La segunda causa contrarrestante que Marx enumera es “la reducción del precio del salario por debajo de su valor” a raíz de la competencia, que no debe confundirse con el descenso del valor del salario por efecto de la productividad del trabajo. Los dos movimientos aumentan el plusvalor; pero el primero deprime el poder adquisitivo del salario, al contrario del segundo, que lo conserva reduciendo sin embargo su valor al reducir el tiempo de trabajo equivalente a la producción de los medios necesarios de vida del asalariado para que pueda reponer su fuerza de trabajo en condiciones óptimas de seguir produciendo plusvalor para sus patronos.
Al respecto, Marx aclara que el primero de los dos movimientos “nada tiene que ver con el análisis general del capital”, es decir, con el movimiento del capital social global, puesto que obedece a la competencia en el mercado de trabajo —que pone el precio de los salarios por encima o por debajo de su valor—, cuyo análisis “no se efectúa en esta obra”, dado que la competencia fue metodológicamente excluida. ¿Por qué? Pues, porque si se trata de investigar científicamente el comportamiento de un determinado objeto de estudio, es necesario hacer abstracción de fenómenos concomitantes que acompañan el movimiento de ese objeto, pero que no guardan ningún vínculo con las causas fundamentales de su movimiento, de modo que, lejos de contribuir al descubrimiento de su verdadera naturaleza, la encubren todavía más.
Tal método de investigación, explica que Marx haya partido de una situación de equilibrio en todos los mercados, donde la oferta y la demanda coinciden y, por tanto, los precios a los que se venden las mercancías coinciden con sus respectivos valores o precios de producción. Y es que la oferta y la demanda jamás coinciden y si alguna vez lo hacen es por casualidad. Pero además, allí donde estas dos fuerzas coinciden, se anulan una a la otra y dejan de actuar; por tanto nada nos dicen acerca de por qué esas dos fuerzas coinciden en un determinado valor de mercado y no en cualquier otro, siendo ésta, precisamente, la incógnita que es necesario despejar científicamente, es decir, comprender la naturaleza del valor económico, las causas intrínsecas o internas que provocan sus cambios de magnitud en distinto tiempo, para descubrir la Ley de su movimiento.
Finalmente, aunque Marx reconoce que la hipótesis de
la reducción del salario por debajo de su valor “es
una de las causas más importantes de contención de la tendencia
a la baja de la tasa de ganancia”, no obstante demostró
que, sobre ella, se impone la tendencia objetiva
al menor incremento histórico del valor de cada
mercancía (tal como lo es el salario o precio de la fuerza
de trabajo) y del plusvalor contenido en ellas; y al aumento más
que proporcional de la Composición Orgánica
del Capital para obtenerlos, causas fundamentales
que hacen al cumplimiento de la Ley de la tendencia decreciente de
la Tasa de Ganancia.
Sentado este principio metodológico, vayamos a lo que nos dice Marx en
sus “Grundrisse”, donde trata de la capitalización
de la plusvalía, es decir de la acumulación de capital, y cuales
son sus consecuencias. Allí parte del siguiente razonamiento: El salario
es capital adelantado bajo la forma de dinero que se intercambia por trabajo,
de igual modo que lo es el que se intercambia por maquinaria, materias primas
y auxiliares que intervienen en el proceso de producción y acumulación
de plusvalor.
Si hacemos abstracción de esa metamorfosis del capital-dinero en capital-mercancía-salario para los fines de producir y capitalizar plusvalor, el capital se nos aparece como una determinada magnitud de valor que se reproduce a sí mismo y por sí mismo en sucesivos lapsos de tiempo llamados “rotaciones”, independientemente de su relación con el trabajo. En tal sentido:
<<El capital, por tanto, no mide el nuevo valor producido (plusvalor) mediante su medida real, es decir, la relación del plustrabajo (creador de plusvalor) con el trabajo necesario (equivalente al salario), sino que lo mide en relación consigo mismo como su presupuesto. Un capital de un determinado valor produce, en un determinado lapso de tiempo, una plusvalía determinada. La plusvalía medida de esta forma, respecto del capital presupuesto (invertido en la producción de ese plusvalor), es el beneficio (la tasa de ganancia)>>. (K. Marx: “Líneas Fundamentales de la Crítica de la Economía Política” (“Grundrisse”) Segunda Parte Sección IIIª. Lo entre paréntesis nuestro)
O sea, la plusvalía real (relativa)
se mide por la relación entre la porción
del trabajo ya objetivado en capital-dinero
del burgués —obtenido en la rotación precedente—
que es cambiado por más trabajo vivo
del asalariado en la rotación actual, por una
parte y, por otra parte, el trabajo necesario productor
del equivalente al salario invertido en la
rotación actual. Esa “porción
del trabajo ya objetivado”—según
acabamos de ver en el pasaje anteriormente citado— es la parte de una
totalidad que Marx llama “capital
presupuesto” preexistente, correspondiente a lo que el burgués
“adelanta” o invierte en salarios. La otra porción de esa
totalidad del capital presupuesto, es trabajo ya objetivado bajo la forma de
capital-dinero que se invierte en medios de trabajo, materias primas y auxiliares.
La plusvalía en la forma de beneficio, por su
parte, es medida según la relación entre
la porción del trabajo objetivado en producto
como plusvalor todavía no realizado (vendido)
en la rotación actual, y el valor total del
“capital presupuesto” resultante de la rotación
precedente, invertido, empleado o gastado en la rotación
actual como suma del capital constante (fijo y circulante), más
el capital variable o salarios. Esta relación llamada beneficio, es una
variable dependiente de la composición orgánica del capital:
<<La tasa de beneficio depende, por lo tanto —presupuesta la misma plusvalía, el mismo plustrabajo en relación con el trabajo necesario— de la relación de la parte del capital, que es cambiada por trabajo vivo, con la parte que existe en la forma de materia prima e instrumento de producción>>. [K. Marx: “Líneas Fundamentales de la Crítica de la Economía Política” (“Grundrisse”) Segunda mitad. Sección III – Transformación de la plusvalía en beneficio]
La Tasa de Ganancia: p/(c+v) desciende, cuando el incremento del plusvalor —resultante de aplicar el progreso de la fuerza productiva del trabajo a la porción de la jornada laboral correspondiente al trabajo necesario que resta por capitalizar— es menor que el aumento en la Composición Orgánica del Capital necesario para producir ese incremento del plusvalor.
Vayamos, ahora a: http://www.nodo50.org/gpm/TasaGanancia/09.htm. Allí vemos que en la primera rotación elaborada por Rolando Astarita, la porción del capital presupuesta de plusvalor cambiada por salarios, es de 50s:50v = 1 (100%); y la Tasa de Beneficio = 50s/200c+50v = 20%.
En la segunda rotación, también elaborada por
Astarita, la porción del capital presupuesto
en la primera rotación correspondiente al trabajo necesario sometida
al progreso de la fuerza productiva disminuye el 10%. Pero
este señor decidió, por el artículo 33, que el plusvalor
aumente en 2 puntos porcentuales más que la fuerza productiva
= 60,72s/54,18v, mientras que la C.O.C solo en 8 décimas
= 220,82c/54,18v. De este modo, la Tasa de Ganancia prácticamente
también sube 2 puntos porcentuales, de 20
a 22,08% = 60,72s/220,82c+54,18v. Tal es el resultado de independizar
al plusvalor de lo que pasa con la porción de la jornada de labor correspondiente
al trabajo necesario, cuando se le somete al progreso de la fuerza productiva
para transformarlo en plusvalor.
Pero en la tercera rotación elaborada por el GPM, la porción relativa
de plusvalor desciende a 1,08 = 61,50s/56,43v haciendo descender
la tasa de beneficio, del 22,08 al 19,95%. En realidad, nosotros
aquí cometimos la misma “arbitrariedad” que Astarita, solo
que en sentido contrario, porque en vez de aplicar el 10%
de incremento de la productividad sobre el capital variable 56,43v,
de modo tal que el plusvalor aumente en la misma proporción
= 62,07s, le aplicamos solo el 9% = 61,50s, es
decir, para que se incremente menos y la Tasa de Ganancia baje más de
lo debido, cuando debió haber sido = 62,07s/251,48c+56,43v =
62,07s/307,91 = 20,16%
Esto explica la advertencia hecha en: http://www.nodo50.org/gpm/TasaGanancia/11.htm el apartado 11 titulado “Epílogo” de nuestro último trabajo sobre el que UD. nos ha hecho la consulta, de la cual nos estamos ocupando:
<<Evidentemente, la tercera rotación registra una caída en el aumento del plusvalor muy drástica, lo cual indica que entre la segunda rotación elaborada por Astarita y la tercera elaborada por el GPM, debieron existir otras intermedias en las que el incremento del plusvalor se fuera reduciendo menos bruscamente. Pero Astarita nos retó a que presentáramos un “contraejemplo” donde aumentando la composición orgánica del capital, a la vez que reduciendo el incremento del plusvalor (según los fundamentos matemáticos de Marx), la tasa de ganancia descienda. Los progresos en la productividad del trabajo y el descenso de la tasa de ganancia no se suceden tan aceleradamente. Por eso Marx señaló que:
“En economía política, por principio no hay que fijarse nunca en las cifras de un solo año para extraer de ellas leyes generales. Hay que tomar siempre el término medio de seis a siete años, que es el lapso de tiempo durante el cual la industria moderna pasa de las fases de prosperidad, superproducción, estancamiento y crisis, consumando su ciclo fatal”. (K. Marx “Discurso sobre el librecambio”)>>
¿Dónde está el fundamento, es decir,
la causa formal objetiva específicamente capitalista,
de tal disminución histórica del crecimiento de la masa de plusvalor,
que presiona al descenso de la Tasa General de Ganancia? En dos premisas
básicas estructurales incontrovertibles del capitalismo
y una inevitable conclusión lógica:
1) La jornada de labor no puede exceder las 24 Hs. de cada día.
2) La tasa de plusvalor expresa la relación entre las dos
partes del tiempo en que se divide la jornada de labor
colectiva entera. En una de ellas se ejecuta el plustrabajo
creador del plusvalor; en la otra el trabajo necesario
productor del equivalente a los medios de
vida de los explotados.
3) La conclusión que se deriva lógicamente de estas dos premisas,
es que el plustrabajo aumenta históricamente en todo
lo que se reduce el trabajo necesario. Pero según disminuye esta última
parte para ir a engrosar el capital presupuesto (acumulado), el plusvalor producido
en las sucesivas rotaciones aumenta necesariamente cada
vez menos, y el capital constante para conseguirlo, cada vez más.
Por tanto, la Composición orgánica del capital será también
progresivamente más alta, preparando así la crisis de superproducción
que ocurrirá en el momento en que la fracción del rédito
obtenido, no compense la masa de capital presupuesto (invertido) en producirla.
De aquí se desprende matemáticamente que, dada la extensión
de la jornada de labor y la intensidad del trabajo en su transcurso, según
se reduce el trabajo necesario por efecto de la productividad del trabajo en
cada rotación del capital global, el excedente resultante de tal reducción
del salario, convertido en capital, debe necesariamente aumentar en una fracción
cada vez más reducida respecto de la jornada laboral entera,
manteniendo constante el poder adquisitivo de los salarios. Bajo tales condiciones,
el aumento de la masa y de la tasa de plusvalor, contrarresta —en el sentido
de que enlentece o retarda— el cumplimiento de la Ley de la tendencia
decreciente de la Tasa General de Ganancia. Pero no lo neutraliza.
Porque el aumento del valor en los elementos del capital constante necesario
para incrementar el plusvalor en una fracción cada vez más pequeña,
es y debe ser necesariamente mayor, incluso con una
tasa de plusvalor p/v creciente. Porque para que el plusvalor crezca más
de lo que desciende el salario por efecto de la productividad, el trabajo debe
ser sometido a una extensión de la jornada y/o a una mayor intensidad
en los ritmos, lo cual, según se ha visto más arriba, tiene límites
muy estrictamente fijados por la naturaleza humana. Por tanto,
en última instancia se impone la Ley.
En el mencionado capítulo XIII del libro III, Marx expone un ejemplo ilustrativo mediante el siguiente razonamiento: Dada la extensión de la jornada de labor, con una composición orgánica del capital de 60c + 40v y una tasa de plusvalor del 100%, se necesita un capital de 1.000.000 = 600.000c + 400.000v, para obtener un plusvalor = 400.000p.
Pero si la composición orgánica aumenta a 80c + 20v manteniendo todo lo demás igual, para obtener 440.000p se necesita un capital global de 2.200.000 con una composición de 1.760.000c + 440.000v. Esto quiere decir que, según se reduce el número de asalariados, es decir, la jornada colectiva de labor —en este caso a la mitad— respecto del plusvalor ya acumulado como capital constante que se incrementa un 293,33%, para obtener un aumento en el plusvalor de solo el 10%, es necesario que el capital global empleado se incremente en más del doble, exactamente un 220%. Lo cual determina que la Tasa de Ganancia baje del 40 al 20%. Si este fundamento matemático no se refleja en los datos estadísticos que dan cuenta del comportamiento de la Tasa General de Ganancia bajo condiciones normales de la acumulación, es que, o bien esos datos son erróneos por causa de un tratamiento metodologico inadecuado, o han sido deliberadamente manipulados por sus patrocinadores en origen.
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