Esquirlas (I), de Antonio Martínez Ferrer
No entiendo el ladrido del perro.
Salgo desnudo,
la paga del patrón no alcanza.
El perro es suyo.
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Me tocó el sudor en el reparto.
El engranaje funciona.
Al
amo, todo.
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Situación de la poésía (por otros medios) a la luz del surrealismo
"Situación de la poesía (por otros medios) a la luz del surrealismo"
-Grupo Surrealista de Madrid-
-Fundación de Estudios Libertarios y Anarcosindcalistas-
-Traficantes de Sueños-
-Colectivo La Felguera-
año 2007
Para cualquier pedido, dirigirse a:
gruposurrealistademadrid@hotmail.com
Aborda este libro el estado de la poesía excediendo (sin renunciar a ella) su práctica poemática, que estimamos insuficiente para "dar cuenta" de la experiencia y del pensamiento poéticos. Una reactualización de este proyecto político de vida poética que algunos pensamos que es el surrealismo.
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Poema de Mario Benedetti
CARTA AL COMISARIO DEL CIELO
Lo decidí anteanoche mientras iba
caminando sin rumbo y sin apuro
bajo la lluvia lenta mansa justa
no voy a ir así que no me espere
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La única vez que el "WORDS" se mostró sabio...
Un poema de Julia López de Briñas
Los aledaños del sueño
Que nada nos engarce,
tan sólo nuestro sueño,
tan sólo el grito
por un día ecuánime sobre las manos,
oír
tu voz a borbotones vertebrando
las calles derrotadas que han visto cobijarte,
las llaves del abismo rompiendo la certeza,
el no dar sino reclamo, rompiendo
la cálida ignorancia que omite
cualquier discurso menos reconfortante,
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Un poema de Juanjo Barral
A LA ESPERA DE UN CÓDIGO DEONTOLÓGICO
Equis es periodista.
Se dedica concienzudamente a contar mentiras
tralará.
Como quien inventa la cosa, como quien dice
esta boca no era mía, ayuda todo lo que puede
a vender la verdad
falseada,
más IVA.
Y griega es periodista.
Y de los buenos. Jamás cuestiona la fuente si vierte
agua embotellada de una empresa que cotiza en bolsa.
Es un buen periodista a sueldo aunque no cobre
a la altura de sus servicios
de caballero.
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Poema de Mario Benedetti
HOMBRE PRESO QUE MIRA A SU HIJO
Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quién se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas
que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos
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"Hendiduras" (Germán Machado), nuevo libro en la Biblioteca del MLRS
Completo y a vuestro alcance, ya tenéis en la Biblioteca el libro:
Germán Machado: Hendiduras (Montevideo, 2004), con prólogo de Luis Bravo
(o pinchando directamente
aquí)
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Un poema de Josu Montero
PUNK & TAO
“El budismo zen es una experiencia magnífica,
siempre y cuando te lleve paulatinamente al terrorismo”
–ROQUE DALTON–
I
BARAKALDO RÍA 2000
De mis pasos la ciudad se escapa
cuando tras descender
empinadas calles suburbiales,
la ensimismada ría vislumbrando,
por entre siderúrgicas fantasmales factorías
al gasolino presto me encamino.
Y un campo atravieso de batalla:
los herrumbrosos gaseoductos,
los astillados astilleros,
la desolada majestad rendida
de las altas chimeneas,
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Un poema de Bruno Serrano
Toesca I
Toesca
No previó que la Moneda
Sería bombardeada
Se calcinarían las ventanas
Las puertas saldrían de sus goznes,
Los techos arderían como pasto seco
Ni una premonición siquiera
Cuando su primorosa pluma de ave
Dibujó los bocetos y los planos:
Sólo exigió en forma perentoria
Que la plomada cayera
Por la vertical perfecta
Más desde el reverso de los días
Las palomas de rapiña alzan el vuelo
Y descargan bombas de excrementos
Sobre sus blancos
Planos
De arquitectos
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Salario ¿precio del trabajo? todo un poema
el capitalista compra una M
¿el trabajo?
(no por que aún no se ha dado)
compra la fuerza de trabajo
paga su valor
tiempo de trabajo necesario
para reproducirla:
factores físicos y culturales
pero lo característico de esta M
es que al consumirse procuce VALOR
y el capitalista la usa
(es dueño de su v/u)
no solo para recuperar el v
que pagó por ella haciendo
una canridad de productos = a su v
su interés es ganar el máximo
ocupar fuerza de trabajo
explotándola al máximo.
Epigramas del emperador (XXI)
Si aún conservas intacta tu fe en el progreso, no olvides que a los humanos les ha sido dado el don del desengaño. También esto significó un avance respecto de épocas en que las mejores ilusiones alentaron las peores vilezas, y la sangre malgastada fue un escarnio a los beatos.
Más Melgarejo
Prohibida la entrada a perros,
bicicletas y balones
para juegos infantiles
—las consolas son mejores
y así el nene queda en casa,
no se junta con los pobres
niños malos de la gente
de la calle y no nos jode
cuando crezca con preguntas
insidiosas como: ¿
Dónde,
dónde quedan los hallazgos
de la ciencia si no comen
de personas en la tierra
no sé cuántos ya millones,
papaíto? Mamaíta,
¿no se pueden sembrar coles
que remedien sus almuerzos
en el parque en vez de flores
por supuesto necesarias
pero luego, tras los postres?
PROHIBIDA LA ENTRADA A PERROS
BICICLETAS Y BALONES
De "Los poemas del bloqueo" (ayto Granada, 2006)
Polígonos (Arturo Borra)
La ciudad me expulsa a sus riberas heridas: acumulo jornales, cansancios, rabias caídas en la acera.
La certeza de saberme invisible sacude esta musculatura desheredada. El atardecer cae y me derriba. Apenas denuncia tantos ejércitos sombríos que traspasan umbrales de una monotonía sin término.
Otra vez me dispongo al sacrificio, otra vez mi tiempo como ofrenda inerte. Respiro el humo de una fábrica que me omite: no sé qué manufactura puede sustraerme de la noche perpetua que cubre mi espalda.
Cada día resucita una promesa que las horas sepultan.
Cada regreso fractura la belleza entrevista.
Un poema de José Luis Ángeles
Enredado en arbustos)
Yo también soy Marcos
(Yo también soy un hombre
que en un día cualquiera de la historia)
un gay en San Francisco
(despreciado por el acento vagamente latino
rociado de fuego de mediodía)
un comunista tras la caída del muro
(que hacía sonar un trueno
de años retenido en la jungla)
una mujer de madrugada en Nueva York
(tras una violación impune en el sub-way
gritando menos de dolor que de rabia)
un palestino en Israel
(apedreado hasta la muerte contra un muro
sufriendo más de rabia que de miedo)
un negro en Johanesburgo
(quemado a lo bonzo para regocijo general
hasta que se le hizo una brasa el corazón)
un emigrante turco en Alemania
(marcado a fuego en el campo
y soy, naturalmente)
un zapatista en Chiapas
(José L. Ángeles)
Un poema de Luis Rogelio Nogueras, Wichy el rojo
Café de noche
Jean Nicolas Arthur Rimbaud
y Karl Heinrich Marx
se han vuelto a encontrar este verano en Londres,
en el mismo café donde una noche de 1873
se cruzaron,
acaso tropezaron y siguieron de largo,
demasiado ocupados como iban.
Ahora los dos recuerdan con asombro
cómo llovía esa tarde sobre Europa,
cómo la vieja ciudad temblaba bajo el agua,
qué solas se veían las torres de todos los campanarios,
y se ríen.
Hace ya tanto tiempo
y sin embargo están cien años más jóvenes,
Marx,
con su saco un poco estrujado para siempre,
sus zapatos invencibles,
su irremediable sonrisa de filósofo,
y Rimbaud fumando desvergonzadamente,
ruidoso y destartalado como un viejo gramófono,
con sus pantalones demasiado ceñidos,
su eterna mirada soñadora
de oveja degollada.
Bajo la lenta luz de las bombillas
de Kenington Park,
pasean en el atardecer de Londres,
siguiendo el lento vuelo de un alcatraz
color de plomo
que pasa hacia la bahía,
mirando la frágil agonía de una nube
que se desgarra contra el fondo
ocre y triste de un paisaje de Van Gogh.
Luego bajan hasta el puente,
fumando en las viejas pipas,
y se asoman al río que se rompe, gira,
corre sin fin, ciego,
y se preguntan qué lo mueve hacia el mar,
eternamente.
La noche llega en la cubierta del vapor The Hell
y un pescador saluda desde la orilla.
Una estrella enorme tiembla en el agua
velada ahora por la niebla.
Lentos bajo el peso de la lluvia,
Marx y Rimbaud
regresan al mismo café de Bull Street
donde una noche de 1873,
por la prisa,
el imperativo de una cita,
el tren que no llegaba a tiempo y se hacía tarde,
no pudieron conocerse.
Cuando se despiden,
un perro solitario le ladra a su propia sombra
en una esquina,
y por el fondo del poema
pasa cojeando el fantasma de Verlaine.
Comienza a dormirse la ciudad.
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Un poema de Fernando Beltrán
No nos gusta matar
Somos
por fortuna creyentes,
por fortuna ricos
de corazón, por fortuna dueños
de artefactos que matan por fortuna
solamente al pobre
hombre que cruce infortunado
un lugar estratégico
(Fernando Beltrán:
El Gallo de Bagdad; Ed. Endymión; Madrid, 1991.)
Luis Ernesto de Salas.
La respuesta
Todo nos habla de lo que todos callan.
Todo nos llega de ese ojo sin fondo.
Apenas rozamos su hermosura reventada
(todo temblor y fuego en el polvo)
y nuestro destino en su luz se graba.
Silenciosa en el ruido del gozo,
la belleza, duro azote, nos llama.
El topo
Ser uno que adivina lo que yace bajo tierra.
Uno que, penetrando como un topo en lo oscuro,
a acariciar lo que está dormido acierta.
Uno que se hace inmenso en lo inmenso
y se ensancha más basto que los imperios.
Ser uno que se clava en lo eterno
aunque no quieran los carceleros.
El desván
Si con este salto descendiera
al fondo oscuro del lago
que en silencio teje respuestas
abriría de pronto los ojos que no estuvieron cerrados.
Cepos
¿Quién fui, qué dije, cómo te llamas, cómo me llamo yo?
Somos la tangible ausencia de ese secreto.
¿Por qué se habrá vestido de azar la voluntad de Dios?
Tan sólo nos reconocemos en lo incompleto.
¿Qué puede mencionar esta llaga?
Nuestros pasos avanzan con recelo.
¿No sabes nada? ¿No ves nada? ¿No recuerdas nada?
La gozosa carne de nuestro miedo.
El sueño del ahorcado
¿Con qué sueña el ahorcado
cuando sus pies se vuelven
sombra del aire, y aire
falta en sus venas rotas?
Sueña la soga un collar
que el amo coloca al cuello
para salir de paseo
por las calles del lugar.
Y sueña que será holganza
colgar, colgar y colgar.
Epigramas del emperador (XX)
Hay quienes desean pero no actúan, y hay quienes actúan sin desear. Unos y otros son igualmente responsables por lo que sucede. Por todas partes brota la miseria. Por todas partes se cosecha mezquindad.
Un poema de Juan Antonio Bermúdez
En el principio, el tacto
Progresaron como árboles, pinzados
por la sangre común de sus raíces
perezosos, soberbios, ignorándose
soportaron el trueno, las nevadas
fertilizados por la misma lluvia
pero solos, rotundamente solos
uno al lado del otro, pero solos
y de improviso el viento o algún pájaro
o la vida, la vida con su aliento
que rinde y que derrite las cadenas
movió una rama al fin lo suficiente
para rozar la copa del vecino
y en ese tacto luego reiterado
hasta la confusión de los dos cuerpos
reconocieron un idioma antiguo
tal vez, sólo tal vez, se comprendieron
de "Los errantes" (de próxima publicación)
Bruno Vidal ( poesía "victimaria")
EN EL TE DEUM DE LOS VICTIMARIOS
LA FELICIDAD DE DAR LA PAZ
ES COMPLETA.
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Un Poema de Luís Melgarejo
Poema hostil
Exacto:
Se vuelve a combatir tras recoger
los restos del naufragio, la derrota
que queda entre las algas milenarias
varada en las arenas del tacto y la memoria.
Sin miedo ni esperanza de las playas
al bosque de la vida se regresa.
Pero algo
—un algo de por dentro del estómago
que sube hasta las sienes como el odio,
un algo como el orden que a todas mina y pudre
personas convincente hasta el derrumbe—
se cruza y se alza en medio a veces, sí.
Y entonces,
¿cómo emboscarse entonces?
Palabras como golpes, compañeras.
de "Los poemas del bloqueo" (Ayto Granada, 2006)
Un poema de Antonio Orihuela
...citado por David González en
Algo que declarar...
NOTICIAS DEL INFIERNO
El señor presidente
que fumó marihuana pero no se tragó el humo.
Ven al sabor,
disfruta de la libertad sin límites de
El secretario de defensa
que confiesa gastarse un billón de dólares al año en armas
y 50.000 millones en desarrollo
esperando que este argumento traiga la paz
y la estabilidad al mundo.
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