La 'Hoja de ruta': Ganando
tiempo
Graham Usher*
12 de mayo de 2003. Al Ahram Weekly,
8 a 14 de mayo de 2003, núm. 637. Traducción: Paloma
Valverde y Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Parece y suena como
si se abriera una nueva era. No lo es. Desde que se publicó
la 'Hoja de ruta' el pasado 30 de abril, el ejército israelí
ha asesinado a 20 palestinos (y, quizá a un periodista
británico) en los Territorios Ocupados, incluyendo a 13
en un solo ataque en la ciudad de Gaza el pasado 1 de mayo."
Una semana después de hacerse pública, la "Hoja
de ruta para la paz" ha comenzado a trabarse en los contornos
del conflicto palestino-israelí, a menos en el nivel de
la diplomacia. El 4 y 5 de mayo el enviado de EEUU William Burns
se reunió con el primer ministro Mahmud Abbas [Abu
Mazen] -y no, significativamente, con el presidente de la
Autoridad Palestina (AP)- para preparar el terreno ante la visita
de su jefe, el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, a
finales de esta semana.
Los dos primeros ministros (Sharon y Abbas) han expresado
su deseo de reunirse lo más pronto posible, habiendo reiterado
Sharon su conocido mantra de que está preparado
para hacer "dolorosas concesiones" a favor de la paz
y urgiendo Abbas a Israel para que adopte oficialmente la hoja
de ruta para que los palestinos puedan abandonar la "Intifada
armada" a favor de negociaciones pacíficas [1]
.
Parece y suena como [si se abriera] una nueva era. No lo es.
Desde que se publicó la "Hoja de ruta" el pasado
30 de abril, el ejército israelí ha asesinado a
20 palestinos (y, quizá a un periodista británico)
en los Territorios Ocupados (TTOO), incluyendo a 13 en un solo
ataque en la ciudad de Gaza el pasado 1 de mayo. El 5 de mayo,
un israelí fue asesinado y otros dos resultaron heridos
en una emboscada en Cisjordania reivindicada por la rama militar
"no oficial" de Fatah, las Brigadas de al-Aqsa.
Tampoco existen indicios de que Israel haya aceptado la "Hoja
de ruta" "tal cual", según lo exigido por
los palestinos. En una entrevista en Radio Israel en el día
de la conmemoración de los 55 años de independencia
de Israel [Al Nakba, para los palestinos][2], Sharon
declaró que "Israel sigue insistiendo y sitúa
como condición para continuar el proceso" una renuncia
sin fisuras por parte palestina al derecho al retorno de los
refugiados. Condición que ningún dirigente palestino
-nuevo o viejo, reformado o no- podría aprobar. Y Abbas
lo sabe. "Este es uno de los sueños de Israel",
manifestó Abbas el 4 de mayo. "Nosotros rechazamos
absolutamente renunciar al derecho al retorno como precondición
para que Israel apruebe la 'Hoja de ruta'". La cuestión
de los refugiados "deberá verse en las negociaciones
del estatuto final", que, de acuerdo con la "Hoja de
ruta", deberían recomenzar después del establecimiento
de un Estado palestino "provisional" en 2004 y no antes.
Igualmente, Sharon declaró que antes de ser presentado
a su gobierno, se volverán a discutir con Washington "las
quince cuestiones [de la "Hoja de ruta"] que Israel
ve con reservas". Prioritariamente, entre ellas, la relativa
a la insistencia israelí de que el proceso avance secuencialmente
en lugar de paralelamente, asumiendo la AP la responsabilidad
de "desmantelar las organizaciones terroristas" en
las Áreas Palestinas antes de que Israel lleve a cabo
ninguna acción como la retirada [de su ejército]
de las ciudades palestinas, congelar los asentamientos o aminorar
los cierres. Israel no tolerará un alto el fuego palestino
-ha advertido Sharon- si ello es visto como un ardid que permita
a las milicias palestinas rearmarse y repostar sus filas con
el fin de prepararse para una nueva lucha.
Abbas quiere un alto el fuego. Aunque ha prometido poner fin
al "caos de las armas" en las áreas palestinas
prefiere que ello sea fruto del consenso y no de la confrontación.
Es muy consciente de que ahora la AP no dispone ni del poder
ni de la legitimidad para cargar contra las milicias por la fuerza
[3].
'Dos percepciones'
"Hay dos percepciones", explicó el portavoz
de la AP Ahmed Qurei tras su reunión con Bruns el pasado
5 de mayo: "la percepción israelí que es un
llamamiento a una guerra civil (palestina) y una percepción
palestina basada en el diálogo y en el interés
nacional palestino".
Para alcanzar tan elevado objetivo, Abbas ha enviado a su
nuevo ministro de Seguridad, Mohamed Dahlan [4], para
mantener conversaciones con la oposición palestina incluyendo
a Hamas y a la Yihad islámica. Además, existen
rumores de que pronto se celebrará otra ronda de conversaciones
entre facciones palestinas en El Cairo. La última ronda
de conversaciones, celebrada en enero, se basó en la propuesta
de Abbas y de los egipcios de que los palestinos declararan un
alto el fuego unilateral [5]. Pocos esperan que esta vez
el resultado sea distinto, sea cual sea el aleccionador impacto
de la guerra contra Iraq sobre las facciones y de la nueva presión
que EEUU está lanzado sobre Siria para que termine con
su apoyo a grupos como Hamás y la Yihad islámica
[6]. "No se puede decir a la gente que mantenga
un alto el fuego a menos que vean que los israelíes vayan
a hacer lo mismo. Y no se les puede obligar a hacerlo a menos
que los israelíes les permitan reconstruir sus fuerzas
de seguridad", manifestó el 6 de mayo el diputado
y ministro de Relaciones Exteriores Nabil Sha'ath.
¿Desearán las fuerzas estadounidenses esta reciprocidad
[en el alto el fuego]? Depende sobretodo de la visita de Powell.
Su emisario apeló a Israel para que "tomara medidas
reales para disminuir el sufrimiento de los palestinos que viven
bajo la ocupación, detener los asentamientos y renovar
un sentido de la dignidad y de la esperanza". Pero advirtió
a los palestinos "no hay absolutamente ningún cambio
en la decisión de luchar contra el terrorismo y la violencia";
en relación con el derecho al retorno, el 4 de mayo manifestó
a Sharon que "es una cuestión entre vosotros y ellos".
Tales ecuanimidades -dicen los palestinos- hacen el
juego a Sharon. Creen que de momento la táctica preferida
por el dirigente israelí será la de no actuar,
consciente de que cualquier acción sobre el tema de la
congelación de los asentamientos no sólo choca
con su propia ideología sino además con la mayor
parte de su gobierno, incluyendo a su propio partido del Likud.
Además, tiene otras razones para dejar las cosas para
más adelante.
La dimisión de Mitzna
El 4 de mayo, Avram Mitzna [7] dimitió como
líder del partido laborista, apenas tres meses después
de que sufriera su peor derrota electoral. Esto significa que
el partido laborista necesitará a corto plazo un líder
temporal y a largo plazo nuevas elecciones primarias. El candidato
favorito para ocupar la primera posición es el ex ministro
de Asuntos Exteriores, Simon Peres. Para el segundo puesto un
contrincante importante será probablemente el ministro
de Defensa Benjamín Ben Eliezer. Ambos buscan volver a
llevar al partido laborista a su incorporación a un gobierno
de unidad nacional con el Likud.
En teoría, la vuelta del partido Laborista daría
a Sharon la mayoría que necesita para hacerle frente a
la derecha y para hacer las "dolorosas concesiones"
en aras de [lograr] la paz. En la práctica, le daría
el tiempo que necesita para enterrar la "Hoja de ruta"-de
la misma manera que enterró con éxito el Informe
Mitchell, el Plan Tenet [8] y los Acuerdos
de Oslo en los que se basa [la "Hoja de ruta"].
Notas de CSCAweb:
1. Véase en CSCAweb: Remodelando Oriente Medio: el modelo
'cambio de régimen' en Iraq aplicado a Palestina
2. Véase en CSCAweb: Refugiados palestinos:
El desalojo sionista de Palestina
3. Véase en CSCAweb: Graham Usher: El imposible
alto el fuego
4. Véase en CSCAweb: Ali Abunimah: Dos artículos sobre
las 'reformas' palestinas. ¿Quiénes son estos hombres
que venden Palestina a precio de saldo ? y ¿Por qué
Israel está tan excitado respecto al 'primer ministro'
Abu Mazen?
5. Véase en CSCAweb: Amira Howeidy: Dirigir
la Intifada
6. Véase en CSCAweb: Remodelando Oriente Medio: el modelo
'cambio de régimen' en Iraq aplicado a Palestina
7. Véase en CSCAweb: Amram Mitzna, el nuevo caballero andante
de la izquierda israelí
8. Véase en CSCAweb: 'Documento Tenet':
la CIA impone a la AP e Israel un plan de seguridad para poner
fin a la Intifada
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