Comunicado del CSCA sobre
la manifestación del día 15 en Madrid
CSCAweb: www.nodo50.org/csca, 10 de abril
de 2002
Ante la convocatoria promovida por CCOO, UGT, PSOE e IU para
el próximo lunes 15 de abril en Madrid, el Comité
de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA), tras reiterar
la consideración de que es necesario que se multipliquen
y apoyen todo tipo de iniciativas de denuncia de la situación
en Palestina y de apoyo al pueblo palestino, desea expresar su
rechazo del contenido del Manifiesto con que tal convocatoria
se está realizando. El texto difundido adopta una equidistancia
entre el Estado de Israel y el pueblo palestino que sin duda
constituye una gravísimo perjuicio y una inaceptable injusticia
para el pueblo palestino:
1. De manera muy significativa, el Manifiesto no recurre a
la palabra ocupación para caracterizar la actuación
de Israel y la práctica del Ejército israelí,
ni define en ningún momento como nacionales los derechos
del pueblo palestino, que no son explícitamente apoyados.
No hay mención alguna a la creación de un Estado
palestino soberano con capital Jerusalén Este, ni el derecho
al retorno de los refugiados palestinos.
2. El Manifiesto equipara la violencia que ejerce el Estado
y el Ejército de ocupación israelíes desde
hace 35 años con la que ejerce el pueblo palestino, pueblo
sometido a ocupación, cuyo derecho a la resistencia -incluida
la militar- está reconocido y amparado por el Derecho
Internacional. Israel ejerce desde hace décadas una violencia
ilegal, brutal, colectiva e indiscriminada contra el pueblo palestino,
habiendo respondido de manera brutal tanto a la primera Intifada
como a la que se inicia en octubre de 2000, ambas expresión
pacífica y popular de las aspiraciones nacionales del
pueblo palestino.
Es más, es inadmisible que las organizaciones convocantes
asuman la lógica que desde el 11 de septiembre se esta
procurando imponer desde EEUU, caracterizando a las víctimas
como "terroristas", mientras se elude considerar como
tal a los Estados, en concreto, a Israel. El Manifiesto equipara
el sufrimiento de dos pueblos -el palestino y el israelí-,
categorizando como "terroristas" los atentados palestinos,
mientras que la actuación del Ejército de ocupación
israelí es calificada como "acción militar",
y su ejercicio como "uso desproporcionado de la fuerza"
o "abuso de la fuerza". El recurso a las acciones suicidas
indiscriminadas contra población israelí por parte
de organizaciones palestinas, si bien pueden ser cuestionadas
en términos políticos y morales, deben ser contextualizadas:
además de ser muy recientes, han sustituido a las manifestación
populares de la Intifada tras su brutal represión, siendo
la respuesta inevitable a la impotencia y el abandono que sufre
el pueblo palestino por parte de la comunidad internacional frente
a la omnipotencia militar israelí y su desprecio del Derecho
Internacional.
3. De igual manera el Manifiesto abunda en la consideración
interesada o necia de que el conflicto palestino-israelí
es -como se denomina en el texto- "irracional". El
conflicto que vive Palestina y el conjunto de Oriente Medio,
y que estos días adopta su más trágico cenit
desde 1982, debe ser definido estrictamente en términos
históricos y políticos: es un conflicto generado
por la negación de los derechos nacionales palestinos,
que se prolonga durante todo el siglo XX -y más concretamente
desde 1948- por la determinación primero del sionismo
y después del Estado de Israel de negar el derecho a la
existencia del pueblo palestino y someter militarmente al conjunto
de Oriente Medio, un proyecto y una práctica que en su
día fue promovido por la Europa colonial y lo es hoy por
EEUU, que sigue donando a Israel 5 mil millones de dólares
anuales en ayuda principalmente militar.
4. Finalmente, mientras el Manifiesto se muestra crítico
con la inacción del gobierno español, se muestra
sorprendentemente indulgente con la diplomacia europea, pese
a su tardía, timorata y, finalmente, fracasada intervención.
No quisiéramos especular sobre el hecho de que con ello
se procura salvar la figura del responsable de Exteriores de
la UE, Javier Solana, miembro de una de las fuerzas convocantes,
el PSOE. Pero sí le cabe al PSOE condenar la permanencia
del Partido Laborista en el gobierno de Sharon -donde ostenta
carteras de tanta relevancia como las de Exteriores y Defensa,
además de copar la cúpula del Ejército-,
tras años de compromiso institucional con el laborismo
israelí.
En suma, este Manifiesto no es coherente con el apoyo que
el pueblo palestino requiere: todo lo contrario, constituye una
grave manipulación de la sensibilidad que sin duda desean
expresar miles de hombres y mujeres de Madrid ante el inadmisible
sufrimiento del pueblo palestino y la actuación genocida
de Israel.
Madrid,
10 de abril de 2002
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
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