02. El
ejemplar origen de la democracia en Occidente
Desde
la fase inferior de la barbarie a la civilización
Los antecedentes de
la “democracia” moderna, se
remontan a la etapa inmediatamente posterior
a las organizaciones sociales
más primitivas, formadas por grupos de familias emparentadas llamadas gens,
entre cuyos miembros estaba prohibido el matrimonio. Un conjunto de gens formaban
una fratria (hermandad) y
varias fratrias constituían una
tribu. Estas formaciones sociales surgieron durante la llamada edad del cobre, que
permitió a los seres humanos disponer de herramientas hechas con ese metal, cuando
aun se desconocían las técnicas de la fundición y era modelado a golpes de martillo.
En el capítulo III de su
obra: “El origen de la familia, la
propiedad privada y el Estado”, Federico Engels se interesó por las
investigaciones del antropólogo norteamericano Lewis Henry Morgan, quien estudió ese tipo de sociedad
describiendo el asombroso desarrollo modélico de la cultura entre los iroqueses, que
habitaron la región de los grandes lagos a lo largo de las tierras regadas por
el Río San Lorenzo,
ocupando sus orillas desde lo que hoy es la provincia canadiense de Quebec, al
sur de Ontario, hasta la ciudad norteamericana de Nueva York. Allí la autoridad política permanente de
la tribu era el Consejo o Asamblea, una institución encargada de resolver los
asuntos comunes a las distintas gens,
a cargo de sus respectivos jefes políticos (sachem) y
caudillos militares, revocables en
cualquier momento:
<<Componíanse de
los sachem y los caudillos de todas las gens, sus representantes reales, puesto
que eran siempre revocables>> (F. Engels en Obras Escogidas: “El origen de la familia, la propiedad
privada y el Estado” Cap. III.
Ed. “Progreso”/1974 Pp. 272. Versión
digitalizada Pp. 49
Éste de la revocabilidad
democrática de los sachem, es el segundo aspecto distintivo que destacó Engels describiendo
esa sociedad. El primero fue que la voluntad de aquellos líderes políticos y
militares, jamás llegaba entre los suyos al extremo de usar la violencia:
<<El poder del sachem en el seno de la gens es
paternal, de naturaleza puramente moral. No dispone de ningún medio coercitivo>> Ed.
Cit. Pp. 272). Versión
digitalizada Pp. 45).
En tercer lugar, sorprende el carácter igualitario absolutamente
democrático que predominaba entre los miembros de la tribu, a la hora de tomar
decisiones en las deliberaciones del Consejo. Todos con pleno derecho al uso de
la palabra para dar su opinión; incluidas las mujeres, expresándose a través de
un orador masculino escogido por ellas. Para determinadas resoluciones se
requería la unanimidad. Los demás acuerdos se decidían por mayoría, votando a
mano alzada o por aclamación de hombres y mujeres:
<< ¡Admirable
constitución ésta de la gens (iroquesa), con toda su ingenua sencillez! Sin soldados, gendarmes ni policía, sin
nobleza, sin reyes, virreyes, prefectos o jueces, sin cárceles ni procesos,
todo marcha con regularidad. Todas las querellas y los conflictos son zanjados
por la colectividad a quien conciernen, la gens, la tribu o las diversas gens
entre sí; sólo como último recurso rara vez empleado, aparece la venganza
de sangre, de la cual no es más que una forma civilizada de nuestra pena de
muerte, con todas las ventajas y todos los
inconvenientes de la civilización (…) No hay aun esclavos y, por regla
general, tampoco se da el sojuzgamiento de tribus extrañas (…) Cuando los
iroqueses hubieron vencido en 1651 a los erios y a la "nación neutral",
les propusieron entrar en la confederación con iguales derechos; sólo al rechazar
los vencidos esta proposición, fueron desalojados de su territorio. Qué hombres y qué mujeres ha producido semejante sociedad, nos lo prueba la
admiración de todos los blancos que han tratado con indios no degenerados,
ante la dignidad personal, la rectitud, la energía de carácter y la intrepidez
de estos bárbaros>>. (F. Engels: Op. cit. Versión
digital Pp. 52)
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