CAMPAÑA
REPRESIVA CONTRA EL AUTOCULTIVO DE CANNABIS
Asociación
Madrileña de Estudios sobre el Cannabis
Tod@s conocemos las ya tradicionales multas con las que la Administración
reprime la tenencia y el consumo de cannabis (que por cierto, la suma
total de las sanciones propuestas por las distintas policías del
estado supera con mucho los cálculos más pesimistas: más
de 112.000 denuncias en 2001 ). Para este año la cifra será
aún mayor (tan sólo en julio de 2002 han calzado otras 11.000
gracias a un plan especial de control en las zonas turísticas.
Sin embargo la represión va aún más allá.
A partir de este verano, los fiscales antidroga han comenzado a procesar,
por delito contra la salud pública, a todos los cultivadores de
marihuana que han pescado. Antes este procedimiento se reservaba para
gente a la que se pillaba con muchos kilos encima, pero ahora se aplica
con todo el mundo (para sorpresa de los propios maderos o pikoletos que
partician en los allanamientos). Evidentemente, el 95% de la gente encausada
no llega siquiera a sufrir un juicio oral, pero los meses de preocupaciones
agobios y líos de abogados están asegurados (eso por no
hablar del drama que supone para aquella gente que recibe becas o subvenciones
-está claro que siempre pringan los más débiles).
La jugada a tres bandas (multas y cultivo) se cierra con la ofensiva desencadenada
contra los grow-shops. Registros sin estar los dueños presentes,
identificaciones dudosas... Desde que en abril de este año la Agencia
Antidroga de la Comunidad de Madrid se incautó de un peligroso
alijo de piruletas con sabor a cáñamo, diversas tiendas
han sufrido los más variados acosos. En algún caso han venido
funcionarios de Alimentación para requisar gominolas y caramelos,
en otros los de Agricultura para llevarse abonos u hormonas de crecimiento
e incluso los de Sanidad para requisar unos peligrosísimos ¡¡botes
de gel para el cuerpo y champú para el cabello!! hecho con esencia
de cannabis. Increíble y kafkiano. El objeto de todo esto no es
más que acojonar a los propietarios de las tiendas que están
abiertas y de paso disuadir a quienes estén pensando abrir alguna.
|