Palestina 2006: los cadáveres
por los suelos, los ánimos por las nubes
Agustín Velloso*
CSCAweb,
14 de julio de 2006
"En
estos momentos de muerte y destrucción las preguntas las
han de hacer los palestinos a los observadores y no al revés:
¿qué vas a hacer tú para que mis hijos no
sean asesinados desde el aire por aviones de combate israelíes
y para que mis hermanos no permanezcan durante años sin
juicio en las cárceles israelíes? ¿Qué
contribución a la causa de los derechos humanos y la paz
en Palestina van a hacer los "pacifistas y "demócratas
del mundo occidental?"
Acaba de llegarme un nuevo
mensaje de un lector de rebelion.org, esta vez con buena voluntad,
es decir, no para acosarme por mis artículos sobre Palestina,
como si insultos y prejuicios bastasen para anular argumentos;
ni para defender a Israel, como si además de disponer
de novísimos tanques Merkava Mk4 con cañón
de 120 milímetros y cerca de 400 cazabombarderos F-16,
que le hacen ser el país que más aviones de este
tipo tiene en todo el mundo con diferencia, con la excepción
del fabricante, Estados Unidos, necesitara la ayuda de modernos
Robin Hoods al revés, cuyo peculiar sentido de la justicia
les lleva a preferir al agresor en lugar de a la víctima.
Dice el comunicante: "Sin
lugar a dudas, la salvaje opresión a la que somete Israel
al pueblo palestino, los asesinatos selectivos o peor aún,
los asesinatos indiscriminados de civiles, de niños o
familias enteras, el terrorismo de estado..., justifican físicamente
la existencia de una respuesta armada contra Israel. En cierto
modo puede considerarse la respuesta lógica e incluso
justa a las atrocidades de Israel. Pero no por ello es la respuesta
correcta o buena, si tenemos como fin la solución del
conflicto, la vida de los palestinos (más allá
de la venganza).
He aquí un alma cándida,
esto es, una persona tanto sin malicia como poco advertida. Su
falta de doblez le hace pensar que por parte de Israel hay juego
sucio, que la cosa no debe de ser como la pintan los medios de
comunicación. Su buena disposición hacia los niños
y familias que menciona le anima incluso a considerar la defensa
de éstas "en cierto modo lógica e incluso
justa. Al mismo tiempo, sin embargo, no cree que la respuesta
armada sea "correcta o buena.
Así que le respondo:
Es sencillamente justo que la víctima cualquier víctima-
responda con violencia a la violencia del agresor. Esto es evidente
en el caso de Palestina, en el que se aprecia en qué lado
está el Derecho en el conflicto, se observa la desproporción
de fuerzas entre uno y otro, que es tan exagerada, y si se tiene
en cuenta que la violencia israelí se prolonga e incrementa
-ante la indiferencia general de los que por ley tendrían
que actuar, es decir, Naciones Unidas- durante generaciones y
no tiene viso de acabar.
Llega un momento no ahora,
hace muchos años que llegó- en que resulta absurdo
discutir una y otra vez sobre el problema palestino. Todo ha
sido dicho: la ley internacional es inequívoca en cuanto
a la ilegalidad de las acciones israelíes. Todo ha sido
visto: los miles de muertos, de presos, el robo de la tierra,
el campo de concentración más grande del mundo,
la prohibición del retorno de los refugiados a sus casas,
los niños hechos pedazos en sus camas y sus madres enterradas
por los escombros de las casas que derrumban las excavadoras
Al mismo tiempo todo ha sido
justificado e interpretado por Israel y sus cómplices,
principal pero no exclusivamente los gobiernos de Estados Unidos
y la Unión Europea, además de países árabes
comparsas, para que la evidencia anterior no calara entre personas
como la que me escribe. El terror de Estado se hace pasar por
medidas duras, el asesinato por ataque selectivo, la agresión
por derecho a la defensa, el proceso de paz por violación
grave de los derechos humanos, etc., etc. Junto con el derramamiento
de sangre se ha despreciado por completo toda ley escrita y toda
idea comúnmente aceptada sobre la dignidad del ser humano.
Como dialogo con una persona
de buena voluntad no insisto en las razones anteriores, mil veces
publicadas y que asumo comparte conmigo, aunque le advierto sobre
la diferencia que existe entre nuestros pensamientos: El fin
del conflicto, aunque a primera vista parece deseable, como escribe,
no ha de estar por encima de la justicia. Es el logro de ésta
el que llevará a la paz, pero la paz por sí misma
no es suficiente ni deseable, ya que las dictaduras y la opresión
mantienen la paz, pero la paz de los cementerios y las cárceles.
En Occidente se suele preferir la paz, ya que ésta es
indolora para sus habitantes, aunque no para los palestinos.
La paz es más fácil de "vender entre los que
no sufren sus "efectos colaterales que entre los que (mal)
viven en una prisión a merced de carceleros inmunes al
sufrimiento ajeno.
De manera parecida, la cuestión
de la venganza la ve de forma distinta un observador que una
víctima y, de nuevo, aunque es deseable que no se produzca,
está más legitimado y mejor cualificado éste
que aquél para resolverla. Uno de los efectos de la propaganda
sionista y filo-sionista camuflada es que en Europa y Estados
Unidos no se comprende, no ya la tremenda injusticia que se impone
al pueblo palestino, sino el padecimiento personal de quien ha
visto su casa demolida, sus padres y hermanos destrozados por
una bomba y su futuro de por vida en una prisión de 35
kilómetros de largo por 10 de ancho.
Tras 40 años de ocupación
militar ¿Cuánto más tiene que sufrir un
palestino para poder vengarse del asesino de su familia, del
ladrón de su tierra, de su torturador y para acabar con
la ocupación a juicio de los "pacifistas y los "demócratas
europeos y estadounidenses?
Le pregunto esto a mi comunicante
porque escribe que "los atentados de los mártires
no solucionarán el conflicto, sino al contrario, lo agravan
al permitirle a Israel usarlos para justificar sus acciones y
seguir masacrando al pueblo palestino. No puede culparse a los
palestinos oprimidos de llevar a cabo acciones terroristas que
el última instancia les perjudican más a ellos
que a sus enemigos, ya que desde niños han sentido la
violencia y la brutal opresión. Los mártires son
también víctimas, sin duda (aunque en mi opinión
personal, el asesinato de civiles israelíes, cualquier
asesinato indiscriminado, no tiene justificación moral
alguna).
Entiendo que la justificación
moral de las operaciones de martirio es un asunto de difícil
tratamiento y el de su eficacia casi lo mismo. Mientras se llega
a una conclusión sobre ambas, se me ocurre que es precisamente
la falta de operaciones bien ejecutadas y en un número
suficientemente considerable, lo que explica su relativo escaso
éxito.
Con otras palabras y precisamente
siguiendo la lógica israelí: el gobierno de Israel
puede permitir unas pocas operaciones palestinas porque sabe
que nunca alterarán el statu quo. Si los mártires
fueran capaces de imponer un alto precio a la opresión
israelí, el gobierno se vería forzado a negociar.
Rápidamente: es la escasez de operaciones la que perjudica
a la causa palestina.
Además, es preciso tener
en cuenta dos cuestiones. En primer lugar los sionistas nunca
han necesitado excusas para llevar adelante su plan genocida
contra los palestinos. La historia muestra que no es que los
palestinos "den motivos a Israel para usar la violencia,
sino que la violencia es inherente al proyecto sionista, la ocupación
es la violencia. El resto, una vez más, es el efecto pernicioso
de la propaganda.
En segundo lugar, convencido
de que no hace falta ser un estudioso del conflicto palestino,
sino principalmente pensar con sentido común y sentir
con humanidad, hay que saber que los palestinos como cualquier
otra víctima- tienen como primer objetivo salvar sus vidas
y protegerse como mejor puedan ante la enormidad de la violencia
a la que son sometidos. Hoy, 50 años después de
una historia de masacres y 50 años después de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, cabe dudar
mucho de que los observadores bienintencionados tengan algo que
decir, desde su seguridad y confort, acerca de cómo aquellos
tienen que eludir las bombas lanzadas desde cazabombarderos sobre
los superpoblados barrios de la ciudad de Gaza.
No señor, hace tiempo
que los palestinos no están interesados en lo que opinan
los occidentales, aunque aprecian la solidaridad, como haría
cualquiera en su situación. Hace tiempo que los palestinos
no prestan atención al Secretario General de la ONU, ni
al de la Liga Árabe, ni siquiera a Abu Mazen. Los palestinos
piensan exclusivamente en si sus hijos volverán a casa
sanos y salvos de la calle, rezan para que no caigan enfermos
pues no dispondrán de dinero ni de medicinas para atenderlos,
aspiran a que ocurra algo que les rescate del marasmo.
Con otras palabras: son víctimas
de grandes padecimientos, pero no son tontos y desde luego no
son ni más ni menos seres humanos que mi comunicante.
Por eso no significa nada para ellos su reflexión: "Tirar
piedras contra un tanque israelí puede ser la respuesta
lógica, innata, natural, del pueblo palestino oprimido,
pero ¿de verdad cree que ayudará a asegurar un
futuro mejor para el pueblo palestino? y, no es acaso ése
el objetivo al que hemos de encaminar nuestros pasos, más
allá de la venganza. La violencia, insisto, no es solución
sino efecto y causa a la vez del conflicto, y en consecuencia,
es un error. ¿No es un tanto irresponsable motivarla y
ensalzarla?
En estos momentos de muerte
y destrucción las preguntas las han de hacer los palestinos
a los observadores y no al revés: ¿qué vas
a hacer tú para que mis hijos no sean asesinados desde
el aire por aviones de combate israelíes y para que mis
hermanos no permanezcan durante años sin juicio en las
cárceles israelíes? ¿Qué contribución
a la causa de los derechos humanos y la paz en Palestina van
a hacer los "pacifistas y "demócratas del mundo
occidental?
En algo, sin embargo, estamos
de acuerdo: no es tirando piedras contra los tanques como se
resuelve el problema palestino. Hace falta algo más que
piedras, ¿quizás mi preocupado comunicante tiene
ya en su mano una mina antitanque para ofrecer a los resistentes
o quizás está ya él mismo camino de Jenín
y de Yabalia para cavar un refugio anti-aéreo?
Si le faltan ideas sobre cómo
ayudar a los palestinos, el Jeque Nasrallah las tiene muy adecuadas,
muy oportunas y muy reconfortantes para las víctimas y
para los que no confían mucho en la democracia indolora
para ellos mismos e inútil para los demás.
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