Sergio Ramírez
Rebelión
En Chile se logra consolidar la impunidad y la negación
de justicia en nombre del perdón y la reconciliación. Se
intenta borrar el pasado dictatorial de crímenes de lesa humanidad.
Pero, la inconsecuencia y la traición no logran borrar los crímenes
cometidos ni ocultar la identidad de sus autores. De la memoria histórica
del pueblo extraemos el recuerdo permanente de asesinatos de jóvenes
y niños por las hordas de Pinochet.
Mientras los pinochetistas de dentro y fuera de
la Concertación presionan a los tribunales de justicia para que
mantengan la impunidad de los asesinos, incluyendo a Pinochet, el libro
"Difícil Envoltorio" de Mónica Echeverría denuncia
nuevas facetas de la represión dictatorial, al relatar la historia
de Tamara Callejas Leiva, hija de una detenida desaparecida, María
Isabel Beltrán, y de un ejecutado político, Javier Antonio
Pacheco Monsalve, adoptada ilegalmente en 1977 por una pareja de partidarios
de la dictadura. Producto de las presiones del gobierno y de los mandos
castrenses se ha intentado impedir su venta. La joven afirma ahora que
decidió relatar su historia, pero bajo la condición de resguardar
su identidad y la de sus padres adoptivos, pues sólo aceptó
que se identificara a sus padres biológicos, por lo cual solicitó
se suspendiera el lanzamiento del libro. Sin embargo, esta versión
fue descartada por la autora al señalar que a Tamara "le bajó
la inseguridad y el miedo". Había sido visitada por un secretario
del actual director de Investigaciones, Nelson Mery. En el libro se menciona
al jefe de la policía civil como responsable de la detención
y desaparición de María Isabel Beltrán en Linares.
Por lo cual, Arturo Infante, gerente de la editorial, indicó que
lo importante "es contar esta historia" y que "la verdad es la única
verdad que podemos asumir. Ella (Mónica Echeverría) contó
la historia, la narró y no la tergiversó…. El libro tiene
el mismo valor con el apellido y sin el apellido."
El debate suscitado por la publicación del
libro citado, actualiza la represión, raptos y crímenes cometidos
contra niños y jóvenes por las hordas asesinas de Pinochet.
Violaciones a los DD.HH. que permanecerán en la impunidad gracias
al acuerdo negociado de la Mesa de Reconciliación y a la Ley Lagos
("Secreto Profesional"). ¿Cuáles son estos crímenes
de lesa humanidad que el contubernio Concertación-militares encubren?.
Una síntesis de la obra de la brutalidad fascista que la inconsecuencia
y traición protegen:
TODO EL TERRITORIA FUE ESCENARIO DE CRIMENES
En Laja y San Rosendo 19 personas fueron detenidas
por Carabineros entre el 13 y el 17 de septiembre de 1973. Entre ellas
se encontraban dos menores: Mario Manuel BECERRA AVELLO (18 años)
y Juan Carlos JARA HERRERA (17 años). Todos fueron trasladados supuestamente
hacia el Regimiento de Los Angeles, lugar al que nunca llegaron. El 11
de octubre, sus cuerpos fueron descubiertos por lugareños en una
fosa de arena en el Fundo San Juan, en el camino entre Laja y Yumbel. El
arzobispado de Concepción presentó una querella en contra
de Carabineros. La Corte de Apelaciones de Concepción designó
un ministro en Visita. Esto permitió identificar a las víctimas
y determinar que habían sido ejecutadas por Carabineros de Laja.
El 18 de marzo de 1989, el ministro en Visita se declaró incompetente
y la causa pasó a la Fiscalía Militar de Concepción,
siendo sobreseída de forma definitiva el 9 de junio de 1980. Sobreseimiento
aprobado por la Corte Suprema el 3 de diciembre de 1981. Se aplicó
a los asesinos la amnistía de 1978.
El 20 de septiembre de 1973 fue asesinado Roberto
HUAIQUI BARRIA (17 años). El joven había salido de Lago Ranco
(11.09.73) junto a otras personas hacia Argentina. Cuando cruzaban el río
Nilahue, les dispararon desde una avioneta dándoles muerte. Su cuerpo
cayó al río y fue arrastrado por la corriente sin que pudiese
ser recuperado. Mientras que 4 días después (14.09.73), en
la viña El Escorial de Paine efectivos del Regimiento de Infantería
de San Bernardo detuvieron a 4 trabajadores. Fueron trasladados al Regimiento
y luego vendados y subidos a un camión con destino al Centro de
Detención Cerro de Chena. Entre los arrestados estaban los menores
Héctor CASTRO SAEZ, de 18 años; Gustavo Hernán MARTINEZ
VERA, de 18 años, e Ignacio del Tránsito SANTANDER ALBORNOZ,
de 17 años. Nunca más se supo de ellos. Al mes siguiente,
el 3 de octubre de 1973 se realizó un operativo y se detuvieron
a 13 campesinos de Paine. Efectivos del Regimiento de Infantería
de San Bernardo los trasladaron al Centro de Detención Cerro Chena.
Entre ellos se encontraban Carlos Manuel ORTIZ ORTIZ y Víctor Manuel
ZAMORANO GONZÁLEZ, ambos de 18 años. En diciembre, el Servicio
Médico Legal informó a los familiares que habían sido
enterrados en el Patio 29 del Cementerio General. En la misma fecha, lugareños
descubrieron restos humanos en el sector de la cuesta de Chada. Los familiares
pudieron reconocer restos de la vestimenta que llevaban los detenidos el
día de su detención. Las osamentas fueron remitidas al Servicio
Médico Legal. En septiembre de 1990, el ministro de la Corte de
Apelaciones, Germán Hermosilla, se constituyó en ese servicio
para identificar los restos. Entre los cuerpos reconocidos se encontraban
los de Héctor Castro y Víctor Manuel Zamorano. El mismo día
fueron detenidos por militares los hermanos Juan Enrique RODRIGUEZ AQUEVEQUE
(20 años), y Florentino Aurelio RODRIGUEZ AQUEVEQUE (17 años).
Días después, la familia encontró sus cadáveres
en el Instituto Médico Legal. Ambos cuerpos presentaban múltiples
heridas de bala.
El 7 de octubre de 1973, 11 campesinos de Isla de
Maipo fueron detenidos por Carabineros. Los detenidos fueron trasladados
a la Tenencia del lugar. El mismo día, 4 jóvenes que se encontraban
en la plaza del lugar fueron detenidos por Carabineros siendo trasladados
a la misma tenencia. Entre ellos se encontraban dos menores, José
HERRERA VILLEGAS e Iván ORDOÑEZ LAMA, ambos de 17 años.
La búsqueda de los familiares resultó infructuosa. Sin embargo,
una denuncia anónima que conoció la Iglesia Católica
a fines de 1978 informaba sobre la existencia de restos humanos en una
mina abandonada de Lonquén. Se inició una investigación
judicial a cargo del ministro en Visita Adolfo Bañados. El 4 de
abril de 1979, el ministro se declaró incompetente para proseguir
la causa, remitiéndola al Segundo Juzgado Militar de Santiago. Esta
resolución establece que los cadáveres enterrados en el horno
de cal de Lonquén corresponden a los 15 detenidos y que en sus muertes
tuvo "injerencia y responsabilidad directa" el jefe de la Tenencia de la
época, "sin perjuicio de la que pueda afectar a los que obraron
bajo su mando…". Posteriormente, el Fiscal Militar acusó a los Carabineros,
en calidad de autores de delito de "violencias innecesarias", causando
la muerte de todos los detenidos. Más tarde se dictó sentencia
que sobreseyó total y definitivamente a los asesinos; Eliseo Maximiliano
TROCANAO VALENZUELA, de 18 años, y Modesto Juan REINANTE RAIPAN,
de 18 años, fueron detenidos el 10 de octubre de 1973 en el sector
de Trafún, y llevados hacia el puente Villarrica sobre el río
Toltén, donde fueron ejecutados. Sus cuerpos nunca fueron encontrados.
SEPTIEMBRE ES MES DE CRIMENES
La siniestra historia de crímenes continúa
con historiales de ejecuciones. El 12 de septiembre del 73, Mercedes del
Pilar CORREDERA REYES, de ocho años, murió en Santiago víctima
de un impacto de bala en la rodilla izquierda. Mientras que el 14 de septiembre
de 1973 murió en Santiago Angel Gabriel MOYA ROJAS (15 años).
La víctima se dirigía a su casa junto a un amigo encontrándose
con una patrulla de militares que los detuvieron. Les dieron orden de correr
y les dispararon. La víctima murió instantáneamente.
El mismo día fue ejecutada en Talca Claudia Andrea VALENZUELA VELAZQUEZ,
de 6 años. También fueron ejecutados su padres y heridos
sus dos hermanos menores. Los antecedentes indican que en verdad la casa
fue allanada por Carabineros y las víctimas ejecutadas. Dos días
después (16.09.73) fue ejecutado en la población Los Nogales
(Santiago) Ricardo del Carmen SEPULVEDA BRAVO (16 años) junto a
sus dos hermanos. Los policiales allanaron la vivienda, golpearon a sus
moradores y se llevaron detenidos a los tres hermanos hasta la esquina.
Allí, ante la presencia de testigos, los ejecutaron; el 18 de ese
mes de 1973 Carabineros detiene a Gabriel Marcelo CORTEZ LUNA (17 años)
y lo trasladan a la Segunda Comisaría de Chillán. Un mes
después, la familia supo que había sido enterrado en el cementerio.
Fue exhumado. Presentaba huellas de bala en la cabeza. Al día siguiente
(19.09) fue ejecutado Luis Gilberto MATAMALA VENEGAS, de 16 años.
Carabineros de la Tenencia San Joaquín ingresaron violentamente
a su domicilio en la población Isabel Riquelme (Santiago). Le dispararon,
dejándolo herido de gravedad, y escaparon. Falleció cuando
era trasladado a la Cruz Roja. En la misma fecha se registran otros crímenes.
Es asesinado Segundo Enrique THOMAS PALAVECINOS (15 años). El menor
tomó un bus, el cual fue interceptado por Carabineros, procediendo
a detener a todos los varones. Su cuerpo, encontrado en la vía pública,
presentaba múltiples impactos de bala, según consta en el
certificado de defunción. También, en Tocopilla, fue muerto
Ernesto Manuel MORENO DIAZ (18 años). Había sido detenido
el día anterior, junto a otro joven, por Carabineros del lugar.
Al día siguiente, sus cuerpos fueron entregados en la morgue del
hospital, explicándose que la muerte ocurrió en el curso
de un intento de fuga. Los jóvenes habían muerto producto
de impactos de bala.
La Comisión Rettig se formó convicción
de que la muerte de ambos constituyó una ejecución al margen
de toda legalidad, de responsabilidad de agentes del Estado. El 21 de septiembre
de 1973 fueron asesinados 2 jóvenes: Fue ejecutado Patricio Enrique
MANRIQUEZ NORMABUENA (17 años). El día anterior era detenido
por Carabineros de la Cuarta Comisaría de Santiago, quienes además
allanaron su casa. Al día siguiente, fue hallado su cadáver
con múltiples heridas de bala. Mientras que Carabineros de la Comisaría
Walker Martínez de Santiago detienen en su domicilio a 3 personas,
entre las cuales se incluye a Manuel José GONZALEZ ALLENDE, de 16
años. Según testigos, los uniformados se encontraban en estado
de ebriedad. Al día siguiente, los familiares encontraron sus cadáveres
en el Mapocho. El 23 de septiembre de 1973 fue ejecutado en Santiago Fernando
Isidro VERA ORTEGA, de 18 años. Había sido detenido en su
domicilio de la población La Pincoya en un allanamiento colectivo.
Todos los detenidos fueron llevados a la unidad de Carabineros de La Pincoya.
Posteriormente su cuerpo fue encontrado en la carretera del General San
Martín, con heridas de bala craneal y torácica. Un día
posterior, fue ejecutado, tras ser detenido por personal de Carabineros,
Roberto Hernán CACERES SANTIBAÑEZ, de 16 años. Fue
llevado a la Cuarta Comisaría de Carabineros. Días después,
su cuerpo, remitido por la Fiscalía Militar, fue encontrado en el
Instituto Médico Legal, presentando múltiples impactos de
bala. Y el 27 de septiembre de 1973 es asesinado en Santiago Juan Patricio
PALMA RODRIGUEZ (17 años). Había desaparecido el 11 de septiembre
de 1973, en el curso de un operativo en que fueron detenidas varias personas.
Su cadáver apareció cerca del cementerio Metropolitano y
la causa de la muerte fue herida de bala. Su cuerpo nunca fue visto por
la familia. Quedó sepultado en el patio Nº 29 del Cementerio
de Santiago. Mientras que, al día siguiente (28.09) mueren Omar
Enrique BALBOA TRONCOSO, de 18 años, y Patricio Humberto PARRA QUINTANILLA,
de 14. Fueron ejecutados tras ser detenidos en la población Villa
La Cisterna Nº 1 por efectivos de la FACH de la Base Aérea
El Bosque. Sus cuerpos aparecieron con múltiples heridas de bala
y enterrados en secreto en el patio Nº 29 del Cementerio General.
LA DANZA MACABRA DE CRIMENES NO SE DETIENE
El 10 de octubre de 1973, Miguel Angel RIOS TRASLAVIÑA
(16 años), Rogelio Gustavo RAMIREZ AMESTICA (18), y Marco Orlando
RIOS BUSTOS (15 años) fueron ejecutados tras ser detenidos por una
patrulla militar en un establecimiento donde jugaban "taca-taca". Fueron
sacados a la calle, en presencia de vecinos del sector, golpeados y obligados
a correr, siendo acribillados en ese momento dos de ellos. El tercero siguió
corriendo hasta llegar al puente Iquique, donde fue muerto por otra patrulla.
La danza macabra de crímenes no se detiene. El día 5 de octubre
de 1973, en Angol, es ejecutado Luis COTAL ALVAREZ (15 años). El
Bando Nº 64 dio a conocer que ese día habían sido fusilados
dos terroristas por asaltar el cuartel. Los militares lo detuvieron en
la vía pública. Según testigos, ambos fueron conducidos
a una bodega en construcción, donde los golpearon y luego ejecutaron
mediante varios tiros de arma de fuego. Sus cadáveres fueron abandonados
y recogidos la madrugada siguiente por un vehículo militar. Nunca
fueron entregados a sus familiares. Mientras que el 6 del mismo mes, fue
muerto Héctor Enrique HERNANDEZ GARCES (17 años). Detenido
por militares el 27 de septiembre de 1973 en su domicilio. En el curso
de un operativo militar realizado en la Maestranza de Ferrocarriles de
San Bernardo, fueron detenidas otras 10 personas. Todas fueron ejecutadas
el día 6 de octubre de 1973 por efectivos del Ejército, en
el centro de detención Cerro Chena.
El 8 de octubre de 1973, en la localidad de Galvarino,
muere ejecutado Julio Augusto ÑIRIPIL PAILLAO (16 años).
Una patrulla integrada por efectivos del Ejército y Carabineros
de Lautaro lo ejecutaron en el patio de su casa; su madre recogió
el cuerpo y lo sepultó. No se certificó oficialmente la muerte.
Al día siguiente, en el sector denominado "Baños de Chihuío",
personal del Ejército asesinó a 17 personas, entre ellas
al menor Fernando Adrián MORA GUTIÉRREZ (17 años).
Ese día, un convoy militar integrado por efectivos de los Regimientos
"Cazadores" y "Maturana", de Valdivia, con una dotación de 90 uniformados,
se dirigió el complejo maderero Panguipulli. En las localidades
de Chabranco, Curriñe, Llifén y Futrono, detuvieron a los
campesinos, en sus domicilios o lugares de trabajo, o los recibieron de
manos de Carabineros. En horas de la noche se les condujo a un fundo, de
propiedad de un civil, denominado "Baños de Chihuío". Los
prisioneros fueron sacados de la casa patronal de ese fundo y llevados
a un lugar cercano, donde fueron ejecutados. Al día siguiente, un
testigo reconoció a varias de la víctimas cuyos cuerpos tenían
cortes en las manos, en los dedos, en el estómago, e incluso algunos
se encontraban degollados y con sus testículos cercenados. Los cadáveres
permanecieron en el lugar de la ejecución durante varios días.
Aproximadamente unos 15 días después fueron enterrados por
sus asesinos en fosas de diferentes dimensiones. A fines de 1978 o principios
de 1979, personas de civil llegaron hasta la casa patronal del Fundo Chihuío
y solicitaron al dueño que les indicara el lugar en que se encontraban
las fosas. Excavaron durante toda una noche en el lugar, trasladando los
restos a otro sitio desconocido.
El 13 de octubre de 1973 fueron ejecutados 2 jóvenes:
Héctor Eugenio ARAYA GARRIDO (18 años) fue detenido, junto
a otra persona, por militares del Regimiento Yungay, quienes realizaban
un operativo en la población La Pincoya 1. Al día siguiente,
su cuerpo fue localizado en el Instituto Médico Legal. Presentaba
múltiples heridas de bala craneanas y torácicas. El segundo,
Víctor Iván VIDAL TEJEDA, de 16 años, había
sido detenido por personal militar en la población La Pincoya, quienes
lo llevaron al lugar donde se encontraban acantonados en la Quinta Normal.
Dos meses después, su madre encontró en el Instituto Médico
Legal una carpeta con los antecedentes de su hijo, quien habría
sido trasladado a ese lugar el 14 de octubre. Mientras que en la madrugada
del 14 de octubre, ocho personas fueron ejecutadas por Carabineros. Entre
ellas, Elizabeth LEONIDAS CONTRERAS (14 años), quien se encontraba
embarazada, y Jaime Max BASTIAS MARTINEZ (17 años). El día
anterior, una patrulla de Carabineros había procedido a detener,
ante testigos, a un grupo de personas. Fueron llevados a la 20ª Comisaría
de Puente Alto y más tarde a la 4ª Comisaría de Santiago.
El 14 de octubre, fueron subidos a un jeep y llevados a orillas del río
Mapocho, a la altura del puente Bulnes. En este lugar, y ante testigos,
les obligaron a descender del vehículo. Les gritaron que arrancaran
y de inmediato comenzaron a dispararles. Al día siguiente (15.10)
fue ejecutado Sergio Manuel CASTRO SAAVEDRA (15 años). Había
sido detenido en su domicilio (comuna de Renca) por efectivos del Ejército
y Carabineros. El cuerpo apareció en el cerro Quilicura con una
herida de bala abdominal.
El 19 de octubre de 1973 fueron ejecutadas en Antofagasta
14 personas, y 26 en el camino entre Calama y Antofagasta. Entre las primeras
víctimas había un menor: Darío Armando GODOY MANSILLA
(18 años), detenido en Tocopilla y trasladado luego a la Cárcel
de Antofagasta. Entre los segundos estaba José Gregorio SAAVEDRA.GONZALEZ
(18 años). Detenido el 24.09.73, se desconoce su paradero hasta
el 29 de septiembre, fecha en que es llevado a la Fiscalía Militar.
Es procesado y relegado al sur del paralelo 38. El 20 de octubre de 1973,
una información oficial del jefe de Plaza señalaba que los
26 detenidos indicados habían sido asesinados por los militares
que les transportaba a la cárcel de Antofagasta "cuando intentaron
huir". La Comisión Verdad y Reconciliación se formó
convicción de que estos fusilamientos fueron ejecutados al margen
de la ley con crueldad y ensañamiento.
LA CARNICERÍA HUMANA CONTINUA CON SIMILAR BESTIALIDAD
En efecto, el 20 de octubre de 1973 son ejecutadas 4 personas, entre
ellas dos menores: Carlos Octavio CHAMORRO SALINAS y Miguel Angel PONCE
CONTRERAS (ambos de 18 años). Fueron detenidos en la población
San Gregorio por Carabineros. Sus cuerpos sin vida aparecieron en diferentes
lugares de Santiago con numerosos impactos de bala; el 21 de octubre de
1973 fueron ejecutados por una patrulla del Regimiento de San Bernardo
dos hermanos, uno de ellos menor de edad: Miguel Angel VALDIVIA VASQUEZ
(16 años). Detenidos en su domicilio en San Bernardo, ante la presencia
de sus familiares, fueron conducidos hasta el cerro Chena. En ese lugar
se les ordenó correr mientras se les disparaba, resultaron muertos;
el 23 de octubre de 1973 la prensa de Arica, controlada por la dictadura,
informa de la ejecución de Luis Pedro SOLAR WELCHS (18 años).
Según esta información, el joven fue sorprendido por una
patrulla en el interior de un recinto militar. Estando bajo custodia, intentó
arrebatarle el arma a un centinela con intención de dispararle,
lo que "obligó a otro centinela a ajusticiarlo"; el 25 de octubre
de 1973 fueron ejecutados en Valdivia, por personal de Carabineros y del
Ejército, tres jóvenes, entre ellos dos menores de edad:
Juan Bautista FIERRO PEREZ (17 años), y Pedro FIERRO PEREZ (16 años).
Fueron detenidos el 20 de octubre de 1973 en su domicilio y llevados a
la Tenencia Gil de Castro; en octubre de 1973 fueron asesinadas 4 personas
detenidas en Puerto Saavedra. Los hechos se produjeron cuando llegó
a esa localidad un contingente de militares de Temuco. Los cadáveres
fueron abandonados y encontrados por sus familiares en el río Imperial
con numerosos impactos de bala. Entre ellos estaba el menor Francisco Segundo
CURAMIL CASTILLO, de 18 años; el 8 de noviembre de 1973, por sentencia
del Consejo de Guerra de Valdivia, fueron ejecutadas 3 personas acusadas
de asaltar la tenencia de Carabineros Gil de Castro. Entre ellas había
dos menores, Cosme Ricardo CHAVEZ OYARZUN y Víctor Joel GATICA CORONADO,
ambos de 18 años; el 26 de noviembre de 1973 fueron ejecutadas en
Santiago 5 personas, entre las cuales estaba el menor Juan Domingo ARIAS
QUEZADA, de 17 años. Al día siguiente, vecinos de El Arrayán
encontraron sus cuerpos sin vida. La autopsia determinó que murieron
por múltiples balas de grueso calibre. Dos se encontraban amarrados.
Según familiares, el grupo habría intentado asilarse en una
embajada, siendo sorprendidos por una patrulla militar que los detuvo;
y el 19 de diciembre de 1973 fue ejecutado el menor Demetrio Max ALVAREZ
OLIVARES, de 17 años, detenido por efectivos de investigaciones
en su domicilio el 3 de diciembre de 1973. Junto con él fueron detenidos
otros militantes de izquierda, todos los cuales fueron conducidos al Cuartel
Central de la Policía de Investigaciones, después a la Cárcel
Pública y finalmente al Regimiento Buin, para ser interrogados.
En este lugar se pierde el rastro de los detenidos, apareciendo sus cuerpos
en el Instituto Médico Legal. La autopsia indica como causa de muerte
"herida de bala".
El 8 de marzo de 1974 fueron muertos en Santiago
Waldo Antonio RIQUELME AVILES, de 22 años, y Nicolás FLORES
MARDONES, de 18 años Ambos fueron detenidos en un allanamiento que
realizaron en la población Quinta Bella efectivos militares del
Regimiento Buin. Días después, sus cuerpos fueron encontrados
en una acequia del sector Camino La Herradura. La autopsia indica como
causa de muerte, heridas de balas en la espalda; y el 21 de octubre fue
muerto Iván Nelson OLIVARES CORONEL, de 18 años.
Ese día llegaron a su domicilio agentes de
la DINA. Olivares huyó, refugiándose en el jardín
de una vecina. Fue descubierto por los agentes, quienes le dispararon,
lo envolvieron en una sábana y llevaron en camioneta. Pero las máquinas
del crimen no se detienen. El 24 de marzo de 1976 fue muerto en Santiago
el menor Patricio Amador ALVAREZ LOPEZ (17 años). La noche anterior
había sido detenido frente al Liceo Nocturno Nº 4 junto a otros
tres jóvenes. Los detenidos, a excepción de Patricio, fueron
liberados. Su cadáver apareció al día siguiente en
el Instituto Médico Legal, llevado por Carabineros. Se comprobó
que la causa de muerte era una herida de bala y que presentaba múltiples
lesiones contusas en la cabeza, tórax y extremidades. Mientras que
el 10 de julio, efectivos de Carabineros practicaron un allanamiento al
inmueble de calle Mamiña Nº 150 de Santiago, "encontrando"
los cuerpos sin vida de las hermanas Margarita Eliana y María Paz
Martín Martínez y del joven de 18 años Isidro SALINAS
MARTIN, hijo de una de ellas. La Comisión Rettig llegó a
la conclusión de que los 3 fueron ejecutados por Carabineros. Mientras
que Gonzalo Elías FREZ GALLARDO, de 18 años, murió
el 24 de marzo de 1984, víctima de la tortura aplicada por funcionarios
de Investigaciones, cuando se presentó ante esa policía en
La Ligua, que lo buscaban. La causa de la muerte fue traumatismo cráneo-encefálico
y cervical. El mismo día fue detenido en la vía pública
por Carabineros de Curacautín Marcos QUEZADA YAÑEZ, de 17
años, y trasladado al retén policial. El menor no se suicidó
como indica la versión oficial. Murió a causa de "shock por
probable acción eléctrica", según la autopsia.
OTROS CRIMENES OBEDECIERON A DIFERENTES CIRCUNSTANCIAS
Así, el 13 de septiembre de 1973 es muerto
Reinaldo Patricio ROSAS ASENJO, de 17 años. La víctima participaba
en una reunión en una casa particular de la ciudad de Osorno cuando
irrumpió una patrulla militar. Reinaldo intentó huir y los
militares le asesinaron; el 15 de septiembre de 1973 muere Juan Fernando
VASQUEZ RIVEROS, de 15 años. Mientras carabineros allanaba el sindicato
de la empresa Ferriloza, el afectado pasaba por la calle. Sin que mediara
orden de alto alguna procedieron a dispararle; el 17 de septiembre de 1973
fueron muertos por carabineros en su domicilio, un padre y su hijo de 17
años de edad, José Domingo GÓMEZ CONCHA. Según
testimonios, no existió provocación alguna por parte de las
víctimas. Los asesinos obligaron a los familiares a sepultarlos
en el plazo de dos horas; el 26 de febrero de 1974, una patrulla militar
detuvo a Vasco Alejandro ORMEÑO GAJARDO, (18 años). En mayo
de 1974, su cadáver fue encontrado en el fundo Landa con una herida
de bala; el 20 de julio de 1974 muere Daniel CACERES PEREDO (17 años,
deficiente mental). De acuerdo con testimonios, Daniel se escapó
del servicio médico del Hospital de San Bernardo, donde era atendido,
y fue interceptado por una patrulla militar, quienes lo hieren estando
ya detenido. Muere más tarde por herida de bala; Lorena del Pilar
ESCOBAR LAGOS, 3 años, murió en Santiago el 8 de octubre
de 1978. Carabineros entraron disparando a la casa de un tío de
la víctima; Luis Fernando RIQUELME CASTILLO, 14 años, falleció
e1 4 de agosto de 1985 a causa de disparos efectuados por agentes del Estado,
sin que hubiera existido provocación alguna; María Cristina
GUTIERREZ GUTIERREZ, 16 años falleció e1 7 de marzo de 1986
a consecuencia de torturas por parte de agentes del Estado; y Ramón
Leopoldo DUARTE REYES, 18 años, murió el 30 de octubre de
1988 por herida de bala al ser detenido mientras se encontraba en la vía
pública en Llolleo.