Patriotas e invasores
La resistencia
iraquí a la ocupación goza de un enorme apoyo popular
Sami Ramadani*
6 de
octubre de 2003. The Guardian, 27 de septiembre de 2003
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Dos semanas más
tarde y después de hablar con montones de personas y de
visitar gran parte de Bagdad, caí en la cuenta de que
el espíritu rebelde y libre de aquel niño era un
conmovedor y poderoso símbolo de cómo se sentía
la mayoría de los habitantes de Bagdad respecto a las
fuerzas de ocupación. [...] Es precisamente este espíritu
el que Bush y Blair no tuvieron en cuenta cuando decidieron invadir
y ocupar Iraq."
Fue la primera vez en que de manera repentina me di cuenta
de que Bagdad, la ciudad de mi infancia, es ahora un territorio
ocupado. También fue mi primer encuentro con un potente
símbolo de la hostilidad iraquí hacia las fuerzas
de ocupación. Sentado en el asiento delantero de un taxi
que nos traía desde Amán, de pronto me di cuenta
que una enorme ametralladora nos estaba apuntando a unos escasos
metros. Se trataba de un soldado estadounidense a bordo de un
vehículo blindado que estaba enfrente de nosotros, atrapado
en un atasco a las afueras de Bagdad. Hacía gestos de
desaprobación a nuestro conductor por acercarse a demasiada
velocidad; después miró a su izquierda y enfadado
hizo un gesto con su dedo anular. Seguí su mirada y vi
que se dirigía a un niño que no tenía más
de ocho o nueve años y que estaba sentado en una silla
delante de unas puertas abiertas que daban al jardín de
su casa. Estaba gritando enfadado y blandía desafiante
su puño cerrado que cortaba el aire con rápidos
y furiosos ganchos de derecha.
Dos semanas más tarde y después de hablar con
montones de personas y de visitar gran parte de Bagdad, caí
en la cuenta de que el espíritu rebelde y libre de aquel
niño era un conmovedor y poderoso símbolo de cómo
se sentía la mayoría de los habitantes de Bagdad
respecto a las fuerzas de ocupación. Es precisamente este
espíritu indomable el que sobrevivió a las décadas
del brutal régimen de Sadam [Husein], a las muchas guerras
y a los mortíferos trece años de sanciones [económicas
del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas]. Y es precisamente
este espíritu el que Bush y Blair no tuvieron en cuenta
cuando decidieron invadir y ocupar Iraq. En vez de ello, decidieron
escuchar el eco de sus propias voces repercutiendo sobre ellos
desde algunos grupos de oposición iraquíes nutridos,
financiados y entrenados por el Pentágono y la CIA. Algunas
de estas voces iraquíes son ahora miembros del Consejo
Gubernamental iraquí designado por EEUU.
'El aprendiz se ha ido, llega el
amo'
Un reciente reportaje del Washington Post confirma
los rumores que oí en Bagdad acerca de que la resistencia
iraquí a la ocupación es tan fuerte que las autoridades
están reclutando activamente a algunos de los brutales
agentes de las fuerzas armadas y de seguridad que el propio Sadam
utilizó para reprimir al pueblo. De ser esto cierto, la
Administración estadounidense, en nombre de la lucha contra
los denominados restos del régimen de Sadam, se encuentra
en estos momentos muy atareada tratando de reconstruir el resquebrajado
edificio del tiránico Estado de Sadam -una tiranía
que durante muchos años EEUU apoyó y armó
con armas de destrucción masiva. Uno de los muchos dichos
populares que oí reiteradamente en Bagdad y que describe
las relaciones entre EEUU y el régimen de Sadam es "Rah
el sani', ija el ussta", "El aprendiz se ha ido,
llega el amo".
Más que odiado, el Consejo Gubernamental [iraquí]
es ridiculizado y atacado porque sus miembros fueron elegidos
sobre criterios sectarios [1]. La mayoría de las
personas con las que hablé cree que se trata de un organismo
carente de poder: no tiene ejército, no tiene policía
y no tiene presupuesto nacional, y sin embargo se vanagloria
de tener nueve presidentes rotativos. Uno de los chistes que
circulan por Bagdad es que apenas uno había quitado el
retrato de Sadam cuando ya se te estaba pidiendo que pongas otros
nueve.
El apoyo al Consejo se limita estrictamente a algunos activistas
de las organizaciones que lo componen. Es más, se podría
afirmar que la mayoría de los miembros de las organizaciones
más fiables que pertenecen al Consejo se oponen a integrarse
en este organismo designado por EEUU. Por ejemplo, los dirigentes
del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en
Iraq (CSRII) tienen cada vez más dificultades para convencer
a sus seguidores de que la cooperación con los invasores
sigue siendo una vía posible para la independencia y la
democracia. Lo mismo ocurre con otro partido más pequeño
pero igualmente fiable, la Da'wa islámica, la cual, tras
su decisión de unirse al Consejo, sufrió una importante
escisión entre sus miembros.
La ahora pequeña organización que en el Iraq
de finales de los años cincuenta gozaba de un apoyo mayoritario,
el Partido Comunista Iraquí (PCI), se oponía a
la invasión y [a la creación del] Consejo, pero
en último momento decidió unirse a éste.
La mayoría de sus seguidores se oponía. Uno de
ellos, un pobre conductor de camión, lo describía
como una decisión incluso peor que la tomada en 1972 por
la directiva del PCI de unirse al gobierno de Sadam. Esta política
se vino abajo en medio de un baño de sangre cuando Sadam
la emprendió contra los miembros del PCI, y asesinó,
encarceló y obligó a exilarse a miles de ellos.
El conductor de camión describió el Consejo como
"el trozo de hierro del diablo", un dicho que se refiere
a la costumbre supersticiosa de tener en casa un trocito de hierro
para protegerse del diablo.
El abismo entre el sentir popular y la pertenencia al Consejo
se vio claro tras el asesinato del dirigente del CSRII, el ayatola
Mohamed Baqir al-Hakim. Las consignas coreadas por los cientos
de miles de personas que se manifestaron durante los tres días
de funerales en Bagdad y Najaf ("Muerte a EEUU, muerte
a Sadam" y "No hay más Dios que Alá;
EEUU es enemigo de Alá; Sadam es enemigo de Alá")
eran muy acordes con aquello de lo que yo había sido testigo
en Bagdad. Mostraban el vigor del sentimiento antiestadounidense
existente tanto en Bagdad como en el sur.
La única zona en la que EEUU ha tenido un éxito
relativo es el Kurdistán iraquí. La situación
política en esta zona es compleja. La mayoría
de los kurdos creía que la zona de exclusión aérea
[2] existente durante el gobierno de Sadam los protegía
de sus armas químicas y es evidente que las sanciones
no perjudicaron al Kurdistán tanto como al resto de Iraq.
En los prolegómenos de la guerra, la mayoría de
los kurdos aceptaban la idea táctica de estar siendo protegidos
de Sadam y del odiado ejército turco. Pero a pesar de
ello, es posible que los planes estadounidenses en el Kurdistán
se enfrenten con la oposición popular cuando la realidad
de los intereses estadounidenses y las contradicciones regionales
se reafirmen por sí mismas. Mientras tanto, es poco probable
que se rompa la unidad política histórica entre
kurdos y árabes en Iraq.
Apoyo a la resistencia armada
Y, ¿qué ocurre con la resistencia armada? ¿Y
por qué es mucho más evidente en unas partes de
Iraq que en otras? Es indudable que la resistencia armada contra
las fuerzas de ocupación estadounidenses goza de un amplio
apoyo popular y que en su mayor parte la llevan a cabo organizaciones
políticamente diferentes y basadas en las distintas zonas.
Sin embargo, también encontré en Bagdad a personas
que aun apoyando a los patriotas que resistían
al invasor, consideraban que estas acciones eran prematuras.
Consideraban que primero se debían agotar los medios pacíficos,
movilizando a la gente en organizaciones de masas, antes de hacer
frente a las fuerzas de ocupación en una lucha armada.
De las teorías de conspiración que circulan por
Bagdad se puede deducir el sentir popular. La gente culpa rutinariamente
a EEUU, Israel o Kuwait de que se ataque a más civiles
que a objetivos militares.
Pero no se necesita ser un experto en conspiraciones para
sospechar que la principal razón de la fuerte intensidad
del conflicto armado en zonas del centro de Iraq y en Mosul [3]
es que el propio EEUU decidió convertir estas zonas en
el escenario de un enfrentamiento que creía poder ganar
con mayor facilidad, estableciendo así una cabeza de puente
desde la que podría someter Bagdad y el sur. EEUU provocó
el conflicto matando a civiles a sangre fría en Faluya,
Mosul, Ramadi y en otros sitios mucho antes de que en esas zonas
hubiera cualquier tipo de resistencia armada [4].
Las fuerzas de ocupación pronto descubrieron que la
menor provocación en los laberínticos distritos
de la clase trabajadora de Bagdad y de la mayoría de las
ciudades del sur iba seguida de masivas demostraciones de fuerza
popular en las calles. Con toda seguridad el mando militar estadounidense
sabe que los iraquíes de aquellas zonas están fuertemente
armados, bien entrenados y mejor organizados.
El disparate de la autoridad estadounidense acerca del "Triángulo
sunní" [5] y el "Bagdad y sur shi'í"
es una cortina de humo que por el momento no ha ser servido para
dividir al pueblo iraquí o para llevarlos a un conflicto
interno. Los únicos que ahora creen que EEUU va a respaldar
una vía democrática son los pocos que aún
no han entendido completamente el papel desempeñado por
EEUU en la historia moderna de Iraq, la importancia estratégica
de Iraq y la naturaleza de la actual política exterior
de EEUU.
Al dejar la ciudad por la carretera de vuelta a Amán,
cuando nuestro coche pasaba al lado de la casa de aquel precioso
niño, me di cuenta de por qué mi amor por Bagdad
había permanecido inalterable a pesar de los 34 años
de exilio.
Notas de CSCAweb:
1. Sus 25 miembros,
designados por la autoridad de ocupación, contabilizan
como grupos étnicos o confesionales, no como formación
política concreta. Así, por ejemplo, el representante
del Partido Comunita Iraquí en el Consejo -su secretario
general- contabilizada, no como tal, sino como representante
shi'í. Véase en CSCAweb: EEUU
intensifica la presión interna e internacional para afianzar
su ocupación en Iraq
2. Al norte y sur del país, aérea de exclusión
para la aviación iraquí y de patrullaje aéreo
estadounidense y británico. Mantenidas unilateralmente
sin sanción del CS de NNUU desde el fin de la Guerra del
Golfo de 1991 por EEUU y Reino Unida, contaron en una primera
etapa con el apoyo por parte de Francia.
3. Tercera ciudad del país, ya en la zona del Kurdistán
iraquí.
4. Véase en CSCAweb: Resistencia iraquí
5. Entre las ciudades de Bagdad, Tikrit (al norte) y Ramadi y
Faluya (al oeste). Considerado por las fuerzas de ocupación
como un feudo baasista.
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