Boda de sangre en Mugrldib
Testimonios e Informe
del Centro del Observatorio de la Ocupación en Bagdad
Iman Ahmad Jamas*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca) 2 de junio de 2004
Centro del Observatorio de la Ocupación en Bagdad (Iraq),
26 de mayo de 2004
Traducción para CSCAweb de Sinfo Fernández Navarro
"Los
tiroteos empezaron a las dos y media de la madrugada. Huí
con el cantante de la banda [de música], su nombre es
Basem al-Ali. [Los soldados estadounidenses] utilizaban proyectiles
para alumbrarse, seguían a los que huían y los
mataban; no dejaron con vida a nadie que se moviera. Había
paracaidistas, buscaron en la casa y remataron a los heridos.
Al alba, dos helicópteros llegaron y recogieron a los
soldados, entonces, tras unos cuantos minutos, vino un avión
negro y bombardeó con misiles la casa de Rekad y las de
sus hijos, destruyéndolas".
Normalmente se tarda cuatro
horas en ir de Bagdad a al-Qaim, una ciudad [iraquí] de
40.000 habitantes situada en la frontera con Siria, a 420 kilómetros
al oeste de la capital. Queríamos llegar allí antes
de que terminara la jornada laborable. Queríamos ver al
director del hospital de al-Qaim para preguntarle sobre las víctimas
de Mugrldib, un pueblecito situado al sur de al-Qaim, a 130 kilómetros
en la profundidad del desierto, donde las noticias relataron
que las tropas estadounidenses habían matado a 41 civiles
que asistían a una fiesta de boda. Desgraciadamente en
la carretera había un largo convoy con unos 25 camiones
y vehículos militares estadounidenses. Tuvimos que mantenernos
detrás de ellos al menos a una distancia de 200 a 300
metros. No se nos permitió adelantar al convoy aunque
la autopista tiene alrededor de 50 metros de ancho. Llegamos
dos horas tarde, pero el Dr. Hamdi al-Alusi, el director del
hospital, fue lo suficientemente amable como para esperarnos
y hablar con nosotros cuando conseguimos llegar a al-Qaim después
de las 13:00 h.
Hospital
de al-Qaim, 22 de mayo
"[...] El 19 de mayo,
por la mañana temprano -empezó a contarnos el Dr.
Al-Alusi- recibimos un gran número de personas heridas
del pueblo de Mugrldib, la mayor parte de ellos mujeres y niños.
Los que los traían estaban aterrados y en estado de histeria;
estaban tan conmocionados que nos preguntaban a nosotros qué
es lo que había sucedido, como si un terremoto hubiera
afectado al pueblo. 42 de las víctimas eran ya cadáveres;
enviamos los cuerpos al hospital forense de Ramadi, la capital
de la provincia [1]; 14 de ellos eran niños menores
de 12 años, 11 eran mujeres de diferentes edades. Los
heridos eran nueve y sus heridas graves. A muchos de los muertos
les habían disparado balas en la cabeza, en el pecho y
en el abdomen. Hicimos todo lo que pudimos para salvar a un bebé
de ocho meses. En el hospital todavía está ingresado
un niño de diez años con tiene varias heridas en
pecho y abdomen, podéis verle, pero tened cuidado cuando
le habléis. No sabe que toda su familia ha muerto."
-Imán Jamas: ¿Conoces
a estas personas?
-Dr. Al-Alusi: Sí,
pertenecen a la tribu de Albo Fahad, es la familia Rekad Naif.
-Imán Jamas: ¿Viste
algún extranjero entre ellos, alguien que pareciera extranjero?
-Dr. Al-Alusi: No,
ninguno. Es una historia muy penosa, han sido asesinado a familias
enteras. Una de las mujeres muertas fue hallada sujetando a su
bebé con los dientes después de que sus dos manos
fueran heridas. Ese pueblo tiene alrededor de 200 personas, así
que el 25% han sido asesinados.
Faisal Mohamed
Rekad, 10 años
Faisal es un niño de
10 años que yace silencioso en su cama. Tiene dos tubos
quirúrgicos que salen de su pecho y de su abdomen. Su
pie derecho está vendado, tiene dos restos de metralla
en la rodilla izquierda.
"No sé lo que pasó.
Yo estaba durmiendo cuando oí el tiroteo y todos corrimos
para escondernos en el valle", dice Feisal.
-Imán Jamas:¿Qué
ocurría allí?
-Faisal: No lo sé.
Obviamente, Feisal fue herido
y quedó inconsciente.
-Imán Jamas:¿Cuántos
hermanos y hermanas tienes?
-Faisal: Un hermano,
Inad, y dos hermanas.
-Imán Jamas:¿Cómo
están?
-Faisal: No lo sé.
Inad, un niño de seis
años, sus dos hermanas y Fátima Madhi, su madre,
todos fueron asesinados.
Adil Riyab
Mijlif, 35 años
Adil, que tiene la cabeza y
las manos con vendajes muy abultados, está sentado en
la cama en la esquina opuesta de la habitación. Su cara
tiene manchas azules, con la nariz y las mejillas llenas de rasguños.
-Imán Jamas: ¿Estabas
en la boda?
-Adil: Sí, ayudaba
en los preparativos. Levanté la tienda de campaña
y lo preparé todo. Traje la cocina de gas en mi pick
up.
-Imán Jamas: ¿Qué sucedió?
-Adil: Alrededor de las 22:30 empezamos a escuchar el
ruido de un avión durante mucho tiempo. Tras la cena,
paramos la música, terminamos la fiesta y nos fuimos a
dormir, decían que la situación no estaba muy tranquila
pero nos dormimos hacia la una de la madrugada. En la tienda
de campaña estábamos veinticinco hombres. Los músicos
estaban con nosotros. Alrededor de las dos y media de la madrugada
me desperté con el tiroteo. Salí fuera para ver
lo que ocurría. Había balas que provenían
del avión, vi un coche que resultó alcanzado y
que se incendió detrás de mí, entonces alcanzaron
a mi coche. Había alrededor de 17 tuberías para
cocinar con gas que explotaron. Resulté herido en la cabeza,
en la mano y en la espalda. Entonces empecé a huir. Tenía
la boca y los oídos bloqueados. Corrí durante cinco
kilómetros hasta que llegué a las otras casas.
Adil, de 35 años, tiene
mucha metralla en la mano izquierda, en la cabeza, en el muslo
derecho, en el brazo izquierdo y en la espalda. Ha perdido un
dedo de la mano izquierda.
-Imán Jamas: Los
iraquíes disparan al aire para celebrar las bodas, ¿quizá
fue por eso por lo que os dispararon?
-Adil: No, no disparamos
un solo tiro. Hay una escopeta en casa. La escondí en
el desván 10 días antes de al boda. Estamos en
medio del desierto, necesitamos una escopeta para protegernos.
Hamdan Jalaf,
18 años
Hamdan Jalaf, joven de 18 años,
cuida a Faisal.
-Imán Jamas:¿Estabas
allí?
-Hamdan: Sí,
estaba ayudando en la fiesta. Pinté la habitación
de Asad, el novio.
-Imán Jamas:¿Qué
viste?
-Hamdan: Los tiroteos
empezaron a las dos y media de la madrugada. Huí con el
cantante de la banda, su nombre es Basem al-Ali. [Los soldados
estadounidenses] utilizaban proyectiles para alumbrarse, seguían
a los que huían y los mataban; no dejaron con vida a nadie
que se moviera. Había paracaidistas, buscaron en la casa
y remataron a los heridos. Al alba, dos helicópteros llegaron
y recogieron a los soldados, entonces, tras unos cuantos minutos,
vino un avión negro y bombardeó con misiles la
casa de Rekad y las de sus hijos, destruyéndolas.
-Imán Jamas: ¿Qué
hiciste?
-Hamdan: Ayudé
a poner los cuerpos en el camión. Tuvimos que recoger
trozos de cuerpos e intentamos completarlos. Vi cuerpos despedazados.
Ayudé a recomponer treinta cuerpos, entre ellos quince
mujeres y muchos niños. Se quemaron seis coches.
Mugrldib,
día 23 de mayo de 2004
Tuvimos que conducir durante
una hora por una carretera asfaltada hacia el sur de al-Qaim
y al llegar a un punto determinado giramos a la derecha y fuimos
por el desierto durante 15 kilómetros. No había
nada alrededor de nosotros, sólo polvo, rocas pequeñas
y suaves colinas. Vimos numerosos rebaños grandes. Miles
de ovejas. En el horizonte se divisaban tres manchas negras,
eso era Mugrldib. No es un pueblo normal, sólo hay unas
cuantas casas grandes esparcidas por el desierto separadas unas
de las otras por un kilómetro o más.
¿Por qué Rekad
hizo la fiesta de la boda allí? Samir Jigheifi, nuestro
guía, que había trabajado como pastor durante cinco
años para Rekad, nos dio la respuesta: "Él
vive allí. Todas esas casas son para la gente que alimenta,
compra y vende ovejas. Tienen aquí sus casas porque pasan
en estas zonas cuatro o cinco meses al año". En la
actualidad, estas casas son como las jaimas que los pastores
tenían en el pasado.
Mugrldib:
un nuevo al-Amiriya
Había dos casas, a unos
50 metros una de otra, gravemente destruidas por su lado sur;
los tejados estaban a ras de tierra. El aspecto de los tejados
derrumbados y de las barras de hierro retorcidas recordaban al
refugio de al-Amiriya que fue alcanzado por misiles estadounidenses
en Bagdad en 1991 matando alrededor de 440 mujeres y niños
[2]: la similitud entre las dos situaciones resultaba
horrible.
Todos los cristales estaban
hechos trizas; las agrietadas paredes estaban cubiertas por cientos
de disparos de tamaño diferente. Había dos gramófonos,
un tanque de agua y un gran camión destrozados y quemados
por las bombas. Había un aparato estéreo roto cerca
de la puerta. Zapatos de diferentes tamaños desparramados,
muchos de ellos de pies infantiles. Trozos de las vestimentas
que las mujeres se ponen en el Iraq rural manchados de sangre,
juguetes de niño, pasadores de pelo de las niñas,
piezas de dominó, pilas de cámara Detrás
de la casa había decenas de ollas, bandejas, paños
de cocina, hornos locales de cocer pan, hornillos, un saco de
arroz, latas de tomate triturado, aceite de cocinar y sacos llenos
con restos de comida para los animales Todo había sido
acribillado con miles de balas y metralla. Contamos en un plato
por lo menos 25 agujeros. Una manguera azul estaba cortada en
varias piezas. Todos los detalles nos decían que esos
eran los objetos utilizados en la preparación de una fiesta
de boda en las áreas rurales, donde las celebraciones
importantes con cientos de platos son signos de prestigio social.
También nos decían que hubo un tiroteo salvaje
que duró mucho tiempo.
Cincuenta metros más
allá, Taisir, nuestro cámara gritó: "Venid,
venid aquí", había una cercado circular de
alambre donde se guarda a las ovejas, junto a la cerca había
una gran mancha roja oscura. "Esta es la sangre de una de
las mujeres", dijo Hamid Atalla, un hombre de 25 años
que ayudó a rescatar a los heridos y que se unió
a nosotros desde una casa vecina situada a la derecha. Había
sido testigo ocular de toda la tragedia. "Hay muchas así,
vengan", dijo señalando a la mancha de sangre. Durante
los siguientes diez minutos vimos las cosas más horribles
que habíamos visto nunca. La tierra estaba llena de agujeros
de misiles de tamaño diferente, manchas de sangre por
doquier, algunas de un metro de ancho. En algunas de ellas, restos
de carne humana se secaban bajo el sol que cada vez calentaba
más. En uno de los restos había un largo mechón
negro todavía sin arrancar de la carne. No pude ver más.
Volví huyendo hacia la casa demolida. Tras pocos minutos,
Hamid, Taisir, Samir y el señor Hisham Qasim, un abogado
de al-Qaim que nos acompañaba, regresaron.
Hamid Atalla,
25 años
Hamid Atalla nos relata:
"[...] Era la boda de
Azhad Rekad Naif. La fiesta empezó por la tarde como es
costumbre. La música y el baile continuaron hasta las
diez. Estábamos cenando cuando oímos el ruido de
un avión. Estuvo dando vueltas durante mucho tiempo. A
las once, todos los invitados se fueron, sólo se quedaron
aquéllos que habían venido de lejos. Rekad dijo
que no era muy seguro permanecer aquí pero parecía
que las mujeres estaban demasiado cansadas para moverse con los
niños durmiendo. Yo estaba durmiendo en mi casa cuando
oí el tiroteo. Eran entre las dos y media y las tres de
la madrugada. Dos helicópteros estuvieron disparando brutalmente
hacia las casas de Rekad durante más de dos horas. Entonces,
alrededor de las cinco de la madrugada vimos a muchos soldados
[estadounidenses], más de treinta, ir hacia las casas
con linternas en las manos. Oímos cómo disparaban
con armas ligeras a la gente herida que yacía en el suelo.
Una de las mujeres heridas se llamaba Iqbal, encontraron en su
cuerpo varias balas de revolver estadounidense. Buscaron por
la casa. Cogieron todo el dinero y el oro que las mujeres muertas
llevaban puesto. Cogieron también la cámara y las
películas. El cámara, Yaser, y su ayudante, Ammar,
fueron asesinados. Yo vi a la mujer de Rekad, yacía allí...
Esa sangre es suya. La matanza fue brutal; muchos fueron asesinados
disparándoles con armas ligeras en al cabeza. Alrededor
de las seis de la mañana dos helicópteros Chinook
vinieron llevándose a todos los soldados. Tras pocos
minutos llegó un caza negro, no volaba muy alto. Disparó
varios misiles contra las dos casas y, como has visto, las pulverizó.
Había cinco vehículos blindados también,
cinco, pero no se acercaron."
Había una gran mancha
roja oscura donde Hamid señalaba. Había pequeñas
balas doradas que los hombres decían que eran de un arma
ligera.
-Imán Jamas: ¿Por
qué crees que hicieron esto?
-Hamid: No lo sé.
-Imán Jamas: ¿Quizá
porque los parientes dispararon al aire para celebrar la boda?
-Hamid: No, no hubo
ni un solo disparo. Fueron muy cuidadosos.
El alcalde de al-Qaim, el señor
Riya Nawaf, dijo que tenía la información del informe
policial sobre lo ocurrido en Mugrldib, que conseguimos, y que
no difiere de las historias que habíamos escuchado de
los testigos.
Pero nos dijo que no creía
que las fuerzas estadounidenses situadas en al-Qaim tuvieran
nada que ver con la masacre de la boda porque no hay aviones
de ataque en esta base. Dijo que no intentó preguntar
nada a los estadounidenses sobre lo ocurrido. Ellos tampoco les
dijeron nada.
El informe policial, en efecto,
no constaba más que de una descripción general
de lo ocurrido y de una lista de los nombres de las víctimas.
Fue escrito el 21 de mayo, más de 48 horas después
de que las víctimas fueran llevadas al hospital.
Ramadi,
día 23 de mayo de 2004
Rekad es un hombre de sesenta
y tantos años, parece cansado y enfermo. Llevaba puesta
una cufia [3] blanca con la grafía árabe
en negro, probablemente como símbolo de profunda tristeza.
Recibía las condolencias en silencio. Su hijo, el novio,
cubría su cabeza y parte de la cara con un shmagh rojo
[4]. No levantó los ojos del suelo; no hablaba
ni prestaba atención alguna a lo que sucedía. Algunos
hombres en el diwan, la habitación para los hombres,
no se sentían muy cómodos en mi presencia, con
el cámara, el micrófono y las preguntas. Rekad
me dio la bienvenida y me puso cerca de él.
"Hija mía, -dijo
dirigiéndose hacia mí- soy un pobre hombre viejo.
He enterrado a todos mis hijos, hijas y nietos. Han matado a
toda mi familia. Estoy muy triste. Pero lo que me pone mucho
más triste son las mentiras que están diciendo
sobre mí. Todo lo que hice fue una fiesta de boda para
mi hijo, algo que cualquier padre haría"
Un anciano, sentado al lado
de Rekad quiso hablar de forma voluntaria: "Que den una
sola prueba de lo que dicen, alguna. Pero son unos mentirosos.
Masacraron a todas estas mujeres y niños, incluso llegaron
a robarles el oro y el dinero". Empezó a contar lo
que había ocurrido en la noche del 18 al 19 de mayo, que
era exactamente la misma historia que habíamos oído
de los demás. Los helicópteros Apache, los
vehículos blindados, los disparos sin tregua, los paracaidistas,
los cazas negros y el asesinato de los heridos...
¿Cuánta gente
murió en su familia? le pregunté al hermano
de Rekaad. 25, contestó, muchos de ellos mujeres y niños.
Le pedí la lista y me la dieron:
- Mohamad Rekad, 28 años.
- Ahmed Rekad, 26 años.
- Talib Rekad, 27 años.
- Mizhir Rekad, 20 años.
- Daham Rekad, 17 años.
- Saad Mohamad Rekad
- Marifa Obeid, la esposa de Rekad (edad no consignada).
- Fátima Madhi, la nuera de Rekad (edad no consignada).
- Raad Ahmed, nieto, tres años.
- Raid Ahmed, nieto, dos años.
- Waad Ahmed, nieto, un mes.
- Inad Mohamad, nieto, seis años.
- Anud Mohamad, nieta, cinco años.
- Amal Rekad, hija, 30 años.
- Anud Talib, nieta, dos años.
- Julud Talib, nieta, seis meses.
- Hamid Munif, yerno, 22 años.
- Somalia Nawaf, esposa, 50 años.
- Siham Rekad, hija, 18 años.
- Hamda Suleiman, esposa, 45 años.
- Rabha Rekad, hija, 16 años.
- Zahra Rekad, hija, 15 años.
- Fátima Rekad, hija, cuatro años.
- Ali Rekad, hijo, 12 años.
- Hamza Rekad, seis años.
Si añadimos a esta lista
cinco personas más de otra familia llamada Garaghul, dos
mujeres y tres hombres, y también los trece hombres de
la banda de música y dos cámaras y su ayudante,
el número total de víctimas es de cuarenta y cinco.
Hay todavía seis personas
en el hospital, Julud, de ocho meses, Sabha de 22 años,
Iqbal de 14, Muza de 12 y, desde luego, Faisal y Adil.
Notas de
CSCAweb:
1. La ubicación
de esta provincia, la de al-Anbar, puede verse en CSCAweb: Cartografía
básica de Iraq
2. Sobre el refugio civil de al-Amiriya en Bagdad, véase:
Al-Amiriya
(Iraq)
3. Pañuelo tradicional que utilizan los hombres árabes
adultos para cubrirse la cabeza.
4. Gorro tradicional.
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