Represión
bajo el 'Imperio de la Ley': reflexiones sobre el proyecto imperialista
y las libertades en Jordania tras el 11 de septiembre
Hisham Bustani*
Para CSCAweb, 17 de octubre de
2001
Traducción: CSCAweb
Miembro del
Comité Antinormalización de Jordania, Bustani analiza
en este artículo elaborado para CSCAweb cómo el
régimen jordano está acelerando la promulgación
de leyes represivas a fin de desactivar las críticas populares
por la sumisión del país a la estrategia norteamericana
para Oriente Medio y la actual intervención contra Afganistán
EL LUNES 8 de octubre
de 2001 el gobierno jordano aprobó la Ley de carácter
temporal número 54. Esta ley es una enmienda al Código
Penal, una vuelta de tuerca más de los atentados contra
las libertades públicas que se vienen produciendo en Jordania,
una ley que convertirá a este país (un país
árabe que tiene la más larga historia de confrontación
con el enemigo sionista), en un Estado policial por obra y gracia
del "Imperio de la Ley". Ahora, ya es posible encarcelar
a lo que queda de oposición política por toda una
serie de acusaciones; se puede continuar el proyecto para fragmentar
incluso las más reaccionarias formaciones sociales con
el objetivo de hacer avanzar con mayor facilidad los programas
de la globalización y el imperialismo; ahora, es posible
seguir creyendo que la "paz" con el enemigo sionista
es una "opción estratégica" incluso después
de la llegada al poder de Ariel Sharon como líder de la
pirámide política sionista (un hombre infame conocido
por su proyecto de "transferir refugiados palestinos y establecer
un Estado palestino en Jordania", las masacres sin parangón
de Sabra y Chatila, y la represión militar por él
ordenada de la heroica segunda Intifada de nuestros hermanos
en Palestina). Todo esto seguirá adelante con facilidad
gracias al imperio de la Ley. Pero, ¿de qué Ley
estamos hablando?
Tras la disolución del parlamento jordano
el pasado mes de junio, las autoridades políticas pospusieron
las elecciones parlamentarias hasta septiembre del 2002. Muchos
analistas consideran que esta fue una "medida preventiva"
que se tomó para evitar atacar a fondo los problemas nacidos
a raíz de la Intifada, la paz con el enemigo sionista,
las numerosas campañas relativas al proyecto anti-normalizador,
etc., dado que todos estos temas son el pan nuestro de cada día
con el que se desayunan los jordanos. Ahora se da el caso de
que tras los acontecimientos del 11 de septiembre, el Parlamento
jordano permanecerá disuelto durante un largo periodo
de tiempo.
Con la adopción de todas estas medidas (la
disolución del parlamento y el retraso de las elecciones),
la autoridad política ha violado la Constitución,
violación que se añade a otras previas que comenzaron
el 6 de octubre del 2000, cuando el Primer ministro firmó
un decreto por el cual se prohibían todas las manifestaciones
y marchas en respuesta a las muchas manifestaciones que habían
sido convocadas por todo Jordania en apoyo de la Intifada y las
exigencias de que se cerrase la Embajada de Israel.
Así, la autoridad política ha creado
deliberadamente un vacío político y legal en Jordania,
dándose a sí misma una autoridad ilimitada, y ha
empezado a aprobar leyes con carácter temporal por medio
de mecanismos anticonstitucionales. El párrafo 1 del artículo
94 de la Constitución afirma que "cuando el Parlamento
se disuelva, el Gobierno, con la aprobación del Rey, tiene
el derecho a promulgar leyes de carácter temporal en aquellos
asuntos que requieran atención inmediata, o que necesiten
del empleo de partidas presupuestarias que no puedan ser pospuestas...
[estas leyes de carácter temporal] no podrán violar
la Constitución". Las leyes que con carácter
temporal están vigentes en la actualidad son: la ley electoral
del 2001; la ley que con carácter temporal enmienda la
Ley del Tribunal de Seguridad del Estado del 2001; la ley general
que con carácter temporal regula el derecho de asociación
y reunión para el 2001; y la ley que, nuevamente con carácter
temporal, enmienda el Código Penal. Ninguna de estas leyes
han resuelto problemas que necesiten ser atendidos con urgencia,
ni se refieren a la necesidad de realizar un gasto presupuestario
que no puede ser retrasado. Además, de acuerdo con la
Constitución jordana, que preserva las libertades públicas
y privadas en sus artículos 6, 7, 8, 9, 10, 14, 15, 16,
17 y 18, es evidente que estas leyes no son simplemente "otras
interpretaciones de la Constitución" como pretende
la oposición política "domesticada",
sino que constituyen una clara y flagrante violación de
la misma.
Leyes anticonstitucionales
Veamos ahora cuáles son algunas de las provisiones
de estas leyes anticonstitucionales de carácter temporal:
La ley que corrige la Ley del Tribunal de Seguridad
del Estado del 2001 otorga a las fuerzas de seguridad un periodo
de 7 días para detener a un individuo antes de que el
detenido se presente ante el fiscal general. De manera aún
más peligrosa, la ley da al Primer Ministro la potestad
de enviar cualquier caso que considere oportuno al Tribunal de
Seguridad del Estado.
La Ley de Asociación del 2001 prohíbe
cualquier tipo de reunión o manifestación excepto
cuando se cuente con un permiso del Gobernador, permiso que ha
de ser solicitado durante los tres días previos al evento
en cuestión. La ley estipula que la decisión del
Gobernador es inapelable. Igualmente la ley otorga al Gobernador
la potestad de disolver cualquier reunión o manifestación
por la fuerza si se observa alguna desviación de los propósitos
iniciales de la reunión en cuestión. La ley también
considera responsables de cualquier violación del orden
público, así como de cualquier daño que
pueda ser causado contra las propiedades o las personas, a los
convocantes de la manifestación.
La enmienda al Código Penal del 2001 incluye
una definición vaga y amplia de "terrorismo",
prevé el envío de todos los "infractores"
en el ámbito de la actividad editorial y la prensa al
Tribunal de Seguridad del Estado, en lugar de remitirlos a un
tribunal civil, y permite el encarcelamiento de individuos que
"escriban o distribuyan discursos por cualquier medio de
comunicación o publiquen noticias que sean perjudiciales
para la unidad nacional; que instiguen a la acción criminal;
que siembren el odio y la maldad (¡!); que inciten a la
división entre los miembros de la sociedad; que inciten
a actos de fanatismo religioso y racial; que supongan un insulto
a la dignidad de las personas, su honor, o sus libertades individuales;
que alteren las normas básicas que regulan el funcionamiento
de la sociedad incitando a la desviación de lo que está
bien (¡!); que cometan actos de corrupción o publiquen
informaciones falsas o rumores; que inciten a la gente a organizar
huelgas o sentadas; que convoquen actos públicos de un
modo que viole lo previsto en la legislación vigente;
o que cometan actos considerados perjudiciales para la reputación
y la dignidad del Estado" (¡!) La ley también
permite el "cierre temporal o permanente" de aquellas
publicaciones que publiquen "información falsa o
difamatoria que atente contra la unidad nacional y la reputación
de la nación". Los editores y responsables de medios
de comunicación que publiquen artículos en los
que se incite a "la huelga, asambleas públicas ilegales,
o que atenten contra el orden público", podrán
ser sancionados con multas de hasta 5.000 dinares jordanos, condenados
a penas de hasta tres años de prisión, o ambos.
Las enmiendas incluyen también penas de prisión
para todo aquel que "elabore dibujos o caricaturas de Su
Majestad el Rey verbalmente, por escrito, o por medios electrónicos
, que utilice el material mencionado de una manera que insulte
la dignidad del Rey, o de manera que tal cosa quede implícita",
y para todo aquel que "utilice cualquier medio de comunicación
para hacer públicos" [estos dibujos]. La ley incrimina
igualmente los mismos actos referidos a "Su Majestad la
Reina, el Príncipe Heredero, o cualquier miembro de la
Familia Real".
Pero analicemos todo el conjunto. La elección
de las autoridades políticas jordanas se opone totalmente
a los intereses y las peticiones populares, y contradice incluso
las líneas básicas de actuación que las
autoridades han prometido mantener, como por ejemplo:
- Hacer de la "paz" con el enemigo sionista
una opción estratégica para Jordania, incluso con
la presencia de Sharon [en el Gobierno israelí] y a pesar
de que Sharon es partidario de la idea del transferir
[a los refugiados palestinos], idea que constituye una amenaza
directa para Jordania.
- Acelerar el proceso de transformación
de Jordania en una "zona libre" para el imperialismo
y la globalización mediante la adopción continuada
de recetas del Banco Mundial que ya han conseguido privatizar
sectores clave de la economía jordana, introduciendo "socios
estratégicos" extranjeros en los mismos y subiendo
los precios del petróleo, y que además han dado
lugar a la apertura de numerosas fábricas donde se explota
a los obreros situadas en "zonas industriales libres"
con socios sionistas, en las que el salario es de 80 dólares
mensuales por una jornada de trabajo de 12 horas al día.
- La aceptación de las autoridades políticas
jordanas como parte del coro de animadores de EEUU en el transcurso
de la agresión norteamericana contra Afganistán
y Asia Central, un ataque que muy probablemente se extenderá
hacia Iraq y quizás a otros países árabes,
colocando así a los animadores en una posición
muy peligrosa.
Todo esto hace que las autoridades en Jordania
se sientan amenazadas y tengan miedo de las consecuencias que
puede traer su actual línea de actuación política,
línea que las ha obligado a adoptar, ya a cara descubierta,
métodos policiales para minimizar las consecuencias de
todo lo anterior.
Por una nueva y radical
oposición
En consecuencia, y debido a que las autoridades
políticas jordanas se esfuerzan por proyectar una imagen
de sí mismas como "democracia naciente", como
un "país estable" y un "Estado regido por
la ley" para atraer a los turistas, a los inversores y al
capital extranjero, las autoridades intentan maquillarse la cara:
por eso promulgan "leyes con carácter temporal"
en lugar de instaurar la ley marcial; por eso hablan de "posponer
las elecciones" en lugar de decir que no habrá elecciones;
por todo ello aseguran estar "organizando la democracia"
en lugar de abolirla. Todo esto se está llevando a cabo
con un gobierno compuesto por tecnócratas: el primer ministro
es un conocido economista; el ministro del Interior es un antiguo
profesor universitario; el ministro de Justicia es hijo del primer
(y último) jefe de gobierno elegido democráticamente
en 1956: un gobierno que apenas duró unos meses, tras
lo cual fue disuelto y se impuso un estado de excepción
que duró ¡hasta 1989!
Todo este maquillaje y la complejidad de tratar
todos estos temas demuestra que lo que está por venir
es algo muy gordo. Estas medidas han puesto también un
peso considerable sobre los hombros de la oposición oficial
que, hasta el momento, ha fracasado a la hora de oponerse a esta
tiranía; es más, hasta ahora ha contribuido a que
las cosas sigan como están, puesto que durante los últimos
12 meses han estado de acuerdo en que se suspendieran manifestaciones
siguiendo órdenes del ministro del Interior, del Gobernador
general, y de otros. Las leyes de carácter temporal se
han visto legitimadas cuando la "oposición"
islamista pidió permiso para celebrar una manifestación
el 7 de septiembre de 2001 siguiendo los principios recogidos
en la nueva ley de asociación y reunión y, como
muestra de "buena voluntad", la manifestación
fue permitida, a pesar de la prohibición que llevaba vigente
casi un año sobre la celebración de este tipo de
actos. La oposición tradicional oficial está muy
lejos de molestar siquiera un poquito a las autoridades políticas.
Personalmente, creo que deberían echarse a un lado y dejar
el camino libre para una oposición nueva y radical.
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