La vida cotidiana palestina
tras el 'Muro del Apartheid'
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 2 de febrero de 2004
PENGON/ 'Stop the Wall Campaign', enero de 2004
Traducción: Paloma Valverde, CSCAweb
"El
Muro del Apartheid está intensificando la militarización
diaria y el sufrimiento que viven los residentes de las comunidades
esparcidas a lo largo de su vergonzante trazado. Día tras
día, más y más testimonios dan cuenta de
las medidas que las fuerzas de ocupación israelíes
toman contra los palestinos a través de la retórica
del Muro. Desde historias de pueblos enteros a quienes les han
robado sus tierras para construir un campo de ocupación
militar, a familias a quienes los soldados han disparado mientras
estaban trabajando en sus tierras, hasta niños que han
sido detenidos con el pretexto de haberse 'saltado' el Muro.
La verdad es la terrible certeza de que la expulsión es
el inequívoco objetivo del Muro"
El 14 de enero a las 4 de la
tarde las fuerzas de ocupación israelíes cerraron
los accesos [del Muro a la altura] de Ras Rummana y Qaffin, dejando
a dos pueblos, Baqa ash-Sharqiyya y Nazlat'Isa, completamente
atrapados entre el del [denominado] "Muro del Apartheid"
y la Línea Verde [de 1967]. Alrededor de 150 vehículos
militares rodearon la zona para impedir que unas 500 personas
regresaran a sus casas desde el otro lado del Muro. Les obligaron
a esperar a la intemperie hasta que las fuerzas de ocupación
israelíes decidieron abrir las puertas, sobre las 9 de
la noche. La gente no pudo llegar a sus casas hasta las 11 de
la noche. Esta ha sido la primera vez, aparte de los acosos normales,
que las puertas del Muro han estado cerradas por un período
de tal duración y en la que tal cantidad de gente ha estado
encerrada en el otro lado.
Incluso cuando las puertas
están abiertas hay infinitas dificultades para
la gente que quiere pasar; un claro mensaje "del Muro"
a los residentes que pretendan seguir viviendo en sus tierras:
supondrá un tormento diario. Una medida que comenzó
a principios de diciembre de 2003, y que sigue en vigor hasta
el día de hoy, es la prohibición a todas las mujeres
de cruzar por la puerta de Ras Rummana. Se las obliga a ir hasta
la puerta de Qaffin, al norte, donde hay mujeres soldados que
las pueden cachear. Si [en ese momento] no hay mujeres soldados,
entonces las mujeres palestinas no pueden pasar.
Además, las fuerzas
de ocupación han estado prohibiendo la entrada a los pueblos
aislados tras el Muro de todos los productos llegados en vehículos
desde Cisjordania -a la gente se la obliga a transportar todo
lo que lleven a pie. Esto significa que grandes cantidades de
provisiones, desde alimentos hasta productos para la limpieza,
no llegan a los pueblos. Los soldados examinan cada paquete,
uno por uno, revuelven y abren o tiran todas las cosas con los
resultados típicos de pérdidas a gran escala. La
gente de Baqa ash-Sharqiyya y Nazlat'Isa dice que esto ha generado
un incremento dramático de los precios debido al coste
del transporte, al mismo tiempo que la gente no puede pagar los
productos israelíes cuyos precios son aún más
altos. Las fuerzas de ocupación han terminado un segundo
Muro que parte del oeste de ambas localidades y deja completamente
encerradas a las dos comunidades en un gueto amurallado.
Algunas
historias: Ibrahim de Zeita y Fahd Jalifa de an-Nabi Ilyas
Durante cuatro días,
las fuerzas de ocupación han impedido que Ibrahim al-Aqad
regresara a su casa, que se encuentra en el pueblo de Zeita,
pero aislada tras el Muro. Desde que el Muro del Apartheid se
terminó en Zeita, la familia de Ibrahim ha quedado aprisionada
entre el pueblo y su casa junto a sus tierras; él y su
hija mayor siguen viviendo en la casa para mantener la tierra,
mientras que la esposa y los cuatro hijos más pequeños
viven en el pueblo para poder seguir yendo al colegio. Han obligado
a Ibrahim a tener un permiso para poder ir de su casa a Zeita,
su pueblo. La puerta que él usa para atravesar el Muro
está situada al norte de Baqa ash-Sharqiyya, a 12 kilómetros
de su casa, a pesar de que el pueblo (Zeita) sólo está
a unos cuantos metros de la casa de Ibrahim. Además, a
Ibrahim no le dejan pasar en coche, por lo que tiene que ir a
caballo hasta Baqa ash-Sharqiyya. Ahora, Ibrahim no puede pasar
con el pretexto de que su permiso para cruzar el Muro ha caducado,
de forma que su hija está sola en la casa que quedó
aislada del pueblo junto a las tierras de labor.
Desde el 3 de enero de 2004,
las Fuerzas de Ocupación han estado impidiendo a Fahd
Jalifa del pueblo de an-Nabi Ilyas acceder a sus tierras, aislada
tras el Muro. Al igual que a todos los palestinos, a Fahd se
le prohíbe el acceso a su tierra en esta zona porque [los
palestinos] no pueden acercarse al asentamiento israelí
de Alfe Menashe. Este asentamiento fue construido en las tierras
de an-Nabi Ilyas y ahora Israel está planificando la construcción
de un túnel subterráneo entre Qalqiliya y Habla
-otra medida racista más tomada por Israel con el objetivo
de expandir los asentamientos y asegurar que la existencia de
los palestinos sea inviable. Fahd tiene en sus tierras un huerto
y si no le dejan recoger sus productos a tiempo, tanto estos
como la tierra se echarán a perder.
El Muro del Apartheid, otro
sistema de amenazas para obligar a los palestinos a abandonar
sus tierras, está intensificando la militarización
diaria y el sufrimiento que viven los residentes de las comunidades
esparcidas a lo largo de su vergonzante trazado. Día tras
día, más y más testimonios dan cuenta de
las medidas que las fuerzas de ocupación israelíes
toman contra los palestinos a través de la retórica
del Muro. Desde historias de pueblos enteros a quienes les han
robado sus tierras para construir un campo de ocupación
militar, a familias a quienes los soldados han disparado mientras
estaban trabajando en sus tierras, hasta niños que han
sido detenidos con el pretexto de haberse saltado el Muro.
La verdad es la terrible certeza de que la expulsión es
el inequívoco objetivo del Muro.
La destrucción
como medio de opresión
Los habitantes de Far'un, un
pueblo de unos 3.000 habitantes situado al sur de la ciudad de
Tulkarem, han perdido la mitad de sus 10.000 dunums [1]
como consecuencia de la construcción del Muro: 4.000 dunums
han quedado aislados tras el Muro mientras que otros 1.000 han
sido destruidos por el trazado del Muro. En abril de 2003, los
militares confiscaron parte de las tierras que se encontraban
tras el trazado del Muro sin aclarar los motivos; al principio
les dijeron que era para señalar el trazado del muro
y posteriormente, mediante una orden militar, se les comunicó
que [la expropiación] era debida a "motivos militares"
y no al Muro.
Desde que se terminó
de construir el Muro, a la gente se le ha prohibido acceder a
sus tierras que se quedaron aisladas [por el propio Muro]; la
mayoría de los árboles cítricos y de las
guayaberas han muerto, lo que supone tremendas pérdidas
para las familias cuya subsistencia depende de esos cultivos.
Además, el 90% de las tierras de Jubara, un pueblo justo
al sur de Far'un, son compartidas por ambos pueblos -así
que a todos los habitantes de Jubara también se les ha
prohibido acceder a sus tierras. El pasado otoño, durante
la recogida de aceitunas algunos habitantes de Far'un consiguieron
permisos de un mes para recogerlas; sin embargo se les prohibió
transportar la cosecha en vehículos, de forma que sólo
pudieron transportar pequeñas cantidades a sus espaldas,
produciéndose de esta manera unas pérdidas tremendas.
La esperanza de acceder a las
tierras se desintegra. El robo militar de las tierras está
acabando con esta realidad. La tierra confiscada supone un total
de unos 400 dunums; dos tercios de la tierra están
plantados de olivos y el resto de verduras y plantas aromáticas
como el tomillo. Todo ha sido destruido por las fuerzas de ocupación,
y ahora están construyendo estructuras militares tales
como controles o bases militares que aumentarán la dominación
de la ocupación sobre cada uno de los momentos de sus
vidas.
Secuestro
de niños y disparos a las familias
El día 8 de enero, las
fuerzas de ocupación detuvieron a dos niños de
Kufr Jamal de edades comprendidas entre los 14 y los 15 años
mientras estaban llevando sus rebaños de cabras y ovejas
a pastar. Los niños han sido acusados de tirar piedras
a los vehículos militares de las fuerzas de ocupación
y de apedrear y cortar los alambres de espino del Muro del Apartheid.
Los soldados de las fuerzas de ocupación rechazaron las
explicaciones de los niños; les taparon los ojos y les
detuvieron. No se sabe a dónde llevaron a los chicos puesto
que ellos no podían ver -les soltaron a las 7 de la tarde
del mismo día de su detención cerca de un control
militar en Tulkarem ,después de haber sido amenazados
e intimidados para que no se acercaran al Muro del Apartheid.
Una semana antes de esto, dos
familias de los alrededores del pueblo de Jayyus, en el distrito
de Qalqiliya, fueron atacadas por los soldados de las fuerzas
de ocupación mientras labraban sus tierras, aisladas entre
el Muro del Apartheid y la Línea Verde, al sur de Jayyus.
Los soldados de las fuerzas de ocupación ordenaron a las
familias que abandonara sus tierras, pero estos se negaron puesto
que estaban trabajando. Entonces, los soldados empezaron a disparar
balas de fogueo y gases lacrimógenos, lo que hizo que
las personas se marearan y que los niños sufrieran un
ataque de terror. Cuando uno de los miembros de la familia intento
hacer ver a un soldado que allí había niños,
el soldado le replicó: "Seguiremos disparando hasta
que abandonéis vuestras tierras".
La historia
de Wafa, Budrus, distrito de Ramala
Wafa tiene 25 años y
es profesora de la escuela de primaria del pueblo de Shuqba.
Ella nos ha contado lo que ocurrió cuando los bulldozers
llegaron para desbrozar la tierra para construir el Muro
a su paso por Budrus:
"Un día, las fuerzas
de ocupación impusieron un toque de queda y nos prohibieron
ir a la escuela. Colocaron un control entre Budrus y Shuqba;
cuando pudimos llegar al colegio los alumnos ya se habían
ido hacia una de las tierras donde los bulldozers estaban
trabajando. Fui allí con uno de los profesores. Antes
de que ninguno de nosotros llegara ya habían arrancado
30 olivos. Cuando la gente llegó, empezó a protestar
y los bulldozers dejaron de trabajar. Las mujeres llegaron
primero; intentaron entrar en las tierras pero las fuerzas de
ocupación las atacaron; empezaron a golpearlas y a empujarlas
para sacarlas de las tierras utilizando un lenguaje repulsivo
para provocar a los hombres.
En la manifestación
que se celebró el 1 de enero, fueron las mujeres las que
cortaron calles y quemaron ruedas. Las mujeres fueron también
las que ayudaron a trasladar a las ambulancias a quienes habían
sido heridos por las fuerzas de ocupación. Me quedé
sorprendida con el conductor de la ambulancia y su ayudante que
se negaron a venir conmigo hasta arriba a recoger a los heridos,
sabiendo que la distancia entre las tierras de cultivo y el pueblo
es larga, escalonada y cuesta arriba. En realidad, el conductor
y su ayudante no me ayudaron en absoluto. Fue la gente la que
ayudó a llevar a los heridos.
La gente del pueblo fue a sus
tierra porque es lo único que les queda, tras el robo
de la mayor parte de nuestras tierras en 1948, por la confiscación
llevada a cabo por las fuerzas de la ocupación. El Muro
nos dejará sin nada. Todo el mundo está indignado,
pero la indignación no basta -también hay que hacer
algo. Después de esta protesta, no ha quedado nada salvo
la tierra. Nuestro pueblo es muy pobre- la maestra es la más
rica del pueblo. ¿Qué se puede esperar de la situación
de los demás? Los israelíes nos hacen sentir impotentes
con su maquinaria y sus pistolas. Fui a las tierras porque es
mi tierra; tengo derecho a ir a mi tierra. Al menos, si los israelíes
pueden construir el Muro que veo todos los días delante
de mí cuando miro por la ventana de mi casa, quiero recordar
que intenté hacer algo para detenerlo..., incluso si
finalmente no sirvió para nada.
Cuanto más impotentes
nos sentimos más nos indignamos. No hacemos nada. Simplemente
nos sentamos en nuestras tierras, ellos llegan y nos disparan
gases lacrimógenos, sus batallones nos golpean y nos disparan.
Todas las noches entran en nuestras casas y detienen a gente.
Están intentando que la gente deje de resistir, pero cuando
más se acerca el Muro a nuestras tierras, donde miles
de olivos antiguos serán arrancados, más resistimos
para que se detengan".

Nota de
CSCAweb:
1. Dunum,
medida de superficie que equivale a 1.000 metros cuadrados.
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