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INFORME  EJECUTIVO SOBRE LA VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS SINDICALISTAS COLOMBIANOS[1]

ENERO 1°- NOVIEMBRE 30

 

 

 CON MOTIVO DE LA CONMEMORACION DEL DIA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

 

 

Área

Derechos Humanos y Laborales

Escuela Nacional Sindical

1. Una lectura general  de la totalidad de violaciones
 
La información sistematizada  por el  Banco de Datos en Derechos Humanos de la Escuela Nacional Sindical muestra que en Colombia, entre el primero de enero y el 30 de noviembre  del 2003, fueron asesinados 62 sindicalistas,  288  fueron víctimas de amenazas de muerte, 17 sufrieron atentados contra su integridad física y 4 fueron secuestrados. A este preocupante panorama se suman los 40 sindicalistas detenidos[2] en el mismo período, los  11 allanamientos a residencias de dirigentes sindicales y  54 casos de hostigamientos por parte de la fuerza pública. 
 
Una mirada panorámica a los  569 casos totales de  violaciones  a la vida, a la libertad y a la integridad de los sindicalistas, muestra  que paralelamente, el año 2003 presenta una mayor magnitud en aquellas violaciones referidas a la libertad y a la integridad física, una disminución  en los homicidios, los secuestros y las desapariciones forzadas de sindicalistas y un cambio en las modalidades de  la violencia. El cuadro siguiente nos muestra, en términos estadísticos, estas variaciones comparativas con los años 2001 y 2002.

 

VIOLACIONES A LA VIDA, A LA LIBERTAD Y A LA INTEGRIDAD DE

SINDICALISTAS COLOMBIANOS

Enero 1° – Noviembre 30

2001, 2002 y 2003

Tipo de violación

2001

2002

2003

Amenazas de Muerte

232

189

288

Homicidios

180

182

62

Atentado con o sin lesiones

24

17

17

Desaparición

12

8

1

Allanamiento

1

-

11

Detención

7

11

40

Hostigamiento

12

19

54

Secuestro

40

27

4

Desplazamiento

70

2

91

Tortura

1

-

1

Total

579

455[3]

569

         Fuente: Banco de Datos de Derechos Humanos, Escuela Nacional Sindical

 

Estas cifras  proporcionan una imagen de la intensidad de la violencia contra los sindicalistas  colombianos en los últimos tres años y develan al mismo tiempo, los cambios más significativos de la violencia actual. La mayor magnitud que se observa, en algunas de las violaciones, permite señalar  en  términos generales, que  la violencia contra el sindicalismo se inscribe en las  tendencias registradas en el periodo 1991-2002, que nos mostraba una tendencia regular en los homicidios a dirigentes, un aumento de amenazas y desplazamiento forzado y una eliminación deliberada de organizaciones sindicales[4].  El cambio de modalidad señala una disminución de los homicidios, los secuestros y las desapariciones forzadas, que se encuentra relacionada en primer lugar, con los cambios en las estrategias y lógicas de la guerra implementadas por los actores extrainstitucionales del conflicto armado (organizaciones paramilitares y guerrilleras)[5], en segundo lugar, con el  aumento de la violencia de origen estatal  y, finalmente, con la formulación de una política de seguridad a través de la cual se usan  formas  y fórmulas legales  para restringir e impedir los derechos de libertad sindical.[6]

 

En términos generales, se puede decir, que la violación a los derechos humanos de los sindicalistas en el año 2003,  se inscribe  en el contexto de una violencia sistemática, selectiva, extendida en el tiempo y con impunidad de los derechos a la vida, a la libertad y a la integridad de los trabajadores sindicalizados y sus organizaciones y, que esta violencia ocurre, en la mayoría de los casos, en el contexto de fuertes conflictos laborales. Sin embargo, la información registrada  en el periodo  enero 1° noviembre 30 de 2003, presenta las siguientes variaciones.

 

·        Una disminución del 65% en los homicidios contra sindicalistas;

·        Una Disminución del 85% en los secuestros de sindicalistas;

·        Una Disminución del  87% en las desapariciones forzadas;

·        Una aumento del 34% en las amenazas de muerte  contra sindicalistas y una extensión de ellas en el 25% de los casos a  los familiares de sindicalistas[7];

·        Un  aumento en las privaciones de la libertad detenciones, allanamientos y hostigamientos en más de 70 casos;

·        Un aumento de  las violaciones  por parte de organismos de la fuerza pública (policía y ejército);

·        Un incremento  en 149 casos individuales  de violencia contra mujeres sindicalizadas;

·        Un incremento de la violencia contra los trabajadores  afiliados a la Central Unitaria de trabajadores CUT;

·        Disminución de la violencia contra trabajadores en el departamento de Antioquia y el aumento de la violencia sindical en las zonas de Arauca, Norte de Santander;

 

 

2. Cuadros y graficas  del 2003

 

 

Cuadro 1

TOTAL DE VIOLACIONES A LA VIDA, A LA LIBERTAD Y A LA INTEGRIDAD

MUJERES SINDICALIZADAS

Enero 1°- Noviembre 30

COLOMBIA

2002 y 2003

Tipo de violación

2002

2003

Amenazas de muerte

6

100

Homicidios

20

20

Allanamiento Ilegal

-

2

Desaparición

1

-

Desplazamiento forzado

1

42

Detención arbitraria

-

7

Hostigamiento

1

7

Secuestro

3

1

Atentados

-

1

Total

32

180

        Fuente:   Banco de Datos de Derechos Humanos, Escuela Nacional Sindical

 

El cuadro No. 1 es  concluyente en sí mismo, en él se evidencia  el aumento en  149 casos de violencia contra mujeres sindicalizadas y en especial, un aumento en las violaciones referidas a las amenazas de muerte y los desplazamientos forzados.  Sin embargo,  lo más grave y significativo de la violencia contra las trabajadoras colombianas, es la reaparición de  formas y métodos  que no sólo se encuentran proscriptos  por el Derecho Internacional Humanitario sino que además, constituyen actos de crueldad, inhumanidad y barbarie.

 

 El Fusilamiento de la profesora María Rebeca López,  por un grupo armado desconocido en el municipio de Uramita, departamento de  Antioquia[8];  el asesinato de Morelly Guillen  trabajadora de la salud, afiliada a ANTHOC en el municipio de Tame, departamento de Arauca[9]; la detención, tortura y decapitación de la Maestra Liliana Caicedo Pérez, por  Ejército Nacional en Ricaurte, departamento de Nariño[10] y, el secuestro y posterior asesinato de la educadora Ana Cecilia Duque Villegas[11], por el Ejercito de Liberación Nacional –ELN-, muestran como en Colombia lo imposible se hace posible y, se convierte  en una forma de regulación y dominación.  

 

Es importante señalar que Maria Rebeca fue fusilada frente a su hijo de tres años, que Morelly Guillen fue asesinada  en el interior de su casa; que el cuerpo de Liliana Caicedo  fue encontrado decapitado y con señales de tortura  en el exterior de su casa  y, que  el secuestro y posterior asesinato de Ana Cecilia Duque fue el resultado de una retaliación contra su padre.

 

Cuadro 2

DEPARTAMENTOS MÁS PELIGROSOS PARA LA ACTIVIDAD SINDICAL

TOTAL DE VIOLACIONES

Enero 1°- Noviembre 30

2003

 

Departamentos

Homicidios

Amenazas

Antioquia

9

37

Atlántico

7

3

Arauca

6

135

Valle

6

22

Cesar

5

22

Magdalena

5

-

Bolivar

1

4

Santander

1

25

Norte de Santander

5

1

Tolima

2

1

Risaralda

1

20

Cundinamarca

2

3

Bogotá D.F.

-

34

Fuente: Banco de Datos de Derechos Humanos, Escuela Nacional Sindical

 

Cuadro 3

 TOTAL DE VIOLACIONES A LA VIDA, LA LIBERTAD Y LA INTEGRIDAD DE SINDICALISTAS COLOMBIANOS

DEPARTAMENTO DE ANTIOQUIA

ENERO 1°- Noviembre 30

2003

 

Tipo de violación

No. De Casos

Homicidios

9

Amenazas de muerte

37

Desplazamiento forzado

4

Atentados

1

Secuestro

1

Detenciones

1

Total

53

 

 

Los cuadros 2 y 3  son  reveladores de tres  situaciones.  En primer lugar, señalan una disminución de la violencia contra trabajadores en el departamento de Antioquia, departamento que hasta el año 2001 era considerado el lugar más peligroso de Colombia para ejercer la actividad sindical. En segundo lugar , evidencian la aparición de nuevos territorios disputados por los actores armados y como correlato, de estas nuevas disputas,  la ampliación geográfica de los espacios en los cuales se violaban los derechos humanos de los trabajadores y, finalmente,  muestran el aumento de las violaciones  en zonas que fueron consideras como zonas especiales de orden público, Arauca, por ejemplo .

 

Cuadro 4

TOTAL DE VIOLACIONES  POR CENTRAL SINDICAL

Enero 1°- Noviembre 30

Colombia

2003

 

Central

2003

CUT

555

CGTD

2

CTC

-

No Confederado

12

Total

569

Fuente: Banco de Datos de Derechos Humanos, Escuela Nacional Sindical

 

 

Cuadro 5

TOTAL DE VIOLACIONES POR SECTOR ECONOMICO

Enero 1°- Noviembre 30

2003

Sector

No.  de casos

 

Sector servicios

405

Minas y canteras

81

Industria Manufacturera

22

Electricidad

26

Comercio

12

Agricultura

18

Construcción

1

Transporte

2

Financiero

2

Total

569

      Fuente:  Banco de Datos de Derechos Humanos, Escuela Nacional Sindical

 

 

Cuadro No.6.

TOTAL DE VIOLACIONES POR SECTOR SERVICIOS

Enero 1°- Noviembre 30

2003

Sub. sector

No.  casos

Educación

339

Salud

12

Trabajadores municipales

19

Otros

35

Total

405

 

En los cuadros  4, 5 y 6 se aprecia que la  Central Unitaria de Trabajadores –CUT- y el magisterio afiliado a la Federación Colombiana de Educadores –FECODE-, siguen siendo los sectores más afectados por la violación a los derechos humanos de los trabajadores en el país. El primer caso se explica,  porque la CUT además de  poseer el 63% de la afiliación sindical,  posee altos niveles de presión política, de  protesta social  y de interlocución con el Estado.  El segundo caso se explica, en primer lugar, por el papel estratégico del magisterio, en las protestas contra las políticas neoliberales y de reducción del gasto social aplicadas en Colombia en la última década; en segundo lugar,  por la ubicación de las sedes escolares  en zonas y territorios disputados por los actores armados  y, finalmente, por el peso preponderante que sigue teniendo el ámbito municipal y rural dentro de las estrategias de consolidación y dominio territorial de las guerrillas y los paramilitares.

 

 

PRESUNTOS RESPONSABLES

 

 

 

Tal como se señaló anteriormente, en lo que va corrido del año se han presentado 569 violaciones a la vida, a la libertad y a la integridad; de éstas en  360 casos, el 63% del total, no se conoce o no se ha denunciado al autor. Igual situación se presenta respecto de los 62 homicidios de sindicalistas: en 53 casos, es decir en el 76% del total, o no se conoce o no se suministra información respecto del autor o responsable del homicidio.  En los casos restantes las organizaciones paramilitares son responsables de 81 casos de amenazas de muerte  y  8 casos de homicidios de sindicalistas, las organizaciones guerrilleras son responsables de 2 homicidios,  7 amenazas de muerte y 2 secuestros  y los organismos de la fuerza pública (DAS, ejército y policía) son responsables de los allanamientos,  las detenciones  y de  10 casos de hostigamiento.

 

 

  1. Conclusiones generales

 

Los cambios generales sobre las violaciones a los derechos humanos de los trabajadores colombianos, en términos de la disminución de los homicidios, los cambios de modalidad en las violaciones, el aumento del desplazamiento y de las violaciones a la libertad,  se encuentran relacionados con los cambios en las estrategias de guerra, la movilidad territorial de los actores, la resolución o disminución de las disputas territoriales armadas y la implementación de procesos de negociación  o acuerdos puntuales entre algunos de los actores armados y el gobierno  actual. 

 

En este sentido, es posible afirmar que las variaciones positivas que se presentan en algunos indicadores sobre la violación de derechos humanos de los trabajadores en el país, no son necesariamente,  el resultado de la aplicación de políticas gubernamentales deliberadas orientadas a garantizar y proteger los derechos de asociación  sindical, sino el resultado, bastante contingente, de las lógicas de acción y los cálculos políticos y estratégicos de los actores del conflicto. 

 

Incluso, ciertas modificaciones en las tendencias, en términos del deterioro en algunos derechos, libertad personal y libertad  sindical por ejemplo,  son el resultado directo de la acción estratégica desplegada por el Estado cuando se generan procesos de acercamiento con alguno de los actores armados  para la búsqueda de salidas negociadas al conflicto. Una mirada global a los indicadores nos muestra que todos aquellos gobiernos que se han propuesto como objetivo conseguir la paz –o ganar la guerra-, han acompañado su discurso de voluntad de paz –o voluntad de guerra-, con un progresivo endurecimiento con los actores del conflicto económico y social que se ubican por fuera de la acción armada. El aumento de las detenciones, los allanamientos y hostigamientos por parte de la fuerza pública a las organizaciones sindicales, la judicialización de altos dirigentes sindicales, como los casos de Hernando Hernandez  y Robinso Beltran evidencia  una politica gubernamental y una politica estatal “que dialoga con más facilidad con los grupos armados que con las organizaciones legítimas del trabajo”.

 

Las detenciones "legales", las retenciones arbitrarias, los allanamientos y los hostigamientos a sindicalistas por parte de organismos estatales, desconocen y traslapan  el marco internacional de derechos humanos, se constituyen en elementos violatorios de la libertad  sindical  y  contribuyen a la generalización de una cultura antisindical que continua señalando a las organizaciones sindicales como una amenaza  para el orden público interno, como organizaciones funcionales a la subversión y como un estorbo para el progreso  económico de las empresas.

 

La extensión  de las amenazas de muerte y hechos violentos  a familiares, hijos y esposas de sindicalistas, el resurgimiento de  formas  aberrantes de violencia (decapitaciones y mutilaciones) contra trabajadores sindicalizados y, la aparición  de  panfletos amenazantes y pronunciamientos  con un fuerte  contenido político, retórico[12]  y  retaliativo  muestran,  que las organizaciones paramilitares siguen utilizando estas estrategias  como una forma para inmovilizar a las organizaciones sindicales.

 

La recurrente violencia contra la Central Unitaria  de Trabajadores –CUT-,  el asesinado  de 27 dirigentes sindicales y, el hecho de que  el 91%  de las violaciones tuvieran por causa la actividad sindical, evidencia una vez más que la mayoría de las violaciones a los derechos humanos de los sindicalistas en Colombia se encuentran ligadas a conflictos laborales, aunque ellas ocurran en el contexto de la guerra y sean cometidas, en la mayoría de los casos, por alguno de los actores de la guerra y en segundo lugar, que esta violencia  es una violencia  discriminada, selectiva, extendida en el tiempo y con impunidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Este resumen ejecutivo se hace con motivo de la celebración del 10 de diciembre como día conmemorativo de la declaracion universal de los derechos humanos. La información global y sobre casos particulares, será entregada y publicada en el mes de enero de 2004. Sobre casos particulares, también puede verse nuestros informes parciales correspondientes al año 2003. 

[2] Esta cifra corresponde a los datos sistematizados por la ENS, sin embargo según la Central Unitaria de Trabajadores CUT entre enero y noviembre del presente año han sido retenidos más de 120 sindicalistas en todo el país.

[3]    Es necesario aclarar, que en el mes de mayo de 2002 fueron retenidos en el contexto de un conflicto laboral 128 trabajadores de Telecom en la ciudad de Bucaramanga, departamento de Santander y, que aproximadamente, 80 de los sindicalistas amenazados tuvieron que exiliarse.  Estas dos cifras  no son incluidas en este cuadro porque  no hacen parte de las variables consideradas en nuestro sistema de información.  

[4]  Una mirada más amplia sobre las tendencias en la violencia contra el sindicalismo colombiano puede verse en: Informe sobre derechos humanos de los sindicalistas colombianos 1996-2000, cuaderno de derechos Humanos No. 11, Medellín, Escuela Nacional Sindical, marzo de 2001.

[5] Los cambios en las estrategias de guerra y sus efectos en términos de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario pueden verse en: Vigia del Fuerte. Boletín semestral sobre  la situación humanitaria, No. 3,  julio del 2003. Pp.  12-18.

[6] Un analisis más detallado de las implicaciones y limitaciones de la política de seguridad democratica del gobierno de Uribe, en terminos de la relación libertad vs autoridad, derechos políticos vs orden público, permitiría mostrar más ampliamente el deterioro de los derechos de libertad sindical. Sobre el tema  de la política de seguridad, puede verse: “Hacia un estado autoritario” en:  El embrujo autoritario.  Primer año del gobierno de Alvaro Uribe.  Plataforma Colombia de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, Bogotá,  septiembre de  2003, Pp.  15 y ss.

[7] En  30 casos, es decir, en el 25% de los casos, las amenazas de muerte se extendieron contra los familiares de los dirigentes sindicales y, algunas de ellas tuvieron desenlaces en atentados, secuestros y desapariciones de hijos de dirigentes. Es ilustrativo aquí mencionar, las amenazas a las hijas del Director del departamento de Derechos Humanos de la CUT Nacional; las amenazas contra el hijo de la Presidenta de Asodefensa a nivel nacional, las amenazas contra la familia de  la presidenta del sindicato de reporteros gráficos de Bogotá,  la desaparición de Marlon Mina Gambi, hijo de un dirigente de la Unión sindical Obrera  y,  el secuestro y tortura de David José Carranza hijo de Limberto Carranza, dirigente sindical de SINALTRAINAL (el 10 de septiembre de 2003) 

 

[8] Maria Rebeca, fue asesinada  el 29 de mayo de 2003. Al respecto véase:  Revista  Noche y Niebla No.27,  Bogotá,  enero-junio, 2003.  p, 244

[9] Morelly Guillén fue asesinada  el  16 de junio 2003. Al respecto véase:  Revista  Noche y Niebla No.27,  Bogotá,  enero-junio, 2003.  p, 271.

[10] Liliana Caicedo fue asesinada el 21 de junio de 2003. Al respecto véase:  Revista  Noche y Niebla No.27,  Bogotá,  enero-junio, 2003, P.  277.

[11] Ana Cecilia Duque fue secuestrada y asesinada el 26 de abril  de 2003. Para mayor iformación puede verse   Comunicado a la Opinión Publica de la Escuela Nacional Sindical  del 2  de mayo de 2003.

[12]  Es ilustrativo aquí  una mirada  al contexto y a los textos  de las amenazas contra la subdirectiva de la CUT en el departamento de Risaralda, el 21 de octubre de 2003 por Bloque Cacique Calarca, de la Autodefensas Unidas de Colombia y, que opera en la región cafetera del país y el texto de las Autodefensas Unidas de Colombia amenazando a las Juntas Directivas  de Sintraunicol Nacional y seccionales, el 11 de noviembre de 2003.

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