Derechos
para Tod@s
Murcia era un encierro
y nuestra preocupación fundamental era el cómo hacer
frente a una necesaria solidaridad urgente y eficiente con l@s compañer@s
que en uno y otro pueblo murciano (cómo posteriormente en València
y Barcelona), se encerraban y luchaban día a día por
tirar abajo la Ley de extranjería y conseguir hacer realidad
la reivindicación de "Papeles para todos y todas".
Así llegamos a una reunión el pasado día 16 de
Enero en la sede de la Asociación Rumiñahui, a la que
fuímos invitad@s por una de las asociaciones integrantes de
"Papeles para Todos". En ella, l@s Rumiñahui plantearon
un encierro, con poco éxito inicial, pués la única
organización de las presentes ese día que estuvo de
acuerdo en ello fue Derechos para Tod@s. Para nuestra sorpresa aparecieron
propuestas del tipo de "fletar un autobús para Lorca y
apoyar a l@s encerrad@s, planteando su salida dignamente ..."
y otras, pero lo del encierro en general no lo veían.
La única propuesta de lucha sobre la mesa era la de esa asociación
hispano-ecuatoriana ..., y no sin una cierta sorpresa, puesto que
la información que nos habían transmitido sobre su intervención
en estos temas, no era muy coincidente con lo que pensamos nosotr@s.
Pero era tiempo de actúar y allí estabámos el
día 17 por la noche en el Colegio Mayor Chaminade un grupo
de un@s 30 emigrantes ecuatorianos, y también argentinos, panameños
y marroquíes.
Y conseguimos entre tod@s el generar solidaridad activa y solidaridades
más amplias, como así ocurrió. Aparecieron por
el encierro, además de multiples gentes independientes, militantes
de todo el arco social, desde el más moderado hasta el más
radical.
El efecto inicial que pretendíamos con el encierro, el primero
fuera de Murcia, pensamos que se cubrió pués el efecto
medíatico y de repercusión social de un encierro que
fue protagonizado por emigrantes sin papeles y que solidarizó
e implicó a casi toda la expresión pública madrileña
contraria a la Ley de Extranjería fue enorme.
Obviamente también
creémos que tendríamos que haber seguido hacia adelante,
en un encierro indefinido, pero lo cierto es que much@s de l@s compañer@s
encerrad@s tenían cierto miedo por su situación sin
papeles, miedo aumentado por otras personas del entorno y también
de fuera del encierro ..., y en esa situación era difícil
otra salida que la del día 23: ya con la Ley de Extranjería
puesta en marcha.
Pero, en cualquier
caso, la sociedad madrileña se levantó un día
18 de Enero con un encierro que la despertó más de su
aletargamiento y conformismo ante una Ley que ha generado 200.000
desaparecid@s. Y las coincidencias o diferencias que tuvieran las
gentes que compartían ese pequeño lugar del Chaminade,
jugaron un papel de segundo orden..., mejor dicho: no jugaron ningún
papel.
El día 23 y con una salida emotiva y simbólicamente
impresionante (organizada maravillosamente bien por l@s compañer@s
del Movimiento de Resistencia Global) terminó el primer encierro
en Madrid y se abrieron las perspectivas para otras muchas luchas
más que han venido después.
Entre las paredes y sillas del Colegio Mayor Chaminade quedaba marcado
para siempre un impulso irrefrenable: nunca más la desigualdad,
la injusticia, la marginación o el racismo. Y dos días
después, el 25 de Enero, el Ateneo de Madrid rebosaba de emigrantes
y gentes solidarias que se encontraron para compartir solidaridad,
lucha y emoción con Jenny Loor y Narcisa Pijal,
emigrantes ecuatorianas en Lorca y Madrid, con los marroquíes
Mohamed Mrabet (miembro de ODITE de Granada) e Isam Al Asad
y con David Hernández, miembro de la Plataforma de la
Inmigración de Molina de Segura, junto con el director de cine
Juan Antonio Bardem. Tod@s ell@s presentad@s por Mónica
Mausque, miembro de Derechos para Tod@s y portavoz de l@s encerrad@s
en el C.M. Chaminade.
El acto convocado por Derechos para Tod@s y ODITE reflejó mediante
sus intervenciones, preguntas, masiva presencia, pero también
a través de su emoción (a veces ni siquiera contenida),
la fuerza social y humana que emergió en Murcia, pero que ya
empieza a atravesar todo el país.
Seguro que nos quedan
muchos días de sacrificio, sinsabores y momentos duros, pero
también es seguro que, más temprano que tarde, conseguirémos
lo que es justo: echar fuera la Ley de extranjería y conseguir
papeles para todos y todas.
Mientras, otros muros y otras paredes nos esperan hasta la victoria.