Materiales para la
contestación
Iraq, Naciones Unidas y
las corporaciones estadounidenses
Phyllis Bennis*
13 de octubre
de 2003
'Transnational Institute', 2 de octubre de 2003
T raducción: Loles Oliván , CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"En tanto que potencias
beligerantes que han iniciado la guerra y en tanto que potencias
ocupantes, EEUU y Gran Bretaña están obligados
a proporcionar [lo necesario para cubrir] las necesidades humanitarias
del pueblo iraquí. Aunque deben poner fin de manera inmediata
a su ocupación militar, Washington y Londres siguen estando
obligados a pagar los costes de la reconstrucción de Iraq."
¿Qué se debe hacer
desde el movimiento internacional contra la guerra y la ocupación?
1. Tenemos que oponernos a cualquiera nueva resolución
cuyo objetivo sea proveer más legitimidad a la ocupación
de EEUU y Gran Bretaña sobre Iraq. NNUU no debe apoyar,
ni los países deben enviar tropas o fondos para mantener,
reforzar o internacionalizar la ocupación de Washington
[1]. Debemos exigir que NNUU retorne a su posición
previa en la que durante ocho meses y medio el Consejo de Seguridad
(CS) desafió a la Administración Bush para defender
el mandato de su Carta para "prevenir el azote de la guerra".
Ese periodo en el que NNUU fue parte de la movilización
internacional por la paz representó el momento más
relevante y más democrático de la [historia
de la]organización internacional
2. Únicamente con el fin de la ocupación
de EEUU y Gran Bretaña debería NNUU, incluida una
fuerza de mantenimiento de la paz comandada internacionalmente,
retornar a Iraq. Su mandato debería establecerse para
un periodo de tiempo breve y definido, con el objetivo de asistir
a Iraq en su reconstrucción y supervisar la elección
de una autoridad gubernamental. La dirección política
de NNUU debería expresamente oponerse a la exigencia de
que la organización internacional [de NNUU] retorne a
Iraq bajo la autoridad de la ocupación estadounidense.
Las obligaciones de los ocupantes
3. En tanto que potencias beligerantes que han iniciado
la guerra y en tanto que potencias ocupantes, EEUU y Gran Bretaña
están obligados a proporcionar [lo necesario para cubrir]
las necesidades humanitarias del pueblo iraquí [2].
Aunque deben poner fin de manera inmediata a su ocupación
militar, Washington y Londres siguen estando obligados a pagar
los costes de la reconstrucción de Iraq, incluido el volumen
del gasto generado por el despliegue humanitario y de la fuerza
multinacional de pacificación de NNUU. EEUU debe hacer
público de manera inmediata una estimación realista
del total de los costes de la reconstrucción de Iraq.
Washington debe invertir el orden de las prioridades del gasto
de los 87 mil millones de dólares que [el presidente Bush]
ha solicitado al Congreso [estadounidense] y devolver totalmente
a la autoridad de NNUU (en nombre del pueblo iraquí en
su conjunto y no solamente del Consejo [Gubernativo iraquí]
designado por EEUU), una primera cantidad de al menos 75 mil
millones de dólares -la cantidad inicialmente gastada
por Washington en la guerra- para la reconstrucción de
Iraq.
4. Los 15 mil millones restantes (de los 87 mil) solicitados
por la Administración Bush para la reconstrucción
de Iraq es [una cantidad] insuficiente para cubrir las obligaciones
de Washington de acuerdo con el Derecho Internacional. Quienes
nos opusimos a la guerra debemos recusar los 65 mil millones
previstos por el Pentágono para mantener la ocupación
de Iraq (y de cuya cantidad solo una pequeña parte está
de hecho destinada a proteger a los soldados estadounidenses
con blindados etc.). No debemos recusar los 15 mil millones de
dólares para la reconstrucción, excepto en caso
de que sean insuficientes y deberemos exigir que los fondos sean
utilizados para construir la economía local [iraquí]
y no para enriquecer a las corporaciones de EEUU para que hagan
la misma labor.
Los fondos para la reconstrucción adicionales no deben
proceder de los contribuyentes normales. Deben proceder de: a)
un impuesto por exceso de beneficio a las corporaciones que sen
beneficiado de la guerra y de la privatización de la posguerra
en Iraq; b) del actual presupuesto del Pentágono dirigido
a mantener la guerra contra Iraq; y c) de la restauración
del 1% de impuesto en concepto de patrimonio de los estadounidenses.
Una reconstrucción para el
pueblo iraquí
5. La reconstrucción de Iraq deber basarse en
la reconstrucción de la economía del país
de manera que maximice satisfacer las necesidades de los 23 millones
de iraquíes. Todo el proceso de contrataciones debe ser
absolutamente transparente y accesible a los iraquíes
que pueden no tener acceso a las conexiones de internet y a quienes
se les niega el acceso a las oficinas de la ocupación
estadounidense en Iraq. Los contratos deben privilegiar a las
empresas locales con el fin de fortalecer y diversificar la producción
local, en lugar de ser concedidos a las corporaciones estadounidenses
que cargan más dinero y excluyen a los trabajadores y
empresas locales. Los contratos no deben basarse en la falsa
ilusión de un "campo de juego" en el que las
empobrecidas empresas del [sector de] la construcción
iraquí, por ejemplo, tengan que competir con Halliburton
o Bechtel [3]. Las leyes laborales deben asegurar
la protección de los trabajadores locales.
6. No se deberán conceder contratos a las corporaciones
estadounidenses que evaden el pago de impuestos. No se deberán
conceder contratos a ninguna empresa contratista que pague al
ejecutivo de más alto rango de su compañía
[chief executive officer, CEO] más de cien
veces la base de cotización de un soldado estadounidense
(12.776,40 dólares, es decir, más de 1.27 millones
de dólares). Por ejemplo, Vance Coffman, CEO de [la empresa]
Lockheed Martin, recibe 4,1 millones de dólares en concepto
de salarios y bonos, además de más de 20 millones
de dólares en ayudas opcionales; el año pasado
recibió casi 2.000 veces más que la paga de un
soldado raso. El Congreso y la Administración deberán
recordar las palabras de F.D. Roosvelt tras la II Guerra Mundial
cuando declaró "no quiero ver ni a un solo millonario
que se haya creado como resultado del desastre de este mundo".
7. La privatización total de la economía
de Iraq, tal y como ha sido anunciada por el procónsul
de EEUU, Paul Bremer, representa una ilegal usurpación
de los derechos de un futuro gobierno iraquí [4].
La privatización de los servicios públicos debería
dejarse a [la decisión de] un nuevo gobierno. Al igual
que nuestra propia Constitución garantiza que solo el
poder legislativo tiene el derecho de aprobar leyes, solo el
futuro [poder] legislativo iraquí tiene derecho a vender
los recursos de su país.
Un nuevo papel para NNUU
8. La Asamblea General [de NNUU] debe reafirmar su
poder, en su calidad de agencia más democrática
de NNUU, para tomar una posición explícita que
llame a poner fin a la ocupación de EEUU, y solicitar
una opinión asesora del Tribunal Internacional de Justicia
sobre la legalidad de la "Guerra preventiva". Tal esfuerzo
requerirá la movilización internacional de la sociedad
civil global exigiendo que NNUU y, especialmente, su Asamblea
General jueguen un papel central en desafiar la deriva de EEUU
hacia el imperio. Tenemos que urgir a los Estados miembros de
la Asamblea que dejen claro que su disposición a apoyar
un papel central de NNUU en Iraq, incluido el mantenimiento de
la paz y la autoridad política sobre la transición
para [restaurar] la soberanía iraquí dependerá
del fin de la ocupación de EEUU y Gran Bretaña.
9. La verdadera reforma de NNUU debe volver a la más
alta prioridad de la agenda global. Dichas reformas incluyen
la democratización -a través de la ampliación
del CS, el fin del poder de veto y la ampliación del poder
de la Asamblea General-, la transparencia y la creación
de una agencia supervisora que controle al CS por las violaciones
de la Carta de NNUU [que puedan derivarse] de sus decisiones.
EEUU debe utilizar este momento para invertir su vieja oposición
a la creación de una permanente fuerza militar de reacción
rápida controlada por NNUU y [para ello] empezar por reconstituir
el Comité de la Junta Militar establecido por mandato
de la Carta de NNUU.
Notas CSCAweb:
1. Véase
en CSCAweb: Contra la "Conferencia
de Donantes para Iraq" de Madrid: Ni un dólar ni
un soldado para apuntalar la ocupación de Iraq y Yifat Susskind: Diez razones
para oponerse a la militarización de la ayuda humanitaria
y de la reconstrucción en Iraq
2. Véase
en CSCAweb: EEUU intensifica la presión
interna e internacional para afianzar su ocupación en
Iraq
3. Véase
en CSCAweb: Conferencia
Árabe Antigobalización en Amán contra la
reunión del Foro Económico Mundial de Davos. Davos
en Jordania: Israel, eje del Área de Libre Comercio EEUU-Mundo
Árabe Hisham Bustani
4. Véase en CSCAweb: El 'Procónsul' Bremer:
administrar Iraq como una empresa privada
5. Véase en CSCAweb: Resolución
1441: el CS cede a las presiones de EEUU y otorga carta blanca
a la Administración Bush para atacar Iraq unilateralmente
6. Veáse en CSCAweb: Carlos Varea: ¿Por
qué quiere EEUU ocupar Iraq? Las mentiras de la Administración
Bush sobre el rearme iraquí que repite el presidente Aznar
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