Palestina
Publicaciones / Nación
Árabe


Homenaje a Naji al-Ali
A los 15 años de su asesinato
Javier Barreda
(Arabista, profesor de la Universidad
de Alicante)
Texto publicado en Nación Árabe,
núm. 47, año XV, verano 2002.
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
30 de julio de 2002
El número 47 de
'Nación Árabe' está ilustrado con viñetas
de 'Handala', el famoso personaje de Naji al-Ali, dibujante político
palestino asesinado en 1987. No se sabe a ciencia cierta quién
mandó matar a Ali, (1) porque irritó por igual
con sus caricaturas críticas a todos los poderes establecidos
de la región, desde Israel hasta la OLP, y en particular
a Arafat, pasando por todos los regímenes árabes.
Únicamente su popularidad entre las gentes palestinas
y árabes, a las que dedicó su labor sin ampararse
jamás -frente a lo más corriente- en un poder a
salvo de sus críticas, le salvó, tal vez, de morir
antes, pero no de ser encarcelado y deportado en numerosas ocasiones.
A Naji al-Ali y a esas gentes dedicamos esta selección
de dibujos, que representan pálidamente los miles que
el autor realizó a lo largo de su vida.
Naji al Ali (2) nació en el pueblo
de al-Shajara, en Galilea, en 1937. En 1948, tras la declaración
del Estado de Israel y la primera guerra israelo-árabe,
se vio obligado a exiliarse junto a su familia en Líbano,
en el campamento de refugiados de Ain al-Helwa.
Entre los últimos años 50 y
los primeros 60 fue encarcelado en diversas ocasiones en las
prisiones libanesas. En algún momento de esa época,
el novelista Gassan Kanafani -que sería asesinado por
Israel en 1971- vio algunos dibujos suyos durante una visita
al campamento, y consiguió que Ali publicara sus primeros
trabajos en la revista al-Hurriya. Según narra
el propio Ali:
"Tan pronto como fui consciente de lo
que estaba sucediendo, de la destrucción de nuestra región,
me di cuenta de que tenía que hacer algo. Primero lo intenté
en política, pensando en incorporarme a un partido. También
participé en manifestaciones, pero ese no era realmente
yo. Los agudos gritos que sentía en mi interior necesitaban
un medio de expresión diferente.
En algún momento en los años
50 comencé a dibujar en los muros de nuestro campamento,
y aprendí a hacerlo en prisión: mientras otros
aprendían a hacer manufacturas, poesía, etc, yo
dibujaba en los muros de la cárcel.
En ese periodo, los refugiados habían
comenzado a desarrollar cierta conciencia política como
reacción a lo que sucedía en la región:
una revolución en Egipto, una guerra de independencia
en Argelia, muchas cosas bullían a lo largo del mundo
árabe. Sentí que mi trabajo era hablar a esa gente,
a mi gente de los campos de refugiados, en Egipto, en Argelia;
y a los árabes corrientes de toda la zona, que tenían
pocas posibilidades de expresar sus puntos de vista. Sentí
que mi trabajo era incitarlos. En mi opinión, la función
de un dibujante político es proporcionar una nueva visión.
Es, en cierta manera, un misionero. Y es tan sólo un poquito
más difícil censurar un dibujo que un artículo".
(3)
Alumbramiento de 'Handala'
A principios de los 60 empezó a cursar
estudios en el Instituto de Arte de Beirut, pero los abandonó
poco después para trabajar en Kuwait. Comenzó participando
en la limpieza del local y en las tareas de edición y
corrección de la revista at-Talía, donde
pronto consiguió un espacio para sus viñetas. No
obstante, la mayor parte de sus trabajos de esta época
los realizó para el diario al-Qabas, donde nació
Handala:
"Tuve amigos con los que compartí
trabajo, protestas y días de prisión, hasta que
un día se convirtieron en tanabel [hombres pequeños]
y se dedicaron a los negocios. Me preocupaba convertirme también
en un tanbal, y consumirme. En el Golfo alumbré
este niño, y se lo ofrecí a la gente. Quise dibujarlo
inquietante, incluso feo; con el pelo erizado, porque los erizos
utilizan su pelo como arma.
Handala no es
un niño gordo y mimado, y va descalzo como el resto de
los niños de los campamentos de refugiados. Es un icono
que me protege de ciertas conductas y del desarraigo. Handala
es leal a Palestina, y no me permitirá ser diferente.
Me protege de la cobardía, y me impide recular. A pesar
de su aspecto, tiene un corazón puro, con una conciencia
que huele a almizcle y a ámbar; y estaría dispuesto
a matar a quien intentara hacerle daño. Tiene las manos
a la espalda como señal de rechazo, en un momento en el
que circulaban las soluciones propuestas por EEUU y el
sistema. Se las dibuje así tras la Guerra de Octubre
de 1973, cuando comencé a olfatear el olor de lo que Kissinger
llevaba en su cartera. [...]
Handala nació
con diez años, y siempre tendrá diez años.
Esa es la edad que yo tenía cuando dejé mi país.
Handala sólo crecerá cuando retorne a Palestina.
Las reglas de la naturaleza no se cumplen en él. Es una
excepción, y las cosas sólo serán naturales
cuando retorne a su tierra. Este niño es una representación
simbólica de mi mismo y de todos los que viven y sufren
la misma situación. Se lo ofrecí a los lectores,
y lo llamé Handala, como símbolo de la amargura
(4). En un principio lo presenté como un niño palestino,
y con el desarrollo de su conciencia adquirió una perspectiva
patriótica y humana". (5)
Las continuas protestas de gran parte de los
regímenes árabes por las caricaturas de Ali consiguieron
que fuera deportado a Líbano en 1971. Allí trabajó
para el diario as-Safir, arrostrando constantes amenazas
de muerte de casi todas las partes implicadas en la guerra civil,
a las que criticó por igual con sus caricaturas.
"La época de trabajo para as-Safir
en Líbano fue la mejor de mi vida, y la más productiva.
Allí, rodeado por la violencia de las diversas facciones,
y finalmente por la invasión israelí, afronté
todo con mi pluma día a día. Nunca tuve miedo,
ni me invadió la sensación del fracaso o la desesperación;
nunca me rendí. Me enfrenté a los ejércitos
con caricaturas y dibujos de flores, esperanza y balas. Sí,
la esperanza es esencial, siempre. El trabajo en Beirut me hizo
acercarme una vez más a los refugiados de los campamentos,
a los pobres y los oprimidos". (6)
"La caricatura es un recurso de los oprimidos
y excluidos, de quienes pagan un alto precio por sus vidas, llevando
sobre sus hombros la carga de los errores cometidos por las autoridades.
Todo lo que tienen fue difícil de obtener, y todo lo que
es duro y cruel recae sobre ellos. Luchan por sus vidas y mueren
jóvenes, en tumbas sin ataúdes. Han de vivir siempre
a la defensiva. Yo estoy con ellos en las mazmorras, observando
y sintiendo el pulso de sus corazones, el flujo de la sangre
en sus venas".(7)
Tras la invasión israelí de
Líbano en 1982, la posibilidad de que acabaran con su
vida le pareció demasiado grande, y se marchó a
Kuwait, donde volvió a trabajar para al-Qabas.
Tras la invasión de Líbano, Handala cambió
un poco: aún sin mostrar su rostro, comenzó a mover
la cabeza hacia la gente que lo miraba, comenzó a desenlazar
las manos de la espalda y a levantarlas con rabia, agitó
en ocasiones la bandera palestina, e incluso lanzó alguna
piedra.
"¿Cuándo podrá la
gente ver su rostro? Cuando los árabes no vean su dignidad
amenazada, y recuperen la libertad y la humanidad".(8)
En el año 1985, tras nuevas presiones
a las autoridades kuwaitíes, en este caso de la OLP -a
cuyo máximo dirigente, Yaser Arafat, había criticado
severamente-, hubo de marcharse a Gran Bretaña, donde
continuaría trabajando para el mismo diario, y sería
asesinado dos años después.
"Handala es el testigo de una
ge-neración que no ha muerto ni morirá; por ello
él tampoco abandonará la vida. Es eterno [...].
Handala, a quien yo creé, no morirá tras
mi fin. Espero que no sea una exageración decir que continuaré
viviendo a través de Handala, incluso cuando me
llegue la muerte". (9)
Les dejamos con las palabras de "otro
Handala":
"A la gente le desconcierta mi aspecto.
¿Qué estoy pensando? ¿Estoy enfadado? ¿Estoy
triste? ¿No hago más que observar profundamente?
¿O soy simplemente otro cobarde que mira sin tener el
coraje de oponerse a la opresión? Ahí está
el truco, porque tú, [lector], eres Handala:
tu manera de mirarlo refleja cómo eres en realidad".
(10)
Notas:
- Los principales sospechosos
apuntados son Israel y la OLP. Parece confirmado que dos semanas
antes de su muerte, y justo después de publicar una caricatura
sobre una amiga de Arafat, Ali recibió una llamada de
un amigo, alto dirigente de la OLP en Túnez, que le comunicó
que su vida estaba en peligro (Index on censorship: Palestine)
- Esta es la transcripción
más extendida del nombre del autor, realizada al alfabeto
inglés o francés, que tanto da lo uno como lo otro.
En castellano habría de leerse a medio camino entre Nalli
y Nachi.
- De "From Lebanon to
Kuwait, the cartoonist has so far survived attempts to stop his
work", entrevista así subtitulada y publicada en
Index on censorship en 1984.
- Handala tomó su nombre del de la palabra
árabe para designar la coloquíntida, tuera o -en
arabismo- alhandal, conocida por la extrema amargura de su fruto.
- De "Nayí al-Ali:
al-hadiya lam tasil ba`d" (Dar al-Karmel li-l- nachr
wa-l-tawzi`a, 1997), citado en www.virtualave.net.
- De "From Lebanon to...",
ob. cit.
- De "Nayi al-Ali: al-hadiya...",
ob. cit.
- Ibid.
- Ibid.
- De "The Life and Death
of Naji al-Ali. al-Salam Alikom", firmado por "Otro
Hanzala que osó hablar" en la sección 'Islamic
Society', web del University College, Dublín (www.ucd.ie/~islamic/naji.html).