La humanidad frente al peligro latente de otra guerra mundial
01. Introducción
Durante
la llamada “guerra de los Balcanes” en 1999, la OTAN impuso militarmente
a Serbia la segregación de su población oriunda de Kosovo, de mayoría étnica
albanesa. Un territorio en disputa ubicado en la península de los Balcanes, al sudeste de Europa, con una
superficie de 10.887 km²
habitado por cerca de 2,2 millones de personas. Su capital es Pristina, que
limita con Montenegro,
Albania, Macedonia y la región de Serbia
Central, y está compuesto por las regiones históricas de Kosovo y Metohija[1].
Su
historia más reciente se inicia el 1 de diciembre de 1918 con la modificación
geopolítica surgida como resultado de la Primera Guerra Mundial, cuando ese
país quedó integrado en el llamado Reino de los serbios, croatas y eslovenos,
al que pocos días después se incorporó el Reino de Montenegro. Unión que se dio
en llamar Reino de Yugoslavia, pero que al ser invadido por las potencias del
Eje, en 1941, fue oficialmente abolido entre 1943 y 1945, pasando a predominar
en su territorio el movimiento de
lengua croata llamado Ustacha,
que gobernó apoyado por Hitler durante la segunda guerra mundial en Croacia, Bosnia
y Herzegovina, asesinando cientos de miles de serbios. Un proceso que, a
caballo del odio entre serbios y croatas, signó el fin de Yugoslavia como
país.
Tras el
triunfo de las fuerzas aliadas y partisanas lideradas por Yosif Bros Tito en
la Segunda Guerra Mundial, la formación geopolítica
en la que los ciudadanos kosovares permanecieron integrados, en 1945 pasó a
llamarse República Democrática
Federal de Yugoslavia, denominación que al año siguiente cambio por República Federal Popular de
Yugoslavia, hasta 1963 en que pasó a llamarse República Federal Socialista
de Yugoslavia (RFSY), la de más larga duración en su historia, donde
Kosovo.
En
1989, el gobierno socialdemócrata serbio bajo la presidencia de Slobodan Milošević,
suprimió la autonomía de la provincia de Kosovo. Desde entonces, las tensiones
políticas entre Serbia y su provincia de tendencia separatista, han ido en
aumento, hasta que ese conflicto se resolvió durante
la Guerra
de Kosovo entre 1998 y 1999, donde las tropas del Ejército de
Liberación de Kosovo fueron derrotadas por el ejército yugoslavo y las
milicias serbias. Este conflicto al interior de la República yugoslava, fue
aprovechado por la burguesía internacional europea y norteamericana, que se coligaron
militarmente a favor de los intereses separatistas kosovares.
Pero
no sin antes preparar ese premeditado enfrentamiento militar, tanto como para
que ante la opinión pública internacional pareciera tan inevitable como
justificado. Esta preparación quedó escenificada durante las negociaciones de
Rambouillet, en las que los representantes de la coalición
europeo-norteamericana se mostraron como “mensajeros de la paz” defraudados por
la tozuda y “belicosa” Serbia. Y para ello, conscientes de su enorme
superioridad bélica, le plantearon a ese país balcánico una propuesta que no pudiera aceptar: la práctica
independencia de Kosovo, con su propio sistema constitucional y el ordenamiento
autónomo de sus tres poderes, donde incluso el poder judicial yugoslavo no
tendría jurisdicción sobre territorio Kosovar. Y todavía algo más intolerable
que convertía al propio Estado Yugoslavo en un protectorado cuasi colonial:
<<El personal de la OTAN tendrá,
junto con sus vehículos, buques, aeronaves y equipo, el paso libre y sin
restricciones y el acceso sin obstáculos a lo largo de la República Federativa
de Yugoslavia como asociados del espacio aéreo y aguas territoriales. Esto
incluirá, sin limitaciones, el derecho de acceso, maniobra, y la utilización de
los lugares o las facilidades requeridas para el apoyo, entrenamiento y
operaciones>>.
Tras el ya previsto fracaso de las negociaciones, el
ex secretario norteamericano de Estado, Henry
Kissinger fue totalmente sincero acerca de semejante arrogancia
imperial:
<<El texto de Rambouillet, que instó a Serbia a admitir tropas de
la OTAN en Yugoslavia, fue una provocación, una excusa para iniciar los
bombardeos. Rambouillet era un documento que ni un serbio inocente podría haber
aceptado. Era un terrible documento diplomático que nunca debió haber sido
presentado en esa forma>>
Henry Kissinger en:
The Daily Telegraph
La “honra” de aquél crimen
de guerra que fue la guerra contra Serbia y se saldó con 12.000 muertos,
recayó sobre quien por entonces fue Secretario General de la OTAN, el español “socialista”
Javier Solana,
miembro de la Ejecutiva del P.S.O.E. El mismo que 18 años antes, cuando en diciembre
de 1981 el gobierno de la U.C.D. aprobó por mayoría en las Cortes, el ingreso
de España en esa organización militar multinacional, junto a sus colegas como
Felipe González, Alfonso Guerra y tutti cuanti en ese partido, mantuvieron aquella
hipócrita consigna: “OTAN:
de entrada no”, prometiendo que cuando fueran gobierno convocarían un
referéndum para salir de ese engendro. Promesa que tras su abrumadora victoria
electoral en octubre de 1982 y ya como flamante presidente del gobierno, “Felipillo”
dejó pasar cuatro años a ver si el tiempo aletargaba la memoria popular. Hasta
que cuando en 1986 finalmente decidió convocar el referéndum, el P.S.O.E. sin
fisuras en sus filas propuso que se vote justamente lo contrario, aun cuando
con la vaselina de algunas condiciones “moderadoras”, perfectamente compatibles
con la esencia política belicista imperante en esa
alianza militar europeo-norteamericana[2].
El resultado del escrutinio con un 52,4% de los votos a favor, fue que de una “OTAN de entrada no”, se pudo pasar
a una “OTAN de salida tampoco”.
02.
¿Augura hoy el conflicto en Ucrania un nuevo Rambouillet?
<<¿Está
repitiéndose la historia? Para Willy
Wimmer, quien fue presidente de la Asamblea Parlamentaria de la Organización
para la seguridad y la cooperación en Europa (OSCE) —durante la guerra de la
OTAN contra Serbia—, el ultimátum de la Unión Europea a Rusia es muy similar a
lo sucedido antes y durante la conferencia de Rambouillet sobre Kosovo: los
occidentales siempre fingen buscar la paz cuando en realidad quieren la
guerra. Pero Rusia no es Serbia y el riesgo de guerra mundial es muy real>>.
Red Voltaire
Un reciente sondeo realizado por una
fundación del norte de Alemania ha demostrado claramente la fragilidad del
respaldo de la población alemana a la orientación marcial del gobierno federal y
del presidente, de la Unión Europea y de la OTAN hacia Rusia. Peter
Gauweiler, jefe adjunto de la
CSU (Unión Social Cristiana) y diputado del Bundestag de Munich, resaltó ese
hecho en su importante discurso, pronunciado ante los graduados de la
Universidad de la Bundeswehr (la Fuerza de Defensa Federal de Alemania). La
decisión de la Unión Europea, presentada por los presidentes salientes, Barroso
y van Rompuy, acentuará esa tendencia, por varias razones de gran
importancia. ¿Está viviendo Europa un momento apropiado para lanzar ultimatums
como el que se planteó
a Serbia en 1914 inmediatamente antes de iniciada la Primera Guerra
Mundial?
La Unión Europea está exigiendo a Rusia
que emprenda, en un plazo de 72 horas, una negociación sobre el «plan
de paz» del presidente ucraniano [1]. ¿Y si no lo Hace? ¿Se recurrirá al uso
de la fuerza a las 5 horas y 45 minutos de la mañana?
Uno tiene la impresión de que la Comisión
Europea y el Consejo Europeo de Bruselas, representados por los dos
señores anteriormente mencionados, se han vuelto locos y quieren a toda
costa empujar el continente a la desgracia.
No hace falta haber estado en Ypres
ni haber visitado sus inmensos cementerios militares para darse cuenta de
cuan fatales pueden resultar ese tipo de lenguaje y esa actitud.
Hace precisamente 15 años nuevamente se
emprendió ese camino «con éxito» tratando de obligar la República
Federal de Yugoslavia, mediante supuestas «negociaciones» en Rambouillet
y en contradicción con los supuestos «Acuerdos de Viena»,
a someterse a conversaciones internacionales para obedecer el dictado
de la OTAN, que exigía paso a través de Yugoslavia. Para que Belgrado
entendiera bien, la OTAN había presentado proyectos que correspondían punto por
punto a los planes de Adolf Hitler para Yugoslavia en tiempos de la Segunda
Guerra Mundial. Rambouillet no era más —como hoy sabemos perfectamente— que el
pretexto para la guerra que se inició pocas semanas después con el bombardeo
desatado contra Belgrado. Durante la guerra contra Yugoslavia, la OTAN utilizó
además groseramente los muertos de Racak,
que la OSCE (Organización
para la Seguridad y la Cooperación Europea. Referencia nuestra: GPM)
—representada en Pristina por William
Walker— quería atribuir de todas maneras a Serbia.
¿Son las sanciones económicas previstas
el paso intermedio antes del inicio de la violencia? ¿No le basta a
Estados Unidos con todo lo que ya ha provocado en Irak, en Siria y en todo
el Medio Oriente? ¿No está satisfecho con haber incendiado ya toda esa región?
¿Tiene que estimular también una guerra contra Rusia?
Desde la guerra
olímpica de Georgia contra Rusia, nadie logra pensar en otra cosa
que en la posibilidad de que alguien esté preparando una agresión militar a la
sombra de una competencia deportiva internacional. ¿Está haciendo Europa
exactamente lo contrario de lo que preconiza el espíritu olímpico, según el
cual la paz y las ideas de paz deben presidir eventos deportivos como el que se
desarrolla en Brasil?
¿Por qué lanzar un ultimátum a Rusia?
¿Por qué amenazar con sanciones económicas? ¿Por qué la señora canciller de
Alemania no recurre al Bundestag?
¿Por qué se pone, por el contrario, del lado de las sanciones? ¿Por qué no
explica a las señoras y señores del parlamento alemán —es allí donde tiene que
hacerlo—, y al público alemán a través de ellos, dónde ve ella las razones que
justificarían tal comportamiento hacia un vecino europeo [Rusia] que nos
concedió hace 25 años la posibilidad de unificar el Estado de nuestra
nación?
¿Qué está sucediendo en la cabeza de la señora
canciller que juró obrar por el bienestar del pueblo alemán? ¿No fue acaso su
versatilidad lo que impidió, con un pretexto que no engañó a nadie,
la firma de un acuerdo de cooperación con Ucrania hace sólo 2 años? ¿Únicamente
por causa de la dama de la trenza rubia en forma de corona (Timoshenko Referencia
nuestra: GPM), a quien la
mayoría de los alemanes no quieren otorgar la menor influencia sobre
los intereses alemanes? Ahora resulta que la señora canciller prefiere
adoptar la vía administrativa de Bruselas, para no tener que decirle la
verdad al pueblo alemán y poder negarnos toda explicación.
Ya estamos acostumbrados a oír al
secretario general de la OTAN vociferar y estimular constantemente el odio
contra Rusia. Basta ver sus discursos para comprobarlo. Cuando alguna manera de
actuar de Rusia en la frontera ruso-ucraniana plantea y va a plantear
interrogantes, ¿por qué la OTAN, la Unión Europea, la canciller alemana y el
ministro de Relaciones Exteriores no consultan a la OSCE, concebida
precisamente para eso?[2] Habrá que felicitar a los británicos por haber
anunciado públicamente el nuevo camino que van a tomar como puesto avanzado de
Europa.
Bruselas anuncia sanciones económicas y
aumenta así el peligro de guerra en Europa. Mientras tanto, Cameron hace
firmar acuerdos por un monto de varios miles de millones de dólares entre BP y Rosneft, el mayor consorcio
energético ruso. Por supuesto, eso no impedirá que Londres y los poderosos
de Washington sigan empujando a Europa y la Unión Europea hacia el
desastre.
Porque el ultimátum de la Unión Europea a
Rusia no es otra cosa.
Fuente: «Ultimátum de la Unión Europea a Rusia, ¿un nuevo
Rambouillet?», por Willy Wimmer, Horizons et débats (Suiza), Red Voltaire,
12 de julio de 2014, www.voltairenet.org/article184753.html
03. ¿Está
la caída del avión MH17 sobre Ucrania en la deriva belicista?
Lo está siquiera sea porque los que
acusan no aportan pruebas fehacientes incriminatorias. Pero hay más. Porque
según la agencia
periodística digital RT, un presunto controlador aéreo del mayor
aeropuerto de Ucrania, llamado Carlos, ha declarado por “twitter” que el avión
de Malasia Airlines B-777 “fue escoltado
por dos cazas ucranianos hasta minutos antes de desaparecer de los radares”.
Y que “nada más desaparecer, la
autoridad militar de Kiev informó del derribo. ¿Cómo lo sabían?", se
pregunta irónicamente. Por su parte, la emisora británica “BBC” publicó un
reportaje en ruso de su corresponsal, Olga
Ivshina, donde recoge el testimonio de residentes al Este de Ucrania,
explicando cómo vivieron la tragedia, qué vieron y escucharon ese día. Ivshina
afirmó que, al igual que los residentes locales a los que entrevistó, no pudo
encontrar rastro en Ucrania del sistema de lanzamiento de misiles Buk.
Pero tras comprobar que salieron pruebas gráficas publicadas por los propios
servicios secretos ucranianos, demostrativas de que ese país dispone de ese
tipo de armamento, la emisora londinense decidió retirar de circulación
su reportaje[3].
Pero según expertos rusos, el B-777 de
Malaysia Airlines no fue derribado por ningún misil tierra-aire, sino por un
avión militar del tipo S-U25, como los que dispone Ucrania. Y además se
procedió para que cayera en territorio ruso. Un avión como el SU-25 es capaz de
alcanzar en breve tiempo la altitud de 10 Km. a la que volaba el B-777. Pero según
el ex-comandante de la Fuerza Aérea rusa, Vladímir Mijáilov, citado por la
agencia Itar-Tass:
<<…uno de estos aviones no habría podido entrar en la ruta de tráfico aéreo civil de diez kilómetros de ancho, ya que habría sido una maniobra demasiado detectable. Por eso le ayudó el centro de control de vuelos en la ciudad ucraniana de Dnepropetrovsk, que ordenó al Boeing desviarse hacia la izquierda, en la dirección del SU-25. El problema es que el Boeing vuela a 900 Km/hora, una velocidad inalcanzable por el SU-25 a esa altitud. Pero si el Boeing se aproximara (por arriba) al SU-25, lo único que queda por hacer es guiarlo hacia el objetivo, hasta que los sensores del misil R60M capten el blanco. La distancia óptima para el ataque es de 3 a 5 Km., lo cual fue mencionado durante la reunión en el Ministerio de Defensa —dijo Mijáilov en un programa de la televisión rusa.
Obviamente los
organizadores de este terrible ataque terrorista esperaban que el avión cayera
en el territorio ruso", aseguró el experto.
Mijáilov se mostró seguro
de que el Boeing-777 fue
derribado así y no mediante un sistema antiaéreo “Buk” (tierra-aire), según otras versiones. El “Buk” habría
hecho más daños, aseguró (El subrayado y lo entre paréntesis nuestro)>>.
A todo esto, el Ministerio de Defensa Ruso ha
planteado una serie de preguntas a los servicios secretos norteamericanos, que
no han sido respondidos. En todo conflicto prebélico, las mentiras
siempre han corrido por cuenta del bando al que le interesa provocarlo. Así
sucedió con el hundimiento de “El Maine”
que desató la guerra hispano-estadounidense en 1898, tanto como en el ataque
japonés a la base norteamericana de Pearl Harbor, que este último país propició
para poder sacar tajada —económica y política— en el negocio de la Segunda Guerra Mundial. Y lo mismo al
respecto de la historia reciente, cabe decir de los falsos pretextos esgrimidos por el gobierno de Bush (hijo) —tras
el derribo de las Twin Towers el 11 de setiembre de 2001—, que permitió al ejército norteamericano justificar su
intervención en la guerra de Afganistán.
De lo dicho en este trabajo hasta aquí, no debe
sacarse la conclusión de que, en este conflicto interburgués, tomemos parte por
uno de sus dos falsos extremos, porque ambos comparten la misma naturaleza
económica, social y política de clase capitalista. Nosotros nos solidarizamos tácticamente con el Movimiento
Popular para la Liberación de Ucrania. Precisamente porque proclama un
régimen político de democracia directa, sin la intermediación “representativa”
de políticos profesionales corrompidos por el capital. Si son políticamente
consecuentes con su programa. Los compañeros se darán cuenta de que la
democracia directa es absolutamente incompatible con la propiedad privada sobre
los medios de producción.
04.¿Qué está pasando en EE.UU.?
Según el Fondo Monetario Internacional,
toda recesión se manifiesta en el descenso del Producto bruto al interior de
una economía global, ya sea en un país, en un grupo de países o en el Mundo. O
sea, es el índice a la baja de la riqueza producida. ¿En qué se manifiestan las
crisis que inevitablemente desembocan en recesión? En que los precios de los
productos en los mercados especulativos, aumentan más que las ganancias
obtenidas con su negociación, dando pábulo, así, a las famosas burbujas
piramidales que finalmente revientan acabando con la fiesta en la cúspide,
porque se resquebrajan por su base.
En este punto es necesario empezar por
aclarar, qué es la producción y lo que de ella resulta, respecto de lo que
significa e implica la especulación. Digamos sumariamente que la diferencia
radica en que, produciendo riqueza real en la fase expansiva de los negocios, aunque unos más que otros
—según la magnitud del capital con que cada empresa participa en el común
negocio de explotar trabajo ajeno—, todos
sin excepción ganan. Otra es la realidad en los mercados especulativos,
donde lo que unos ganan otros lo pierden. Porque aquí no empolla la gallina de
los huevos de oro ni es un sistema de reparto, sino de rapiña. Esto explica por
qué en circunstancias normales, el mercado
de productos especulativos es absolutamente marginal o casi inexistente.
¿Por qué aumentan los precios de los
productos especulativos —como es el caso de las acciones de las grandes y
medianas sociedades anónimas que cotizan en el mercado de valores? Porque
aumenta su demanda a cambio de pagar con dinero por lo que cada valor de esos se
cotiza. Y aquí la pregunta del millón es: ¿de dónde sale ese dinero que entra
en el circuito especulativo? ¿De dónde si no es del ámbito en que se produce
riqueza con ganancias crecientes
a expensas del trabajo ajeno? Los intelectuales y políticos socialdemócratas —que
desde sus respectivos ámbitos de actuación institucional siguen aferrados a las
majaderías de su maestro: Keynes—, callan en esto tanto, como que nadie se
atreve a mentar la soga en casa del ahorcado.
Desde que Marx lo ha descubierto, la “fiesta”
de la especulación con “valores” ficticios puramente mercantiles, comienza, pues,
cuando una parte del dinero adicional
que se obtiene creando riqueza, huye de la producción en busca de ganancias adicionales
en los mercados especulativos. Detrás de ellos va una minoría de incautos
ahorradores con delirios de grandeza que acaban arruinados. Pero esto último,
para el conjunto del sistema especulativo es peccata minuta.
¿Y por qué causa ese dinero emigra de la
producción hacia la especulación, si no es porque creando riqueza, las
ganancias crecientes, que no dejan de aumentar, disminuyen cada
vez más? Todo aumento
en cualquier magnitud, se produce según lo que en matemáticas se conoce por el
vocablo “razón”, que puede ser constante, creciente o decreciente. Y el caso es
que todo aumento de razón decreciente
acaba siendo inevitablemente = 0. Y bajo el capitalismo esta es la lógica de su
sistema, el punto conclusivo de cada ciclo de los negocios, en que se produce
lo que Marx ha dado en llamar “sobreacumulación absoluta de capital”, porque la
ganancia deja de compensar al
capital empleado para producirla.
Y aquí es cuando la burbuja especulativa
llega al máximo de su capacidad de ampliación. Pero no revienta ni se pincha, sino
que muere de inanición. A partir de aquí, la consecuente recesión impone que ese capital supernumerario se
desvalorice y/o destruya físicamente, como condición de reiniciar un nuevo
ciclo. Mientras tanto, la burbuja que se alimenta del capital-dinerario que
deja de invertirse en la producción, se rige por dos relaciones: el
llamado coeficiente
de Tobin que refleja la relación entre el valor de mercado de una
empresa y el coste de reemplazar sus activos, y el coeficiente de
Shiller, que refleja la relación entre el precio de las acciones y las
ganancias. En el coeficiente de Tobin, el valor de mercado de las empresas
depende de la variación en la cotización de sus acciones en la bolsa de
“valores”, mientras que el coste de reemplazar sus activos depende de la oferta
y la demanda en el mercado real[4]. En
el coeficiente de Schiller se refleja la relación entre el precio de las
acciones y las ganancias resultantes de la evolución de esos precios relativos,
que dependen exclusivamente de lo que sucede en ese mercado especulativo. Y para
que todo en el sistema vaya bien, ambos coeficientes deben crecer[5].
Ahora bien, el valor bursátil de las
acciones en condiciones normales
(con tasa de ganancia al alza en la producción de riqueza), los valores
bursátiles aumentan o disminuyen en proporción inversa al aumento o disminución
de la tasa de interés. De este modo, si el tipo de interés aumenta del 5 al
10%, el mismo título que siguiera asegurando un dividendo, por ejemplo, de 250€,
ya no valdría 5.000€ sino 2.500. Bajaría a la mitad porque esa es la proporción
en que ha variado la tasa de interés: ahora, 2.500 es el capital que al 10% de
interés rinde 250. Esto significa que el precio de las acciones varía con independencia del valor real
o patrimonio social del capital empresarial que representan. A esto se le llama
volatilidad, que es mayor
cuanto más bajo es el tipo de interés.
Pero para superar la recesión, el PBI
debe aumentar junto con el patrimonio de las empresas. Y aquí es decisivo el
coeficiente de variación de Marx, según la relación entre el plusvalor o masa
de ganancia y lo que cuesta producirla en términos de capital invertido para
tal fin, es decir, la ley de la Tasa General de Ganancia promedio:
<<...es, ésta en todo respecto —dice Marx— la ley más
importante de la moderna economía política (.....) que pese a su simplicidad,
hasta ahora nunca ha sido comprendida y, menos aún, explicada (...) Es, desde
el punto de vista histórico la ley más importante...>> K. Marx: "Elementos Fundamentales para la
Crítica de la Economía Política" (Grundrisse) l857/l858 Ed. Siglo XXI
México /l977 Pp. 634. Subrayado nuestro).
Según esta Ley expresada en su fórmula, para
que la producción crezca de modo sostenido, la ganancia —que es su estímulo
fundamental— debe aumentar más de lo que cuesta producirla. Y el caso es que
durante el primer trimestre de 2014, la producción en EE.UU. se
contrajo un 2,9%, la mayor retracción en ese país durante los últimos
cinco años, presagiando unas perspectivas para los próximos años nada halagüeñas.
Pero, además, la tasa de interés ronda el 0 absoluto, y la volatilidad en el
precio de las acciones, de tal modo independizada de la tasa de interés, alcanzó
en ese país los más altos y peligrosos extremos[6]:
<<Ni las tasas de interés cero ni negativas (que
facilita la inversión productiva), ni la
flexibilización cuantitativa han acabado con la crisis, que ya dura seis años.
Las inyecciones de dólares y euros han llevado a un galopante incremento del
precio de las acciones, pero no estimularon ni la producción ni la demanda
mundial, ni ayudaron con el desempleo real. La economía mundial se convirtió en
un casino gigante. En 2008 el volumen total de derivados, los contratos
especulativos de riesgo, fue de cinco billones de dólares y a finales de 2014
esta cifra alcanzará dos cuatrillones. ¿Cómo se puede resolver eso?, pregunta
el autor del artículo, Konstantín
Siomin>>.
No hemos podido saber quién es este señor Siomin. Pero
a juzgar por los datos que aporta la multinacional norteamericana de
inversiones bursátiles BlackRock,
Inc., por mediación de su Jefe de estrategia de inversiones, Russ
Koesterich, cuyos intereses en la materia no le permiten ser tan
agorero:
<<…las acciones en Europa ofrecen mejor valor (más seguro) para
los inversionistas que las de los EE.UU. Partes del mercado de los EE.UU. son
“espumosas” mientras las compañías en Europa están todavía razonablemente
apreciadas, dijo Koesterich en una conferencia de inversionistas en Nueva York,
auspiciada por el mayor manejador de dinero del mundo>> (Lo entre
paréntesis nuestro).
Ante semejante panorama en el país al que
se le supone ser el más poderoso del Mundo, el ridículo que hacen hoy con sus optimistas pronósticos esos
burócratas corruptos que gobiernan actualmente a los ciudadanos españoles, con
el aventurerismo de sus declaraciones de cara a las próximas elecciones
generales, resulta ser de campeonato.
No hay que olvidar que el centro gravitacional
desde donde se irradió a Europa la presente recesión económica internacional en
julio de 2007, fue precisamente EE.UU. Y esto solo se explica por los fuertes
vínculos económicos y políticos que la U.E.E. mantiene con ese país. Así las
cosas, hasta que la burguesía norteamericana no salga del actual atolladero en
que se encuentra, difícilmente podrán conseguirlo sus colegas europeos. Pero es
que, además, estamos hablando de los llamados acuerdos económicos bilaterales
de Europa con ese país, y de que ambas partes integran la alianza militar estratégica
de la OTAN.
Y el caso es que EE.UU. está condicionado
por una deuda total, que en 2010 alcanzó los 60 trillones de Dólares
(60.000.000.000.000.000.000), incluyendo la pública y la privada. Los
norteamericanos cabalgan, pues, sobre la burbuja de deuda más inflada de toda
su historia. 27
veces más que hace 40 años. Y como toda deuda es un límite absoluto a
la disponibilidad del deudor —equivalente a su importe más los intereses de
demora—, cuanto más dinero adeude más estrecha es su posibilidad de invertirlo
en producir riqueza y, por tanto, menor su influencia, política y militar.
A
comienzos del pasado mes de julio, trascendió a los medios de prensa, que
EE.UU. no sabe como resolverá el problema de su deuda. Esta incertidumbre
surgió a la luz pública, cuando la directora gerente del Fondo Monetario
Internacional, Christine Lagarde, planteó la pregunta a la presidenta de
la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen, ante lo
cual la responsable estadounidense le respondió que la deuda supone un gran
desafío para el Gobierno y que:
<<incluso después de que se
introdujeran las restricciones legislativas, se conserva la probabilidad de que
la situación salga del control, sin que nosotros nos demos cuenta. Eso será un gran problema para
nosotros y no está claro qué hacer con ello>>
En este contexto de gran incertidumbre y bajo parecidas
circunstancias, tenemos al llamado B.R.I.C.S., siglas de un Mercado Común de
poder económico y político global “alternativo” —de cuño Socialdemócrata—, conformado
entre las burguesías de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con una andadura
de ocho años: el tiempo en el
que la actual recesión se apoderó del sistema capitalista mundial, sin poderse
saber con certeza la deriva política que adoptará. No es esto casual, teniendo
en cuenta el premonitorio y proceloso antecedente histórico inmediato de la
Segunda Guerra Mundial, que enfrentó al bloque de las potencias del Eje, con el
de EE.UU., Gran Bretaña, Francia y la ex-URSS, esta última república ya
completamente reconvertida al sistema capitalista, por la camarilla burocrática
corrupta y criminal creada por Stalin.
Y es
precisamente en estos momentos, cuando el actual Jefe del Estado Mayor conjunto
del Ejército norteamericano, Martin Dempsey, acusó
falsa y provocativamente a Rusia de intervenir con la fuerza militar en
Ucrania. Y advirtió:
<<Es
el primer caso desde 1939.¡Tengan
en cuenta que el Ejército de Estados
Unidos no le tiene miedo a la guerra! El país puede pensar de otra
manera, pero cumpliremos con cualquier orden>>.
El pasado
05 de enero 26 senadores republicanos enviaron al Congreso norteamericano el proyecto de Ley Nº
2277, presentando un paquete de medidas donde se autoriza el suministro
al gobierno golpista ucraniano, de armas, y munición de diferente tipo,
vehículos blindados, botes hinchables, dispositivos explosivos, equipos
de detección de minas, radares de diferentes aplicaciones y otro tipo de
equipo militar. Pero lo que más destaca en ese texto, es su manifiesta
provocación belicista. Para tales fines, fuera de ese documento, para
tales fines los senadores propusieron destinar 100 millones de dólares anuales
de 2015 a 2017. Se quiere así, aumentar la presencia militar de la OTAN en los
países vecinos de Rusia, desarrollando maniobras militares en su territorio, e
incluso atribuir el estatus de aliado no-OTAN a Ucrania, Georgia y Moldavia.
Asimismo los republicanos proponen introducir sanciones contra funcionarios y
compañías rusas, al mismo tiempo que invertir dinero en el desarrollo de
las instituciones “democráticas”, tanto en Rusia como en los países
ex-soviéticos. EE.UU. y la Unión Europea, a la vez que ya impusieron sanciones
contra varios funcionarios y empresas rusos, después de que recientemente
la república de Crimea se reintegrara en Rusia tras la celebración de un
referendo, en el que más del 95% se mostró a favor de este proceso, y el
domingo 12 de mayo los ciudadanos de las regiones ucranianas de Donetsk y
Lugansk, decidieron en sendos referendos declararse repúblicas independientes
respecto de ese país.
05. Epílogo
Como en toda pelea, siempre hay causas objetivas que inducen a
que se produzcan, a través del necesario ingrediente provocador de su
desenlace. Sin ir más lejos, la causa de la Primera gran Guerra Mundial estuvo
en el agudizamiento de las contradicciones
políticas del capitalismo mundial entre países —como continuación de la
competencia económica por otros medios—, típicas de su etapa imperialista. Así fue cómo la disputa de las grandes potencias por el reparto de
las colonias de ultramar y demás territorios económicamente dependientes,
generó una tensión política tal entre ellas, que propició alianzas políticas y
militares opuestas, como la Triple Entente y la Triple Alianza,
cuyo ingrediente provocador detonante fue el asesinato del archiduque Francisco
Fernando y su esposa, a manos de un terrorista serbobosnio.
En
cuanto a la Segunda Guerra Mundial de 1939, tuvo su causa en la crisis
de 1929 que se prolongó durante diez años. Y su ocasional provocador fue la
Alemania Nazi, arrastrada al conflicto por la quiebra de sus principales
industrias y el colapso de sus bancos, que dejó sin trabajo al 45% de la
población activa en ese país. El mismo vértigo genocida que se ha venido
apoderando de la clase dominante norteamericana, aunque por circunstancias
opuestas.
Todas estas condiciones e iniciativas de
uno de los bandos provocadores en pugna, sin duda se vuelven a repetir hoy en
una nueva dinámica de guerra, hacia la que los países del bloque conformado por
la Unión Europea EE.UU y Australia, se ven enfrentados en pugna por el dominio
del Mundo, con el bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica).
Y el caso es, que estos dos grandes
bloques, parecen dejarse arrastrar bajo la égida de una misma clase dominante:
la burguesía, en su mutuo afán por la hegemonía política mundial, ambos en
poder de medios de destrucción con capacidad de hacer desaparecer a la especie
humana del Planeta, y que sin embargo no dejan de competir hasta llegar a
consumar otra barbarie de proporciones más gigantescas y letales que la
inmediata anterior.
Tal es el resultado de la contradicción
consustancial a este modo de vida irracional peligrosamente autotanático, que
pone a sus dirigentes políticos ante tal eventualidad, presos como permanecen
de esos intereses opuestos, paradójicamente compartidos. Son los mismos
intereses sistémicos en pugna por la hegemonía, que una vez más sin duda
llegarán al enfrentamiento, si es que nadie les convence y escarmiente, para
que admitan lo que la realidad exige hacer porque es necesario: resolver esa
paradójica contradicción, anulando ambos extremos. ¡¡He aquí al descubierto, la
falsedad de que a los socialistas revolucionarios se nos acuse de ser
“extremistas”!!
Así es
como ahora mismo la humanidad se ve como se ve, ante la posibilidad real de
otra destrucción y matanza de proporciones nunca antes vistas, enfermos como están de capitalismo
quienes lideran el curso político de los acontecimientos, ya sean provocadores
o provocados. Y lo más trágico e inconcebible de semejante locura, es que todo
esto suceda ante la inconsciente e
irresponsable pasividad de la clase social explotada y oprimida, que
dice amar a sus hijos hasta dar la vida por ellos, pero que incomprensiblemente
se sigue negando a querer saber qué y cómo es este Mundo del revés, para poder ponerlo de una vez por
todas sobre sus pies.
¿Queremos
capitalismo? Pues, ¡¡toma capitalismo!!
1) Expropiación de
todas las grandes y medianas empresas industriales, comerciales y de servicios,
sin compensación alguna.
2) Cierre y desaparición de la Bolsa de Valores.
3) Control obrero colectivo permanente y democrático
de la producción y de la contabilidad en todas las empresas, garantizando
la transparencia informativa en los medios de difusión, para el pleno y
universal conocimiento de la verdad en todo momento y en todos los ámbitos de
la vida social.
4) El que no trabaja no come.
5) De cada cual según su trabajo y a
cada cual según su capacidad.
6) Régimen político de gobierno basado en la
democracia directa, donde los más decisivos asuntos de Estado se voten
por mayoría en Asambleas por distrito, y los altos cargos de los tres poderes, sean
electos y revocables en cualquier momento de la misma forma.
[1] La historia de este pueblo que ha venido habitando el territorio de Kosovo, de mayoría étnica albanesa, remonta sus antepasados más originarios, los llinios, a la edad del bronce.
[2] Dichas condiciones fueron: 1) La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá
su incorporación a la estructura militar integrada. 2) Se mantendrá la
prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio
español. 3) Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de
Estados Unidos en España.
[3] Esta emisora es la misma que, a raíz del atentado terrorista en el metro de Londres en julio de 2005, preparó una ficción cinematográfica que quiso hacer pasar como la versión real de los hechos consumados, atribuyendo su autoría a una célula yihadista.
[4] En condiciones normales, de incremento proporcional de las ganancias en la esfera de la producción por encima de sus costes, el valor bursátil de las empresas también aumenta. Pero bajo condiciones inmediatas previas y posteriores al estallido de las crisis, este valor bursátil se torna errático y cambia, según los dientes de sierra del juego especulativo en la bolsa.
[5] La llamada
“acción”, es un título de propiedad sobre el patrimonio X de una empresa.
Cuando se dice que la acción se cotiza a "la par" quiere decir que lo
que cuesta es lo que vale, o sea que representa una
parte alícuota o proporcional del valor
real de su patrimonio. Cuando la demanda es muy grande, como ocurre con
cualquier mercancía, el precio de las acciones se pone por encima de su valor real
y llegan a costar bastante más de lo que en realidad valen o representan en
términos de valor patrimonial. La mayor o menor "volatilidad" o
inestabilidad del mercado bursátil, está obviamente en relación directa con la
mayor o menor diferencia entre el precio o valor ficticio que alcanzan los
títulos por la presión de la demanda y su cotización a la par o valor real. Pero
cuanto más alta es la volatilidad del mercado bursátil,
más desastrosas son las consecuencias del inevitable proceso de ajuste que se
inicia con el "crash".
[6] La producción capitalista en gran parte funciona
mediante el crédito bancario a través de las letras de cambio, cuyo precio es
la tasa de interés a término, que así actúa como una sustracción de la ganancia
en el ámbito de la producción de riqueza y es capitalizado por los bancos, de
modo que, a menor tasa de interés mayor ganancia industrial y viceversa. Justamente
al revés de lo que sucede en los mercados especulativos, donde las bajas tasas
de interés disparan al alza el precio de las acciones en bolsa. Así las cosas, el hecho de que la tasa de
interés sea hoy nula e incluyo por momentos negativa, explica el grado en
extremo depresivo que pesa sobre el aparato productivo de la economía global,
impidiendo su recuperación.