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Palestina


* Rashid Khalidi, palestino, es profesor de Historia de Oriente Medio y director del Center for International Studies en la Universidad de Chicago. Khalidi fue asesor de la delegación palestina en la Conferencia de Madrid (1991) y en las primeras negociaciones árabe-israelíes de Washington. Este artículo ha sido difundido en www.thenation.com

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¿'Hoja de ruta' o ruta hacia la muerte?

Rashid Khalidi*

26 de mayo de 2003. The Nation, 22 de mayo de 2003
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

"He aquí que la 'Hoja de ruta' es el más imperfecto de todos los planes. La "Hoja de ruta" desaprovecha una oportunidad para poner fin a este conflicto al cometer el fallo de no centrarse en la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental, a punto de cumplir los 37 años, ni en los asentamientos israelíes, que apuntalan esa ocupación. En su lugar se concentra en la violencia palestina y en como combatirla, como si no tuviera un origen y como si, porque fuera a interrumpirse, la situación de la ocupación y los asentamientos fueran normales. Esto es un reflejo del papel preponderante de EEUU en el diseño de este documento."

No habiendo aprendido nada aparentemente del colapso de las pasadas experiencias, los principales diseñadores estadounidenses de la "Hoja de ruta" [1] han incluido varias características que casi garantizan su fracaso. Una es la ausencia de un calendario prefijado. Así, cada una de las partes -en la práctica, la israelí, si el pasado sirve de indicador- pueden detener los avances entre fase y fase y dentro de cada una de ellas. Otra característica es que se añaden fases transitorias a un proceso que ya es de por si prolongado. Ello significa, en la práctica, el aplazamiento de los más difíciles aspectos de la resolución del conflicto -la negociación de cuestiones como los asentamientos, la soberanía, Jerusalén y los refugiados- hasta una tercera fase que, si la práctica del pasado sirve de guía, significa, indefinidamente.

La teoría de los acuerdos transitorios, tan querida de los "elaboradores de paz" pro-israelíes de las Administraciones de Bush padre y Clinton, debería haber sido enterrada definitivamente, tras el espectacular fracaso del enfoque de Madrid y Oslo, que contó con acuerdos transitorios por fases [2]. Sin embargo, en la "Hoja de ruta" se vuelve a resucitar esa teoría, en forma de propuesta gratuita de "un Estado independiente palestino con fronteras y atributos de soberanía provisionales". Si el plan llega tan lejos, será una receta segura para el desacuerdo sin fin, que será explotado por Israel para procurar ganar más tiempo manteniendo indefinidamente la esencia de la ocupación militar y la mayoría de los asentamientos en funcionamiento, y para restringir el control palestino a la menor porción posible de los Territorios Ocupados (TTOO) -el 40% de Cisjordania, si Ariel Sharon se sale con la suya.

El plan más imperfecto

He aquí que la "Hoja de ruta" es el más imperfecto [de todos los planes]. La "Hoja de ruta" desaprovecha una oportunidad para poner fin a este conflicto al cometer el fallo de no centrarse en la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental, a punto de cumplir los 37 años, ni en los asentamientos israelíes, que apuntalan esa ocupación. En su lugar, se concentra en la violencia palestina y en cómo combatirla -como si no tuviera un origen y como si, porque fuera a interrumpirse, la situación de la ocupación y los asentamientos fueran normales. Esto es un reflejo del papel preponderante de EEUU en el diseño de este documento. Es también un signo de por qué probablemente fracasará ya que los representantes de Washington tienen una fijación obsesiva con la violencia palestina como si fuese la raíz de todos los problemas entre palestinos e israelíes.
Esta obsesión ha conducido a que los estadounidenses se centren en cambios cosméticos en la dirección palestina, como la designación de Mahmud Abbas (Abu Mazen) como primer ministro [3]. Es imposible que su nuevo gobierno pueda tener éxito en reducir la violencia palestina sin que retroceda el apogeo de la colonización y sin que se afloje el estrangulamiento de la ocupación.

Pero no es probable que eso ocurra pues la obsesión de la Administración Bush con la violencia palestina [que llega] hasta la exclusión de todo lo demás dará como resultado probablemente la continuación de un sesgo a favor de la interpretación de la "Hoja de ruta" que hacen Sharon y el Likud. Desde esa interpretación, antes de que se le exija a Israel que haga nada, los servicios de seguridad palestinos, destripados tras dos años de inmisericordes ataques israelíes, deben ser reconstruidos por quien ha sido elegido por Abu Mazen para dirigirlos, Muhamed Dahlan y, tras ello, debe librar una guerra implacable contra las facciones palestinas que atacan a las fuerzas de ocupación israelíes y a los colonos dentro de los TTOO así como a civiles del interior de Israel.

Los palestinos denuncian que ello significa comenzar una guerra civil palestina antes de que haya ninguna indicación de que el gobierno de Sharon -dominado por duros partidarios de la extensión de los asentamientos y de la continua represión contra los palestinos- vayan a hacer nada de lo que les corresponde. Nominalmente, la "Hoja de ruta" exige que ambas partes lleven a cabo pasos simultáneamente: la acción palestina contra las facciones militantes debe llevarse a cabo a la par que Israel desmantele los asentamientos y libere su control sobre los más de tres millones de personas de los TTOO -que han vivido durante la mayor parte de los dos últimos años bajo el cierre, los toques de queda y la amenaza constante de los ataques israelíes.

Pero con los neoconservadores de Washington en la cumbre, con el Pentágono habiendo asumido muchas de las responsabilidades del Departamento de Estado y de la CIA, con la Administración Bush en campaña [electoral] y con el lobby israelí flexionando sus músculos grotescamente desarrollados, pocas dudas puede haber sobre qué interpretación de la "Hoja de ruta" prevalecerá en Washington. Todo lo que resta es esperar precisamente a ver cómo esta joven paloma se convierte en la 'ruta' hacia la muerte y lo que ese acontecimiento anunciará.

Si los partidarios de Sharon que dominan la Administración Bush siguen imponiéndose como lo han estado haciendo en casi todos los enfrentamientos [que ha habido en] Washington desde septiembre de 2001, no solo fracasará este intento -como ellos y Sharon desean- sino que se culpará a los palestinos del fracaso. Indudablemente, seguirá produciéndose la suficiente violencia palestina como para justificarlo [el fracaso] aunque palidecerá junto a la rutinaria y mecanizada violencia de la ocupación. Además de la brutalidad cotidiana de un ejército extranjero que controla y niega los derechos de una población civil mientras se roban sus tierras en beneficio de los colonos, la fuerza se ha utilizado indiscriminadamente en áreas densamente pobladas con el fin de aplastar la resistencia palestina; según las palabras del General Moshe Ya'alon, el jefe del Estado Mayor del ejército israelí: "hay que hacer entender a los palestinos hasta en lo más recóndito de su conciencia que son un pueblo derrotado".

Doble rasero mediático

Probablemente, Israel puede seguir confiando en el doble rasero de la prensa estadounidense, por el cual los civiles palestinos asesinados en bloque en barrios urbanos por armas de guerra como vehículos de artillería pesada, misiles lanzados desde helicópteros de combate y tanques, son solo "daños colaterales" en la búsqueda de militantes asesinos, [daños] que no cuentan tanto como los civiles israelíes asesinados en las ciudades de Israel por bombas humanas palestinas, mientras se ignora permanentemente la proporción de tres palestinos asesinados por cada un israelí (la mayor parte de las veces en ambos lados, civiles). Así en un periodo de 10 días en los que 20 palestinos, la mayoría civiles, han sido asesinados ni se han nombrado ni se han llorado en la prensa de EEUU que, en su lugar, se ha centrado en tres israelíes asesinados en Tel Aviv por una bomba humana.

A largo plazo, no será posible obligar a los palestinos a proteger la expansión de los asentamientos y el mantenimiento de la ocupación, que es lo que hicieron los Acuerdos de Olso; En la década en la que comenzaron las negociaciones de 1991, la población de colonos [israelíes] aumentó a más del doble. Si eso es lo que intenta hacerse con la "Hoja de ruta", se fracasará. Queda por ver siquiera que una ejecución justa de este documento profundamente defectuoso pueda reavivar el desvanecido proyecto de una solución de dos Estados, o si [tal solución] se ha hecho ya insostenible por los 36 años de implacable colonización y ocupación dedicados a sabotear la posibilidad de un Estado independiente en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Oriental. Si ello es así, los palestinos y los israelíes tendrán que encontrar nuevos medios de vivir juntos pacíficamente en la misma tierra, una perspectiva que cada día parece ser más remota.


Notas de CSCAweb:

1. Véase en CSCAweb: Documento: "Hoja de ruta para una solución permanente al conflicto palestino-israelí basada en dos Estados"
2. Véase en CSCAweb:
La negociación palestino-israelí: una evaluación crítica. Cronología del proceso negociador palestino-israelí
3. Véase en CSCAweb:
Ali Abunimah: Dos artículos sobre las 'reformas' palestinas. ¿Quiénes son estos hombres que venden Palestina a precio de saldo ? y ¿Por qué Israel está tan excitado respecto al 'primer ministro' Abu Mazen? y Remodelando Oriente Medio: el modelo 'cambio de régimen' en Iraq aplicado a Palestina



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