REFUGIADOS
DE LA GLOBALIZACIÓN
A. Sivanandan,
Institute of Race Relations- London (Traducción para Rebelión.org,
de María Luján)
La distinción
entre refugiados políticos y migrantes económicos es falsa
- susceptible de diferentes interpretaciones en tiempos diferentes. Occidente
es totalmente feliz de tomar migrantes económicos si son hombres
de empresa (con el requisito de 250.000 libras esterlinas), profesionales
o técnicos. Necesita gente altamente capacitada, y preferentemente
listos. Occidente da la bienvenida a los magos del computer del "sillicon
valley" de Bangalore pero no quiere gente perseguida de Sri Lanka
o de Punjab. Es a ellos que llama migrantes económicos - con todas
las connotaciones de mendicantes y aprovechadores -.
Del Capitalismo Industrial al Capitalismo Global
Occidente no necesita, como en la era de postguerra, una reserva de trabajo
- no especializadaa sus puertas. Como las economías variaron de
la era del capitalismo industrial a la era del capitalismo global, las
empresas trasladaron sus plantas a otros países buscando la fuerza
de trabajo no calificada al más bajo costo posible. Pero donde
ellos todavía necesitan trabajo no calificado en el mercado interno
- en la agricultura estacional y en el fluido sector de servicios - aún
requieren ese tipo de trabajo temporario y barato. Los sin derechos y
los ilegales les encajan con precisión.
Irónicamente, es también la globalización, con su
demanda de mercados libres y desregulación de las condiciones de
comercio, lo que está erosionando la distinción entre lo
político y lo económico en todo el mundo. El estado-nación,
particularmente en el Tercer Mundo y en el Este, es el agente del capital
global. Es el capital el que decide qué producir, dónde,
qué cultivar, dónde y cómo. Y, a través de
su ayuda y de las agencias de desarrollo como el Banco Mundial y el FMI
y los acuerdos de convenio internacional (Gatt y Nafta) y las instituciones
como la OMC, mantiene a los más pobres regímenes agarrados,
e insisten que acepten medidas de austeridad, a través de los llamados
Programas de Ajuste Estructural que dicta drásticos recortes en
el gasto público, para sacarlos de la bancarrota.
El resultado es la pauperización masiva, la erosión educativa,
del bienestar social, el fin del perfeccionamiento y de las empresas.
No hay simplemente posibilidad de crecimiento autóctono, no hay
futuro que no sea atado a los poderes extranjeros y al capital extranjero.
Por consiguiente, la resistencia a la inmiseración económica
es inseparable de la resistencia a la persecución política.
El migrante económico es también el refugiado político.
Es un orden mundial totalmente diferente del que dió orígen
a la definición de refugiado en la Convención de las Naciones
Unidas de 1951. En ese momento, el refugiado político era definido
de acuerdo a los términos de la vergüenza originada por la
aniquilación de judíos en Europa y del miedo engendrado
por el comunismo totalitario. Pero, ya una nueva categoría de refugiados
políticos estaba emergiendo en los estados independientes, en las
ex - colonias.
Colonialismo
y Refugiados
Durante el período colonial, Gran Bretaña había colapsado
diversas tribus, nacionalidades, grupos étnicos y otras entidades
geográficas en estados unitarios para el propósito de facilitar
más la administración y la explotación económica.
En la primera oleada de Independencia, estos países, gobernados
por gobiernos nacionalistas progresistas intentaron políticas económicas
con las que esperaban alcanzar auto-suficiencia, educación formal
y capacitación que favorecería las aspiraciones nacionales.
Pero el proyecto neo-colonial occidental empezó a desplazar el
desarrollo económico nacional, el nacionalismo que había
dado coherencia al estado desde la Independencia dió lugar a divisiones
étnicas y comunales, y los gobiernos empezaron a usar las trampas
democráticas, especialmente el sistema electoral, para establecer
estados autoritarios que sistemáticamente discriminaban y perseguían
los grupos minoritarios tales como los Ibos en Nigeria, los Tamils en
Ceylan y los asiáticos en Kenia y en Uganda.
Al inicio, estos refugiados perseguidos políticamente eran económicamente
"invisibles". En la inmediata postguerra de los años
50 y 60, cuando Gran Bretaña necesitaba toda la fuerza de trabajo
a mano, no hacía distinción entre migrantes económicos
y refugiados políticos. No importaba si los Punjabis escapaban
de la Partición, lo que importaba era que las fábricas de
Southall necesitaban su trabajo.
Refugiados políticos y migrantes económicos eran todo lo
mismo: eran fuerza de trabajo. Pero, cuando Gran Bretaña comenzó
a encontrar cada vez menos fuerza de trabajo, empezó a cerrarse,
las solicitudes de los perseguidos comenzaron a ser medidas con la vara
del pragmatismo.
"Británico", "extranjero", "político",
"económico", "falso", de "buena fe";
los gobiernos eligen la terminología según les convenga
para sus propósitos económicos, políticos o ideológicos.
L@s Roma
(Gitan@s). L@s Parias de Europa
Nada esclarece más esta situación que el ejemplo contemporáneo
de los Roma de Europa del Este. En muchos sentidos, su experiencia en
los países del ex imperio soviético medio siglo atrás
es paralelo al de una minoría desplazada de los países independizados
del Imperio Británico.
Durante la era comunista de centralización, las culturas minoritarias
y las diferencias étnicas fueron suprimidas. Los Roma, aunque no
se les autorizara la expresión cultural y la libertad de movimiento,
eran al menos parte de la ciudadanía - quizás una subclase,
pero parte del sistema-. Con el colapso del comunismo, se convirtieron
en parias en todos los lados, sin empleo, sin acceso a plenos derechos,
discriminados por las agencias del Estado y perseguidos por un terror
populista racista.
Tomando en cuenta cualquier aspecto - étnico, racial, económico,
político - los Roma son un grupo perseguido como lo fueron los
judíos antes. Pero, cuando ellos buscan refugio en Europa occidental,
nosotros los rechazamos por la misma razón que causa que huyan
de sus países en primer lugar - que su cultura y filosofía
no es aceptada por la sociedad europea -. Una vez
fueron la subclase del comunismo totalitario, hoy son los parias de la
democracia occidental.
¿Vida o sustento?
Igualmente, los refugiados que vienen de los Balcanes son los que fueron
desplazados por la guerra, la indiscriminada devastación de su
país los ha llevado al desplazamiento, la elección para
aquellos que enfrentaron el genocidio parece ser o la vida o el sustento,
pero no ambos.
Si ellos logran salir vivos y venir aquí, se les niega el sustento,
se les niega la dignidad del trabajo, y son estigmatizados como mendigos
y parásitos, señalados esta vez no por el color de su piel
sino por el valor de sus vouchers.
Mientras el capitalismo global se desparrama como una mancha de petróleo
por el mundo y las rivalidades ideológicas de la Guerra Fría
colapsaron, los estados nación sea en las colonias "negras"
del Tercer Mundo y en las colonias "rojas" del bloque del este
han comenzado a romperse.
Mientras gigantes corporaciones, más ricas que enteros continentes
y más poderosas que las naciones estado, tratan de cohesionar económicamente
al mundo, más y más gente está siendo desplazada
de sus países y de sus hogares. Algunos países están
siendo devastados económicamente, en otros hay genocidios; algunos
países tienen guerras comunales al viejo estilo, en otros nuevos
racismos se desencadenan.
Categorías económicas y políticas han colapsado,
la cultura está homogeneizando el mundo, crecientemente los valores
que se viven son los valores del mercado.
La globalización reduce toda la actividad humana al binario de
comprar y vender, y comercializa las relaciones humanas. Así juzgamos
nuestros deberes y responsabilidades hacia los otros no por lo que se
les debe a ellos, sino por lo que nos cuesta a nosotros. Incluso, las
guerras en que entramos para preservar la civilización de descender
en la barbarie son guerras despersonalizadas que no nos atañen
personalmente. No exponemos nuestras vidas en el frente por los valores
que sostenemos. De allì que las víctimas de la guerra no
son- ni siquiera como extensión de nuestros valores por los que
luchamos - de nuestra incumbencia.
A favor de
los solicitantes de Asilo - Contra la globalización
La globalización fragmenta nuestra conciencia y nos arroja a muchas
individualidades, de tópicos únicos, que podrían
traer una mínima reforma, pero ningún cambio radical.
Es esencial que veamos como cada hecho - sea contra el racismo institucional,
las leyes de asilo, la venta de armas, la desigualdad en las relaciones
comerciales - conecta con la otra en el marco de la campaña contra
la globalización. Así, aunque acordemos con los liberistas
del mercado que a los solicitantes de asilo habría que permitirles
trabajar, no lo hacemos porque un mercado de trabajo libre es un imperativo
del mercado, sino porque en primer lugar la globalización los deprivó
de su sustento.
Nuestra lucha debe ser por los solicitantes de asilo y por consiguiente
contra la globalización.
Por lo mismo, cualquier convención de derechos humanos que no garantice
a los solicitantes de asilo el sustento, es irrelevante a la condición
de nuestro tiempo.
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