Latinoamérica solidaria con los pueblos de Palestina e
Iraq
Declaración
ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre Haití
e Iraq
Ana Vera*
Asociación
Americana de Juristas, 18 de marzo de 2005
CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 1 de abril de 2005
Diferentes
entidades de todo el mundo, juristas y organizaciones no gubernamentales,
han intervenido en la Comisión de Derechos Humanos de
la ONU para denunciar la ocupación de Iraq en todas sus
vertientes: violación de derechos humanos, saqueo cultural,
reconversión al ultraliberalismo económico, celebración
de elecciones y cambio de Constitución bajo la bota del
ocupante extranjero, destrucción de ciudades y la violación
del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos.
Este tipo de entidades, miembros de la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU, tienen carácter consultivo.
Un año después
del golpe de estado promovido y ejecutado por Estados Unidos
y Francia en Haití, la situación en dicho país
es catastrófica en todos los sentidos, como lo reconoce
la declaración del Consejo de Seguridad del 9 de marzo
último. De los 1.080 millones de dólares comprometidos
en la Conferencia de donantes de Washington han llegado sólo
90 millones, el 50% de los cuales está asignado a la preparación
de elecciones para el último trimestre del año.
Las tropas que los Gobiernos
latinoamericanos enviaron con la justificación o con la
esperanza de pesar en las decisiones de la comunidad internacional
sobre el futuro de Haití se ven reducidas al papel de
espectadoras más o menos pasivas. El poder de decisión
lo siguen teniendo las grandes potencias intervencionistas que
no quieren para Haití ni la democracia, ni el bienestar
ni la autodeterminación.
La Minustah, carente de medios
materiales y políticos, ha sido incapaz de desarmar a
las bandas que el nuevo gobierno integró mayoritariamente
a la policía, reforzada también con ex militares
golpistas. Los excesos de poder y las violaciones de los derechos
humanos forman parte de la vida cotidiana en los suburbios pobres
de Puerto Príncipe, Cité Soleil y Bel Air.
Como consecuencia de la huelga
de hambre que inició el 19 de febrero, peligra la vida
de Yvon Neptune, ex primer ministro del gobierno de Arístide,
preso sin cargos y en total aislamiento en la cárcel de
Puerto Príncipe. En la misma situación se encuentra
Jocelerme Privert, ex ministro del Interior.
Anexamos a esta declaración
la carta escrita desde la cárcel por Yvon Neptune, también
dirigida a esta Comisión:
Señor Presidente:
En el documento NGO 279, la
AAJ y el CETIM describen la situación en Iraq, donde Estados
Unidos y sus aliados más cercanos han violado y continúan
violando el derecho internacional a una escala sin precedentes
desde la segunda guerra mundial, incluidos los derechos humanos
y el derecho humanitario. Han aprovechado la ocupación
militar para confiscar en su propio beneficio los recursos naturales
y económicos de dicho país y por propia decisión
y sin intervención alguna de los iraquíes han reconvertido
el sistema económico al ultraliberalismo. Han logrado,
por medio de la agresión y la ocupación militar,
lo que en otras regiones están consiguiendo por vía
de tratados regionales o de tratados bilaterales de libre comercio.
Es totalmente inaceptable que
el Consejo de Seguridad avale el saqueo de Iraq, su reconversión
al ultraliberalismo económico, la celebración de
elecciones y el cambio de Constitución bajo la égida
del ocupante extranjero, como lo ha hecho con las resoluciones
1483, 1511 y 1546.
La AAJ estima que dichas resoluciones,
por un lado, y la resolución 1559, promovida por Estados
Unidos y Francia, por el otro, aprobada con nueve votos a favor
y seis abstenciones [1], que reclama el retiro de los
15.000 soldados sirios del Líbano 'a fin de que las elecciones
presidenciales se realicen sin interferencias extranjeras', constituyen
la prueba acabada de una total incoherencia en el manejo de los
principios del derecho internacional y de una hipocresía
sin límites por parte de algunas grandes potencias y de
sus satélites.
Señor Presidente:
Esta Comisión debería
formular recomendaciones para que se ponga fin a la persistente
violación de los derechos humanos, entre ellos el derecho
a la autodeterminación, en Haití y en Iraq, dos
casos ejemplares de los desastres provocados por el colonialismo
y el neocolonialismo.
Muchas gracias.
Nota:
[1]: Votaron a favor de
la resolución 1559, además de Estados Unidos y
Francia, Alemania, Angola, Benin, Chile, España, el Reino
Unido y Rumania. Se abstuvieron Argelia, Brasil, China, Filipinas,
Pakistán y Rusia, que consideraron que la resolución
era contraria a la Carta de las Naciones Unidas por constituir
una interferencia sin precedentes en los asuntos internos de
un Estado miembro de la ONU, como afirmó el ministro de
relaciones exteriores libanés durante el debate.
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