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Palestina


* Joseph Andoni Massad, palestino, es profesor asistente de Política árabe moderna e Historia intelectual en la Universidad de Columbia (EEUU) y autor de Colonial Efects: The Making of National Identity in Jordan.

Palestina


Trastocar 'la calle árabe'

Joseph A. Massad*

23 de mayo de 2003. Al Ahram Weekly, 15 a 21 de mayo de 2003, núm. 638
Traducción de Loles Oliván (www.nodo50.org/csca)

"Siendo el último y único bastión en el que la causa del pueblo palestino sigue siendo central, 'la calle árabe' se ha convertido en el objetivo más importante a subvertir. No solo la han elegido como blanco EEUU y sus panfletos de propaganda sino los intelectuales árabes neoliberales que pretenden tirar la causa palestina al cubo de la basura de la historia con el fin de hacer de la subordinación a EEUU e Israel la cuestión central a la que se adhiera la "calle árabe", tal y como ya han hecho los regímenes árabes".

Cada vez que abro estos días un periódico árabe, se me aborda con columnas escritas por neoliberales que expresan demasiada preocupación por la primacía de la cuestión palestina en la política árabe. Los columnistas insisten en que [el hecho de que] Palestina siga siendo [una cuestión] central va en detrimento del nacionalismo árabe, de los regímenes árabes y de "la calle árabe". Mientras el nacionalismo árabe, en tanto que fuerza política organizada, ha dejado de existir como proyecto político excepto en las esperanzas de sus partidarios, los regímenes árabes que podrían haberle hecho un buen servicio [a la causa palestina] como la quintaesencia de la "causa árabe", ya ni siguiera la mantienen más que como una parodia.

Desde la invasión israelí de Líbano [1982] y la derrota militar de la OLP ni siquiera esta organización o su mera sombra truncada, la Autoridad Palestina (AP), creen ya que la causa palestina sea central. En lo que respecta a la AP, dos de los tres elementos centrales de la causa, principalmente, los millones de palestinos que viven en el exilio forzado o el más de un millón de palestinos israelíes que viven bajo el racismo institucionalizado de Israel ya no forman parte de la causa. Si para los regímenes árabes, lo fundamental durante todo este tiempo ha sido hacer la paz con Israel y someterse a la voluntad estadounidense, para la AP lo es obtener el poder político para la élite corrupta de Oslo y una mera semblanza de derechos para los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza. En el mundo árabe de hoy, aparte de los propios palestinos, solo vive su causa la "calle árabe".

Propaganda neoliberal árabe

Mientras pontifican sobre "la calle árabe", pocos comentaristas se molestan siquiera en definirla. No hablan de sindicatos de trabajadores y profesionales, organizaciones de mujeres, asociaciones de empresarios, miembros de partidos políticos (legales o ilegalizados), hombres y mujeres de las letras, artistas, estudiantes, académicos, funcionarios del sector privado y del gobierno, desempleados, y todos los tipos de gentes procedentes de áreas rurales y urbanas sino, más bien de una entidad amorfa conocida como "la calle árabe".

Siendo el último y único bastión en el que la causa de un pueblo oprimido sigue siendo central, "la calle árabe" se ha convertido en el objetivo más importante a subvertir. No solo la han elegido como blanco EEUU y sus panfletos de propaganda (a los que se ha añadido Radio Sawa y a los que se añadirá este año un nuevo canal de televisión en lengua árabe) sino los intelectuales árabes neoliberales que pretenden tirar la causa palestina al cubo de la basura de la historia con el fin de hacer de la subordinación a EEUU e Israel la causa primera a la que se adhiera la "calle árabe", tal y como ya han hecho los regímenes árabes.

El resentimiento de los neoliberales por el pueblo palestino y la centralidad de su causa en "la calle árabe" no es un fenómeno nuevo. Ha sido adoptado por varios regímenes y corrientes políticas árabes desde 1960. Lo que todos los intelectuales neoliberales árabes están haciendo en la actualidad es movilizar ese resentimiento alrededor de todo el mundo árabe con el objetivo de hacer caer la causa palestina de una vez por todas. Si algunos nacionalistas árabes o islamistas creen que EEUU es el responsable de todos los males del mundo árabe, los intelectuales neoliberales árabes creen que es la preeminencia de la causa palestina la principal razón de todos esos males. Así, la idea es movilizar el resentimiento contra el pueblo palestino y librar al mundo árabe de los palestinos para prepararlo para una muy esperada aceptación de EEUU e Israel, conocida de otro modo como "modernidad y política". En un artículo publicado en Al Hayat , uno de sus autores, Hazim Saghiyyah, el más destacado de los neoliberales, ha calificado recientemente lo que él denomina "la ideología arabista" en referencia al nacionalismo árabe, como pre-política. Saghiyyah se lamenta de que el mundo árabe tenga que alcanzar aún la modernidad.

Todo comenzó cuando la OLP amenazó al régimen jordano a finales de [la década de] los 60 y comienzos de los 70. Los excesos de la OLP, cuya dirección era tan poco representativa del pueblo palestino como lo era el resto de los regímenes árabes de sus propios pueblos, fueron achacados al pueblo palestino. Ello creó un gran resentimiento contra los palestinos en "la calle jordana" que rechazó culpar al gobierno de Jordania por sus excesos. Los partidarios de un Líbano dominado por los maronitas culparon al pueblo palestino del desastre creado por el sectarismo maronita en ese país y por los excesos de la OLP en el mismo. Cuando el mundo árabe rechazó al Egipto de Sadat tras abrazar a Israel y a EEUU, algunos en "la calle árabe" culparon al pueblo palestino y protestaron contra él por la reacción árabe que causó. Muchos más culparon [al pueblo palestino] de la política y las guerras de Naser; muchos egipcios todavía lo hacen. Cuando estallaron los combates entre la OLP y Amal en Líbano, el resentimiento anti OLP se dirigió contra los refugiados palestinos en Líbano como responsables. Cuando Sadam invadió Kuwait, fueron los palestinos a quienes se odió, se les acusó de colaboradores [de Iraq] y se les expulsó [de Kuwait y de Arabia Saudí]. Algunos palestinos (y kuwaitíes) si que colaboraron, otros se unieron a la resistencia kuwaití; pero la elección de la culpabilidad alcanzó a todos los palestinos y todos ellos tuvieron que pagarlo.

Iraq y la causa palestina

Ahora que EEUU ha invadido Iraq, se está haciendo el trabajo para convencer a los iraquíes de que las decenas de miles de palestinos [que viven] en Iraq fueron colaboradores del régimen y [por ello] responsables de la opresión de los iraquíes. Ello ha llevado a que algunos iraquíes hayan expulsado a palestinos que vivían en Iraq y estén pidiendo su deportación. Tales acusaciones están siendo dirigidas cuando millones de iraquíes, como los palestinos que viven entre ellos, tuvieron pocas opciones más allá de colaborar en su vida cotidiana con muchos aspectos de la dirección ba'asista. Miembros de la oposición iraquí han declarado abiertamente su resentimiento contra los palestinos por haberse priorizado supuestamente su causa en lugar de la iraquí y han fomentado mucho odio contra la cuestión palestina entre los iraquíes en el exilio. Los palestinos, especialmente en los Territorios Ocupados (TTOO), sedientos de que algún Estado árabe adoptase su causa contra una AP colaboracionista y una salvaje ocupación [israelí], aclamaron a Sadam siempre que éste se dirigía a ellos con la florida retórica de la liberación -retórica que tuvo poco coste para él y mucho para los palestinos. La oposición iraquí propagó esto como una evidencia de colaboración [del pueblo palestino] con Sadam. Ello equivale a acusar a aquellos iraquíes que se apoyaron en EEUU para liberarlos de Sadam, de colaboradores en las guerras estadounidenses que han causado millones de muertes alrededor del mundo desde la II Guerra Mundial. Por lo que respecta al colaboracionismo actual, los miembros más importantes de la oposición iraquí como Ahmed Chalabi y otros más insignificantes, como Kanan Makiyya, han estado conspirando con los israelíes durante sus recientes visitas efectuadas a Tel Aviv y con el lobby sionista de EEUU, durante la última década. De hecho, muchos en la oposición iraquí han trabajado y/o se han enriquecido en sus posiciones previas con Sadam. Aparte de su colaboración con EEUU en la invasión de su país que, sin embargo, es una colaboración aceptable.

Los ataques contra el pueblo palestino en algunos sectores de "la calle árabe" desde 1960 no fueron manifestaciones populares de resentimiento espontáneas, sino el resultado de la propaganda organizada por las corrientes políticas gobernantes ayudadas por los grandes errores y excesos cometidos por una dirección palestina incompetente. Es el tema de esta propaganda organizada la que se ha retomado por los intelectuales neoliberales árabes [en la actualidad] con el propósito de difundirla alrededor de "la calle árabe" ahora que ha llegado el momento.

El diagnóstico neoliberal es el siguiente: el compromiso con Palestina por parte de los regímenes árabes y el nacionalismo árabe ha mantenido al mundo árabe bajo gobiernos dictatoriales, ha retrasado su búsqueda de modernización y desarrollo y ha causado la emergencia de las corrientes políticas extremistas para dominarlo. Sin Palestina -se pretende- el mundo árabe actual sería una copia de la Europa occidental en términos de desarrollo y democracia liberal y su corriente política sería el pacifismo artístico-liberal [sic]. No queda claro si Palestina es también la responsable de que la mayor parte de los países de Latinoamérica, Asia y África no hayan sido democráticos durante el último medio siglo y muchos, como los países árabes, sigan no siéndolo hoy.

Mientras que muy pocos estarían en desacuerdo con que los gobernantes árabes y los movimientos políticos han usado la causa palestina para justificar un buen número de excesos que abarcan desde la represión interna y el gobierno dictatorial hasta el rechazo a comprometer a las poblaciones locales en su lucha diaria, los análisis neoliberales confunden que representar algo como primordial retóricamente es bien distinto de hacer de ello algo central en la política. La ironía es que los neoliberales rechazan creer en casi todo lo que los regímenes y los políticos árabes dicen excepto en su supuesto compromiso con la centralidad de la causa palestina en la política árabe. La primacía de la causa palestina en la política árabe, sin embargo, se produjo como una parte de la primacía de la descolonización en las políticas árabes tras las guerras [de independencia]. Una vez que Argelia fue liberada, Palestina siguió siendo recordada como el único país árabe todavía sujeto a la colonización (aunque Aden y otros pequeños Estados del Golfo siguieron colonizados hasta comienzos de los años 70). Los regímenes árabes tuvieron que responder ante una situación que sin haber sido creada por ellos, les fue muy propicia, empezando por Burguiba y acabando por Arafat.

Nacionalismo árabe y Palestina

Los neoliberales, sin embargo, no están convencidos. El nacionalismo árabe puede estar muerto como fuerza política organizada pero su retórica sigue dominando y ello hace que Palestina siga siendo [una cuestión] central. Pero si es así, entonces, al no estar comprometidos los regímenes árabes con el proyecto nacionalista panárabe, no es posible que sea la causa palestina la razón de su falta de democratización y de sus retrasos hacia la modernidad, por mucho que ellos insistan en que esa es la causa. Por lo que respecta a los islamistas, su gran reivindicación es crear "Estados islámicos" y no liberar Palestina, aunque puedan reivindicar esto último como un beneficio añadido. En cuanto a "la calle árabe" nunca ha dejado que la causa palestina se anteponga a su vida diaria. Cuando los precios del pan suben, "la calle árabe" se levanta desde Túnez a El Cairo y Amán. Cuando EEUU invade Iraq, "la calle árabe" se manifiesta desde Rabat hasta Bahrein. Desde organizaciones de mujeres al activismo sindical y muchos otros, "la calle árabe" surge en cada ocasión que puede y no se le oponen los rifles policiales. ¿Cuándo entonces ha impedido la causa palestina a "la calle árabe" atender sus propios asuntos cotidianos?; ¿de qué modo la solidaridad que muestra "la calle árabe" en sus manifestaciones quita valor a su marcha hacia una modernidad patrocinada por EEUU?

Los argumentos de los neoliberales árabes se hunden por su propio peso y lo que se hace evidente no es que "la calle árabe" sea la víctima de una elaborada retórica pre-política que le venda un nacionalismo árabe anti-moderno o sus manipuladores regímenes dictatoriales, sino que los árabes neoliberales son ingenuos consumidores de una retórica "moderna y política" producida en EEUU e Israel y que son incapaces de cuestionar. Como su estrategia sigue sin ser abatida, no hace falta ser un profeta para predecir que pronto se dirá al pueblo árabe que los palestinos son responsables de su miseria...

"La calle árabe", sin embargo, no ha sido nunca tan crédula. Cuando Radio Sawa emite -y al contrario de lo que pretenden los estadounidenses y su director, el libanés Mueaffaq Harb- se convierte, a pesar de si misma, en un mecanismo para compartir la cultura árabe. En relación con el debate sobre la irrelevancia política palestina que Radio Sawa pretendía lanzar, simplemente ha recordado al mundo árabe el sufrimiento palestino a la sombra de la Intifada. Los jordanos, los libaneses maronitas y shi'íes y los kuwaitíes que alguna vez hubieran abandonado a los palestinos, les han demostrado, todos, su solidaridad por las recientes tragedias que han sufrido. Los iraquíes, su oposición en el exilio y sus validos locales, a pesar de todo, se mostrarán igualmente más resistentes frente a tal odiosa retórica. La propaganda estadounidense y las columnas de los neoliberales podrán comercializarse entre unos pocos; sin embargo, parece que "la calle árabe" en general seguirá resistiendo a esa sospechosa mercancía.



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