Los instrumentos humanos o “causa material” del atentado
El 14 de febrero de 2004 ―día de los enamorados― sin más testigos que la mesa en torno a la cual acordaron cambiar dinamita por droga y dinero, las dos partes contratantes en este negocio quedaron así convertidas en verdadera causa material[1] o instrumento de la terrible masacre perpetrada el 11 de marzo pasado en cuatro trenes de la línea de cercanías Guadalajara-Madrid. No estamos hablando, pues, de los verdaderos causantes del atentado.
A esa reunión ―celebrada en un restaurante de comida rápida “McDonalds”, cercano al Hospital Gómez Hulla, en el barrio madrileño de Carabanchel Alto― acudieron, por una parte, José Emilio Suárez Trashorras, Antonio Toro Castro, Rafá Zouhier y Carmen Toro Castro, propietarios “ilegítimos” de 110 Kg. de goma2 marca “Eco”; por la otra, Rachid Aglif, Jamal Ahmidan y Mohamed Oulad Akcha, propietarios igualmente “ilegítimos” de 7.000 euros y 32 Kg. de hachís.[2]
José Emilio Suárez Trashorras es un ex minero de 27 años que dejó de trabajar definitivamente en una cantera del Concejo asturiano de Tineo ―llamada “Conchita”― el 31 de octubre de 2002. Un informe de la Guardia Civil citado por el periódico asturiano “La Nueva España”, dice que le fue concedida la jubilación por incapacidad mental con diagnóstico de “esquizofrenia paranoide”, y que, “tras el fin del contrato, no se le ha vuelto a ver por las explotaciones o sus alrededores”. Según reporta “El Mundo” en su edición del 27 de marzo de 2004:
<<El avilesino detenido habría proporcionado los explosivos a los terroristas, después de que le indicaran que su destino era una mina marroquí.” Este hombre no sólo está acusado de facilitar los explosivos a los terroristas, sino también de ofrecerles entrenamiento para su utilización, “en el marco de una estrecha relación con la célula islamista.>> (Op. cit.)
Todas las pistas apuntaron a él después que la policía analizó el explosivo encontrado dentro de una mochila ―que no llegó a estallar― en uno de los vagones del tren que explotó en la calle Téllez, a la entrada de la estación de Atocha. Según las coincidentes versiones periodísticas basadas en una única fuente oficial de ese momento, en la mochila, se encontraron dos cartuchos de Goma 2 marca “Eco”, de 125 gramos cada uno, que aún se mantenían en su envoltorio de origen. Según esta misma fuente, a partir de los números de registro que llevaban escrito, la policía pudo determinar que los explosivos procedían de varias canteras del norte de España. Más adelante veremos que las cosas no fueron exactamente así de simples ni claras.
Suárez Trashorras tiene antecedentes por drogas y en 2001 había sido investigado por traficar con “goma 2”, aunque no se lo imputaron. En la información publicada por “La Nueva España”, un vecino lo describe como alguien “muy nervioso”; otros dicen que llevaba un tren de vida “muy caro”. Tras conseguir la jubilación anticipada por la que cobraba entre 1.200 y 1.800 Euros mensuales, solía moverse en Audi y en Mercedes. Todos los indicios apuntaban a que el dinero con el que financiaba esos signos externos de riqueza, provenía de sus trapicheos con la venta y el tráfico —de hachís y explosivos— de tipo medio. Según la versión digital de la revista “Interviu” que dice haber accedido a su prontuario:
<<Emilio Suárez Trashorras tiene antecedentes policiales por narcotráfico desde 2001. Según su ficha policial, a la que ha tenido acceso interviú, en aquel año fue controlado por la policía en once ocasiones. Los agentes le califican en la ficha de “delincuente habitual, traficante de armas y drogas”. Hijo de Manuel y Agripina, carece de formación profesional alguna, salvo una corta experiencia de minero, y percibe una pensión por una enfermedad psiquiátrica crónica.>> (Op. Cit.)Finalmente, fue detenido y presentado en sociedad por el Juez Juan del Olmo, como el principal acusado en los atentados del 11M.
Antonio Toro Castro carece de estudios. Según la misma fuente de la revista “Interviu”, trabajó como mensajero, portero en discotecas, clubes de alterne y, eventualmente, como empleado en diversas empresas: Limpiezas Plata, Sereliton (1994); taller Occidente (1996-98); Instalaciones Seuval (2003); Aislamiento Metal (2003). Desde 2001, asociado con Suarez Trashorras y un tercero llamado Víctor, regentó un negocio de coches de segunda mano en la localidad asturiana de Piedras Blancas. En julio de ese año fue descubierto en el curso de la operación “Pípol” con drogas y 16 cartuchos de dinamita. En aquella ocasión delató al que luego sería su cuñado, delito por el cual ambos fueron encerrados en la cárcel de Villabona. Los antecedentes policiales de los dos compinches se remontan a esas fechas. La participación de Antonio Toro en los hechos del 11M, está íntimamente relacionada con las actividades de su cuñado Suárez Trashorras y su hermana Carmen recogidas en el sumario 20/2004. Sin embargo, a pesar de que su cuñado, Antonio Toro, había sido ingresado en prisión a los pocos días del atentado, hubieron de pasar nueve meses para que la policía encontrara en Antonio indicios razonables de “culpabilidad”. El 28 de marzo de 2004 fue detenido tras unas declaraciones de Rafá Zouhier a la policía, señalándole como la persona con la que contactó por el asunto de los explosivos, y que le había ofrecido Goma-2 antes de los atentados de la estación de Atocha. Pero fue puesto en libertad el 2 de abril. Fue encarcelado nuevamente el pasado 15 de octubre, pero la imputación no fue por lo del 11M sino por tráfico de drogas.
Según reporta Víctor Llano, de “Asturias Liberal”, Antonio Toro, que fue legionario, tenía muy buenas relaciones con algunos agentes del CNI e informó de algunos de los movimientos que estaban realizando los hombres de Jamal Ahmidam (“El Chino”)…Antonio Toro…podría convertirse en un testigo negativo si le ocurriera algo a su hermana Carmen Toro, que también es esposa de Suárez Trashorras, está en libertad y regenta un bar en Asturias”. Estamos hablando de los meses inmediatos posteriores a los atentados.
José Ignacio Fernández DíazEste sujeto, apodado “El Nayo”, actualmente fugado en un país del Caribe, además de confidente de la policía, fungía en Asturias como traficante de armas y drogas, también vinculado al negocio de la prostitución, cuyo producto en dinero blanqueaba mediante una vasta red fraudulenta de compra-venta de coches de alta gama. Su organización funcionaba mediante una secuencia de operaciones que consistían en viajar con el dinero negro a los países europeos de mayor renta per cápita, como Bélgica Holanda, Alemania, o Francia, para invertirlo allí en la compra de automóviles lujosos. Las compras se hacían bajo nombre falso. Se importaban los coches a España y aquí se vendían a clientes (concesionarios) de la red que ellos controlaban. Las facturas se confeccionaban a nombre de supuestos vendedores de apellidos belga o alemán, o de un importador español también falso, y un comprador español que la mayor parte de las veces resulta ser el propio José Ignacio, “El Nayo”. Dado que se trataba de blanquear dinero, los precios y los beneficios son inferiores, lo cual facilita la venta de los automóviles. Una vez cumplimentada la operación de compra con el extranjero, la red, con la firma del “Nayo” como comprador, vendía estos coches a conocidos concesionarios nacionales en ciudades como Oviedo, Gijón o Avilés, que los adquirían a menor precio del medio vigente en el mercado de la intermediación, para venderlos al consumidor final también por debajo de su precio.En Asturias, la red de trata de mujeres y drogas que se teje en los numerosos clubes de alterne, con o sin consentimiento de sus dueños, blanquea dinero de esta manera. Según reporta Joaquín Santiago Rubio en la edición del periódico “Asturias Liberal” del 9 Marzo de 2005, entre los compradores finales de estos coches —que permiten a individuos como el “Nayo” blanquear el dinero negro de la venta ilegal de armas, sexo y drogas— hay altos dirigentes políticos asturianos y “apellidos ilustres de esta región”, quienes también suelen frecuentar esos antros mezclando ocio y negocio, para fortalecer vínculos mafiosos de mutua colaboración informal objetiva con delincuentes como el “Nayo”. Este es uno entre otros muchos oscuros intersticios de la sociedad capitalista, donde brilla y al mismo tiempo se oculta la esencia del “Estado Democrático de derecho”: <<Así se explican, quizá, tantos silencios, tantas vergüenzas y tanto mirar a otro lado entre los “líderes” de esta región.>> (J. S. Rubio Op. cit.)Al poco tiempo de quedar en libertad tras la operación “Pípol”, el “Nayo” volvió a ingresar en prisión porque Suárez Trashorras inauguró su nueva condición de “confidente” al servicio de la policía de Avilés, acusándole de ser uno de los proveedores de la droga que él se dedicaba a colocar entre sus clientes. A raíz de este “soplo” que Suárez Trashorras hizo en la oreja de su “controlador” —el burócrata policial Manuel García González, jefe de la sección de estupefacientes de la comisaría de Avilés— el dispositivo policial tuvo éxito y “Nayo” volvió a prisión, pero se tomó la revancha. Desde la cárcel de Villabona, en abril de 2002 informó a2 a E.T.A.: http://www.libertaddigital.com/php3/noticia.php3?cpn=1276245024
Rafá Zouhier es un marroquí que trabajaba como guardaespaldas y portero de discoteca. Desde ese ambiente, pasó fatalmente con toda naturalidad al negocio de la droga, para emprender su carrera de pequeño mafioso. El 21/03/1997 fue detenido por la Guardia Civil en Las Rozas, Madrid, acusado por un delito de lesiones. Año y medio después, el 02/08/1998 fue detenido ―también por la Guardia Civil― en Majadahonda, Madrid, acusado de un delito de robo de vehículo. Durante una entrevista que le concedió al Diputado del Partido Popular, Ignacio Del Burgo, Zouhier se retrató a sí mismo de la siguiente guisa: “Llevo apoyando a las Fuerzas de Seguridad desde que tenía 17 o 18 años. Primero en Las Rozas, con el sargento Miguel Ángel, alías Jaime. Luego trabajé de seguridad en varias discotecas y así conseguía información de cosas más graves. Y empecé a trabajar para Valdemoro y Tres Cantos con el teniente Oscar y el cabo Mario. Fruto de mis informaciones acabé con una red de traficantes de armas y ladrones de joyerías. Cobré casi 3.000 euros por los dos servicios. De joven lo hacía gratis porque siempre quise ser policía”. Aunque nunca se sabe, su carrera delictiva parece haber terminado el 20 de marzo último, cuando fue detenido en Madrid acusado de ser el enlace entre los proveedores del explosivo “Goma2” y el grupo de terroristas islámicos liderado por Jamal Zougam, tal como parece verosímil. Ya veremos un poco más adelante que, desde el punto de vista de la verdad histórica sobre todo este asunto, los principales enlaces de este personaje no fueron precisamente estos.
Por declaraciones de su hermano se ha podido saber que, en la mañana del 11M, mientras observaba las imágenes de la masacre por televisión, Rafá Zouhier dijo con lágrimas en los ojos: “¡mira lo que han hecho estos!”. En su auto del 18 de junio de 2004, el Juez del Olmo dice que: según testimonio telefónico registrado por la policía, cinco días después del atentado Rafá Zouhier llamó a su confidente más directo ―el agente “Victor”― para delatar a Ahmidan (el chino), diciendo que tenía dinamita y detonadores, como posteriormente se comprobó durante el registro de su domicilio; Carmen Toro Castro es la esposa de Suárez Trashorras y hermana de Antonio Toro. Actualmente pesa sobre ella la acusación policial de haber ocultado los explosivos ―presuntamente utilizados en el atentado― que su hermano ocultaba en el apartamento donde fue sorprendido por los efectivos que intervinieron en la operación por tráfico de drogas llamada “Pípol”, y a los que supo disuadir de inspeccionarlo proponiéndoles conducirles a otro local donde les dijo que se encontraba el cuerpo del delito, ocasión que su hermana aprovechó para hacer el traslado de la dinamita a un hórreo ubicado en la localidad de Cogollo:
«No se ha efectuado el registro en el domicilio de Antonio Toro Castro, ubicado en la calle Juan Ochoa, número 21 de Avilés, porque en el momento de su detención, éste manifestó de forma voluntaria que las sustancias estupefacientes las guardaba en un garaje de la calle Eloy Fernández Carabela, por lo que se estimó realizar el registro en ese lugar.
Pese a lo encontrado (tres kilos de cocaína, 84 de hachís, 16 cartuchos de Goma 2 Eco y 96 detonadores eléctricos), se desestimó la realización del registro en su domicilio», para el que tenían la correspondiente autorización». (“La Nueva España” 02/12/04)
Un informe de la Guardia Civil que figura entre los papeles que componen el sumario cuyo secreto fue levantado por el juez en el mes de julio de 2005 —y que “El Mundo” publicó en su edición del 5 de setiembre— imputa a esta mujer haber dirigido la venta de explosivos a los terroristas del 11M. El informe, datado el 15 de noviembre de 2004:<<…consiste en una pormenorizada reconstrucción de los hechos, para la que se han tenido en cuenta, entre otras cosas, los seguimientos de llamadas telefónicas y las declaraciones policiales y judiciales de los principales imputados.>> (Op. Cit.)
Rachid Aglif Oulad. El apellido Oulad pertenece a una familia marroquí residente en España compuesta por cinco hermanos: Khalid, Naima, Mohamed, Farid y Rachid. En principio, la policía decidió actuar contra todos ellos considerarles partícipes en los atentados. El día 20M fueron detenidos tres, pero Mohamed y Rachid ―en teoría los más implicados en los ataques― estaban desaparecidos. La detención de Naima, la única mujer del clan, fue la clave para, al menos, concretar el resto de identidades de los huidos. Rachid trabajaba en Illescas (Toledo). Está presuntamente relacionado con Basel Ghayoun y Fouad El Morabit, ambos arrestados el pasado 24 de marzo en Ugena (Toledo) por su supuesta complicidad con los atentados. Rachid llegó a España en 1999. El 20 de septiembre de 2001 fue detenido durante el mismo atraco a la joyería en Pola de Lena (Asturias), en una acción de la Guardia Civil conocida por “operación Merlín” que desarticuló a la banda, de la que Rafá Zouhier logró zafarse no por méritos propios ni por pura casualidad.
Jamal Ahmidan (el chino). Según la cadena radiofónica española “Ser”, Jamal tenía sólo 17 años cuando provocó un incendio para intentar huir del Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid, sito en el barrio de Moratalaz. El día 8 de mayo de 1999, "El Chino" y un compañero argelino, aprovecharon el desconcierto que se produjo por un incendio fortuito ―que ya había sido controlado por los bomberos―, para provocar uno mayor apilando ropa de cama y toallas, mientras se encontraban en una zona de seguridad del Centro para Extranjeros. En medio de la confusión del momento, Jamal Ahmidan intentó huir pero los funcionarios del centro y la policía consiguieron su detención. Un año después,Sarhane tenía 36 años y vino desde Túnez
hace ocho para estudiar Económicas en
La Policía asegura que, desde mediados de 2003, comenzó a hacer "expresas manifestaciones" sobre la preparación de un atentado en Madrid, a raíz de los comunicados difundidos por Al Qaeda. "Sarhane veía los mensajes del grupo de Bin Laden a través de algunos canales de televisión árabes", explican en su entorno.
La Policía preguntó por Sarhane Ben Fakhet a los primeros detenidos tras el 11-M. Sus declaraciones judiciales, a las que ha tenido acceso el periódico “La Razón”, demuestran que el líder de la célula empezó a hablarles del atentado ya en el verano del año 2003. Los arrestados entre el 13 y el 24 de marzo de 2004, dejan claro que conocían, en mayor o menor medida, al que luego fuera considerado líder o dinamizador de la llamada “célula de Leganés”. Según las declaraciones de algunos de ellos, Sarhane Ben Fakhet ―al que consideran radical y violento― en el verano de 2003 comenzó a hablarles de llevar a cabo un gran atentado en Madrid. También quería asaltar comisarías para matar policías y robar bancos y joyerías con el fin de financiar la yihad, en lo que él denominaba la “justicia islámica”.
Rabei Osman Sayed Ahmed, "Mohamed el Egipcio” Nacido el 22 de julio de 1971, fue militar del ejército egipcio, donde era el responsable de un equipo de demolición. Con anterioridad, frecuentó los campos de entrenamiento en Afganistán, convirtiéndose en un experto en explosivos. Durante su estancia en España presumía de ello con reiteración ante sus amigos.
Llegó a España procedente de Alemania e Italia. Nada más llegar, comenzó a trabajar como pintor ocasional de brocha gorda, lo que le servía de coartada, pero sin olvidar sus "deberes" religiosos. Esto fue causa de que, a los pocos días de su arribo, comenzara a ser investigado por la policía española por sus relaciones con la Yihad islámica. Desde entonces, se le hizo un seguimiento con grabaciones de sus encuentros y conversaciones telefónicas, que terminó con su inclusión en las diligencias previas 53/2002 que instruyó el juez Baltasar Garzón, titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5, "como líder de un grupo vinculado Al Qaeda".Según las investigaciones policiales, Mohamed el Egipcio estuvo en España desde enero de 2001 hasta el 27 de febrero de 2003, en que se trasladó a París. También la policía tiene constancia de que el Egipcio estuvo en España dos meses antes de los atentados del 11-M, y que sacó un billete para la localidad aragonesa de Tarazona (Zaragoza). Fuera de estos datos, los investigadores no tienen otro rastro de El Egipcio hasta después de los atentados del 11-M, cuando fue identificado fotográficamente por un testigo como uno de los visitantes de la casa de Morata de Tajuña, donde se prepararon los explosivos del atentado de Madrid. También a raíz de las declaraciones de algunos de los detenidos que lo implicaron en la trama terrorista.Sus contactos y amigos personales en España eran Fouad El Morabit Amghar y Basel Ghayoun. Estos dos fueron detenidos por la policía tras la masacre del 11-M, uno como colaborador con banda armada y el otro como autor material de los atentados. El primero de ellos, Fouad El Morabit Amghar, es un marroquí, de 28 años, nacido en Nadhor e ingeniero electrónico; el segundo, Basel Ghayoun, es un sirio, de 25 años, nacido en Homs y amigo de Jamal Zougam (el propietario del locutorio de Lava pies).Los dos grandes amigos de Mohamed, El Egipcio, trabajaban como obreros de la construcción en Ugena (Toledo), donde fueron detenidos por la policía a raíz de los atentados del 11-M. Ambos vivían juntos en un local del barrio madrileño deAllekema Lamari: nació en Argelia el 10 de julio de 1965. Llegó a España en 1997 y ese mismo año fue detenido en Valencia durante una operación policial contra una célula del Grupo Armado Islámico (GIA). El 26 de junio de 2001 fue condenado por la Sección Tercera de la Audiencia Nacional a un total de 14 años de prisión acusado de implicación en el terrorismo islámico. En particular, se le impusieron 10 años de cárcel por pertenencia a banda armada, dos años por tenencia de armas y otros dos por tenencia de útiles para la falsificación de documentos.
La misma Sección Tercera le
puso en libertad el 29 de junio de 2002, 25 días antes de recibir la sentencia
del Supremo que le rebajó la condena a nueve años y medio, al considerar que
Sin embargo, según los analistas del centro, este argelino abandonó la prisión, tras cumplir su condena, mucho más radicalizado de lo que había ingresado. Entre los analistas del CNI existía el pleno convencimiento de que Lamari, tras salir de prisión, intentaría vengarse por su encarcelamiento.
En septiembre de 2003 los agentes del CNI detectaron una comunicación de Lamari en la que proponía a otros elementos de nacionalidad argelina la comisión de atentados en España, según detalla Casimiro García-Abadillo en su libro '11-M,”
http://www.nodo50.org/gpm
e-mail: gpm@nodo50.org
[1] En su significado más general, causa es la relación entre dos cosas en virtud de la cual, la segunda cosa no puede ser sin la primera. En sentido aristotélico, causa material es todo aquello con lo que se ha hecho una cosa o realizado un acto.
[2]
El Juez Juan del Olmo ha dicho que los primeros contactos para la
obtención de dicho material, a finales de 2003, se establecieron entre Rachid
Aglif y los confidentes de la Guardia Civil y de la Policía, Rafa Zouhier
y el ex minero José Emilio Suárez Trashorras, respectivamente.
http://www.libertaddigital.com:83/php3/noticia.php3?fecha_edi_on=2004-07-24&num_edi_on=1420&cpn=1276228142&seccion=ESP_D
[3] A propósito de esta denuncia de “Nayo”, el 24/02/05 el periodista Federico Jiménez Losantos
—ocasional aliado de Pedro J. Ramírez en la tarea de expulsar del gobierno
al P.S.O.E.— escribió en “Libertad Digital” que los