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SORPRESAS
EN LAS ELECCIONES BOLIVIANAS Isaac
Bigio,
analista internacional y catedrático de la London School of Economics
SORPRESAS EN LAS ELECCIONES BOLIVIANAS Ninguno de
los 11 candidatos consiguió el respaldo de un cuarto de los votos
o de un sétimo de los 4 millones de electores. El parlamento deberá
nominar al nuevo mandatario y en 4 previas oportunidades (1978, 1979,
1985 y 1989) éste colocó la banda presidencial a perdedores. AUGE DE LOS PARTIDOS CAMPESINOS En los comicios generales del 30 de junio la fuerza que ha protagonizado el mayor ascenso han sido los partidos campesinos y en particular el Movimiento Al Socialismo del líder cocalero Evo Morales. Esta es la primera vez que movimientos de orígen indígena llegan tan lejos en el país con mayor porcentage de población amerindia. El MAS obtuvo el 18.5% de los votos quedando a 2 y 3 puntos porcentuales de los dos ganadores (Sánchez de Lozada y Reyes Villa). Sin embargo, ganó en el eje occicental del país (Cochabamba y el atiplano) y ha quedado como la segunda fuerza parlamentaria. Felipe Quispe del Movimiento Indio Pachacuti consiguió el 15% en el departamento de La Paz y el 5% a nivel nacional. Estas dos fuerzas han sumado más de 650,000 votos, una cifra superior a los 615,000 con que triunfó Sánchez de Lozada. En esta nota analizaremos la historia, las posiciones y las implicancias de dichos sucesos en la política boliviana y latino americana. Los dos partidos indianistas que acapararon un cuarto de los votos válidos tienen en común su frontal oposición al modelo neo-liberal de privatizaciones impuesto por los principales partidos desde 1985 así como a la república que ellos tildan de oligárquica, racista y pro-imperialista. Ambos movimientos se nutren de las fuertes marchas, bloqueos y movilizaciones sociales de Abril y Septiembre-Octubre 2000 así como de Junio-Julio 2001. Para el grueso de la prensa y los congresistas dichas fuerzas insitan a la violencia y a la ruptura con los EEUU que es vista como el principal benefactor del país. Morales fue desaforado de su cargo, pese a haber sido el diputado uninominal más votado, sindicado de promover violencia, y Quispe pasó de 1992 a 1997 en la carcel acusado de terrorista por haber impulsado las acciones armadas del Ejército Guerrillero Túpac Katari que co-dirigió. Desde Agosto 1985 hasta la fecha Bolivia ha venido siendo regida por el nuevo modelo de liberalización del mercado, apertura al capital extranjero y de privatizaciones que ha venido siendo ejecutado por lo que fueran los 5 grandes partidos: MNR, ADN, MIR, UCS y CONDEPA. El autor de dicho sistema es el empresario Sánchez de Lozada quien acaba de obtener la primera mayoría en las presidenciales por tercera vez. Los partidarios del actual régimen monetarista sostienen que gracias a ello Bolivia superó a la vieja economía estatizante estabilizando la economía y permitiendo nuevas inversiones. Para los partidos campesinos el neo-liberalismo condujo al cierre masivo de minas y fábricas, al aumento del desempleo y la extrema miseria y a que la soberanía nacional sea mellada por el remate de las empresas estatales a capitales privados multinacionales y la permanente presencia de efectivos estadounidenses bajo el argumento de luchar contra el narcotráfico. La cuestión
de la coca es algo central en la plataforma de ambos partidos campesinos.
Esta hoja es vista como sagrada y plantean que su cultivo debe continuar
pues es una costumbre ancestral y es un producto medico-alimenticio. Los
planes de erradicación forzosa promovidos por la DEA deben ser
parados, según ellos, por movilizaciones campesinas que salgan
en defensa de la patria. El MAS trata de nuclear a personalidades como Pablo Ramos, ex-rector de la Universidad Mayor de San Andrés, Genaro Flores, lider fundador de la confederación campesina boliviana (CSUCTB) y otras personas que propugnaron el co-gobierno entre los sindicatos y el gobierno centro-izquierdista de La Unidad Democrática Popular en 1982-85. Evo Morales anteriormente estuvo aliado al Partido Comunista y a otras fuerzas que gobernaron Bolivia en dicho trienio. Uno de los teóricos del MAS es Filemón Escóbar, un ex-dirigente minero que rompió con el trotskismo para plantear que las organizaciones laborales deberían transformarse en un ente autónomo capaz de ir presionando al estado a fin de irlo transformando. El MIP de Quispe tiene un carácter más indianista. Mientras el MAS habla de estar por una Bolivia Libre, el MIP propone restituir el Kollasuyo destruyendo a la república boliviana tildada de racista, genocida y usufructuadora de la tierra y la dignidad quechua y aymara. Quispe fue uno de los gestores de movimientos indios kataristas que irrumpieron a fines de los 1970s y luego promovió una insurgencia armada altiplánica a fin de realizar una revolución india que haga un socialismo nativo asentado en las comunidades originarias. Para Quispe el marxismo ortodoxo es occidentalizante y no entiende que la base del comunismo en el altiplano son los ayllus, las viejas comunidades pre-hispánicas basadas en la igualdad y el trueque. Marx en su época sostuvo que las comunas rusas podían servir a la construcción del socialismo pero que para ello previamente los obreros debían tomar el poder, y que las comunidades rurales por sí solas no podían llegar a ninguna parte estando condenadas a ser deseintegradas por el avance del mercado. Quispe sostiene que hay que abandonar las viejas posturas en favor de una revolución proletaria. Su discurso, en vez de centrarse en la lucha de clases, pone mucho acento en diferenciar a los indios de los blancoides y mestizos. Para él hay que luchar contra las estructuras k'aras (blancoides) e ir desarrollando su propio estado paralelo en las comarcas agrarias. Este debe estar basado en las autoridades originarias y rechazar a los jueces, prefectos y policías del estado boliviano que llaman a eliminar. Muchos marxistas sostienen que Quispe divide a los trabajadores por razas y que promueve un separatismo que debilita en última instancia a los sindicatos y a la clase obrera. La base social de Quispe está en las aldeas aymaras fundamentalmente del departamento de La Paz donde obtuvo unos 135,000 votos. En los otros 8 departamentos el MIP apenas aglutinó unos 15,000 votos. Cuando se apresó
a Quispe en una famosa entrevista él reinvindicó su alzamiento
diciendo que él tomó las armas "Para que mi hija no
sea tu empleada".En Achacachi él aglutinaría unos 25,000
campesinos bajo el lema 'guerra civil'. En Bolivia, donde el marxismo tradicionalmente ha estado muy influenciado por Trotski, hay quienes dentro de la izquierda cuestionan a ambos partidos por no basarse en la clase obrera y que al asentarse en la pequeña propiedad éstos estarían condenados a repetir la historia del MNR y el MIR, partidos que inicialmente aparecieron como revolucionarios pero que acabaron sosteniendo al sistema. Para los partidos campesinos la suya es una nueva izquierda adaptada la realidad nacional. Para quienes buscan mantener la actual democracia formal sustentado en el mercado libre, los partidos campesinos constituyen un riesgo, una suerte de bomba de tiempo que hay que saber como desarticularla. La represión, lejos de haber detenido a éstos, no ha logrado mas que hacerles avanzar. Las fuerzas de Quispe que en un momento fueron tildadas de terroristas que coordinaban o emulaban al senderismo peruano, ahora se han transformado en la mayor fuerza electoral y social aymara que jamás antes haya existido. La persecución contra Morales y luego las declaraciones del embajador estadounidense Manuel Rocha terminaron potenciando a Morales. Pocos días antes de los comicios él sostuvo "Quiero recordarle al electorado boliviano que si elige a los que quieren que Bolivia vuelva a ser un exportador de cocaína pondrá en peligro la ayuda de EE.UU.". Para Morales, Rocha se convirtió en su jefe de campaña y él sostuvo que él sólo polemizaría con él pues el embajador estadiunidense era el jefe del circo. Es evidente que el nuevo gobierno que se proclamará este 6 de Agosto deberá continuar el actual modelo neo-liberal, pero estará obligado a utilizar el palo y la zanahoria para domesticar o aminorar a los nuevos movimientos indios. En 1993 Sánchez puso como su vice-presidente a otro líder aymara. Tanto el MNR como el MIR tienen experiencia en cooptar caudillos radicales a su órbita de influencia. Un problema que afrontará el nuevo gobierno es que el descontento social y la pobreza vienen creciendo. Washington exige la erradicación de los cultivos lo cual no sólo afecta a 35,000 familias campesinas (base del MAS) sino a un conjunto más amplio de la población que también se ha beneficiado de dicha producción y comercio. La cuestión de la tierra sigue siendo fundamental. Para la Confederación Campesina en Bolivia el 93% de la tierra esta en manos de un 7% de propietarios, y un 93% de campesinos sólo tienen el 7% de la tierra. El rechazo a la pobreza y a la injerencia estadounidense nutre a los partidos campesinos. El desarrollo de éstos potenciará a sus similares ecuatorianos quienes mostraron una fuerte presencia. El Perú se encuentra en medio de ambas estados y será inevitable que el radicalismo indio campesino le afecte. La guerra contra el senderismo ha afectado inicialmente el brote de movimientos indios en el Perú, pero el hecho que ya no exista el 'peligro terrorista' y el desgaste del nuevo gobierno (el mismo que ha incentivado una suerte de nacionalismo cholo) podrá coadyudar al surgimiento de nuevos movimientos de protesta campesina. Bolivia está rodeada por una Argentina en recesión y crónicamente golpeada por masivos movimientos de protesta, mientras que en Brasil viene creciendo la opción electoral del partido de los Trabajadores, el mismo que deberá hacer frente a los reclamos de tierra y derechos indios que patrocina el poderoso Movimiento de los Sin Tierra, en caso de ganar los comicios a fines de este año. Mientras tanto la agudización de la guerra colombiana y la intervención estadounidense servirá de foco de desestabilización regional. El MAS llama a formar un vasto movimiento anti-globalizante en el continente y el MIP está por formar un partido pan-indio que levante a las poblaciones originarias desde Alaska hasta Patagonia. Para los marxistas tradicionales estos partidos harán bien en patrocinar movilizaciones pero estarán condenados a reptir la historia de otros movimientos que acabaron reabsorvidos por el sistema. Para quienes quieren estabilizar la democracia de mercado en Bolivia la alternativa sería ir haciendo algunas consecciones en materia de multi-culturalidad, soberanía nacional, tierra y compensación por los cultivos de coca a fin de ir dividiendo o acoplando a los partidos indianistas. |