cabo operaciones contra los movimientos progresistas en Estados Unidos y en países de Sur América, por tanto, sus declaraciones no deben subestimarse porque son millares de fanáticos sus seguidores en la región. En 1992, por ejemplo, describió el feminismo como un "movimiento socialista contrario a la familia, que estimula a las mujeres a abandonar sus maridos, matar a sus hijos, practicar la brujería, destruir el capitalismo y a convertirse en lesbianas”. Tras los atentados del 11-S, Robertson se alineó con la opinión de otro cristiano ultraconservador, Jerry Falwell, cuando éste declaró que los ataques habían sido un castigo divino por la propagación en EE UU de "paganos, abortistas, feministas, gays, lesbianas y organizaciones liberales de toda índole".

El Departamento de Estado expresó que los comentarios del pastor pertenecen a una “persona particular” (si alguien de cualquier gobierno habría hecho tales afirmaciones en relación al Presidente de los EEUU, seguro habría sido calificado de terrorista) debido a que la Casa Blanca está consciente de la importancia electoral de los predicadores, que manejan cerca de 1000 millones de dólares y a millones de votantes, y dio por terminado el asunto.


Indolencia de Bush ante efectos de Katrina

¡Ay de aquel pueblo cuyo mayor enemigo es quien lo gobierna! No hay peor desgracia para un país que un gobernante que se cree elegido por Dios y se autodenomina: “El Presidente de la Guerra” y que parece haber olvidado uno de los mandamientos de la ley de Dios: “No matarás”, que en los momentos en que su pueblo lo requiere responde con indolencia, incapacidad, desidia y racismo, secundado por su madre Bárbara Bush, que declaró refiriéndose a las víctimas del huracán Katrina en New Orleans: “Esos pobres miserables e indigentes, ahora por lo menos tienen agua y comida”.

¿Cómo pudo el gobierno del supuesto protector del mundo, que envía transbordadores espaciales, demostrar falta de preparación para enfrentar una crisis tan ampliamente pronosticada? ¿Quiénes son los responsables de los saqueos y la anarquía imperante en New Orleans? ¿Dónde estaban los expertos en seguridad y desastres naturales? ¿Dónde estaba el líder del mundo, el ungido de dios? Como no podía ser de otra manera, al igual que el 11 de Septiembre cuando lo de las torres gemelas, estaba de vacaciones en su rancho de Texas.

Bush tardó 24 horas en pronunciar su primer discurso sobre las trágicas consecuencias del huracán. Cuando finalmente habló, se refirió a Irak (la muerte de 1.000 peregrinos shiítas por un pánico colectivo, sobre un puente).

“Aquí están los sectores más pobres y nadie se está ocupando de ellos. No hay saqueadores. Se trata de gente desesperada que tiene hambre", gritó un camarógrafo de una cadena de televisión.

El norteamericano Michael Moore, en su libro: “Estúpidos hombres blancos” anota: “Entre los países más industrializados del mundo somos número uno en: gasto militar, en muertes por arma de fuego, en emisiones de dióxido de carbono (superamos a Australia, Brasil, Canadá, Francia, India, Indonesia, Alemania, Italia, México y el Reino Unidos juntos), en producción de residuos peligrosos (unas veinte veces más que nuestro competidor más próximo, Alemania), en violaciones (casi tres veces más que nuestro inmediato competidor, Canadá), en número de muertos por accidentes de carretera (casi el doble de Canadá), en cantidad de ejecuciones registradas por delitos antes de cumplir la mayoría de edad, en muertes de niños menores de 15 años por arma de fuego, en habernos convertido en la primera sociedad en la historia cuyo colectivo más pobre son los niños, en ratificación del menor número de tratados internacionales sobre derechos humanos”.

Otra vez, el imperialismo, la doble moral religiosa y la ley del talión de los norteamericanos, la misma que movilizara a miles y miles de soldados (la mayoría de ellos latinos y sin papeles) para invadir y asesinar a personas inocentes en Irak, la misma que motivó a Pat Robertson a aconsejar a Bush que mate a Hugo Chávez, se ha puesto de manifiesto. En contraste, Chávez ha donado un millón de dólares destinados a las víctimas y generosamente el Presidente de Cuba, Fidel Castro, ofreció enviar un contingente de más de 1200 médicos a la zona del desastre, dándole una lección de verdadera calidad humana. La respuesta a esta negligencia está en la falta de recursos destinados a la guerra en Irak o al Plan Colombia, al mantenimiento de numerosas bases norteamericanas en todo el planeta, a la carrera armamentista y a los programas espaciales.

Es al genocida George W. Bush (que se negó a ratificar el Protocolo de Kioto de 1977, firmado por 178 países para frenar el calentamiento global y rechazó el acuerdo internacional para reforzar el tratado de 1972 que prohíbe la guerra bacteriológica) que los ciudadanos de los estados de la Florida, Louisiana. Mississipi y Alabama (en su mayoría afroamericanos que viven por debajo de la línea de pobreza) deben responsabilizar por los más de 10000 muertos provocados por la catástrofe.