Primer
semestre de 2002, presidencia española de la UE
Campaña contra
la Globalización Económica y la Europa del Capital |
Reunión estatal
de colectivos y organizaciones del 8 y 9 de septiembre de 2001
en Madrid para la preparación de actividades y movilizaciones
con motivo de la presidencia del Estado español de la
Unión Europea durante el primer semestre de 2002
Propuesta del Comité
de Solidaridad con la Causa Árabe para el análisis
y realización de actividades de respuesta a la convocatoria
en Valencia de la Cumbre Euromediterránea (mes de abril)
y al proyecto de recolonización económica del espacio
árabe y la creación de una Zona de Libre Comercio
en el Mediterráneo
Intervencionismo
económico en el mundo árabe: la UE y el proyecto
euromediterráneo en la región mediterránea
y árabe
La configuración del Nuevo Orden
Regional promovido por EEUU desde 1991 en la región
árabe -tras la intervención militar contra Iraq
y la Conferencia de Paz árabe-israelí de Madrid
de octubre-, se ha escenificado en la última década
mediante la implantación de un proceso que aglutina las
tres facetas básicas que caracterizan los procesos de
intervención: política, a través del llamado
proceso de paz palestino/árabe-israelí; económica,
que combina la implantación del sistema neoliberal impuesto
por el Banco Mundial y el FMI con el proceso de inserción
de la economía israelí en los mercados árabes
a través del llamado proceso de normalización
árabe-israelí; y militar, a través de
la creación de nuevos sistemas de seguridad en la región,
combinación de una estrategia de control hegemónico
de la OTAN (a través del denominado 'Diálogo Mediterráneo'
de la Alianza), estimulación del eje militar turco-israelí
y el intervencionismo directo (presencia militar) en la región
del Golfo.
La penetración neocolonial que EEUU persigue
con la aplicación del Nuevo Orden Regional ha obligado
a la Unión Europea (UE) a actualizar sus mecanismos de
control de un área geográfica fundamental para
su expansión económica. Dicha actualización
se concreta, desde 1995 y por medio de la convocatoria de la
Conferencia de Barcelona, a través del llamado Proyecto
de Asociación Euromediterránea, por medio del
cual la UE diseña sus propios los mecanismos de intervención
eminentemente económicos -básicamente, por medio
de la creación de una Zona de Libre Cambio- en un área
de tradicional implantación a fin de consolidar la influencia
europea frente al proyecto expansivo norteamericano.
Sin embargo, la hegemonía política
y militar norteamericana ha obligado a la UE a reconocer el control
político-económico de EEUU sobre Oriente Medio
y a delimitar su área de intervención al campo
económico, adoptando un papel subsidiario del de EEUU
en las cuestiones políticas y militares. Así, el
proceso de paz árabe-israelí ha quedado fuera de
la intervención europea, siendo EEUU actor hegemónico
en la resolución del conflicto. De igual modo, la UE ha
aceptado que las cuestiones de seguridad relativas a los escenarios
árabes, mediterráneo y del Golfo se resuelvan de
acuerdo con la lógica que impone EEUU:
a) en el ámbito de la OTAN, a través
del Diálogo Euro-mediterráneo;
b) mediante la intervención unilateral norteamericana
(asentamiento de las tropas norteamericanas en Arabia Saudí
y Kuwait, aceptación de las intervenciones militares permanentes
contra Iraq) o aceptando la preeminencia norteamericana para
orientar y favorecer nuevos sistemas de seguridad regionales
(acuerdos militares turco-israelí y sirio-turco, ambos
de cuño norteamericano).
Por ello, el Proyecto Euro-mediterráneo-en
sus sucesivas convocatorias, desde Barcelona en 1995 a Marsella
en 2000- se define desde su concepción como un foro sin
contenido político (particularmente en lo que respecta
a la cuestión medular palestino-israelí) y renuncia
a establecer un criterio compartido de seguridad, poniendo el
acento en el desarrollo de una Zona de Libre Comercio para el
2010 (de capitales y productos de consumo), en la que se que
establezcan asimismo sistemas de control de las poblaciones y
de las migraciones desde parámetros de control policial
y represivo.
Sin embargo, es en la faceta económica donde
los proyectos norteamericano y europeo compiten entre si tanto
en sus objetivos -control económico y dominio de los mercados
árabes-, como en sus medios - penetración de capital
inversor privado, control de mercados y explotación laboral
local-, si bien ambos comparten la misma lógica de penetración
neoliberal, imponiendo reformas, ajustes en las economías
locales y estableciendo mecanismos de control financiero sobre
los sectores estratégicos (energéticos, telecomunicaciones,
agrícolas y alimenticios, el caso paradigmático
es Argelia) a través del FMI-BM. La competencia inherente
en ambos proyectos de intervención económica ha
derivado en un reparto de áreas de influencia entre la
UE y EEUU de la región árabe. Tal reparto cristaliza
la ruptura de la identidad geopolítica árabe (un
Magreb árabe "desconectado" de Oriente Medio),
ignora los proyectos de integración regional árabe
y perpetúa, por su concepción neocolonial, las
relaciones de dependencia de los países árabes
a las economías occidentales (europeas o nortemericana).
Finalmente, favorece el mantenimiento de los regímenes
políticos árabes siempre que éstos se sometan
a las directrices económicas exteriores de EEUU o la UE
y garanticen el control represivo de sus poblaciones (Jordania
o Túnez, o la cobertura de "guerra civil" en
Argelia, son ejemplos de ello).
Es en este contexto en el que han comprenderse,
por una parte, la imposición por EEUU del proceso de negociación
palestino-israelí y, más general, de negociación
árabe-israelí, así como la prolongación
de las sanciones contra Iraq. El proceso de normalización
política árabe-israelí promovido por
EEUU es la condición inexcusable para la inserción
de Israel en la región árabe y de ésta en
una económica globalizada. Por otra parte, el control
estratégico de Iraq (prolongación del embargo,
agresiones militares y voluntad de cambio político interno)
justifica una presencia directa militar norteamericana en la
región del Golfo, de la que dependen el suministro y las
reservas energéticas estratégicas de Occidente.
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