El parlamentario británico
George Galloway gana el juicio por difamación
Expulsado del Partido Laborista
en 2003 por su oposición a la guerra de Iraq, se le había
acusado de enriquecerse con el programa "Petróleo
por Alimentos"
The
Guardian,
2 de diciembre de 2004
CSCAweb, 15 de diciembre de 2004. Traducción Pablo Carbajosa
George Galloway,
parlamentario británico ex-laborista ha ganado el juicio
por difamación contra el diario conservador londinense
The Daily Telegraph, que ha sido condenado a indemnizarle
con 150.000 libras esterlinas en concepto daños y perjuicios.
El juez David Eady manifestó que las acusaciones de que
Galloway estaba a sueldo de Sadam Hussein eran "gravemente
difamatorias" y que no tenía otra opción que
conceder al parlamentario escocés por Glasgow Kelvin,
uno de los críticos más contundentes de la guerra
en Iraq, una indemnización en el escalón más
alto del baremo de los juicios sin jurado por difamación.
El tribunal dictaminó
que el Telegraph difamó a Galloway al publicar
una información en la que se explicaba que documentos
encontrados en Bagdad tras la toma de la ciudad por las tropas
norteamericanas sostenían que estaba a sueldo de Sadam
Hussein.
El juez Eady afirmó que se veía "obligado
a indemnizar al señor Galloway a la vista de lo publicado
y de la irritante manera de conducirse posteriormente de los
acusados, así como a señalar una cantidad con el
fin de restañar su reputación (...) No creo que
esa reputación pueda quedar reparada con una cifra inferior
a 150.000 libras." Los daños y perjuicios fijados
se encuentran en la escala superior, cuyo tope máximo
se encuentra en 200.000 libras. A esto debe añadírsele
más de un millón de libras en concepto de costas
judiciales. Es probable que la cantidad total ronde el millón
y cuarto de libras.
Se trata de un gran triunfo para Galloway que, durante su disputa
en los tribunales, acusó al periódico de no permitirle
responder adecuadamente y lanzarse a publicar la noticia en forma
de sensacional exclusiva. El juez Eady declaró que Galloway
no dispuso de oportunidades suficientes para refutar las afirmaciones
del Telegraph de que había recibido 375.000 libras
anuales de Sadam.
El juez resaltó que Galloway mantuvo únicamente
una conversación de 35 minutos con Andrew Sparrow, corresponsal
parlamentario del rotativo, pero no recibió los documentos
ni se le informó de que el Telegraph tenía la intención
de publicar la historia. "Aunque el señor Galloway
fue entrevistado telefónicamente en la tarde del 21 de
abril, no se le dió la oportunidad de leer los documentos
iraquíes con antelación y tampoco se los leyeron",
declaró el juez. Afirmó que cualquier lector razonable
del Telegraph habría concluido que Galloway estaba
a sueldo de Sadam después de leer la noticia.
"Dadas las circunstancias, no se puede decir que los acusados
tuvieran el deber moral o social de hacer públicas sus
alegaciones sobre Galloway en ese momento, sin ningún
intento de verificarlas", añadió el juez Eady.
Las acusaciones del Telegraph se basaban en documentos
descubiertos entre las ruinas del ministerio de Exteriores iraquí
en Bagdad en abril del pasado año por David Blair, enviado
especial del diario. El periódico adujo que podía
defenderse su publicación de acuerdo con el "privilegio
cualificado", a saber, su imperioso interés público
y el hecho de que se hiciera de buena fe. El juez Eady respondió
que el diario no podía apelar a dicho privilegio en este
caso, puesto que no otorgó a Galloway tiempo suficiente
para responder a las acusaciones. Que un periódico conceda
o no un período suficiente para responder a sus acusaciones
es una de las diez circunstancias clave que debe tomar en cuenta
un juez en los casos de difamación, de acuerdo con lo
dictaminado en un juicio crucial que enfrentó al taoiseach
(primer ministro) irlandés, Albert Reynolds, con el Sunday
Times en 1999. Reynolds ganó el pleito y la indemnización
se fijó simbólicamente un 1 penique.
En sus informaciones de abril de 2003, el Telegraph acusó
a Galloway de haber recibido cantidades del orden de 375.000
libras anuales, además de haber desviado sumas del programa
"petróleo por alimentos", privando así
al pueblo iraquí -cuyos intereses decía representar-
de alimentos y medicinas. El periódico sostuvo también
que el parlamentario había utilizado la ONG creada por
él -Mariam Appeal- como tapadera para enriquecerse personalmente
y que su proceder era equivalente a un acto de traición.
El Telegraph argumentó que iba en interés
del público ofrecer la historia, independientemente de
su veracidad. El periódico afirmó que no había
hecho otra cosa que publicar "una cobertura neutral"
de documentos descubiertos por uno de sus periodistas, David
Blair.
Contra
la guerra y contra Blair
Tras conocer el veredicto,
Galloway realizó unas declaraciones en contra de Tony
Blair y afirmó que el Telegraph había recibido
un "varapalo judicial". "Al Telegraph le
han pedido cuentas, y vaya cuentas le han salido. Ahora bien,
cuándo va a tener Tony Blair que saldar las suyas?".
Galloway fue expulsado del Partido Laborista tras 36 años
de militancia [véase la nota publicada en CSCAweb en
2003 en el margen izquierdo de esta misma página (N. del
webmaster)], después de incitar públicamente
a los árabes a luchar contra las tropas británicas.
En la actualidad dirige Respect, una formación política
creada el año pasado tras su expulsión.
Galloway declaró que al Telegraph le movió
su posición favorable a la guerra, que le convirtió
en uno de los grandes "voceros" del conflicto.
El Telegraph manifestó que el veredicto es "un golpe
a la libertad de prensa" y se comprometió a apelar
a instancias superiores. El director ejecutivo Neil Derbyshire
afirmó que el periódico nunca había sostenido
que las acusaciones fueran ciertas, pero creyó que tenía
derecho a publicarlas.
"Estos documentos se publicaron porque su contenido suscitaba
cuestiones muy importantes en un momento crucial de la guerra
de Iraq", declaró.
En el juicio, que duró cuatro días, Galloway negó
que fuera "un estafador avaro" que aceptara dinero
del antiguo dirigente iraquí para financiar un tren de
vida dispendioso.
Durante la vista, James Price, abogado del Telegraph, afirmó
que el periódico había publicado sus informaciones
"desde el punto de vista del interés público
y del periodismo profesional....sin duda una de las informaciones
más importantes de un momento importantísimo".
Price dijo también que el juicio sería una una
prueba para saber si los medios de información podían
invocar la protección del "privilegio Reynolds".
Expresó sus dudas respecto a que la victoria de Galloway
hubiera sido respaldado por el tribunal europeo de Derechos Humanos,
debido al derecho periodístico a la libertad de expresión.
El abogado de Galloway, Richard Rampton, le contradijo al afirmar
que "la libertad de expresión no es excusa para publicar
lo que sea". "Significa libertad para transmitir información
de forma responsable, algo a lo que la opinión pública
tiene derecho. Se supone que actúan de buena fe, siempre
y cuando proporcionen información precisa y fiable en
consonancia con la ética periodística". Rampton
afirmó que el Telegraph se apresuró en su publicación
sin conceder a Galloway una oportunidad plena de responder a
las alegaciones y acusó al diario de juzgarlo culpable
visto el tono de su cobertura.
En el juicio declaró el mismo Galloway, que chocó
ferozmente con Price en el estrado de los testigos. Declararon
también cinco periodistas del Telegraph, entre
ellos David Blair y Neil Derbyshire, director del diario en el
momento en que se publicó la información. En uno
de los momentos más tensos, Galloway acusó al Telegraph
de "traspasar con una espada mi alma política."
Afirmó que el periódico "no tuvo agallas"
para asumir una defensa justificativa, es decir, para demostrar
que las acusaciones eran ciertas.
Price declaró que probar la veracidad del contenido de
los documentos rebasaba las posibilidades del periódico.
"Nunca fue ni ha sido intención del Telegraph
sugerir culpabilidad o sugerir que la culpabilidad podía
establecerse de otro modo que no fuera por medio de una cuidadosa
investigación gracias a medios de los que el periódico
no dispone. Esa investigación no se ha realizado todavía."
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