CONGRESO
2001 "CONSTRUIR LA ESCUELA DESDE LA DIVERSIDAD Y PARA LA
IGUALDAD"
Materiales
previos y conclusiones del Grupo de Trabajo
La
política educativa en un sistema descentralizado
Coordinación
del grupo: José Gabriel Barral (CCOO)
Materiales
previos
Autor/a: José Gabriel Barral
1.- Introducción
El
cambio operado en los últimos veinte años en la configuración del
Estado ha sido una de las características principales de nuestro
desarrollo político y social. Hemos pasado de una concepción del
Estado como un ente único, fuertemente centralizado, a una visión más
plural, a raíz del reconocimiento de las comunidades autónomas como
entidades vertebradoras del propio poder político.
Esta
transformación ha afectado de forma notable al hecho educativo, pues
las competencias en esta materia fueron transferidas ya en su totalidad
a las comunidades autónomas y constituyeron uno de los elementos
referenciales en el pulso mantenido entre el gobierno central y las
administraciones autonómicas.
Pretendemos
en este grupo de trabajo analizar la situación en que se encuentra el
sistema educativo en el Estado, prestando especial atención a las
diferencias que se puedan establecer entre unas comunidades y otras.
Intentaremos abordar las garantías en cuanto al derecho a la educación,
si la financiación educativa ofrece variaciones significativas, si las
políticas de apoyo al estudio y de compensación son homologables de
unas comunidades a otras. No ahorraremos, tampoco, una revisión crítica
del proceso de transferencias, cuestionando el alcance de la
descentralización. Finalmente intentaremos describir las líneas básicas
de lo que habría de constituir una nueva etapa en cuanto a
descentralización educativa.
2.- El sistema educativo tras el proceso de transferencias
En
el momento actual asistimos a la culminación del proceso de
transferencias a las comunidades autónomas, con la asunción de las
competencias educativas por parte de los gobiernos autónomos que
accedieron a la autonomía por la denominada vía lenta de la Constitución.
Con independencia de la opinión que nos merezca la configuración política
y el propio proceso de transferencias, el hecho es que la gestión del
servicio educativo ha experimentado un cambio notable, con nuevos ámbitos
de decisión política y de intervención social. Gobiernos y
parlamentos autonómicos, consejerías y departamentos de educación,
consejos escolares de comunidad, mesas sectoriales de negociación, todo
el entramado institucional está en marcha, con mayor o menor amplitud,
en el conjunto de las comunidades del Estado. Llegados a este punto podríamos
adentrarnos, aunque sea sólo de forma somera, en hacer un pequeño análisis
del propio proceso, señalando las insuficiencias en cuanto a
presupuesto educativo transferido, los desacuerdos en cuanto a la
estimación real del gasto educativo real, los lastres con que parten
algunas comunidades con déficits históricos en equipamientos y
desarrollo educativo. Tras este análisis, sería conveniente estimar si
el Ministerio de Educación ha de cumplir una mera función de
coordinación de las distintas administraciones educativas o si, por el
contrario, ha de reservársele un papel más activo en la definición de
una política educativa de Estado, con resortes que permitan intervenir
y nivelar las situaciones de insuficiencias que así lo requieran.
3.- La educación en la diversidad en un Estado diverso
Abusando
un tanto del lenguaje, en este punto cabría una referencia a la situación
actual del desarrollo educativo en todas las comunidades autónomas del
Estado, pues la situación parece a todas luces que no es homogénea.
Lejos de una visión academicista o de un estudio de investigación en
detalle, proponemos utilizar los datos referentes a gasto educativo por
comunidad autónoma –editados por organizaciones educativas- o la
situación en que se encuentra la aplicación de la LOGSE –red de
centros definida, alumnado escolarizado en infantil 0-6, alumnado de
secundaria obligatoria en institutos, implantación de ciclos
formativos, sistemas de orientación educativa y profesional- para poner
en evidencia que hay comunidades con notables déficits. Aunque la
constatación habrá que pormenorizarla, las comunidades autónomas que
asumieron antes las competencias educativas están por delante de las
comunidades de vía lenta, hecho éste que no guarda correspondencia con
el signo político de los gobiernos respectivos. Es más, las tres
comunidades con un mapa de la LOGSE más desarrollado llevan años
gobernadas por gobiernos de derecha, por muy chocante que pueda parecer.
4.- Gratuidad e igualdad
Aparte
de estos datos referenciales, habría que descender a otros aspectos del
desarrollo educativo, referidos a las políticas en materia de
compensación educativa, becas y ayudas al estudio. En este sentido, hay
comunidades receptoras de fuertes oleadas de inmigración que han
avanzado en sistema de compensación social y educativa, y que no
podemos obviar, aunque en otros grupos de trabajo se aborde de forma más
exhaustiva.
Otro
aspecto a considerar, de gran actualidad en el debate educativo, es el
referente a las ayudas al estudio y, particularmente, aquellas
destinadas a la adquisición de libros de texto y material escolar. Cabría
profundizar un poco más en la consigna de la gratuidad de los libros de
texto, pues así formulada parece obedecer más a una querencia del
sector editorial y pudiera ser interpretada, incluso, como socialmente
injusta. Sistemas de gestión colectiva del material escolar se
presentan como más próximos a una visión social y plural de la
escuela.
En
este apartado no podemos dejar dejar de lado los denominados servicios
complementarios en la escuela, significadamente el transporte y los
comedores escolares. En cuanto al transporte, la escuela pública ha de
reclamar un salto notable con respecto a seguridad, pues nos encontramos
muy por debajo de los requerimientos comunitarios en esta materia. Por
otro lado no es desdeñable el influjo que crea un buen sistema de
transporte escolar –seguro, adecuado a las necesidades del centro
educativo- a la hora de decidirse por la escolarización en un centro u
otro, sobre todo cuando los niños y niñas son de corta edad. Otro
tanto cabría decir de los comedores escolares, pues las exigencias
sociales son crecientes en cuanto a servicios. Es de destacar el
protagonismo asumido por los ayuntamientos en los últimos tiempos en
cuanto a la creación y potenciación de comedores escolares en centros
públicos, pues aunque no sean de gestión cien por cien pública sí
están solucionando situaciones personales complicadas para la atención
del alumnado a la hora de la comida.
5.-
Descentralización real y autonomía de los centros educativos
A
la vista de la evolución educativa en el Estado, se hace evidente que más
que una descentralización auténtica hemos asistido a una
desconcentración del poder educativo, a una creación de nuevos centros
de decisión política que siguen siendo opacos a la participación y al
protagonismo que reclama la sociedad. Sin infravalorar los aspectos
enormemente positivos que el proceso autonómico ha conllevado, sobre
todo en lo referente al respeto y desarrollo de las culturas específicas
y a su incardinación en proyectos políticos, hemos de señalar que
apenas se ha avanzado en sistemas de tomas de decisiones próximos a la
ciudadanía. Así, apuntamos el funcionamiento languideciente de los
consejos escolares municipales, el poco protagonismo que éstos
adquieren en la planificación educativa de su entorno. También denota
cierta apatía en cuanto a voluntades políticas el nulo esfuerzo por
constituir entidades supramunicipales en zonas de escasa población,
bien a través de consejos intermunicipales o comarcales. Estamos, por
tanto, ante una nueva o cuando menos inexplorada hasta el momento,
formulación de la descentralización educativa. Conocemos las
iniciativas de las ciudades educadoras, favorecedoras del
conocimiento del entorno inmediato de las escuelas, pero seguramente
habrá que ir más lejos, reclamando más competencias para las
administraciones locales. La proximidad a la ciudadanía, a la escuela,
el conocimiento real de los problemas y las posibilidades de arbitrar
soluciones integrales a las demandas educativas sitúan a esta institución
como clave en el devenir de la evolución de los sistemas educativos. En
este punto es posible recuperar la idea de distrito escolar, barajada en
tiempos de gestación de la LOGSE por bastantes organizaciones de la
comunidad educativa. El distrito escolar sería la unidad básica
completa de planificación educativa, con toda la red educativa y de
servicios integrados para facilitar la participación, la apertura y el
control democrático real de la escuela.
Conclusiones
del Grupo de Trabajo
Las conclusiones
las hemos dividido en dos apartados, estableciendo las de carácter
general de las jornadas en primer lugar, y las específicas de este
grupo de trabajo.
1.- Sobre los documentos de conclusiones
generales
En líneas generales los componentes de este
grupo consideran que los documentos de conclusiones reflejan de forma
ajustada el parecer común sobre la escuela y la diversidad.
Una primera referencia queremos hacerla al
concepto de participación en la gestión escolar.
Constatamos que las insuficiencias que en la actualidad se dan en
la participación están siendo aprovechadas por muchas administraciones
para restringir los límites que la LODE y sus normas de desarrollo
establecen con carácter general. En concreto, se percibe que algunas
administraciones educativas han elaborado reglamentos de centros que
disminuyen y coartan los cauces de participación democrática. Así nos
tememos que el Ministerio de Educación, en su anunciada ley de calidad,
profundice en esta línea coercitiva. La participación democrática
es un elemento definitorio fundamental de la escuela pública, que ha de
ser potenciada y ampliada a todos los niveles, sectores y funciones de
nuestro sistema educativo. En este sentido, el concepto de
control sólo cabe entenderlo bajo la tutela y la ejecución de los
propios actores de la educación, denunciando cualquier intento de
evaluación externa que no cumpla estos requisitos. La evaluación ha de
ser enfocada a la mejora de la propia escuela, del sistema en general.
En el grupo también se ha debatido acerca de
la escuela pública como un servicio integrado dentro de la comunidad.
Así, es constatable que la escuela no ejerce como único agente de
instrucción del alumnado, sino que hay otras vías complementarias cada
vez más permeables al alumnado. Cabe, pues, una formulación de la
escuela en términos de proyectos comunitarios, definiendo propuestas de
actuación en función de su
alumnado concreto. Es precisa en estos proyectos la confluencia e
integración de otros servicios sociales de comunidad que den coherencia
y entidad al proyecto educativo. El establecimiento de compartimentos
estancos en cuanto a las iniciativas de los poderes públicos ha de ser
superado bajo esta perspectiva.
No podemos dejar de referirnos a los conciertos
educativos existentes en estos momentos en todo el Estado. El hecho
de que la concertación vaya en aumento, también en número creciente
de alumnado, nos lleva a considerar si éstos obedecen a la formulación
que originariamente se les dio. En la actualidad cabría discutir las
necesidades de escolarización que cumplen dichos centros, cuestionándonos
aquellos que incumplen de forma reiterada el sistema de admisión de
alumnado. Es notorio que bastantes centros concertados establecen
filtros en su sistema de admisión de alumnado, con lo que su carácter
social se desvirtúa a favor de una opción social selectiva.
2.-
Sobre la temática específica: la política educativa en un sistema
descentralizado.
- Las transferencias educativas en el Estado
El proceso de transferencias en materia educativa recientemente finalizado
culmina el mandato constitucional de incardinar las competencias
educativas en los gobiernos autonómicos. Si bien ha existido un amplio
consenso social y político al respecto, este congreso considera que es
preciso reflexionar acerca de si la descentralización ha comportado un
acercamiento real de las decisiones políticas a la escuela, a la
comunidad educativa. Compartimos que las transferencias educativas han
creado nuevos entes centralizadores de las políticas educativas, con
escaso margen para un salto cualitativo mayor.
Proponemos abrir una nueva fase de auténtica
descentralización, negociando la cesión de competencias y
entidades territoriales y funcionales inferiores. Si bien habría que
delimitar los ámbitos, nuestra aportación hace hincapié en el
acercamiento de las instancias de decisión a los actores de la
comunidad educativa. Esta propuesta supone modificar parte del
ordenamiento legislativo actual, en el cual los ayuntamientos y las
entidades locales han de tener el protagonismo que merecen.
La justificación de una escuela incardinada en el
entorno parte, pues, de presupuestos educativos, sociales y políticos.
Consideramos que el Ministerio de Educación
tiene plena vigencia en el diseño general de la educación del
Estado, compensando a través de fondos propios los programas en
comunidades que se consideren. Así mismo, el Consejo Escolar del Estado
ha de seguir funcionando con plena entidad, no como un mero coordinador
de consejos escolares territoriales. Este consejo habrá de ser el órgano
de comunicación y contraste de lo que sucede en el Estado. El INCE habrá
de depender funcionalmente del propio consejo, bajo sus pautas y
control.
-
La presión de la comunidad educativa en el diseño de la política.
Proponemos la profundización de este tipo de
eventos en los ámbitos autonómicos, siendo conscientes de la necesidad
de avanzar en la concreción de un modelo de una escuela pública
integradora, no segregadora. Consideramos que hemos de ampliar
nuestros apoyos en la sociedad, para contrarrestar las ofensivas
liberalizadoras preeminentes en nuestra sociedad. En cuanto a las
estrategias a seguir en estos frentes sociales, han surgido dos opciones
no coincidentes: quien opina que la confrontación política es el eje
fundamental y quien mantiene la formula de pacto de amplio espectro para
mantener los elementos definitorios de la escuela pública.
- La gratuidad de los materiales escolares.
En
cuanto a los libros de texto, se admite que una formulación
simplificadora corre riesgos de ser malinterpretada. En todo caso, la
iniciativa legislativa promovida por la federación de AMPAs pretendía
establecer una línea de ayuda notable a la adquisición del material
escolar, desligándola de intereses ajenos a las dificultades para la
adquisición del mismo. Creemos que, efectivamente, las fórmulas de
gestión colectiva de los materiales educativos han de incorporarse a
los centros.
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