La próxima ronda de
bombardeos sobre Palestina
Amira Hass*
Texto publicado en Ha'aretz
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 19 de diciembre
de 2001
Arafat no puede garantizar
la educación obligatoria para los palestinos porque los
bloqueos y controles impiden a los niños acudir a la escuela;
no puede garantizar que los pacientes reciben tratamiento antes
de morir en los controles de carretera, o que las vacunas infantiles
llegarán a todos los pueblos palestinos. Arafat y su aparato
de seguridad no pueden garantizar que las minas plantadas por
el ejército israelí no van a matar a los pequeños,
o que la sangre fresca corra por todos los pueblos cercados.
Pero se le exige que garantice que todos los israelíes
podrán sentirse seguros en Jerusalén o en las carreteras
de Gaza y Cisjordania
¿Qué ocurrirá si las órdenes de
alto el fuego dadas por Yaser Arafat son ignoradas? ¿Qué
bombardeará el ejército israelí si es que
la puesta en práctica de las órdenes de Arafat
no reúne las condiciones impuestas por israelíes
y norteamericanos?
El primer "si" ya está de más. El
lunes, apenas 24 horas después del discurso de Arafat
y de su exigencia de que se obedezca el alto el fuego, cuatro
israelíes resultaban heridos en emboscadas palestinas
en territorios cisjordano. Ese mismo día, tres palestinos
fueron asesinados por disparos del ejército israelí,
incluyendo, según fuentes palestinas, a un niño
de 13 años que tenía un rifle de plástico
en las manos.
Las condiciones israelíes y norteamericanas son firmes:
1. Arafat debe detener a todos los individuos cuyo nombre
esté incluido en las listas que le han sido proporcionadas,
aún cuando los edificios que utilizan las fuerzas de seguridad
que supuestamente deben realizar las detenciones hayan sido bombardeados
y el personal de las fuerzas de seguridad palestinas haya sido
asesinado en los ataques israelíes.
2. Arafat no puede garantizar la educación obligatoria
para los palestinos porque los bloqueos y controles impiden a
los niños acudir a la escuela; no puede garantizar que
los pacientes reciben tratamiento antes de morir en los controles
de carretera, o que las vacunas infantiles llegarán a
todos los pueblos [palestinos]. Arafat y su aparato de seguridad
no pueden garantizar que las minas plantadas por el ejército
israelí no van a matar a los pequeños, o que la
sangre fresca corra por todos los pueblos cercados. Pero se le
exige que garantice que todos los israelíes podrán
sentirse seguros en Jerusalén o en las carreteras de Gaza
y Cisjordania.
3. A Arafat se le exige que controle a todo su pueblo, aunque
ni siquiera controle el territorio en el que vive. En Cisjordania
siguen pavimentándose carreteras "solo para israelíes"
y se siguen expropiando tierras palestinas para su construcción.
Las barriadas de los asentamientos siguen expandiéndose,
mientras que cualquier construcción palestina necesita
de un permiso israelí. Arafat no puede cambiar nada de
esto, a pesar de los costes que tienen estas construcciones para
las reservas de tierra y el futuro de los palestinos. Pero se
le exige que ni un solo disparo salga de un solo pueblo, superpoblado
a causa de la proximidad de un asentamiento.
Para los israelíes y los países occidentales,
estas condiciones parecen lógicas. Son condiciones establecidas
sobre la lógica de los acuerdos de Oslo y el intercambio
de cartas que los acompañaron: Arafat prometió
un cese inmediato de los actos de terrorismo y violencia. A cambio,
le fue prometida una retirada israelí gradual de los territorios,
en un área sin definir, a un ritmo que Israel podía
acelerar o desacelerar. Arafat no recibió ninguna garantía
de que se pondría fin a la constante absorción
de tierras para la construcción de asentamientos.
Para los palestinos, estas condiciones no tienen nada de lógicas.
Pero en esta ocasión en que lo que está en juego
no es la retirada [israelí], sino el plan Tenet y las
recomendaciones de Mitchell, el liderazgo palestino ha tenido
que obedecer; entre otras cosas, porque el sistema político
palestino y la sociedad civil han fracasado moral y tácticamente
al no haber repudiado a tiempo y con claridad (es decir, antes
de que comenzara la presión masiva desde el exterior),
los ataques terroristas contra civiles israelíes ni la
lógica de la venganza, y por no haberse aferrado a la
campaña de movilización social contra la ocupación.
La ocupación, la raíz
del problema
La mayor parte de los israelíes y las Administraciones
norteamericanas no creen que el dominio desenfrenado del ejército
israelí sobre tres millones de palestinos sea el problema
principal. Pero todos los palestinos creen que la ocupación
es la raíz del problema. Los palestinos cuentan sus muertos.
Todo lo que se necesita son tres personas que decidan que las
condiciones impuestas por Arafat no les conciernen y que tienen
el derecho de vengar la muerte de un niño de 13 años,
para que el gobierno israelí se sienta con libertad para
continuar con su ofensiva militar, aduciendo que es de carácter
defensivo, y que el público israelí acepte todo
lo que venga después sin discusión. De manera que
preguntarse qué es lo que será bombardeado a continuación
sí es relevante.
Ya no quedan muchos edificios de las fuerzas de seguridad
palestinas que bombardear. Mientras tanto, al menos en lo que
se refiere a la opinión pública israelí
(que cree que la solución al problema del terrorismo es
militar), el problema se resuelve dando una importancia exagerada
a cada uno de los edificios que son bombardeados una y otra vez.
Pero, ¿cuántas veces se puede bombardear un montón
de escombros?
¿Será la sede del ministerio de Planificación
y Cooperación, dirigido por Nabil Sha'ath, el siguiente
objetivo? Uno de los edificios del ministerio en Ramallah ya
está controlado por el ejército israelí,
lo mismo que otro edificio en Gaza. Normalmente educado, Sha'ath
maldijo públicamente a EEUU después de revisar
la semana pasada el efecto de los bombardeos y ver cómo
el ejército israelí había destruido 36 edificios
en Khan Yunis.
¿Y qué me dicen del ministerio de Educación
palestino? ¿Acaso no son las escuelas responsables de
la "incitación", que es lo único que
impide que los niños palestinos sean felices cuando ven
soldados armados en sus casas y sus barrios, o cuando ven helicópteros
disparando misiles desde el cielo?
La misma lógica de ataque continuado (ante la cual
aún queda por desarrollarse una oposición de base
dentro de Israel y que ha hecho que las condiciones impuestas
a Arafat sean la única opción viable) seguirá
desarrollándose, grotescamente y con consecuencias desastrosas.
Y si bien la primera vez que el Ministerio de Educación
palestino sea bombardeado veremos unos titulares enormes con
largas explicaciones sobre la importancia de la operación
por motivos de "seguridad", los segundos y terceros
bombardeos recibirán apenas una líneas de atención
en los periódicos.
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