03. Yemen
Fue uno de los más antiguos centros de
civilización en el Oriente Próximo. Su
historia más reciente se remonta al año 1918, cuando pudo emanciparse del
dominio otomano. Salvo su región austral de Adén, que
desde 1839 había caído bajo domino británico y en 1937 pasó a formar parte de
la India británica, convertida en una colonia de la Corona. En 1959, seis de
los jeques del protectorado occidental de Adén, bajo los auspicios de Gran
Bretaña —que pretendía detener así la deriva panarabista en esa región—,
crearon una federación de emiratos: la Federación de Arabia del Sur, que se
integró en la Commonwealth. En febrero de 1963, se inician los primeros ataques
contra las tropas británicas dirigidas por dos grupos nacionalistas rivales: el
Frente de Liberación de Yemen del Sur Ocupado, y el Frente de Liberación
Nacional. Los enfrentamientos fueron haciéndose progresivamente más duros con
numerosas víctimas en combates y ataques terroristas. En 1967 se retiran las
tropas británicas y toma el poder el Frente de Liberación Nacional, de
orientación marxista. El 30 de noviembre de ese año se proclama la República
Popular de Yemen del Sur, el primer estado comunista árabe de la historia. Dos
años después consigue hacerse con el poder el ala radical del FLN, y el país es
rebautizado como República Popular Democrática
de Yemen del Sur, donde se instituyó un régimen de partido único, el
Partido Socialista de Yemen, que forjó estrechos lazos con la Unión Soviética,
China, Cuba y la OLP. Fue gobernado por el Partido
Socialista Árabe Baazista creado en la década de los años 50 el siglo
pasado, una mixtura política oportunista entre el panarabismo de Gamal
Abdel Nasser,
cierta corriente populista del marxismo desnaturalizado y la socialdemocracia
tradicional.
Tras la retirada de los británicos en
1968 nació Yemen del Sur. La
coexistencia en la década de los 70 entre la República Árabe de Yemen (Yemen
del Norte) y la República Popular Democrática (Yemen del Sur) estuvo marcada
por los enfrentamientos. A raíz de unos incidentes fronterizos, en 1972 el
Norte invadió al Sur, provocando una guerra en la que el Norte contó con el
apoyo de Arabia Saudita, y el Sur con el de la Unión Soviética. Bajo los
auspicios de la Liga Árabe se acordó el alto el fuego en El Cairo el 24 de
octubre de 1972. En dicho acuerdo se establecieron también las bases para una
futura unificación de ambos Estados nacionales, pero el proyecto fue boicoteado
por el líder de la facción pro-saudita de Yemen del Norte, el comandante Ibrahim al-Hamdi, quien el 13 de junio de 1974,
tras un golpe de estado, se convirtió en Presidente de la República Árabe.
En 1976 Arabia Saudita reconoció a Yemen
del Sur, y el presidente de Yemen del Norte estrechó relaciones con China,
creando un marco favorable para las negociaciones de reunificación. Todo se
truncó, sin embargo, cuando, Ibrahim al-Hamdi fue asesinado en octubre de 1977.
Tras una década de negociaciones, con avances y retrocesos en función de los
cambios políticos en ambas repúblicas, los dos países se unificaron formalmente
tras la caída de la URSS en 1989, constituyéndose como República de Yemen el 22
de mayo de 1990 con capital en Saná. Adén fue
designada capital comercial. El presidente de la República fue el ex-presidente
del Norte, Ali Abdullah Saleh antiguo jefe de Estado
de Yemen del Sur. Se instituyó un parlamento de 301 diputados, de los cuales
159 eran representantes del Norte, 111 del Sur, y 31 independientes, elegidos
por el jefe del Consejo Presidencial. Se decretó un período de transición de 30
meses para la unificación de los dos sistemas políticos y económicos. La
Constitución fue ratificada en mayo de 1991. Pero en 1992 nació el movimiento
secesionista de los hutíes, una fracción
musulmana disidente del partido chií. Etimológicamente, el vocablo chií deriva
del árabe shi’a, que significa facción, partido, o seguidor. Se refiere
históricamente a los seguidores de la shi'a o antiguo partido del Imán Ali
Ibn Abi Talib,
primo y yerno de Mahoma casado con su hija Fátima. La nueva república es
democrática y pluripartidista, si bien su Constitución recoge la preponderancia
de la ley islámica como fuente de legislación.
Yemen fue uno de los pocos países árabes
que apoyó a Irak en su invasión a Kuwait, en 1991. En las elecciones
legislativas de 1993 triunfó el partido Congreso General del Pueblo, del
presidente Saleh, con 123 de los 301 escaños. En desacuerdo con los resultados,
el vicepresidente y hombre fuerte de Yemen del Sur, Ali Salem al-Baid, amenazó con una
nueva secesión del Sur, lo que produjo una breve guerra civil (mayo-julio
1994), que terminó con la victoria de las fuerzas leales a Saleh, quien en 1999
resultó electo presidente con el 96,2% de los votos, extendiendo su mandato
hasta el 25 de febrero de 2012.
Yemen es un país con recursos petrolíferos
modestos, que sin embargo suman el 25% de su PIB anual permitiéndole financiar
el 70% de los gastos estatales. Pero la mayoría del pueblo yemení es muy pobre
y fue coprotagonista significativo en la llamada primavera
árabe,
con numerosas y multitudinarias manifestaciones que se extendieron por todos
los países del África occidental y el Medio Oriente, en un contexto de declive
económico, desempleo masivo y pobreza extrema de los asalariados, que como en
todas partes permitió la concentración de riqueza en manos de una minoría
social ejerciendo un odioso autoritarismo:
<<La
manera como Arabia Saudita “evita matar inocentes” está viéndose confirmada en
Yemen, donde la monarquía saudita está masacrando a los civiles con sus aviones
proporcionados por Estados Unidos. En base a un contrato de 30 000 millones de
dólares, firmado en 2011 en el marco de un acuerdo mucho más amplio que
asciende a 60.000 millones, Washington está enviando a Riad 84 aviones de
guerra F-15 nuevos, con todo su armamento de bombas y misiles, mientras
moderniza otros 70.
Es
con todos esos aviones de guerra y otros más —igualmente made in USA— que
Arabia Saudita y los demás miembros de su coalición están librando, en nombre
de “un compromiso común contra el terrorismo”, una guerra gestionada y dirigida
por Estados Unidos por el control de Yemen, país de primera importancia
estratégica en el Estrecho de Bab al-Mandeb (de 27 kilómetros) entre la Península
Arábiga y África, por donde transitan el petróleo y los intercambios
comerciales entre el Océano Índico y el Mediterráneo.
Y
Washington, mientras que trata por todos los medios de bloquear el programa
nuclear iraní, cierra los ojos ante el hecho de que Arabia Saudita ha declarado
oficialmente —como reporta The Independent el 30 de marzo de 2015 por boca
de su embajador en Estados Unidos—, que no excluye la posibilidad de fabricar
o comprar armas nucleares con ayuda de Pakistán, cuyo programa nuclear está
financiado por Riad en un 60%. Por supuesto, en nombre de la lucha contra
el terrorismo>>. (Manlio
Dinucci.
http://www.voltairenet.org/article187212.html)
http://www.nodo50.org/gpm
e-mail: gpm@nodo50.org