Quiebra de la ocupación
militar de Iraq
EEUU presiona para la aprobación
de una nueva resolución de NNUU, mientras renuncia a asaltar
Faluya
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
30 de abril de 2004
Loles Oliván, Nota informativa CSCAweb, 29 de abril de
2004
"EEUU
pretende crear una interlocución política y de
seguridad local que se adapte a su proyecto de ocupación.
Sin embargo, los fracasados intentos promovidos por la APC de
quebrar la insurgencia rehabilitando a miembros del Baaz y asociándolos
a la gestión de la seguridad iraquí a través
del nuevo Ejército son la demostración palmaria
del fracaso estadounidense en Iraq y de que a pesar de su poderío
militar hay una fuerza mayor -la resistencia- que no puede ser
frenada. El levantamiento del cerco a Faluya así lo confirma".
La presión ejercida
por la extensión de la resistencia armada iraquí
en todo el país ha situado a la Autoridad Provisional
de la Coalición (APC) y a los mandos militares estadounidenses
ante la evidencia de su propio fracaso en Iraq. Por una lado,
el Pentágono se ha visto obligado no solo a retrasar su
calendario para relevar a las tropas que llevan desplegadas en
Iraq más de un año, sino que ha declarado -ya el
propio Rumsfeld- que sus efectivos deberán ser ampliados
para poder hacer frente militarmente a la resistencia iraquí
[1]. Ello se produce además cuando la retirada
de las tropas españolas de Iraq ha desencadenado el anuncio
de retirada de otros contingentes por parte de terceros países)
que colaboran con la ocupación estadounidense, o la apertura
de debates nacionales sobre la conveniencia del mantenimiento
de sus fuerzas. Además de las de Honduras y El Salvador
(que junto con las españolas sumaban unos dos mil efectivos),
Noruega y Holanda han anunciado que retirarán sus tropas
después del 30 de junio, mientras Australia y la propia
Polonia lo evalúan. Igualmente, en Gran Bretaña,
su máximo aliado en la ocupación, la oposición
de los mandos militares al envío de más tropas
y a que se amplíe su área de ocupación a
aquélla evacuada por las españolas, ha obligado
al gobierno Blair a retrasar la decisión de enviar hasta
2.000 efectivos más que se sumarían a los 7.500
que ya tiene desplegados en la provincia de Basora. La presión
de los mandos militares británicos habría obligado
a Blair a anunciar a comienzos de esta semana que "[...]el
Reino Unido tiene suficientes tropas en Iraq" [2].
La ocupación militar
se resquebraja sin que EEUU haya conseguido asegurar su control
militar del territorio iraquí, poniendo en crisis abierta
su ilegal proceso económico de privatización del
Estado (el 25% de las compañías privadas extranjeras
ha abandonado Iraq [3]) y antes de que haya podido llevar
a cabo su proyecto político de traspaso formal del control
de la seguridad a unas fuerzas policiales y militares locales
-que, lejos de estar preparadas para asumir el control en las
ciudades iraquíes, han dado signo en algunos casos de
negarse a combatir contra su propio pueblo cuando la crisis se
ha acentuado en Iraq- y cuando aún no se ha determinado
a qué autoridad iraquí se deberá traspasar
el mando político el próximo 30 de mayo.
En esta coyuntura, la Administración
Bush, acelerada por las exigencias del calendario electoral y
por el aumento de la presión dentro de EEUU, se ha visto
obligada en las últimas semanas a forzar los acontecimientos
tanto en el plano militar sobre el terreno, como en el político
internacional utilizando para ello todas las bazas posibles.
Faluya:
forzar un 'arreglo' con la resistencia
En el plano interno, y en contra
de lo que muchos medios de información occidentales afirman,
la operación militar abierta tras el cerco de Faluya hace
tres semanas, no fue decidida al parecer como consecuencia de
la reacción al asesinato y la mutilación de los
guardias de seguridad privada estadounidenses en la ciudad. Antes
al contrario, el despliegue del cuerpo de marines que
reemplazó a las tropas del Ejército en las afueras
de la ciudad a finales de marzo respondía a un plan militar
diseñado para preparar un cordón de tropas, tanques
y artillería pesada alrededor de Faluya, bastión
de la resistencia armada iraquí, establecido a fin de
lanzar una batalla urbana contra el interior de la ciudad [4].
Esta decisión militar
de demostración de fuerza y capacidad ofensiva de los
ocupantes habría sido tomada en paralelo a un iniciativa
promovida por la APC meses atrás y relacionada con el
intento de abrir contactos con responsables de la resistencia
y, concretamente del prohibido partido Baaz a fin de negociar
un acuerdo que permitiría incorporar a un buen número
de ex oficiales iraquíes de rango medio y alto a puestos
fundamentales de los nuevos aparatos de las fuerzas de seguridad
y el Ejército, resquebrajando con ello la creciente unidad
operativa de la resistencia iraquí. Según se ha
filtrado en algunos medios árabes, la APC habría
intentado buscar un arreglo con el Baaz en tanto que fuerza
en la que descansa buena parte de la lógica militar de
la resistencia [5]. Fuentes de información baasistas,
de hecho, han confirmado que EEUU ha formulado un nuevo enfoque
respecto al papel que podrían desempeñar los miembros
del Baaz en la estabilización del país a través
de la contención de la resistencia. El anuncio efectuado
por Paul Bremer, el pasado 23 de abril [6], acerca de
levantar parcialmente la orden de 16 de mayo de 2003 que establecía
la total desbaacificación de Iraq, presentado como
un intento de corregir una medida que se ha evaluado por la propia
APC como abiertamente contraproducente para sus intereses, confirma
de hecho ese nuevo enfoque. De acuerdo con las filtraciones referidas,
EEUU a través de una tercera parte no iraquí, habría
intentado infructuosamente negociar hasta hace muy pocas semanas
con representantes baasistas. Un dato que podría confirmar
esta información es que el 23 de abril el partido Baaz
emitió a través de su servicio de información
un comunicado en el que tras fijar su posición en "[...]
el principio de la resistencia y la liberación de Iraq
y de acuerdo con el Programa Político y Estratégico
de la Resistencia armada de Iraq " [7], declaraba
que "[...] el partido no formará parte ni de los
planes ni de las fuerzas de la ocupación en Iraq o fuera
de Iraq" [8].
Este contexto explica el cerco
y posterior asalto de Faluya -una huída hacia adelante-
y en el se inscribe igualmente el ultimátum dado por el
mando militar estadounidense a la resistencia para que se formalizase
una tregua negociada que habría de conducir a la creación
de una patrulla conjunta de marines y policía iraquí
para patrullar las calles de la ciudad a partir del martes, 27
de abril. La tregua fue finalmente rota por los propios estadounidenses
sin que se hubiese cumplido el plazo establecido, cuando el pasado
26 de abril los marines lanzaron una brutal ofensiva terrestre
y aérea contra el interior de la ciudad -respaldada públicamente
por el presidente Bush- y que a pesar del poderío de su
fuerza militar, ha sido repelida por la resistencia de la ciudad
con intensos combates en las últimas 48 horas. En este
impasse, y ante la dificultad de avanzar en una situación
abocada a acabar con Faluya por la fuerza militar desproporcionada,
o a retirarse de la ciudad, los mandos estadounidenses se han
visto de nuevo obligados a virar su táctica y han anunciado
improvisadamente un nuevo plazo de 36 horas para que se establezca
una patrulla integrada esta vez por 1.100 efectivos iraquíes
de la policía creada por la APC dirigida por uno o varios
"ex generales" del antiguo ejército de Iraq
en lo que los ocupantes han dado en denominar ya el nuevo "Ejército
para la Protección de Faluya". En el plazo de las
36 horas, y una vez que las patrullas sean operativas, las fuerzas
de los marines levantarían el asedio de Faluya
y se replegarían [9]. Pretendiendo mantener una
posición de fuerza, la ocupación estadounidense
no puede ocultar su propia debilidad ante Faluya. Mientras tanto,
otros 11 soldados estadounidenses han muerto este jueves como
consecuencia de acciones de la resistencia en diferentes puntos
del país.
El frente
internacional: una nueva resolución de NNUU
Paralelamente, y ante el deterioro
progresivo que se ha instalado en la ocupación estadounidense,
EEUU está presionando nuevamente en el ámbito de
NNUU para que se acelere la aprobación de una nueva resolución
que legitime el proceso de transición que la APC
pretende imponer en Iraq antes del 30 de junio y que permita
neutralizar el deterioro militar de la llamada coalición
a través de la incorporación de nuevos efectivos
militares internacionales a Iraq.
En esta dirección y
a pesar de que aún no han trascendido los contenidos de
esa nueva resolución que deberá aprobarse a mitad
de mayo, Kofi Annan ya declaró el pasado 27 de abril que
la organización internacional no tomará el control
en Iraq aunque ha indicado que la cuestión de la seguridad
en esa resolución será central y podría
establecer un mandato para que una "fuerza multinacional"
(y no los cascos azules) se instale en Iraq, fuerza con
la que según Annan, "NNUU tendrá que trabajar
codo con codo y coordinarse en un tarea que será compleja"
[10].
Asegurar
la presencia militar indefinida de EEUU en Iraq
Además de las cuestiones
relativas a la seguridad de la ocupación militar,
la resolución deberá dar respuesta -legitimar-
el proceso de transición de la APC. El enviado especial
de Kofi Annan a Iraq, Lajdar al-Ibrahimi, ya ha dejado claro
en su informe a los miembros del Consejo de Seguridad (CS) de
NNUU, conforme a lo que interesa a la Administración Bush,
que es posible formar un nuevo gobierno provisional iraquí
que gestione el país desde el 30 de mayo hasta que en
2005 se celebren elecciones. Según propone al-Ibrahimi,
la composición de ese gobierno tendrá que decidirse
un mes antes de la fecha de transferencia de soberanía.
Igualmente, en ese periodo se deberá establecer cuáles
serán las misiones y las atribuciones de las tropas estadounidenses
que permanecerán en el país tras el 30 de junio
[11].
Esta cuestión no es
baladí pues, como la propia Administración Bush
ya ha dejado claro, la transferencia de soberanía a un
gobierno provisional iraquí será una cuestión
limitada ya que la autoridad última residirá en
la fuerza militar de ocupación y en la gigantesca embajada
que EEUU ha comenzado a construir en Bagdad en la antigua sede
del palacio presidencial de la República de Iraq, al frente
de la cual estará Negroponte, uno de los personajes más
siniestros de la política exteriores estadounidense, muy
particularmente en América Latina. El subsecretario de
Estado para Asuntos Políticos, Marc Grossman, ha confirmado
que el gobierno pondría "[...] un importante rostro
iraquí en muchos aspectos de la vida del país pero
el ejército de EEUU y no las fuerzas de seguridad iraquíes,
serán las encargadas de las cuestiones de seguridad"
[12].
"Transferencia
de soberanía" sin soberanía
Al-Ibrahimi ha señalado
también que ese nuevo gobierno provisional no debería
incluir a los actuales miembros del Consejo Gubernativo (CG)
iraquí, 25 personas seleccionadas por la APC el pasado
junio de 2003 y cuya representatividad ha sido ampliamente rechazada
por la mayoría de los iraquíes. Esta propuesta
coincide en el tiempo con la decisión de la Administración
Bush de excluir al futuro gobierno provisional a Ahmad Chalabi
[13], dirigente del Congreso Nacional Iraquí (CNI),
una formación creada y financiada por el Pentágono
en los años 90 y sobre la cual ha pivotado, junto con
otras organizaciones de su misma especie, incluidas el Partido
Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión
Patriótica del Kurdistán (UPK), las pro-iraníes
Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq
(CSRII) y al- Dawa fundamentalmente, la constitución de
un referente político artificial, asociado a los intereses
de EEUU e incorporado por la APC al CG para legitimar primero
la invasión y ocupación de Iraq y posteriormente
la tutela colonial de Iraq.
Habida cuenta de la total ausencia
de respaldo popular al oportunismo y colaboracionismo del CG,
la APC se ha visto obligada a formular un cambio de orientación
y de miembros en ese planificado gobierno de transición
que, tal y como al-Ibrahimi indicó ante el CS debería
componerse de miembros que no aspiren "a perpetuarse en
el poder" ni a presentarse a las elecciones. Sin haberse
definido aún cómo se pueda establecer ese nuevo
cuerpo político iraquí, se asume desde la secretaria
general de NNUU que una vez establecido se convocará una
conferencia nacional de unos 2.000 delegados que elegirán
una asamblea consultiva de 200 miembros para el periodo transitorio,
es decir hasta enero de 2005 en que se habrían de celebrar
elecciones generales. NNUU desempeñaría en el periodo
que va de junio a enero el papel de supervisor de la preparación
de los comicios [14].
Queda por ver como reaccionarán
ante estos eventos los restantes miembros del CS, muy especialmente
cuando el plan de al-Ibrahimi no resuelve en absoluto las exigencias
de Estados como Alemania, Rusia y Francia al respecto del reparto
de control político, económico y militar de la
ocupación de Iraq. Favorables a internacionalizar
la ocupación mediante un mandato de NNUU que la legitime,
ello solo puede ser aceptado si implica el reparto del control
político y económico del futuro de Iraq, que, únicamente
en esas condiciones contaría con el apoyo del envío
de tropas militares multinacionales a un Iraq igualmente ocupado
-a través de una fuerza multinacional- o de la propia
OTAN- bajo uno de los eufemísticos calificativos con que
la organización militar designa sus intervenciones, "operación
de mantenimiento de la paz" o de "ayuda humanitaria",
por ejemplo.
Conclusión
final
El revés que ha dado
la resistencia armada a la ocupación militar de Iraq ha
precipitado en el último mes una nueva crisis que ha alterado
nuevamente los planes militares del Pentágono en Iraq
y también los políticos de la APC.
Las dificultades que afronta
EEUU en Iraq lejos de poder resolverse como así se ha
puesto en evidencia mediante la fuerza militar, exigen avanzar
a toda celeridad -para responder a los plazos que marca el calendario
electoral estadounidense- en todos los frentes posibles internos
y exteriores. En el frente internacional, EEUU pretende retornar
al seno de NNUU en un estado de bochornosa debilidad pero sin
renunciar al hegemonismo de la ocupación unilateral en
Iraq. Opuestos a su exclusión del control y la participación
de un Iraq recolonizado, los países con mayor peso como
Francia, Alemania, Rusia, Japón y China, difícilmente
podrán aceptar ser ellos quienes resuelvan los problemas
de la APC en la gestión de la ocupación y muy especialmente
los asociados al control militar del territorio iraquí
si a cambio no se produce un acuerdo de reparto de la tutela
en otras áreas como la económica y la política.
De hecho, fuentes gubernativa indicaban el jueves 29 de abril
que Francia no enviará tropas a Iraq aún cuando
se aprobara una nueva resolución del CS, lo cual confirma
-como también en el caso del nuevo gobierno español-
que estos países perciben la iniciativa como meramente
de respaldo a los planes estadounidenses.
En el frente interno, EEUU
ha fracasado en imponer la legitimación de una autoridad
política tutelada a través del CG y, muy especialmente,
ha fracasado en su intento de crear un mecanismo local de control
de la población iraquí a través de un nuevo
cuerpo policial y un nuevo ejército del que servirse no
solo para hacer descansar en él el control de los medios
urbanos donde los ataques de la resistencia son más intensos
-y evitar más bajas a sus propias fuerzas y con ello su
coste político ante la opinión pública de
EEUU- sino también para pretender una estabilidad interna
que garantice la seguridad y avale a nivel internacional
el proyecto político y económico de la APC tras
el traspaso de poder el 30 de junio.
El levantamiento del cerco
a Faluya así lo confirma.
Notas de
CSCAweb:
1. Véase
en CSCAweb: Diario de la Resistencia de 12 y 13 de abril de 2004
(Diario
de la resistencia iraquí - Abril de 2004).
2. The Guardian, 29 de abril de 2004 y www.smh.com.au
3. Fuentes de la APC reconocían la semana pasada que el
25% de las empresas implicadas en contratos en Iraq han abandonado
el país en las últimas semanas como consecuencia
de la incremento de los combates entre insurgentes y fuerzas
de ocupación, así como la toma de rehenes por parte
iraquí. Estas fuentes admiten que el restante 75% "[...]
se ha atrincherado en sus bases", paralizando la ejecución
efectiva de sus actividades. Más de 40 civiles extranjeros
-mercenarios, miembros de ONG o empresarios y trabajadores- han
sido secuestrados en Iraq, y 10 de ellos muertos por sus captores.
Al menos Rusia, Francia, Polonia y Portugal han exigido a sus
nacionales que abandonen el país. Véase en CSCAweb:
Diario de la Resistencia de 27 de abril de 2004 (Diario
de la resistencia iraquí - Abril de 2004) y www.occupationwatch.org
4. The New York Times, 28 de abril de 2004.
5. www.albasrah.net
6. The Guardian, 23 de abril de 2004.
7. Véase en CSCAweb: El Consejo Nacional Unificado
de la Resistencia Iraquí anuncia su programa político:
liberación y reconstrucción de un Estado democrático
y social
8. www.albasrah.net, Op. cit.
9. Associated Press, 29 de abril de 2004 (http://story.news.yahoo.com).
10. La Vanguardia, 28 de abril de 2004.
11. The Independent, 28 de abril de 2004 y La Vanguardia,
29 de abril de 2004.
12. The Independent, 28 de abril de 2004.
13. The Washington Post, 24 de abril de 2004 y http://english.aljazeera.net
14. "Al-Ibrahimi: Interim body by June", en Al-Jazzeera,
28 de abril de 2004.
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