SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE URANIO EMPOBRECIDO
GIJÓN, 26 Y 27 DE NOVIEMBRE DE 2000
Presentación: ¿Qué
es el uranio empobrecido?
Mensaje de Ramsey Clark al Seminario
Llamamiento internacional para la prohibición
del uso de armamento con uranio empobrecido
Programa del Seminario
Declaración final
¿QUÉ
ES EL URANIO EMPOBRECIDO?
El uranio empobrecido es un residuo obtenido de la producción
del combustible destinado a los reactores nucleares y las bombas atómicas.
El material que se utiliza en la industria civil y militar nuclear es el
uranio U-235, que es el isótopo que puede ser fisionado. Como este
isótopo se encuentra en muy bajas proporciones en la naturaleza,
el mineral de uranio ha de ser enriquecido, es decir, ha de aumentarse industrialmente
su proporción de isótopo U-235. Este proceso produce gran
cantidad de desechos radiactivos de uranio empobrecido, así denominado
porque está compuesto principalmente por el otro isótopo de
uranio no fisionable, el U-238 y una mínima proporción del
U-235.
Desde 1977 la industria militar norteamericana emplea uranio empobrecido
para revestir munición convencional (artillería, tanques y
aviones), para proteger sus propios tanques, como contrapeso en aviones
y misiles Tomahawk, y como componente de aparatos de navegación.
Ello es debido a que el uranio empobrecido tiene unas características
que lo hacen muy atractivo para la tecnología militar: en primer
lugar, es extremadamente denso y pesado (1 cm3, pesa casi 19 gramos), de
tal manera que los proyectiles con cabeza de uranio empobrecido pueden perforar
el acero blindado de vehículos militares y edificios; en segundo
lugar, es un material pirofórico espontáneo, es decir, se
inflama al alcanzar su objetivo, generando tanto calor que provoca su explosión.
Después de más de 50 años de producción de
armas atómicas y de energía nuclear, EEUU tiene almacenadas
500.000 toneladas de uranio empobrecido, según datos oficiales. El
uranio empobrecido es también radiactivo y tiene una vida media de
4,5 mil millones de años. Por ello, estos desechos han de ser almacenados
de forma segura durante un período de tiempo indefinido, un procedimiento
extremadamente caro. Para ahorrar dinero y vaciar sus depósitos,
los Departamentos de Defensa y de Energía ceden gratis el uranio
empobrecido a las empresas de armamento nacionales y extranjeras. Además
de EEUU, países como Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia,
Grecia, Turquía, Israel, las monarquías del Golfo, Taiwan,
Corea del Sur, Pakistán o Japón compran o fabrican armas con
uranio empobrecido.
Cuando un proyectil impacta contra un objetivo el 70% de su revestimiento
de uranio empobrecido arde y se oxida, volatilizándose en micropartículas
altamente tóxicas y radiactivas. Estas partículas, al ser
tan pequeñas, pueden ser ingeridas o inhaladas tras quedar depositadas
en el suelo o al ser transportadas a kilómetros de distancia por
el aire, la cadena alimenticia o las aguas. Un informe técnico de
1995 del Ejército norteamericano señala que "si el uranio
empobrecido penetra en el cuerpo tiene la potencialidad de provocar graves
consecuencias médicas. El riesgo asociado es tanto químico
como radiológico". Depositados en los pulmones o los riñones,
el uranio 238 y los productos de su degradación (torio 234, protactinio
y otros isótopos de uranio) emiten radiaciones alfa y beta que provocan
muerte celular y mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años,
de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticas
en sus descendientes.
En sus 110.000 ataques aéreos contra Iraq, los aviones A-10 Warthog
de EEUU lanzaron 940.000 proyectiles con uranio empobrecido, y en la ofensiva
terrestre sus tanques M60, M1 y M1A1 dispararon otros 4.000 proyectiles
también revestidos de uranio. Se estima que en la zona hay 300 toneladas
métricas de desechos radiactivos, que podrían haber afectado
ya a 250.000 iraquíes. Tras la Guerra del Golfo, investigaciones
epidemiológicas iraquíes e internacionales han permitido asociar
la contaminación ambiental debida al empleo de este tipo de armas
con la aparición de nuevas enfermedades de muy difícil diagnóstico
(inmunodeficiencias graves, por ejemplo) y el aumento espectacular de malformaciones
congénitas y cáncer, tanto en la población iraquí
como entre varios miles de veteranos norteamericanos y británicos
y en sus hijos, cuadro clínico conocido como Síndrome de la
Guerra del Golfo. Síntomas similares al de la Guerra del Golfo se
han descrito entre un millar de niños residente en áreas de
la antigua Yugoslavia donde en 1996 la aviación norteamericana recurrió
también a bombas con uranio empobrecido, al igual que durante la
intervención de la OTAN contra la Federación Yugoslava de
1999.
Mensaje de Ramsey
Clark al Seminario Internacional "Uranio empobrecido: aspectos sanitarios,
ecológicos, legales y económicos del empleo de armamento radiactivo
convencional", a celebrar en Gijón, Asturias, los días
25 y 26 de noviembre de 2000
Queridos amigos, queridas amigas:
Quiero haceros llegar mi máxima solidaridad con vuestra importante
Conferencia Internacional sobre uranio empobrecido, así como mis
felicitaciones al Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
por haberla organizado. Desearía de todo corazón estar con
vosotros hoy para participar en el trabajo que estáis desarrollando
en el combate contra los peligros de las armas de uranio empobrecido. Pero
el Gobierno de EEUU está dando peligrosos pasos que amenazan con
provocar una gran guerra en otra área del Planeta. Estoy hablando
ahora de Colombia, en Sudamérica. Con los 1,3 millones de dólares
de la nueva ayuda militar presentada bajo el pretexto de la así llamada
"guerra contra el narcotráfico", Washington amenaza con
una versión para el siglo XXI de la Guerra de Vietnam. Otros miembros
del Centro de Acción Internacional y yo mismo nos encontramos en
una misión de evaluación viajando a las áreas de Colombia
bajo control de las fuerzas populares insurgentes.
Deseo presentaros aquí el llamamiento que nosotros elaboramos
en 1996 llamando a la prohibición de las armas de uranio empobrecido,
con las esperanza de que podáis incluirlo como parte de los resultados
de vuestra Conferencia.
Muchas gracias,
Ramsey Clark
Llamamiento internacional para la prohibición
del uso de armamento con uranio empobrecido.
Las armas de uranio empobrecido constituyen una inaceptable amenaza contra
la vida, una violación de la legislación internacional y un
atentado contra la dignidad humana. A fin de salvaguardar el futuro de la
Humanidad, hacemos un llamamiento internacional para la prohibición
de la investigación, fabricación, ensayo, transporte, posesión
y uso del uranio empobrecido con fines militares. Asimismo, llamamos al
aislamiento y contención de todas las armas y los desechos de uranio
empobrecido, la reclasificación del uranio empobrecido como una sustancia
radiactiva y peligrosa, la limpieza de las áreas actualmente contaminadas
con uranio empobrecido y el desarrollo de esfuerzos integrales para prevenir
la exposición humana así como el tratamiento médico
de aquellos que hayan sido ya expuestos al uranio empobrecido.
Durante la Guerra del Golfo, municiones y vehículos fabricados
con uranio empobrecido fueron empleados por primera vez en una acción
militar. Iraq y el norte de Kuwait fueron virtualmente un campo de pruebas
del armamento de uranio empobrecido. Más de 940.000 proyectiles de
30 milímetros de uranio empobrecido y "más de 14.000
de largo alcance fueron empleados en la Operación Tormenta del Desierto",
según el Instituto de Política Ambiental del Ejército
de EEUU.
Estas armas fueron empleadas en Iraq sin preocupación alguna por
las consecuencias de su uso sobre la salud y el medioambiente. Entre 300
y 800 toneladas de partículas y polvo de uranio empobrecido fueron
esparcidas sobre la tierra y las aguas de Kuwait, Arabia Saudí e
Iraq. Como resultado de ello, cientos de miles de personas, tanto civiles
como militares, han sufrido los efectos de la exposición a armas
radiactivas.
De los 697.000 combatientes estadounidenses que sirvieron en el Golfo,
más de 90.000 han señalado padecer problemas de salud. Los
síntomas incluyen disfunciones respiratorias, renales y hepáticas,
pérdida de memoria, dolores de cabeza, fiebre o baja presión
arterial, y se han detectado malformaciones congénitas entre sus
nacidos. El uranio empobrecido es el principal sospechoso de tales males.
Los efectos sobre la población residente en Iraq son aún mayores.
Bajo presión el Pentágono ha sido obligado a reconocer que
existe un Síndrome de la Guerra del Golfo, aunque sigue negando cualquier
asociación con el uranio empobrecido.
Poblaciones residentes cerca de plantas de fabricación y ensayo
de armas de uranio empobrecido, de bases y arsenales han sido también
expuestas a este material radiactivo cuya vida media en de 4,4 mil millones
de años. Armamento de uranio empobrecido ha sido igualmente desplegado
en Bosnia por las tropas de EEUU. La expansiva toxicidad del uranio empobrecido
amenaza la vida por doquier.
Las armas de uranio empobrecido no son armas convencionales. Son armas
altamente tóxicas y radiactivas. Toda le legislación internacional
sobre conflictos ha intentado limitar la violencia de los contendientes
y evitar el uso de armas crueles e indiscriminadas. Los acuerdos y convenciones
internacionales han procurado proteger a los civiles y a los no combatientes
del azote de la guerra y evitar la destrucción del medio ambiente
y de los suministros alimentarios a fin de salvaguardar la vida sobre la
Tierra.
Consecuentemente, las armas de uranio empobrecido violan la legislación
internacional debido a su inherente crueldad e ilimitados efectos mortíferos.
Amenazan a las poblaciones civiles ahora y durante generaciones futuras.
Son precisamente las armas y su uso que la legislación internacional,
incluida la Convención de Ginebra y sus Protocolos Adicionales de
1977, vienen prohibiendo desde hace más de un siglo.
DECLARACIÓN FINAL DEL SEMINARIO
Los participantes en el Seminario Internacional Uranio empobrecido: Aspectos
Sanitarios, ecológicos, legales y económicos del empleo de
armamento radiactivo convencional, convocado en Gijón, España,
los días 25 y 26 de noviembre del 2000 por el Comité de Solidaridad
con la Causa Árabe, en el marco del Campaña Estatal por el
Levantamiento de las Sanciones a Iraq (CELSI),
Habiendo sido informados del uso masivo, indiscriminado y premeditado
de armamento de Uranio Empobrecido (U.E.) durante la guerra del golfo en
1991 contra Iraq y sus gravísimas consecuencias sobre la salud y
el medio ambiente, y de su uso de nuevo contra Yugoslavia en 1999.
Considerando las evidencias de la asociación entre el empleo de
armamento de Uranio Empobrecido en áreas de experimentación
y en las intervenciones contra Iraq y la ex República Federal Yugoslava
y el incremento de afecciones y enfermedades tanto entre los combatientes
como a las poblaciones.
Considerando el articulado de la Sexta Convención de la Haya y
de la Convención de Ginebra y sus dos Protocolos adicionales relativos
a las restricciones del uso de la fuerza en los conflictos militares y la
protección de poblaciones civiles en tiempo de guerra, de la Carta
de Naciones Unidas y la declaración de Derechos Humanos, de sucesivas
resoluciones de la Asamblea General de NNUU así como del Subcomité
para la Prevención de la Discriminación y Protección
de las Minorías, en concreto la 1996/16 del 29 de agosto de 1996.
Considerando las resoluciones elaboradas con anterioridad sobre esta
materia por distintas organizaciones internacionales, en concreto la del
International Action Center de 1996 y la de la conferencia de Bagdad de
mayo de 1999,
EXIGEN:
Que se considere el armamento y el equipamiento militar fabricado
con Uranio Empobrecido como armamento NO convencional, gravemente peligroso
para la salud de las poblaciones y la conservación del medio ambiente.
Que se considere el uso del armamento uranio empobrecido como delito
de Crímenes de Guerra y contra la Humanidad, punible en consonancia
con la legislación internacional.
La prohibición internacional de la fabricación, almacenamiento,
comercialización, posesión, ensayo y uso de armamento y de
todo tipo de equipamiento militar con Uranio Empobrecido.
La destrucción de todo tipo de armamento e equipamiento militar
fabricado con uranio empobrecido, así como el almacenamiento seguro
de los deshechos de ello derivado, y de las actuales reservas de uranio
empobrecido.
La descontaminación de los territorios que se han visto afectados
por la polución por uranio empobrecido, incluyendo tanto las áreas
próximas a los centros civiles y militares de tratamiento de uranio
empobrecido, de fabricación de armamento con este material y de su
experimentación, así como de los escenarios de combate, en
concreto, los países de las regiones del Golfo y de los Balcanes,
muy particularmente Iraq y la República Federal Yugoslavia.
La plena asistencia sanitaria y técnica a los países
mencionados para atender a los afectados por la contaminación derivada
del uso de este tipo de armamento.
La plena clarificación por parte de los gobiernos de EEUU,
Gran Bretaña y demás miembros de la OTAN sobre el empleo de
este tipo de armamentos. Los gobiernos de estos países son considerados
responsables de las consecuencias directas del uso de este tipo de armamento
y por ello responsables de la limpieza de las áreas afectadas, estando
obligados a proveer plenas compensaciones por todos lo danos causados en
sus agresiones contra Iraq y Yugoslavia.
El inmediato y completo levantamiento de las sanciones impuestas a
Iraq como requisito imprescindible para que el pueblo y el gobierno de Iraq
puedan hacer frente a las graves consecuencias que el empleo masivo de armamento
con uranio empobrecido durante la intervención de 1991 y las sucesivas
agresiones contra este país diariamente en las llamadas Areas de
Exclusión Area.
El compromiso del Secretario General de NNUU para que tome las medidas
apropiadas para que este organismo internacional aborde de manera inmediata
el análisis con detenimiento de las consecuencias sobre la salud
y el medio ambiente del uso del uranio empobrecido a partir de las evidencias
acumuladas en los últimos años y proceda en consecuencia a
su prohibición.
Finalmente, los participantes en este Seminario desean reiterar su
plena solidaridad y apoyo a todas las personas afectadas por este tipo de
armamento en Iraq y Yugoslavia así como con los veteranos afectados
por el denominado Síndrome del Golfo, una solidaridad que en estos
momentos no podemos dejar de hacer extensible al pueblo palestino.
Gijón, 26 de noviembre de 2000
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