Ponen en TV2, creo que los domingos por la noche, un programa nuevo
que dirige un antropólogo al cual le han puesto el desafortunado
título de "Los últimos indígenas".
Yo me pregunto ¿ porqué los últimos?. ¿Tal
vez porque el resto de los indígenas han preferido apuntarse
al carro de la modernidad globalizante?. ¿Es que han elegido,
quizás, dejar de ser indígenas porque no está
de moda usar el "taparrabos"?. Será este título
un reclamo publicitario de turismo que anuncia una oferta para visitar
a los seres "pintorescos" que quedan en el planeta?. ¿Quieren,
por alguna misteriosa razón, hacernos creer que son los "últimos"
y que ya no hay solución para resolver sus males?. Tal vez
en el peor de los casos es que lo de los "últimos"
posiblemente tenga que ver con el ordenamiento de los seres humanos
según su categoría y a los indígenas les ha tocado
acomodarse en el vagón de cola.
En cualquier caso decir "Los últimos indígenas"
es poco o nada esplicativo para expresar la gravísima aniquilación
de culturas que a un paso alarmantemente acelerado se está
produciendo en las últimas décadas, aunque los genocidios
o apisonamiento de culturas tengan su origen en lejanos acontecimientos
históricos. Está claro que si son los "últimos"
por alguna causa o razón será.
Asistimos comodamante como espectadores para consumir una moda más.
Programas de televisión, reportajes en prensa escrita, internet,
viajes organizados nos muestran a "ecoindios" dando "ecobotes"
y protagonizando extraordianrias rarezas, todos ellos pertenecientes
a exóticas y curiosas etnias. Con ello nos hacen creer que
somos seres privilegiados que pedemos conte,plar el "espectáculo"
de como subsisten los "últimos indígenas".
¡ Corran y vean que son los "últimos"!. Per
nadie nos explica las razones de tan caótica extinción.
Yo personalmente no creo que las culturas indígenas que han
sobrevivido manteniendo un apreciable estado de buenea salud de sus
señas de identidad sean los últimos o los primeros,
sino que simplemente son los que "quedan, los que "existen"
y eso es lo verdaderamente importante.
Son los que quedan o existen después de las conquistas, las
exploraciones, las colonizaciones, las evangelizaciones, la violencia
de todo tipo desencadenada contra ellos,las expropiaciones de sus
tierras, las depredaciones de sus bosques, las contaminaciones de
sus rios y de sus atmósferas, la eliminación de sus
medios de subsistencia, de usarlos como esclavos, de explotarlos a
cambio de salarios irrisorios, de venderlos a los turistas por ser
"pintorescos", de ser asaltados por organizaciones cooperantes
que les imponen un nuevo tipo de colonialismo y de dependencia, de
los gobiernos corruptos y totalitarios o falsos demócratas.
Todo ello en aras de la civilización y el progreso de nuestra
bienpensante cultura occidental.
Los indígenas que han intentado seguir viviendo según
sus pautas al mismo tiempo que el mundo neoliberal impone sus métodos
y criterios en el planeta han quedado olvidados, ignorados, relegados
a la categoría de "salvajes" porque no son interesantes
en el universo mercantil donde el valor que otorga las categorías
viene dado por la capacidad de comprar o vender.
Si los indígenas no sirven en los circuitos del mercado universal
es mucho mejor para el sistema que se extingan, eso si, conservando
los restos de sus culturas con fósiles o piezas de museo, esto
siempre aparentará ser una labor cultural encomiable politicamante
correcta.
Tal vez sea esta la labor de algunos antrpólogos del estblishment
que visitan a las tribus con el animo de clasificarlas para el museo,
explicarnos sus vidas como la de curiosos animalillos o plantas que
un dia existieron y en cualquier caso firmar cientificamante su apta
de dfunción.
Es importante desmontar esta visión aniquiladora, urge empezar
a gritar a los cuatro vientos que más del 90% de las culturas
del planeta pertenecen al universo de los indígenas, que lo
de los "últimos" es una falacia porque son muchos
millones de seres en todo el mundo. Si nos fijamos en el mapa de la
geografía humana de la Tierra salta a la vista que en Africa,
América del Norte, America latina, Asia, Oceanía e incluso
Europa existen gran cantidad de poblaciones que pertenecen a minorias
étnicas que suman millones y millones de seres hu,anos a los
que se pretende ignorar en el proceso de la globalización y
cuyo destino, según los globalizadores es el de la extinción
al no tener cabida en sus salvajes (de verdad) planes del desarrollo
neoliberal.
Decir que son los "ultimos indígenas" es resignarse
socialmente ante su pobreza, miseria, enfermedades, enagenación
de sus tierras y a la condena de la desaparición. Exista otra
globalización diferente a la de los poderosos, es la globalización
de los derechos humanos, la globalización de la distribución
justa y equitativa de la riqueza , la globalización de un desarrollo
respetuoso con las personas y con la naturaleza, de la tecnología
al servicio de la humanidad asumida e integrada según los diferentes
parámetros de cada cultura, la globalización de democracias
auténticas en las que los pueblos decidan por si mismos sus
propios destinos.
cada cultura, cada pueblo en peligro de extinción es un peligro
extensible a toda la humanidad porque es la humanidad entera la que
corre el peligro de perder el patrimonio más apreciado que
posee, el de la creatividad humana, la memoria histórica, las
señas de nuestra propia identidad. esto es precisamante el
más alto valor que nos pueden enseñar las culturas indígenas
que "quedan", es decir, la dignidad de ser nosotros mismos
frente a la aniquiladora maquinaria del pensamiento único,
uniformante y alienante.
Hay otra versión antropológica más humana y acertada
que la meramante inventarial o clasificadora. Esta visión trata
de explicar el valor igualitario de todas las culturas, que es independiente
del grado de desarrollo tecnológico, la necesidad del conocimiento
y de la aproximación intercultural desde el más escrupuloso
respeto para derribar las barreras paletas de los etnocentrismos y
consecuentemente del racismo y de la xenofobia; la comprensión
de la Historia bajo el punto de vista de la Historia de las Sociedades
por encima de la Historia de las Naciones o de los Estados.
Esta antropología nos conduce a que sintamos solidariamente
el patrimonio cultural de la humanidad en la defensa de las culturas
indígenas que "quedan" o "existen" con
la esperanza puesta en su reproducción y pervivencia. A que
de una vez ocupen el lugar que les corresponde, con todos los derechos,
en la realidad social y política de sus respectivos paises
incluyéndolos con todos sus bagajes culturales, su propia cosmogonía
y modelos de organización social. Al desarollo social, económico
y humano de las culturas desde ellas mismas luchando para evitar que
agentes históricos externos quiebren una vez más el
propio desarrollo autóctono de los pueblos.