Las "amalgamas" de Stalin para justificar
su teoría del socialismo en un solo país
Todavía en 1914, Lenin pensaba que, dado
el atraso económico y social relativo de Rusia en el marco de un régimen
político autocrático, para llegar a implantar su dictadura de
clase, el proletariado al frente de la revolución y del gobierno, debía
resignar su programa máximo y pasar necesariamente por la república
burguesa durante un período que jamás imaginó siquiera
que pudiera ser de seis meses, como así ocurrió:
<< conseguiremos que la revolución
rusa no sea un movimiento de unos cuantos meses, sino un movimiento
de muchos años, que no conduzca sólo a algunas concesiones
de quienes detentan el poder, sino a su total derrocamiento>>
(V.I. Lenin: "La socialdemocracia y el gobierno provisional revolucionario"
Cap. III. Publicado en "Vperiod" el 5 y 12 de abril de 1905)
La teoría de la revolución permanente
formulada por Marx en 1852 y resucitada por Trotsky en 1905, impugnaba el carácter
etapista de la revolución, demostrando que, una vez alcanzados los objetivos
demócrático-burgueses en los países capitalistas atrasados,
el propio carácter económico social dependiente de estos países
pugnaba por conducir el proceso revolucionario sin solución de continuidad
hacia la dictadura del proletariado:
<< Si la opinión tradicional
sostenía que el camino de la dictadura del proletariado pasaba
por un prolongado período de democracia (burguesa), la
teoría de la revolución permanente venía a proclamar
que, en los países atrasados, el camino de la democracia pasaba
por la dictadura del proletariado. Con ello, la democracia dejaba de
ser un régimen de valor intrínseco para varias décadas
y se convertía en el preludio inmediato de la revolución
socialista, unidas ambas por un nexo continuo. Entre la revolución
democrática y a transformación socialista de la sociedad,
se establecía, por tanto, un ritmo revolucionario permanente>>
(L.D. Trotsky: "La revolución permanente" Introducción.
Marzo de 1930)
En 1924, siempre dentro de su polémica
con Trotsky respecto de la lógica objetiva que preside la realización
del socialismo, para fundamentar su "teoría" del socialismo en un solo
país, Stalin mutiló el doble corolario de la ley del desarrollo
económico desigual bajo el capitalismo, confundiendo la dictadura del
proletariado con la realización del socialismo:
<< Los oportunistas de todos
los países afirman que la revolución proletaria sólo puede
comenzar --si es que ha de comenzar, en general, en alguna parte, según
su teoría-- en los países industrialmente desarrollados; que cuanto
más desarrollados industrialmente estén esos países, tanto
mayores serán las probabilidades de triunfo del socialismo. Ellos descartan,
como algo totalmente inverosímil, la posibilidad de la victoria del socialismo
en un solo país, y por añadidura, poco desarrollado en el sentido
capitalista. Ya durante la guerra, Lenin, apoyándose en la ley del desarrollo
desigual de los Estados imperialistas, opone a los oportunistas su teoría
de la revolución proletaria sobre la victoria del socialismo en un solo
país, aun cuando este país esté menos desarrollado en el
sentido capitalista.
Es evidente que, en este texto, Stalin se aprovechó
de la ambigüedad a que se presta la expresión "triunfo del socialismo".
El hecho político de la toma del poder por el proletariado y la implantación
de su dictadura de clase en cualquier país, constituye sin duda un "triunfo
del socialismo"; la implementación de medidas conducentes a esa estrategia,
como fue el caso del capitalismo de Estado en la URSS, pasando de la etapa dos
a la etapa tres de la construcción socialista, constituyen también
"triunfos del socialismo". Pero estos "triunfos", son triunfos tácticos,
en modo alguno suponen que el tránsito a la sociedad sin clases esté
consolidado y menos aún realizado el socialismo. Bajo la dictadura del
proletariado no es propio hablar de socialismo como algo realmente existente,
del mismo modo que mientras el gusano está encerrado en su capullo es
impropio hablar de una mariposa. Porque del mismo modo que el mundo de la naturaleza
no se agota en esa particular metamorfosis y puede dar al traste con ella en
cualquier momento, con el proceso de la revolución socialista en un país
puede ocurrir otro tanto y, en ese caso será cuestión de que el
mismo proceso se reinicie y repita, allí o en otro sitio, según
lo exige la ley del desarrollo desigual del capitalismo. En esto Lenin dejó
las cosas muy claras en muchos pasajes de su obra. Por ejemplo, en su informe
al III Congreso de la Comintern (julio de 1921), pensando en la reciente derrota
de la revolución europea, Lenin reconocía que el movimiento revolucionario
había hecho progresos en Rusia, pero al mismo tiempo alertaba que la
revolución internacional no estaba siguiendo "un camino tan recto como
esperábamos". Con esto dio a entender:
<< Cuando iniciamos la revolución
internacional, lo hicimos no porque estábamos convencidos de
que podíamos anticipar su desarrollo, sino porque toda una serie
de circunstancias nos impulsaron a iniciarla. Nosotros pensamos: o la
revolución internacional viene en nuestra ayuda, y en ese caso
nuestra victoria estará plenamente asegurada, o haremos nuestra
modesta labor revolucionaria en la convicción de que, aun en
el caso de derrota, habremos servido a la causa de la revolución,
y que nuestra experiencia será de utilidad para otras revoluciones.
Era claro para nosotros que la victoria de la revolución era
imposible sin el apoyo de la revolución internacional. Antes
de la revolución y aun después de ella, pensábamos:
o estalla la revolución inmediatamente -o por lo menos muy pronto-
en los otros países, en los países capitalistas más
desarrollados, o debemos perecer. >> (V.I. Lenin: Op cit:
"5 Informe sobre la táctica del PCR" 05/07/921)
¿Desde cuando cabe pensar que Lenin tuvo claro
todo esto? Desde que comprendió en toda su profundidad y alcance lo que
Marx y Engels quisieron significar en el "Manifiesto Comunista" cuando
concluyeron que "la revolución socialista es nacional por su forma
e internacional por su contenido". Habiendo comprendido el significado de
este aforismo, Lenin comprendió desde su más temprana militancia
a fines del siglo XIX, que las formas nacionales de la lucha por el socialismo
en cualquier país de atraso relativo, están fuertemente condicionadas
por el carácter internacional del capitalismo, por el desarrollo desigual
de su economía global. Esto se vio confirmado a poco de iniciado el proceso
revolucionario en Rusia, cuando la dictadura del proletariado debió enfrentarse
al cerco armado de las potencias imperialistas. Hemos demostrado que fue Stalin
y su camarilla burocrática quienes en 1926/27 propiciaron que los kulaks
presionaran para conseguir el intercambio libre con el extranjero haciendo peligrar
la revolución. Pero ese hecho estuvo históricamente condicionado
por el desarrollo internacional desigual, esto es, por la existencia del mundo
burgués relativamente más desarrollado que Rusia. Cuando Stalin
adoptó la forma política nacional de la derecha
bolchevique inspirada en Bujarin, de apoyar favoreciendo sin condiciones al
gran productor agrario, Trotsky y la Oposición de Izquierda dentro del
PCR proponían la forma política nacional de gravar
las sobreganancias del kulak. ¿Cabe alguna duda de que ambas formas políticas
alternativas estuvieron determinadas por el contenido general
de la lucha de clases a nivel internacional: el desarrollo económico
internacional desigual?.
Lo que decían los oportunistas europeos,
es que la realización del socialismo estaba determinada
por un alto desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo. Y dado
que Rusia era un país atrasado, antes de tomar el poder el proletariado
debía esperar a que la burguesía cumpliera esta condición
necesaria para el socialismo. Por lo tanto, para ellos, entre la toma
del poder por el proletariado y la realización del socialismo
casi no había solución de continuidad. Mientras tanto, proponían
que las luchas del proletariado se limitaran a acompañar el proceso.
Pero Stalin no lo explica así. Sólo dice que los oportunistas
niegan el "triunfo del socialismo" en los países atrasados. En realidad,
los oportunistas consideraban prematura la toma del poder por parte del proletariado
en los países atrasados y, por tanto, no sólo se negaban a realizar
esta tarea, sino que intentaban por todos los medios de que el hecho no se produjera.
Ciertamente, los oportunistas se oponían porque negaban "la mayor", esto
es, la posibilidad de que un país atrasado pudiera realizar el
socialismo. Y en esto coincidían con Lenin y Trotsky. Pero el
caso es que, en el contexto histórico al cual se refiere Stalin, el debate
para decidir la orientación de la acción política del partido
no giraba en torno de la "realización del socialismo" sino al dilema
de luchar por la dictadura del proletariado e iniciar la construcción
del socialismo o dejar de hacerlo permitiendo que la burguesía continuara
en el ejercicio del poder a la espera de que la ley del valor preparara las
condiciones de la realización socialista. Y ya vimos cual fue la opción
de Stalin en ese momento.
Trotsky decía que Stalin solía sacar
partido político de las "amalgamas" teóricas o mezcla de elementos
-en este caso categorías- heterogéneos de un razonamiento. Y este
pasaje que acabamos de citar lo ilustra con elocuencia, porque salta la vista
que en la expresión "triunfo del socialismo", Stalin confundió
arbitrariamente la simple toma del poder con la realización
del socialismo. Mezcló los dos conceptos analíticamente
heterogéneos e hizo una "amalgama" con ellos, de modo que sembrando este
tipo de ambigüedades entre las gentes de "pensamiento cansado", pudo hacer
pasar una cosa por otra sin que se note la falacia de su sofistería.
Lenin se basó en la ley del desarrollo
internacional desigual para demostrar que cuanto más subdesarrollado
sea el país en cuestión más fácil le resultará
al proletariado tomar el poder, pero mucho más difícil será
la tarea de iniciar la construcción del socialismo. También coincidió
con Trotsky en que la realización del socialismo por parte del proletariado
en un solo país de atraso relativo pronunciado es imposible, y el tiempo
que dure su experiencia de poder como clase emancipada será tanto más
efímero, cuanto mayor sea el atraso que deba superar para realizar esa
tarea.
¿Puede calificarse de efímera la experiencia
de poder del proletariado en la URSS tras más de setenta años
al frente de los destinos de ese país?, podrán objetar apologetas
del stalinsimo como el señor Ben Garza. En nuestro trabajo crítico
acerca de la presunta necesidad histórica de resucitar la IVª Internacional,
creemos haber recusado esta respuesta, demostrado -en contra de Trotsky- que
la experiencia del proletariado soviético como clase políticamente
emancipada del capitalismo, así como la historia de la URSS como Estado
Obrero, acabaron cuando la burocracia soviética se hizo cargo del poder
al interior del PCURS, convirtiendo la dictadura del proletariado en una dictadura
del pequeño y mediano campesino en alianza social y política con
esa burocracia partidarioestatal. Esta es la idea que hemos tratado de completar
en el punto XX de este trabajo.
Al señor Ben Garza, alguien o algunos de
su entorno le han activado los prejuicios escolásticos stalinistas que
oprimen su sesera, soplándole a la oreja el infundio de que somos trotskystas
en el sentido de lo que estas gentes tienen entendido que fue Trotsky. Eso bastó
para que este ser humano de "pensamiento cansado", arrojara sobre nosotros todo
"su" repertorio de calumniosas acusaciones inducidas por el irracional sentimiento
anticomunista típico de la pequeñoburguesía. Al habernos
atribuido el intento de reconstruir la IVª Internacional, este señor
se superó en su propia holgazanería intelectual, demostrando el
más absoluto desprecio y falta de respeto, no ya por las ideas de los
demás, sino por su capacidad para desarrollar las suyas.
GPM, diciembre de 2001