Plan
Colombia
UN PROYECTO INTEGRAL DE DOMINACIÓN
Declaración
de Presentes
por el Socialismo
Con la globalización
capitalista transnacional, quien atraiga a los capitales circulantes
o controle política y militarmente las nuevas áreas de
inversión, es el ganador de cada guerra, económica y/o
militar. Quien asegure su zona de influencia por una permanente acción
de dominación política y presión, logrará
imponer también el modelo económico -en Colombia el Plan
Nacional de Desarrollo- que permite garantizar la tasa de retorno con
bajo riesgos de la inversión extranjera. Además, en caso
de necesidad de acciones militares destructivas sobre la infraestructura
del país agredido de turno, es quien determina el escenario de
la reconstrucción. Las guerras son útiles, "justas", en
tanto abran nuevos mercados, e indeseables si los cierran o limitan.
Frente a quienes consideran
que ya no existe imperialismo o en la forma que quieran llamarlo, debemos
decir que asistimos a la mas grave agresión imperialista que
haya sufrido Sudamérica y Colombia en toda su historia
Con la aprobación
por el Congreso de Estados Unidos del mal llamado Plan Colombia, el
conflicto social y armado colombiano, pasa a primer plano en el escenario
mundial. La posibilidad de una mayor ingerencia hasta llegar a la invasión
por parte de Estados Unidos, es una realidad. El Plan Colombia busca
centrar falsamente el problema alrededor del tema de los narcocultivos,
minimizando las demás partes del proceso. Esto es lo que le permite
utilizar su apoyo militar como pantalla para golpear a la insurgencia
y de paso tratar de paralizar y aislar al movimiento social.
El hecho de que el llamado
Plan Colombia se haya tornado tema de la disputa interna de las presidenciales
norteamericanas demuestra su importancia pero también explica
las dificultades que tienen para imponerlo frente a las prevenciones
de sus electores. El factor determinante de este nuevo paso ingerencista
es su carácter de acción escarmentadora de dominación
hacia todo país del tercer mundo y de América Latina,
pero en particular va dirigido a amedrentar a los pueblos y gobiernos
del área andina donde se concentran gobiernos nacionalistas,
como el de Venezuela, indígenas, trabajadores y pobladores que
insurgen masivamente contra el neoliberalismo, como en Ecuador, y a
insurgentes armados que en Colombia pelean aun en nombre de la revolución
socialista, aunque esto último no este tan claro como en el pasado,
junto a un movimiento sindical y social que no se doblega y se eleva
como sujeto político.
El Plan tiene implicaciones
militares, económicas, sociales, políticas, ambientales
y territoriales. Persigue una clara delimitación de áreas
de influencia frente a los imperialismos europeos, en la disputa por
las riquezas bionergéticas y estratégicas de la región,
asignándoles a los mismos sólo ayudas económicas
destinadas a equilibrar la macroeconomía, cubrir los gastos del
pago de la deuda pública y privada, y sobretodo en el trabajo
"humanitario" frente a los desplazados por la acción guerrera.
Su columna vertebral parte priorizar la seguridad nacional de Estados
Unidos por encima de cualquier otra seguridad nacional. En nombre de
ella se pueden desconocer las cláusulas de derechos humanos impuestas
por los sectores progresistas de Estados Unidos y multiplicar el numero
de soldados y mercenarios que ya intervienen. La seguridad nacional
de Estados Unidos se torna internacional y cubre a toda América
como un territorio bajo su tutoría imperial. Es el desconocimiento
total de cualquier soberanía nacional continental, sobre los
temas en conflicto que puedan afectar a los Estados Unidos.
Somete el control económico
que se realiza a través de las transnacionales y que esperan
completarlo en el 2005 con la integración de todos los países
latinoamericanos al acuerdo de libre comercio americano, ALCA, a una
"integración" político militar previa. Se pretende eliminar
toda posibilidad de decisiones autónomas nacionales y menos aún
populares.
Es el primer caso que
en medio de negociaciones de paz, Estados Unidos mantiene y multiplica
su ayuda militar. Lo que indica que no están pensando en negociaciones
a corto plazo, sino en cómo cambiar en el escenario militar la
correlación de fuerzas. Esto explica por qué aceptó
Pastrana el negociar en medio del conflicto armado. Y lo hacen con un
accionar militar supuestamente quirúrgico, que lleva a que sean
muchos más los civiles caídos en los bombardeos indiscriminados,
que los mismos contradictores armados.
Los derechos humanos son inicialmente esgrimidos como bandera justificatoria,
para luego, cuando se agudice la violación indiscriminada, silenciar
a sus defensores, como hicieron en El Salvador y Guatemala. Esto explica
y preanuncia los golpes sufridos por las instituciones de derechos humanos
en Colombia, así como la derechización de la Iglesia Católica
sobre el tema, la cual ya se apuntó la asignación de los
recursos destinados a la coptación de ONGs que ejecuten la ayuda
"humanitaria" sobre los nuevos millones de desplazados. Sin embargo
no es todavía claro el compromiso de la Comunidad Europea luego
del fracaso de la Mesa de Donantes bajo la presión de sus sindicatos
y ONG de Derechos Humanos
La diferencia con otras
intervenciones norteamericanas es que está utiliza la presión
militar no sólo para golpear a la guerrilla y a los grandes carteles
del narcotráfico, sino para terminar de aplicar el Plan de ajuste
ordenado por el FMI. El Plan Colombia combina la acción militar
contrainsurgente y antinarcóticos, con la intención de
imponer las contrarreformas parlamentarias que acaben con la educación
y la salud pública gratuita, los regímenes pensionales
solidarios, más la contrarreforma de la Constitución del
91. Busca garantizar una nueva legalidad proclive a la venta de la biodiversidad,
la privatización de las carreteras y ríos, la explotación,
sin ningún criterio de sostenibilidad medio ambiental, de los
recursos energéticos, unido a la negación de los derechos
territoriales concedidos a los pueblos indígenas. Facilitar la
contrarreforma política vía Referendo y el autoritarismo
centralista presidencial, que termine de completar en un nuevo ordenamiento
y sometimiento de las regiones, todo al servicio de reducir los costos
que deba afrontar la inversión extranjera y garantizar el pago
de la deuda externa.
Los
bandazos del gobierno Pastrana
Como es de esperar, el
Plan Colombia atenta contra el desarrollo de las negociaciones en el
Caguán, por lo cual el gobierno necesita cambiar el factor de
consenso social que le entrega gobernabilidad (dominación de
los gobernantes sobre los gobernados). Como hablar de paz no tendrá
presentación, Pastrana intentó reconstruir su credibilidad
con la lucha contra la corrupción del Congreso. Pero no contaba
que la dureza de la confrontación entre tecnócratas y
clientelistas en el seno del bipartidismo, fuea sacando a luz el compromiso
del mismo gobierno con la corrupción, lo que derrumbo su aspiración
de combinar la acción militar del Plan Colombia, con el autoritarismo
plebiscitario presidencial.
Sin rumbo por varios meses,
hoy inventan un supuesto Gran Acuerdo Nacional, al que se le prestan
abiertamente los neoliberales del gavirismo, los reaccionarios de Uribe
Velez , la iglesia y contando con el apoyo velado de López y
Turbay. Con esta nueva pero muy transitoria pantalla, terminan arrastrando
-con el ofrecimiento del Ministerio del Trabajo- a la mayoría
de la dirección del naciente Partido del Socialismo Democrático,
quienes pierden así la confianza en la construcción estratégica
del Frente Social y Político. En una acción a dos bandas
abortan un nuevo intento de construir un real partido socialdemócrata
que trabaje sobre el sentir de las capas medias, y sobretodo generan
confusión al interior del Frente. Afortunadamente el proceso
del Frente es más sólido de lo que aparenta, y el resultado
ha sido el aceleramiento de su proceso de construcción para impedir
estos comportamientos ambiguos.
El
Paro Cívico Nacional
Pastrana se enfrenta el
inicio de la peor fase de la guerra con muy pocas cartas a su favor.
Una frágil negociación con el ELN, donde su desarrollo
depende de una negociación paralela con el paramilitarismo. Una
más frágil situación con el proceso del Caguán
la cual se agravará a medida que vaya llegando las nuevas tecnologías
de la guerra aportada por el Plan Colombia. Una fuerte presión
del FMI para terminar de ajustar la política tributaria, imponer
la contrarreforma laboral, recortar y privatizar la seguridad social
y acabar gran parte de las transferencias territoriales . Una fuerte
crisis en la construcción que se traslada a las corporaciones
financieras. Una continuación de la recesión productiva,
ya expresada en más crisis financiera, más quiebra de
bancos, como lo anuncia el derrumbe de Interbanco, propiedad de los
Carvajal e industriales del Valle.
Para los crecientes desempleados,
para los trabajadores y todos los condenados por la globalización
neoliberal, para los desplazados por la degradación y agudización
de la guerra condenados a los tugurios y calles de las ciudades, la
única alternativa es la resistencia activa. El Paro Cívico
Nacional que convocan las tres Centrales y decenas de organizaciones
sociales populares agrupados en el Comando Nacional Unitario, es el
camino de lucha inmediato para desenmascarar este falso acuerdo nacional.
Allí se concentrarán los innumerables paros, tomas y movilizaciones
que a diario estallan por todo el país para ir desarrollando
un Plan de Lucha y una acción política combativa destinada
a doblar el curso reaccionario y guerrerista que tenemos por delante.
Presentes Por el Socialismo
es una organización revolucionaria de Colombia, integrante del
Foro de Sao Paulo.
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