La espía que estuvo infiltrada en Madres de Plaza de Mayo y lleva 45 años en las sombras
A partir de su legajo, otros documentos y testimonios, Página/12 reconstruye la historia de la mujer conocida como «Isabelita», que integró el Cuerpo de Informaciones de la PFA y durante la dictadura se infiltró entre familiares de detenidos-desaparecidos para sacarles información. Las sospechas por su presunta responsabilidad en los secuestros de la Iglesia de la Santa Cruz. Ya en democracia continuó realizando tareas de espionaje sobre organizaciones políticas y en 1997 llegó a ser una de las responsables de la Escuela Federal de Inteligencia.
Durante décadas, el rostro aniñado del marino Alfredo Astiz fue la cara de la traición después de que se hiciera pasar por hermano de un detenido-desaparecido para mezclarse entre los familiares que buscaban con desesperación saber qué había pasado con los suyos. Pero Astiz no fue el único integrante de las fuerzas represivas o de los servicios de inteligencia dedicado a esas tareas. Una mujer de ojos pardos y cabello castaño —integrante del sombrío Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal Argentina (PFA)— también se infiltró en Madres de Plaza de Mayo para sacar información de las mujeres que le reclamaban a la dictadura la aparición con vida de sus hijos e hijas, según pudo reconstruir Página/12 a partir de la lectura de su legajo, que está en poder de los tribunales federales. A más de 45 años de la infiltración, la historia de esta mujer –que ocupó lugares encumbrados en la estructura de inteligencia de la PFA– permanecía en las sombras. Hasta ahora.>
Fuente: Pagina12
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