Rotundo fracaso de las gestiones
de Piqué y Solana ante Israel
El ministro de Exteriores
de Francia lamenta que muchos europeos, empezando por la presidencia
española, consideren que no hay que hacer nunca nada que
pueda contrariar la política de EEUU
Nota informativa. CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
6 de abril de 2002
El fracaso de la visita
a Jerusalén del ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno
español, Josep Piqué y de Javier Solana, tras recibir
de Sharon la prohibición de acceso a Arafat, plasma nuevamente
la irrelevancia política de Europa frente a Israel, la
falta de voluntad europea de utilizar sus instrumentos de presión
económica y la sumisión de la UE a la política
de EEUU en Oriente Medio. En este sentido, el ministro de Exteriores
de Francia, Hubert Védrine lamentó que "muchos
europeos, empezando por la presidencia española [de la
UE], consideren que no hay que hacer nunca nada que pueda contrariar
la política de EEUU"
De izquierda a derecha:
Piqué, Peres y Solana
Tras no recibir autorización del Gobierno israelí
para trasladarse al cuartel de la AP en Ramala donde el ejército
israelí mantiene retenido y aislado a Arafat, el ministro
Piqué ha declarado que no se siente "frustrado por
la actitud del gobierno Sharon pues ésta era una posibilidad
con la que contábamos". En rueda de prensa, el ministro
español ha reiterado las declaraciones vertidas en los
últimos días como representante de los ministros
de Exteriores europeos, exigiendo a Israel que cumpla la resolución
del Consejo de Seguridad (CS) de NNUU 1048, ponga fin al asedio
de las áreas autónomas ocupadas y respete las instancias
políticas de la Autoridad Palestina (AP). Lamentablemente,
estas declaraciones no han dejado de estar tamizadas por el mismo
discurso que utiliza el gobierno de Israel sobre la lucha contra
el "terrorismo palestino" y aunque sea obvio que el
ministro de AAEE español y representante de la UE pretende
destacar el apoyo a la institución de la AP -"es
distinto luchar contra el terrorismo que acabar con las estructuras
políticas de la AP"- bien cabría esperar,
igualmente, una condena expresa del brutal asedio y represión
de los que toda la sociedad palestina está siendo víctima
a manos del ejército israelí.
Igualmente, Josep Piqué ha reconocido públicamente
que la UE no tiene capacidad de intervenir políticamente
en el escenario palestino/árabe-israelí y que sólo
EEUU tiene capacidad para hacerlo. Hay que reconocerle al ministro
español la valentía de expresar públicamente
una realidad histórica patente pero, sin embargo, la segunda
parte de sus declaraciones reflejan la ausencia de la determinación
europea para intervenir en el único modo que puede hacerlo
y hacen de nuevo un flaco favor a los palestinos, a los árabes
y al conjunto de la UE: la afirmación vertida por Piqué
acerca de que la parte palestina y árabe no tiene la misma
consideración respecto a EEUU que sobre Europa y que la
UE tiene mayor influencia entre los árabes precisamente
por el incondicional apoyo norteamericano a Israel, pone de manifiesto,
de nuevo, el juego tramposo que Europa viene haciendo a los árabes
desde hace años: mientras crecientes sectores políticos,
económicos y sociales de las sociedades árabes
vienen reclamando a la UE una posición política
comprometida y definida en términos prácticos respecto
al conflicto palestino-israelí, la UE ha seguido aceptando
y afirmando su exclusiva intervención económica
en el escenario palestino y árabe: en Palestina, convirtiéndose
en el sustento financiero para la viabilidad de la entidad de
la AP derivada de los Acuerdos de Oslo ahora ya periclitados.
Para el resto del mundo árabe, mediante la ejecución
del Proceso Euromediterráneo o, en el caso de los países
del Golfo, mediante la adopción de acuerdos económicos
que buscan invertir capital europeo en los apetecibles sectores
energéticos o abrir los mercados árabes a los productos
europeos.
Más allá del intervencionismo económico,
la UE hace permanentemente dejación de un papel político
que la parte árabe le reclama históricamente a
fin de contrarrestar la influencia norteamericana pro-israelí.
Cuando el ministro Piqué señala que EEUU debe tener
en cuenta a la UE porque los árabes confían en
su intervención, está de nuevo escatimando a la
opinión pública europea y a la árabe la
falta de voluntad real para intervenir teniendo como tiene Europa
un instrumento de presión efectiva frente a Israel: el
Acuerdo de Asociación UE-Israel, firmado en el marco del
Proceso Euromediterráneo, que reafirma a Israel como socio
económico privilegiado de la UE. Si Europa tuviera voluntad
real de intervenir para frenar a Israel en su agresión
desmedida contra la población palestina, suspendería
de inmediato o al menos, amenazaría al gobierno israelí
con suspender dicho acuerdo. Por el contrario, la UE reitera
lo que viene siendo ya desde hace décadas su única
acción política: gestos diplomáticos, declaraciones
formales y visitas de enviados cuyo papel no parece desembocar
en ningún hecho efectivo y ridiculiza la imagen de una
política exterior europea que, en este como en otros conflictos
internacionales, están cerrados a su intervención..
La UE, sigue, en fin, demostrando a efectos prácticos
a EEUU, a Israel y a los árabes y palestinos por quién
toma partido, por más que la retórica oficial europea,
al igual que la retórica oficial árabe guste de
repetir los estrechos vínculos que unen a Europa con el
mundo árabe.
Apoyo formal a la AP y Cumbre Euromediterránea
Los gestos del gobierno español, en su calidad de presidente
de la UE durante este semestre, para propiciar declaraciones
en relación con la crisis palestino-israelí y algunas
manifestaciones públicas como éstas últimas
de Piqué, han de ponerse en relación no sólo
con la propia crisis del asedio israelí de los TTOO y
las Áreas Autónomas reocupadas, sino con la debacle
que se vaticina para la próxima Cumbre Euromediterránea
prevista en Valencia el 24 y 25 de Abril, una de las citas del
semestre español de la UE en las que el Gobierno ha puesto
mayor empeño. Al igual que en anteriores ediciones de
dicha Cumbre, la UE ha sido testigo de cómo la cuestión
palestina cuestión eminentemente política-
ha impedido alcanzar los objetivos europeos en el marco de la
política euromediterránea. No en vano, Europa pretende
escamotear a los árabes una posición política
de respaldo a las reivindicaciones árabes y palestinas
frente a Israel mientras intenta afianzar sus intereses económicos
en el marco euromediterráneo que es, en esencia y por
mayoría, árabe.
La Cumbre Euromediterránea de Valencia está
condenada al fracaso si nuevamente Europa es incapaz de producir
un movimiento real y práctico no declarativo- que
modifique el estatus quo por el cual Israel no solo recibe
el sustento incondicional político y económico
de EEUU sino que además, en un marco institucionalizado
y con presencia mayoritaria árabe, se le respalda indirectamente
al favorecer su relación privilegiada con Europa y al
apoyarle en su estrategia de inserción económica
en los países árabes.
Falacias de la política europea y del gobierno español
que, en un momento de alerta máxima internacional y de
obvio genocidio contra el pueblo palestino por parte de Israel,
se ve obligada a intervenir instada por su opinión pública
y por sus propias intereses económicos, respaldando como
formalmente se ha declarado- a la AP, criatura norteamericana
e israelí de Oslo, remitiéndose a la desequilibrada
propuesta norteamericana de Mitchell y Tenet, mientras es incapaz
de presionar a Israel por no contravenir a la Administración
Bush cuyo bajo perfil en las últimas semanas ha avalado
la impunidad de Sharon para masacrar al pueblo palestino.
Mientras tanto, el gobierno español firma la actualización
del Protocolo del Convenio de Defensa con EEUU (1988) que reafirma
al territorio del Estado español en las bases militares
de Rota y Morón como un espacio para la presencia y utilización
del ejército norteamericano. La consideración del
gobierno de Aznar de que esta actualización del Convenio
incluye ampliar sus contenidos como consecuencia del 11 de septiembre
en materias como la lucha contra la criminalidad y el terrorismo
internacional, y la realidad histórica que hace las
bases españolas un elemento imprescindible para las intervenciones
de EEUU y/o OTAN en el espacio árabe, pone de manifiesto,
una vez más, dónde se sitúan los apoyos
del Gobierno español y por extensión de la UE cuando
se habla del mundo árabe y hoy, más que nunca,
de Palestina.
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