Comunicado de la organización
palestina BADIL*
Los ataques del ejército
israelí contra Áreas Autónomas palestinas
23 de octubre de 2001
Traducción: CSCAweb
|
|
El ataque israelí
sobre la población palestina durante los seis últimos
días pone de manifiesto, más aún si cabe,
la urgente necesidad de que el pueblo palestino en general y
los refugiados en particular cuenten con protección internacional.
La vida de las personas y la supervivencia de una opción
política viable para la paz en la región están
en juego
Mientras la opinión pública internacional sigue
concentrada en los ataques militares estadounidenses sobre Afganistán
y la crisis humanitaria a la que se enfrenta el pueblo afgano,
incluidos millones de refugiados afganos, los ataques militares
israelíes contra la población palestina de los
Territorios Ocupados de Gaza y Cisjordania continúan,
por sexto día consecutivo, en los distritos de Belén,
Ramallah, Tulkarem, Qalqilya, y Nablus. El número de palestinos
asesinados desde que las fuerzas armada israelíes invadieran
las ciudades palestinas el pasado 18 de octubre se eleva ya a
más de 30, según la Media Luna Roja palestina.
Los daños físicos causados por la utilización
de artillería pesada, por los disparos de los tanques
y los misiles disparados desde helicópteros son enormes.
En las últimas 24 horas, la Iglesia de la Natividad y
el Hospital Francés de Belén, así como casas
y negocios particulares, han sido atacados por el ejército
israelí. Los responsables israelíes han rechazado
públicamente la llamada del gobierno norteamericano para
que Israel se retire inmediatamente de las áreas mencionadas
y permanezca fuera de las mismas en el futuro, petición
que los israelíes consideran "no tiene fundamento".
Ataques contra los campamentos de
refugiados
Los ataques sobre los campamentos de refugiados palestinos
en Belén han sido muy graves. Durante seis días,
los campamentos de Aida y Azza Beit Jibrin, en los que
residen más de 5.000 refugiados, han permanecido completamente
asediados. Cuatro palestinos residentes en los campamentos han
sido asesinados por francotiradores israelíes, incluyendo
una joven madre de nueve niños, uno de los cuales tiene
6 meses de edad. Más de 35 personas residentes en los
campamentos han resultado heridas. El número detallado
de hogares de refugiados destruidos por los bombardeos y los
disparos israelíes sigue sin conocerse con exactitud.
La mayor parte de los depósitos de agua en ambos campamentos,
sin embargo, han sido destruidos, dejando a los residentes sin
agua durante los seis últimos días. Los residentes
del campamentos de Aida y la mayor parte de los residentes del
campamentos de Azza carecen de suministro eléctrico desde
que las fuerzas militares israelíes invadieran la ciudad
el 18 de octubre. Dos refugios han sido completamente destrozados
por el fuego.
Debido a la total ausencia de seguridad física en el
interior de los campamentos, los refugiados residentes en los
mismos no tienen ya comida ni leche. Contraviniendo la legalidad
internacional, el ejército israelí tampoco ha permitido
la entrada a los campamentos de delegados de NNUU por razones
humanitarias, impidiendo así que los refugiados recibieran
cuidados médicos o pudieran llegar a los hospitales más
cercanos. Un conductor de ambulancias de la UNRWA y un médico
que intentaron ofrecer asistencia médica urgente a los
heridos del campamentos de Azza resultaron heridos de bala por
francotiradores israelíes el 20 de octubre. Al mismo tiempo,
cinco familias compuestas por 29 niños y adultos eran
rehenes de soldados israelíes que habían ocupado
el edificio en el que residían, un edificio adyacente
a la escuela femenina de la UNRWA del campamento de Aida; el
edificio había sido convertido en puesto militar.
En la mañana de hoy día 23, residentes de los
dos campamentos, así como de Belén y Beit Jala,
tuvieron unos momentos de respiro gracias a la visita de una
delegación internacional compuesta por líderes
de la Iglesia y diplomáticos que participaron en una marcha
desde Jerusalén a través del control militar de
Belén. Se dirigieron hacia la Plaza de Belén, pasando
por Beit Jala, y finalmente terminaron en el campamento de refugiados
de Aida. En "honor" de los distinguidos visitantes,
el ejército israelí se apresuró a tomar
rápidas medidas para mejorar el aspecto de la "zona
de guerra", retirando todos los tanques del puesto de control
militar y de las calles de Belén y Beit Jala, permitiendo
a la UNRWA entrar por primera vez en seis días en los
campamentos de refugiados de Aida y Azza. El ejército
israelí volvió a disparar una vez que los ilustres
manifestantes habían abandonado la escena.
El ataque israelí sobre la población palestina
durante los seis últimos días pone de manifiesto,
más aún si cabe, la urgente necesidad de que el
pueblo palestino en general y los refugiados en particular (como
un sector particularmente vulnerable dentro de la sociedad palestina)
cuenten con protección internacional. En la actualidad,
se están haciendo esfuerzos continuados por conseguir
una decisión del Consejo de Seguridad de NNUU que ordene
el despliegue de fuerzas de protección internacional en
los Territorios Ocupados. Todos los intentos previos de conseguir
un mandato del Consejo de Seguridad para desplegar fuerzas de
protección han sido bloqueados por EEUU. Desde el inicio
de las incursiones militares y la ocupación de ciudades
y campamentos de refugiados palestinos, el Secretario General
de NNUU, Kofi Annan, recientemente galardonado con el Premio
Nobel de la Paz, ha guardado silencio. Como Secretario General,
el Sr. Annan debería adoptar una posición pública
de promoción activa que destaque la importancia y la urgente
necesidad de proteger internacionalmente a los palestinos, más
que simplemente esperar a que los diferentes actores dentro de
la escena internacional tomen una iniciativa. Tal y como quedó
reflejado en un reciente informe sobre las operaciones de paz
de NNUU, "el tratamiento igualitario de las partes por parte
de NNUU puede tener como resultado, en el mejor de los casos,
la falta de efectividad, y en el peor, puede llevar a una situación
de complicidad con el mal. Nada ha perjudicado tan gravemente
la credibilidad de las fuerzas de paz de NNUU durante los años
noventa como sus reticencias a la hora de distinguir a las víctimas
de los agresores" (Informe de la Conferencia sobre las Operaciones
de Paz de NNUU). La vida de las personas y la supervivencia de
una opción política viable para la paz en la región
están en juego.
|