'Transferencia
de poder' a un gobierno títere en Iraq
EEUU preserva en el nuevo
borrador de resolución el pleno control sobre sus tropas
en Iraq, imposición aceptada por el gobierno de transición
designado esta semana
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
4 de junio de 2004
Loles Oliván, Nota informativa CSCAweb, 4 de junio de
2004
"Lo
que se anuncia para las próximas semanas, antes del 30
de junio, tanto para los iraquíes como para el resto de
la comunidad internacional real, es la reiteración del
espectáculo obsceno que se vio hace un año al aprobarse
la resolución 1483 en el seno del CS, en el que determinados
Estados, que únicamente representan los intereses económicos
en liza de sus propias corporaciones, negociarán y tratarán
de imponer sus condiciones sobre los otros para garantizarse
la mejor situación respecto al futuro de Iraq y su control
efectivo. Pero lo importante -y ello no se podrá modificar
con una votación más en el seno del Consejo de
Seguridad- es que el 1 de julio, en el interior de Iraq, la evolución
de las situación seguirá marcada por el factor
trascendental que ha modificado la realidad en el país,
en la región y, probablemente, a escala internacional:
una resistencia imparable"
La designación del gobierno
transitorio, de 36 miembros, el pasado 1 de junio ha puesto en
evidencia el limitado papel asistencial que supuestamente tenía
asignado NNUU a través del enviado especial de Kofi Annan.
Al-Ibrahimi, de hecho, ha sido explícito al quejarse públicamente
de que su autoridad y su labor han quedado "[...] seriamente
limitadas por los representantes oficiales de EEUU". Abiertamente
ha declarado: "A veces digo -y estoy seguro de que a él
no le importa que lo diga- que Bremer es el dictador de Iraq.
Él dispone del dinero [iraquí]. Él tiene
la firma. Nada se hace sin su acuerdo en este país"
[1]. No obstante y a pesar de sus críticas, el
diplomático argelino ha debido acabar admitiendo, tas
el respaldo otorgado por su superior, el secretario general Kofi
Annan al nuevo gobierno transitorio, que "[...] dado que
los estadounidenses gobiernan este país [Iraq], sus puntos
de vista han sido los que se han tenido en cuenta" y por
tanto, "este gobierno es el mejor que podíamos tener
en este momento".
Un "gobierno"
para la ocupación
Si la designación de
un hombre de la CIA como Iyad Alawi para el cargo de primer ministro
de Iraq [2] ya puso de manifiesto la verdadera trama que
subyace en el plan de transferencia de poder establecido por
la Administración Bush en el Iraq ocupado para el 30 de
junio, la nominación como presidente iraquí de
Gazi Ajil al-Yauar -un personaje ausente de Iraq en los último
30 años, vinculado al régimen saudí y con
lazos empresariales en EEUU- viene a confirmar los límites
que se van a imponer a ese gobierno transitorio y tutelado, por
lo demás compuesto esencialmente de muchos de los miembros
del disuelto Consejo Gubernativo anterior (11 de los 33 miembros
designados), a su vez designado por Bremer hace ahora un año,
o de personajes vinculados a sus diferentes formaciones.
Junto a la figura de al-Yauar
como presidente, se ha compuesto un nuevo cuerpo como herramienta
esencial que legitime internamente el proceso y lo haga
desde una falsa representatividad sectaria, étnica y confesional,
también impuesta desde la Administración Bush.
De entre todos sus miembros, no obstante, prevalece la figura
del primer ministro Alawi, precisamente porque sus tareas en
el nuevo gobierno transitorio y su trayectoria convergen en la
funcionalidad que EEUU le ha dotado, al asignarle la labor de
crear nuevos aparatos militar y de seguridad iraquíes
que operen bajo la supervisión, tanto en el reclutamiento,
como en el entrenamiento y en la disciplina, del mando militar
estadounidense, como así lo ha vuelto a reiterar el 3
de junio el secretario de Estado Colin Powell [3]. Powell
ha indicado en Dubai que el nuevo gobierno iraquí no podrá
vetar las decisiones del mando militar estadounidense en Iraq,
uno de lo punto polémicos del nuevo borrador de resolución
sobre Iraq que debate el Consejo de Seguridad, como más
adelante veremos.
De hecho, en la primera reunión
formal del gobierno transitorio, el propio Alawi lo ha dejado
claro cuando, tras identificar a la legítima resistencia
armada iraquí con terrorismo ("[...] Ayer
y hoy han tenido lugar ataques terroristas [en Iraq]", decía)
ha establecido que "[...] la seguridad es la prioridad número
uno del nuevo gobierno" y que "[...] los iraquíes
queremos trabajar con las fuerzas multinacionales y con nuestros
amigos y hermanos de la región para derrotar esas continuas
amenazas a Iraq y al pueblo iraquí". Igualmente,
ha sido explícito al afirmar que "[...] probablemente
el mando oficial de las fuerzas de la coalición, o en
su lugar, de las fuerzas multinacionales, estará bajo
control estadounidense porque [EEUU] será el país
con mayor participación en la fuerza multinacional"
[4]. Ciertamente, EEUU mantendrá en Iraq 138.000 efectivos,
mientras las veintena restante de países ocupantes (de
ellos, 17 de la OTAN) apenas aportan 20.000 soldados y policías
más.
Por si había alguna
duda de cuál es el juego de espejos entre ocupantes y
colaboracionistas, el ministro iraquí de Exteriores,
Hoshayr Zebari, que mantiene su cargo en la nueva instancia,
reclamaba el jueves, 3 de junio ante el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas el mantenimiento de la presencia militar extranjera,
al reconocer que las nuevas autoridades iraquíes no podrán
hacerse cargo de la seguridad tras el 30 de junio [5].
El CS: 'legitimar'
la ocupación a cambio de beneficios
Las declaraciones de Powell
y las de Alawi sobre el mantenimiento de las fuerzas de ocupación
en Iraq y su mando refrendaban lo establecido en el propio texto
de resolución presentado la semana pasada al Consejo de
Seguridad (CS) [6], y se vuelven a confirmar ahora en
un nuevo borrador que ha debido ser parcial y formalmente modificado
respecto del anterior, precisamente por la oposición que
ha generado su contenido en el seno del Consejo, particularmente,
entre los miembros de Francia, Rusia y China, y que tiene que
ver con la indefinición sobre el mandato temporal
y efectivo de las fuerzas de ocupación eufemísticamente
denominadas ahora "fuerza multinacional".
Dado que el anterior borrador
era explícito a la hora de determinar que seguiría
siendo EEUU quien estaría al mando tanto de las fuerzas
de ocupación como de las propias fuerzas iraquíes,
ni Francia, ni Rusia, ni China, pero tampoco Alemania (país
que ha dejado ya de ser miembro del CS pero gran potencia económica)
consideran beneficioso para sus intereses que dicha fuerza multinacional
(que esencialmente seguirá nutrida de tropas estadounidenses
y británicas de no producirse una decisión de intervención
de la OTAN en la próxima cumbre de Estambul en junio)
opere bajo mando estadounidense. Esa es, y no otra, la razón
por la que Francia, por ejemplo, a pesar de haber saludado la
propuesta de modificación promovida ahora por EEUU, ha
declarado que en ningún caso enviará tropas a Iraq
ni aprobará una nueva resolución en el CS si no
se define con mayor precisión esta cuestión y no
se aclara el grado de soberanía que tendrá Iraq,
en tanto que Rusia ha rechazado emitir un voto favorable hasta
que no se vea la reacción del pueblo iraquí ante
este nuevo gobierno elegido por designación de
EEUU [7].
¿Quién
decide el futuro de Iraq?
El debate sobre Iraq pretende
centrarse en este momento sobre el contenido de una resolución
que en ningún caso, ni siquiera en el más favorable,
contemplará la exigencia de retirada de todas las tropas
de ocupación de Iraq, de devolución de la soberanía
total a su pueblo y de restauración de un ordenamiento
internacional que, quebrado impunemente con la invasión
ilegal de Iraq por EEUU y Gran Bretaña, a nadie en el
CS interesa restaurar.
Antes al contrario, lo que
se anuncia en el futuro inmediato, antes del 30 de junio, tanto
para los iraquíes como para el resto de la comunidad internacional
real, es la reiteración del espectáculo obsceno
que se vio hace un año al aprobarse la resolución
1483 en el seno del CS, en el que determinados Estados, que únicamente
representan los intereses económicos en liza de sus propias
corporaciones, negociarán y tratarán de imponer
sus condiciones sobre los otros para garantizarse la mejor situación
respecto al futuro de Iraq y su control efectivo. EEUU, por un
lado, volverá a presionar a los restantes miembros para
que acepten las condiciones de su hegemonía colonial y
un nuevo marco de dominación para el país árabe
que alivie la precariedad del actual, en tanto que el resto intentará
ejercer su presión para obtener las mejores ventajas a
cambio de dar su visto bueno a una nueva resolución que
otorgue legitimidad internacional a lo que no es sino
un nuevo secuestro de la soberanía de Iraq -tras una larga
década de sanciones- y a una nueva formulación
de la injerencia extranjera en ese país que diluya en
términos de referente legal la ocupación militar
directa.
Pero lo importante -y ello
no se podrá modificar con una votación más
en el seno del Consejo de Seguridad- es que el 1 de julio, en
el interior de Iraq, la evolución de las situación
seguirá marcada por el factor trascendental que ha modificado
la realidad en el país, en la región y, probablemente,
a escala internacional: una resistencia imparable.
Notas:
1. Filikins,
D.: "Brahimi critical of heavy-handed US", 4 de junio de 2004.
2. Véase en CSCAweb: Las cosas claras: EEUU impone a un
hombre de la CIA como primer ministro de Iraq y desautoriza al
enviado de Naciones Unidas
3. Reuters, 3 de junio de 2004.
4. The Daily Star, 3 de junio de 2004.
5. Associated Press, 3 de junio de 2004.
6. Sobre el contenido del borrador véase en CSCAweb: Propuesta
de nueva resolución del CS: someter Iraq a la tutela colonial
indefinida salvando a EEUU del desastre - Texto del borrador
de la nueva resolución sobre Iraq
7. Reuters, 3 de junio de 2004.
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