Ni 'Hoja', ni 'ruta'
Graham Usher*
8 de septiembre de 2003
al-Ahram Weekly, núm. 653, 3 de septiembre de 2003
Traducción: Paloma Valverde, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Israel ha dejado
claro que no reconocerá, dejando a un lado la cuestión
de la reciprocidad, ningún alto el fuego palestino a menos
que al AP persiga las raíces de las milicias y sus ramificaciones.
[Israel] También sabe que esta posición es apoyada
por EEUU. Y en ausencia de una intervención estadounidense
y ante el relego del Cuarteto a la postura de animador cuando
las cosas van bien y de observador cuando se endurecen, es difícil
ver cómo la petición tras el alto el fuego pueda
ser otra que su preámbulo de 'pre-alto el fuego': una
guerra de desgaste basada en una confrontación militar
desigual y en una política basada en la última
atrocidad".
Una semana después de que sus milicias abandonaran
la ensangrentada tregua en los Territorios Ocupados (TTOO), los
palestinos son, una vez más, los destinatarios de una
ofensiva israelí que tiene la finalidad de obligar
a sus dirigentes a una guerra entre la oposición nacional
e islamista. Israel es consciente de que esta es una línea
que ningún dirigente palestino (ni Mahmud Abbas ni Yaser
Arafat) puede cruzar. En realidad, la petición se hace
precisamente porque no puede conseguirse y así se garantiza
al ejército una licencia para imponer una nueva petición
"post-Hoja de ruta" redactada en términos israelíes.
Esa petición va paralela a tres líneas. La primera
es la ahora abierta política en la que "todos los
miembros" de la resistencia armada palestina, ya sean cuadros
militares en la clandestinidad o públicos líderes
políticos, son "potencialmente objetivos para ser
liquidados", en palabras del jefe del ejército Moshe
Yaalon. Y él hace lo que dice. Tras el 21 de agosto (fecha
en la que Israel asesinó al líder político
de Hamas, Ismail Abu Shanab, y a sus dos guardaespaldas), un
helicóptero israelí había asesinado a cuatro
líderes de Hamas en un ataque con misiles en la Franja
de Gaza, un quinto (Ezzeddin Al-Qassam, conocido como Jaled Massud)
escapó con su mujer el martes cuando misiles dirigidos
contra su coche fallaron el impacto cerca del campo de refugiados
de Yabalyia, mietras que Hasan Hamlawi, un anciano de 65 años,
teniendo menos suerte, fue asesinado mientras iba a lomos de
su burro detrás del coche; otros 26 palestinos fueron
heridos, incluidos cuatro niños. Muertos o desaparecidos,
el portavoz del ejército israelí dice que los asesinatos
continuarán hasta que, o a menos que, la Autoridad Palestina
(AP) actúe contra sus milicias.
Segundo, el ejército ha recuperado su libertad de movimiento
en los TTOO incluyendo Gaza, quizá el ultimo dominio de
control nominal de la AP. Desde que el 19 de agosto el atentado
contra el autobús de Jerusalén dejara 21 civiles
israelíes muertos, Israel ha golpeado, de forma más
o menos continuada, con toques de queda sobre las ciudades de
Nablus y Hebrón y con la reinvasión de Yenín.
Israel incrementó el traslado de fuerzas militares en
el interior y en los alrededores de Gaza, presagiando una reocupación,
mientras ráfagas de mortero y de proyectiles palestinos
inflingian daños en asentamientos judíos o en la
ciudad. La policía de la AP ha tomado posiciones a lo
largo de la frontera de la Franja de Gaza para evitar los ataques,
pero ha servido de poco. El 24 de agosto, un mortero palestino
de fabricación casera cayó a cinco millas al norte
de Gaza y a 4 de Ashkelon.
Profundizar la dominación
No tan públicamente Israel ha usado la cortina de humo
de su nueva "guerra contra el terrorismo" para profundizar
en su control colonial de los TTOO. El 22 de agosto, los buldózeres
israelíes comenzaron a trabajar en Abu Dis, para el radio
del muro de seguridad en Jerusalén. Pocos conocen ahora
el alcance de sus logros territoriales. Pero los palestinos saben
por su amarga experiencia que, como mínimo, formalizará
la ya existente separación de facto entre los catorce
pueblos árabes de Jerusalén Este y el interior
de Cisjordania.
Frente a esos asaltos militares y territoriales, la AP aparece
aislada internacionalmente, débil a los ojos de su gente
y dividida en la cúpula. El 25 de agosto, Yaser Arafat
nombró al ex jefe de Seguridad de Cisjordania, Yibril
Rayub, máximo asesor del Consejo de Seguridad Nacional
(CSN) de la OLP en lo que se está convirtiendo en una
lucha bizantina por el control de las fuerzas de seguridad de
la AP [1] . Según Rayub, es el CSN el órgano
al que las fuerzas de seguridad tendrán que responder
y el órgano bajo el que "se reorganizarán"
y no, como exige la Hoja de ruta, bajo el mando del Ministerio
del Interior de la AP. Tampoco debe haber equívocos sobre
quien posee el control absoluto. "Abu Mazen es un
elemento importante del CSN pero recibe las instrucciones del
Presidente Arafat. EEUU no tiene derecho a decidir quién
tendrá la responsabilidad de los servicios de seguridad
palestinos", manifestó Rayub. El nombramiento de
Rayub tiene el apoyo de Arafat y del Movimiento Fatah y constituye
una clara crítica a la política de seguridad defendida
por Abbas y por el Ministro de Seguridad de la AP Mohamed Dahlan.
Esto pone de manifiesto, fundamentalmente, que un alto el fuego
unilateral palestino era la única manera que tenía
la AP de re-implicar a EEUU en el proceso político
y de poner fin a los asesinatos y a las políticas de reocupación
y de asentamientos de Israel.
Con una mínima presión de EEUU hacia Israel en
cualquiera de esos frentes, "y con un alto el fuego unilateral
destruido" el juego ahora se llama reciprocidad,
dice Rayub. "Si Israel continua con su política de
asesinatos, Hamas y Yihad Islámica continuarán
reaccionando. Pero si Israel pone fin a su agresión y
a sus ataques, detiene la construcción del muro racista
y la expansión de asentamientos, y comienza por eliminar
los controles [militares], créanme, Israel disfrutará
de seguridad en todas partes. La pelota está en el campo
israelí".
Rayub sabe que la pelota golpeará otra vez en la cara
de la AP. Israel ha dejado claro que no reconocerá, dejando
a un lado la cuestión de la reciprocidad, ningún
alto el fuego palestino a menos que al AP persiga las raíces
de las milicias y sus ramificaciones. [Israel] También
sabe que esta posición es apoyada por EEUU. Y en ausencia
de una intervención estadounidense y ante el relego del
Cuarteto a la postura de animador cuando las cosas van bien y
de observador cuando se endurecen, es difícil ver cómo
la petición tras el alto el fuego pueda ser otra que
su preámbulo de "pre-alto el fuego": una guerra
de desgaste basada en una confrontación militar desigual
y en una política basada en la última atrocidad.
Con este panorama, los combatientes palestinos se encogen
de hombros porque ellos no tienen nada que perder. El peligro
está en que cuanto más luchen más tendrá
su pueblo que perder.
Nota de CSCAweb:
1.Véase
en CSCAweb: Loles
Oliván: "La cuestión de fondo de la reforma
palestina: democracia y lucha nacional"
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