Latinoamérica
solidaria con los pueblos de Palestina e Iraq
Coletazos de guerra
sucia en Iraq
Centenares de ex soldados y policías
actúan en colaboración con invasores yanquis
Hernán Uribe*
Paralelo
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/ CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 22 de junio de 2005
"La
participación de chilenos en Iraq es la mayor y junto
con colombianos son los únicos contratados en la región
latinoamericana. Muchos de ellos miembros del ejército
y de la policía uniformada en los tiempos del dictador
Augusto Pinochet que permaneció hasta 1990, han sido enrolados
por la empresa del también chileno Manuel Zapata, Zapata
Engineering, instalada en la ciudad de Charlotte (Carolina
del Norte, EEUU). La firma del ingeniero Zapata funciona bajo
el lema de 'ingeniería de apoyo a los combatientes de
guerra' y se ha especializado en la búsqueda y destrucción
de armamentos de la resistencia. Es un ente con carácter
de sub contratista del Cuerpo de Ingenieros del Ejército
de Estados Unidos, de modo que es clara su connivencia con la
fuerza invasora"
Aunque el gobierno del presidente
Ricardo Lagos se opuso en Naciones Unidas a la invasión
estadounidense de Iraq, la acción de mercenarios chilenos
armados junto a las tropas ocupantes podría provocar represalias
en forma de atentados en el territorio del país austral,
según advertencias de analistas.
La presencia en Iraq de unos
600 ex militares y ex policías chilenos se hizo evidente
cuando luego de materializarse la ocupación, Washington
recurrió al método de privatizar la guerra al estilo
de cualquier empresa del libre mercado. El objetivo ha sido el
de evitar bajas estadounidenses con el traspaso a mercenarios
de diversas tareas tales como la búsqueda de armas y la
ubicación de minas explosivas.
La participación de
chilenos en Iraq es la mayor y junto con colombianos son los
únicos contratados en la región latinoamericana.
Muchos de ellos miembros del ejército y de la policía
uniformada en los tiempos del dictador Augusto Pinochet que permaneció
hasta 1990, han sido enrolados por la empresa del también
chileno Manuel Zapata, "Zapata Engineering", instalada
en la ciudad de Charlotte (Carolina del Norte, EE.UU.) La firma
del ingeniero Zapata funciona bajo el lema de "ingeniería
de apoyo a los combatientes de guerra" y se ha especializado
en la búsqueda y destrucción de armamentos de la
resistencia. Es un ente con carácter de sub contratista
del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos"
de modo que es clara su connivencia con la fuerza invasora.
En plan tragicómico
de "benefactor", el l6 de junio este mismo Zapata declaraba
al diario "El Mercurio" (Santiago de Chile): "Estamos
muy orgullosos de la labor realizada, porque hemos contribuido
a la paz en Iraq." Cada bomba que destruimos fue una bomba
que no cayó en manos insurgentes". Lo que no dijo,
empero, es que otras bombas podrían explosionar en territorio
chileno.
En una enredada madeja de
contratistas y subcontratistas surgen los nombres de disímiles
empresas enfiladas a emplear a los mercenarios, aunque todos
dependen financiera e instructivamente del aparato castrense
norteamericano. En esa selva provista de infinitas cantidades
de dólares que paga el pueblo estadounidense, figura José
Miguel Pizarro, oficial del ejército chileno hasta 1995
y quien oficia como operador del antes mencionado Zapata.
Pizarro es el principal enganchador de mercenarios para Iraq
y una vez intentó entregar entrenamiento militar a sus
"soldados" en Chile, pero se lo impidió la Dirección
General de Movilización Nacional, organismo estatal que
junto con los cuerpos castrenses son los únicos autorizados
para tales fines. Este sujeto es el mismo a quien la cadena televisiva
CNN ha presentado en sus noticiarios como "experto en guerras"
aunque en la vida real no es más que un comerciante de
las armas.
Pizarro ha protagonizado asimismo
un episodio singular cuando fue acusado por mercenarios chilenos
que regresaron a Chile del no cumplimiento en el pago de salarios,
además de recibir malos tratos en Iraq. Para proteger
a esos quejosos, los diputados chilenos Alejandro Navarro y Antonio
Leal, ambos de la coalición gobernante, han presentado
ante los tribunales una querella por "asociación
ilícita", sin percatarse entonces del peligro mayor
que representa el contingente mercenario.
Participación
en las torturas de Abu Ghraib
La miope visión de los
parlamentarios que sólo reconocen en el tema un asunto
laboral, se extiende a los entes estatales, a los medios de comunicación
predominantes y a los círculos políticos, a todos
los cuales no parece importarles el carácter criminal
que es inherente a esa guerra privada. Para ejemplo, la constancia
de que los contratados, supuestamente civiles, han participado
incluso en las torturas de Abu Ghraib.
¿Cómo explicarse
esta actitud contemplativa ante la manifiesta violación
de los derechos humanos que se practica cotidianamente por los
ejércitos privados? Chile no es un desconocido para Iraq
pues en la guerra contra Irán (1980-1988) y cuando regía
la dictadura militar compró abundante armamentos en fábricas
privadas y estatales chilenas y de manera especial, bombas de
racimo. (Recuérdese que entonces el Iraq de Sadam Hussein
contó con el decidido respaldo de Washington).
Si la acción bélica
estadounidense ha sido y es un escarnio moral, la ilegalidad
de la guerra privada es también notoria. Como escribió
Eduardo Febbro, la pasividad de las organizaciones multilaterales
es escandalosa, pues ninguna institución internacional
se ha pronunciado de manera firme contra el empleo de asesinos
privados (1).
En estos días y hasta
el 22 de junio se realizan en Chile unos llamados "Ejercicios
militares antiterroristas Comando 2005" a los cuales concurren
delegaciones de 17 países de Latinoamérica. Mas,
es dudoso que se remitan al terrorismo real pues a cargo de la
dirección de los ejercicios se encuentra el Comando de
Operaciones Especiales Sur de los Estados Unidos.
Notas:
(1) Eduardo
Febbro, "Los mercenarios sueltos en Iraq", Rebelión,
24/05/04.
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