Judíos que abandonan
Israel para siempre
Lawrence Smallman
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 20 de agosto de 2004
'Al-Jazeera', 10 de agosto de 2004
Traducción para CSCAweb de Lolés Oliván
"Para
detener la marea se han propuesto ideas drásticas que
incluyen la conversión general [al judaísmo] de
inmigrantes procedentes de la India y de indios del Perú
con el fin de que se instalen en los asentamientos de Cisjordania,
así como la rápida conversión de miles de
inmigrantes no judíos de la ex Unión Soviética"
Cada judío inmigrante
que entra en Israel forma parte de un referéndum permanente
sobre sus posibilidades de sobrevivir. Pero muchos de los judíos
que entran en Israel eligen marcharse. Para muchos de ellos,
implicarse en someter activamente a los refugiados palestinos
en los Territorios Ocupados y la presión de vivir la ideología
sionista cotidianamente es simplemente demasiado.
Igor Dzhadan describe la situación
sencillamente. Emigró a Israel en 1990, pero regresó
a su país en 2001 culpando a lo que el denomina la "naturaleza
sectaria" de Israel. "[...] Me siento más cómodo
en Rusia. Mis proyectos de vida no son peores que en Israel.
No me gustó. Estoy acostumbrado a operar en una sociedad
abierta donde la gente no te pregunta a qué comunidad
perteneces", afirma. Dzhadan fue requerido en dos ocasiones
para cumplir servicio [militar] en zonas de dura resistencia
en Belén y Hebrón: "[...] Tuve que esperar
durante las operaciones para ver si había algún
herido a quien debiera tratar... vi cadáveres".
Boruch Gorin, presidente del
Departamento de Relaciones Públicas de la Federación
Rusa de Comunidades Judías percibe sentimientos similares
entre muchos de las decenas de miles de judíos rusos que
siguen volviéndose a su país. Miles [de emigrante
judíos] se quejan de la presión de tener que vivir
más como un ideólogo sionista que como un ser humano.
"[...] Vivir en Israel en una ideología", afirma.
Lugar peligroso
El mes pasado y en medio de
una intensa cobertura mediática, unos 450 judíos
decidieron abandonar la seguridad de EEUU y Francia para
vivir en lo que debe ser el más peligroso lugar para los
judíos de todo el mundo. Una multitud dio la bienvenida
a los recién llegados en el aeropuerto internacional Ben
Gurion, algunos incluso estrecharon la mano del primer ministro
Ariel Sharon.
Esa bienvenida tan calurosa
es fácil de entender: "[...] Si las tendencias de
población actuales se mantienen, se estima que los judíos
serán superados por los no-judíos [los palestinos]
en el territorio que Israel controla dentro de unos 10 ó
15 años", informó en junio pasado la BBC.
Pero ganar la batalla poblacional [1] se está
demostrando imposible, particularmente cuando hay más
judíos abandonando Israel que instalándose allí.
Inmigración
neta
Las fuentes oficiales israelíes
no contienen información anual sobre las tasas de emigración
desde el país, ni de los perfiles de aquéllos que
lo abandonan. Conocida con el léxico ideológico
sionista de yeridah, los estadistas gubernamentales ni
siquiera utilizan la letra "e" [de emigración].
En su presentación en la Asociación para los Estudios
de Israel en Jerusalén, Ian Lustick, de la Universidad
de Pensilvania, ha descrito sin embargo todo lo relativo a la
emigración a pesar de la falta de estadísticas
oficiales. "[...] Es bastante probable que la inmigración
neta real de judíos a Israel en 2002 fuera de cero o negativa",
indica. Y según continua la Intifada al-Aqsa, las cifras
no van a cambiar. Con menos de 22.000 emigrantes registrados
en 2003, Lustick cree igualmente que solo alrededor de un 30%
de esos inmigrantes han sido clasificados por el gobierno como
judíos.
'Ciudadanos
perdidos'
Se está desarrollando
un fenómeno importante: los recién llegados deciden
marcharse casi tan pronto como llegan. De los mil judíos
que llegaron de EEUU en 2003, la mitad se ha marchado ya de regreso
a su país.
Las pruebas de esos "ciudadanos
perdidos" son fáciles de comprobar. El jefe de recursos
humanos de las Fuerzas de Defensa de Israel informó a
mediados de 2003 acerca de que el 34% de los israelíes
en edad de servicio militar no estaban sirviendo en el ejército;
de ellos, un número importante había "[...]
abandonado el país antes del reclutamiento y vivía
en el extranjero".
Aluf Benn informaba en el diario
israelí Ha'aretz sobre un marcado incremento de
israelíes que solicitaron la ciudadanía ante las
embajadas de Alemania, Polonia, Chequia, Austria y Eslovaquia
en 2002 y 2003. Incluso una encuesta de mercado solicitada por
el periódico israelí Ma'ariv ha demostrado
que el 20% de los adultos israelíes habían considerado
recientemente [trasladarse a] vivir en un país diferente,
y que a la mitad de ellos "[...] les gustaría que
sus hijos creciesen fuera de Israel".
En noviembre de 2003, Ha'aretz
publicó una extensa entrevista con Avraham Burg, el ex
portavoz de la Knesset [Parlamento isaelí]. El
hijo del ministro de Interior, Yosef Burg, Abraham había
dejado atónitos a muchos israelíes en un artículo
que publicó en el International Herald Tribune titulado
"Una fracasada sociedad israelí en colapso":
"[...] Cuando se pregunta
a los israelíes si sus hijos vivirán aquí
dentro de 25 años, no se obtiene una respuesta inequívoca.
No se oye un 'si' arrollador. Por el contrario, a la gente joven
se le anima para que realice sus estudios fuera. Sus padres les
están obteniendo pasaportes europeos, una entera sociedad
viviendo aquí no tienen fe en su futuro. Israel se está
convirtiendo ante nuestros ojos en ultraortodoxo, nacionalista
y árabe. Se está convirtiendo en una sociedad que
no tiene sentido de futuro, sin narrativa y sin fuerzas para
mantenerse a si misma."
La línea
gubernamental
Hasta en [el gobierno de] Tel
Aviv se estima que "[...] los ciudadanos israelíes
que viven fuera del país (es decir, emigrantes) se sitúan
en la actualidad entre los 450.000 y los 900.000, dependiendo
de si se incluyen o no los niños nacidos fuera del Estado".
Según los representantes de la Oficina Central de Estadísticas
que testificó ante la Comisión de Absorción
de la Knesset, 270.000 ciudadanos israelíes emigraron
entre 1990 y 2001. En otras palabras, un tercio de todos los
inmigrantes [judíos] en el mismo periodo han regresado
a sus países.
Sin embargo, en enero de 2004,
Yuri Shtern, jefe de la Comisión de Interior de la Knesset,
ya declaró que esos datos subestimaban las informaciones
del problema. Mantuvo que las cifras "[...] no incluían
las estadísticas de yeridah de los dos últimos
años en los que el número de los que abandonaron
el país hacia Rusia se había incrementado muy significativamente".
Reacción
de pánico
Para detener la marea se han
propuesto ideas drásticas que incluyen la conversión
general [al judaísmo] de inmigrantes procedentes de la
India y de indios del Perú para que se instalen en los
asentamientos de Cisjordania así como la rápida
conversión de miles de inmigrantes no judíos de
la ex Unión Soviética.
Otras sugerencias son más
tradicionales. Yisrael Harel, un veterano activista de Gush Emunim
y antiguo editor del diario Nekuda, publicó un
artículo el pasado 23 de abril de 2003 en que proponía
una solución. Los gobiernos de Egipto y Jordania,
propone, deben aceptar a las masas de refugiados palestinos,
e Israel debe abandonar la Franja de Gaza y las áreas
más densas de población árabe de Cisjordania:
"[...] La mayoría
judía entre Jordania y el mar [Mediterráneo] no
podrá sobrevivir durante mucho tiempo. La seguridad para
una mayoría judía absoluta es un fundamento crucial
para cualquier plan; cualquier solución a la presencia
palestina que no garantice la mayoría judía en
la Tierra de Israel no es una solución."

Notas CSCAweb:
1. Véase
en CSCAweb:
- Ibrahim
Alloush: 'El Muro de la separación: ¿racismo u
ocupación?'
- 30
de marzo, Día de la Tierra Palestina
- La
expulsión: una medida cada vez más popular para
enfrentarse al "problema demográfico" en Israel
- Salman
Abu Sitta: 'Palestina: Un país borrado del mapa' - Faruk
Mardam-Bey y Elias Sanbar: 'El derecho al retorno. El problema
de los refugiados palestinos'
- Michel
Warschawski: 'Estado, nación y nacionalismo: la actualidad
del sionismo'
- Refugiados
palestinos: El desalojo sionista de Palestina
|