Si
cayó el Muro de Berlín, ¡caerá la verja de
Vieques!
Daniel Ramírez/"BREL
en línea", www.bandera.org
(San Juán de Puerto Rico. Mayo de 2001)
Es bien sabido que las pasadas
maniobras de la Marina en Vieques del viernes 27 al martes 1 de mayo fueron
interrumpidas por más de cien desobedientes civiles, que incluso
estuvieron en el Área de Tiro arriesgando su vida. Entre estos
se destacó el recién electo alcalde de Vieques, Damaso Serrano.
Este esfuerzo sorprendente frente a los grandes recursos de la Marina
y el Gobierno Federal partió de la labor sacrificada y decidida
de cientos de viequenses, sobretodo jóvenes, que cortaron y derribaron
verjas, y llevaron a los desobedientes hasta el Área de Tiro, atravesando
los dispositivos de seguridad. Esta jornada fue un paso gigantesco de
los viequenses y de todos los puertorriqueños por derribar el Muro
de Berlín que los encierra en una tercera parte de la isla.
La desobediencia civil fue un éxito. Cada día, del viernes
al martes, las maniobras fueron interrumpidas varias veces, a pesar de
que la Marina no tuvo reparos en bombardear sabiendo que habían
seres humanos en el campo de tiro. Alegando un súbito gesto de
respeto a la religiosidad puertorriqueña, suspendieron las maniobras
el domingo, día de la beatificación de Carlos Rodríguez.
Su hipocresía era evidente puesto que habían anunciado las
maniobras el pasado Jueves Santo. Además el sábado por la
noche no tuvieron reparo en lanzarle gases lacrimógenos al Reverendo
Wilfredo Estrada, mientras mediaba con la policía militar en la
verja frente a la entrada del Campamento García. El día
antes, el viernes, le habían disparado con perdigones al párroco
católico de Vieques, Nelson López.
Desde el viernes los "US Marshalls" (alguaciles federales) y
la fuerza de choque de la Marina se mantuvieron agrediendo con rifles
de perdigones y balas de goma, gases lacrimógenos y lanzadores
de gas pimienta a cientos de civiles desarmados en el área civil,
incluso a niños que transitaban con sus padres en la carretera.
Los gases también afectaron a Pierre Vivoni, el Superintendente,
y al cuerpo de policías que allí se encontraban.
La rabia de los agentes federales de Estados Unidos fue causada por la
exitosa y repetida entrada de los desobedientes por tierra y por mar,
por la interrupción de las maniobras, y porque la verja de la Base
fue derribada por cientos de metros el viernes, el sábado y otra
vez el domingo, en una actividad en la que participaron cientos de personas,
en su mayoría jóvenes viequenses. Obviamente, frente a las
cámaras de video de la Marina estos manifestantes recurrieron a
cubrir sus rostros, ya que a diferencia de los desobedientes en sí,
su objetivo no es buscar el arresto, sino facilitar el acceso por tierra
a los mismos desobedientes y derribar el símbolo de la imposición
militar.
Además cientos de personas participaron en piquetes frente al portón
del viernes al martes por la noche. Atentando contra su derecho a la libre
expresión, los alguaciles federales y la Marina se dedicaron también
a lanzarles gases.
Los viequenses tras sesenta años de ocupación, bombardeo
y contaminación por la Marina están luchando por la liberación
de la Isla Nena. Como un gran triunfo de una lucha de décadas,
y sobretodo de los últimos dos años, el martes 1º de
mayo la Marina tuvo que abandonar la mayor parte del área que ocupaba
en el lado oeste. Este es sólo el comienzo, la verja de alambre
de púas y serpentina es el muro que sostiene su ocupación
del Área Este. Como las Murallas de Jericó este muro no
se caerá solo.
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