La resistencia es el primer
paso hacia la independencia de Iraq
Tariq Ali
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 10 de noviembre, 2003
'The Guardian', 3 de noviembre de 2003
Traducción: Beatriz Morales
"Tarde
o temprano todas las tropas de ocupación tendrán
que abandonar Iraq. Si no lo hacen por su propia voluntad serán
expulsadas. Su continua presencia es un acicate para la violencia.
Cuando el pueblo de Iraq recupere el control de su propio destino,
los iraquíes decidirán las estructuras internas
y las políticas externas de su país. Es de esperar
que se combinen democracia y justicia social, una fórmula
que ha prendido fuego a América Latina pero que le molesta
enormemente al Imperio. Mientras tanto, los iraquíes tienen
algo de lo que pueden estar orgullosos y de lo que deberían
tener envidia los ciudadanos estadounidenses y británicos:
una oposición."
Hace algunas semanas, los colegas
del Pentágono fueron invitados a una proyección
interna especial de una vieja película. Se trataba de
La Batalla de Argel, un clásico anticolonial de
Gilo Pontecorvo, que en un principio estuvo prohibido en Francia.
Suponemos que el propósito de la proyección era
puramente educativo. Los franceses ganaron la batalla, pero perdieron
la guerra.
Por lo menos el Pentágono
entiende que la resistencia en Iraq está siguiendo un
familiar modelo anticolonial. En la película debieron
de ver actos ejecutados por los maquis [1] argelinos hace
casi medio siglo, que podrían haber sido filmados la semana
pasada en Faluya o Bagdad. Entonces, como ahora, el poder ocupante
describía todas estas acciones como terroristas.
Entonces, como ahora, se cogían prisioneros y se les torturaba;
las casas que cobijaban a ellos o a sus familias eran destruidas
y la represión se multiplicó. Al final, los franceses
tuvieron que retirarse.
Debate en
EEUU
Como las bajas estadounidenses
"de posguerra" exceden ahora a las habidas durante
la invasión (que a los iraquíes al menos les costó
15.000 vidas), en EEUU se ha iniciado una especie de debate.
Pocas personas pueden negar que el Iraq bajo la ocupación
estadounidense se encuentra en un estado mucho peor que el que
había bajo Sadam Husein. No hay reconstrucción.
Hay desempleo masivo. La vida diaria es una miseria, y los ocupantes
y sus títeres [del Consejo Gubernativo iraquí]
no son capaces siquiera de suministrar los servicios básicos
para la vida. Los estadounidenses no confían en los iraquíes
ni siquiera para limpiar sus barracas y por ello se están
empezando a utilizar a emigrantes filipinos y sudasiáticos.
Esto es neocolonialismo en los tiempos del capitalismo neoliberal
y por ello se da prioridad a las compañías estadounidenses
y amigas. Incluso en las mejores circunstancias, un Iraq
ocupado se convertiría en una oligarquía de capitalismo
compinche, el nuevo cosmopolitismo de Bechtel y Halliburton.
Lo que aviva la resistencia
y anima a muchos jóvenes a luchar es la combinación
de todo esto. Pocos están dispuestos a traicionar a quienes
están luchando. Esto es de suma importancia, porque sin
el apoyo tácito de la población es prácticamente
imposible una continua resistencia.
Los maquis iraquíes
han debilitado la posición de George Bush en EEUU y han
permitido a los políticos demócratas criticar a
la Casa Blanca: Howard Dean se ha atrevido a sugerir una retirada
total en dos años. Incluso los bien pensants que
se oponen a la guerra pero apoyan la ocupación y denuncian
la resistencia saben que sin ésta se habrían visto
enfrontados al triunfalista coro de los belicistas. Más
importante, el desastre en Iraq ha aplazado indefinidamente futuras
aventuras en Irán y Siria.
Una de las cosas más
cómicas que se han visto en los últimos meses fue
a Paul Wolfowitz en una de sus muchas visitas [a Iraq] informando
en una conferencia de prensa en Bagdad que "el principal
problema era que había demasiados extranjeros en Iraq".
La mayoría de los iraquíes ven a los ejércitos
de ocupación como auténticos "terroristas
extranjeros". ¿Por qué? Porque una vez que
se ocupa un país, hay que tener una actitud colonial.
Esto ocurre incluso allí donde no hay resistencia, como
en los protectorados de Bosnia y Kosovo. Donde hay resistencia,
como en Iraq, el único modelo en oferta es una mezcla
de Gaza y Guantánamo.
Tampoco les corresponde a los
comentaristas occidentales cuyos países están ocupando
Iraq poner condiciones a quienes se oponen. Es una ocupación
funesta y este hecho determina la respuesta. Según fuentes
de la oposición iraquí, existen más de 40
organizaciones de resistencia diferentes. Están constituidas
por partidarios del [Partido] Ba´ath, disidentes comunistas
asqueados por la traición del Partido Comunista Iraquí
al respaldar la ocupación [2], nacionalistas, grupos
de soldados y policías iraquíes disueltos por la
ocupación, y grupos religiosos sunitas y shi'íes.
La resistencia
es iraquí
Los grandes poetas de Iraq
-Saadi Yussef y Mudhaffar al.Nawab- que fueron brutalmente perseguidos
por Sadam [Husein]pero que permanecen en el exilio, son las conciencias
de su nación. Sus airados poemas denunciando la ocupación
y colmados de desprecio hacia los chacales -o colaboracionistas-
ayudan a mantener el espíritu de resistencia y renovación:
Yussef escribe: "Escupiré
en la cara de los chacales / escupiré sobre vuestros deseos
/ afirmaré que nosotros somos el pueblo de Iraq / nosotros
somos los ancestrales árboles de esta tierra."
Y Nawab escribe: "Y nunca
confíes en un luchador de la libertad / que aparece sin
armas. / Créeme, me quemaron en ese crematorio. / La verdad
es que sólo eres tan grande como tus cañones /
mientras que aquellos que blanden tenedores y cuchillos / sólo
tienen puesta la vista en sus estómagos."
En otras palabras, la resistencia
es predominantemente iraquí -aunque no me sorprendería
si otros árabes cruzaran las fronteras para ayudar: si
hay polacos y ucranianos en Bagdad y Najaf, ¿por qué
no se iban a ayudar unos a otros los árabes? La clave
de la resistencia es que está descentralizada, la clásica
primera fase de lucha de guerrillas contra un ejército
ocupante. La destrucción ayer [2 de noviembre de 2003]
de un helicóptero Chinook estadounidense sigue
el mismo modelo. Habrá que ver si estos grupos pasan a
una segunda fase y establecen un Frente Iraquí de Liberación
Nacional.
Respecto a que Naciones Unidas
(NNUU) esté actuando como un "agente honesto",
olvidémoslo -en especial en Iraq, donde esta organización
es parte del problema. Dejando de lado su trayectoria anterior
(como administrador de las sanciones asesinas y como partidario
de los bombardeos anglo-estadounidenses semanales durante 12
años), el 16 de octubre [de 2003] el Consejo de Seguridad
volvió a desacreditarse al dar la bienvenida a "a
la positiva respuesta de la comunidad internacional [...] al
ampliamente representativo Consejo Gubernativo [iraquí]
[...] [y] apoyar los esfuerzos de éste para movilizar
al pueblo de Iraq [...]." [3]. Mientras tanto, se
le concedía el puesto de Iraq en NNUU a un sonriente farsante:
Ahmed Chalabi. Uno no puede evitar recordar como insistieron
EEUU y Gran Bretaña en que Pol Pot conservara su puesto
en NNUU más de una década después de haber
sido expulsado por los vietnamitas. La única norma reconocida
por el Consejo de Seguridad es la fuerza bruta y a día
de hoy sólo existe una potencia con capacidad de desplegarla.
Esa es la razón por la que para muchas personas en el
hemisferio sur y en todas partes NNUU es EEUU.
Doble ocupación
El Oriente árabe es
hoy el escenario de una doble ocupación: la ocupación
estadounidense y la israelí de Iraq y Palestina, respectivamente.
Si en un principio los palestinos se sintieron desmoralizados
por la caída de Bagdad, la emergencia de un movimiento
de resistencia les ha alentado. Tras la caída de Bagdad
el bélico dirigente israelí Ariel Sharon dijo a
los palestinos que "entraran en razón ahora que su
protector [,Iraq,] se había ido". Como si la lucha
palestina dependiera de Sadam o de cualquier otro individuo.
Esta vieja idea colonial de que los árabes están
perdidos sin un cacique está siendo refutada en Gaza y
Bagdad. Y si Sadam cayera muerto mañana, en vez de desaparecer
la resistencia ésta aumentaría.
Tarde o temprano todas las
tropas de ocupación tendrán que abandonar Iraq.
Si no lo hacen por su propia voluntad serán expulsadas.
Su continua presencia es un acicate para la violencia. Cuando
el pueblo de Iraq recupere el control de su propio destino, los
iraquíes decidirán las estructuras internas y las
políticas externas de su país. Es de esperar que
se combinen democracia y justicia social, una fórmula
que ha prendido fuego a América Latina pero que le molesta
enormemente al Imperio. Mientras tanto, los iraquíes tienen
algo de lo que pueden estar orgullosos y de lo que deberían
tener envidia los ciudadanos estadounidenses y británicos:
una oposición.
Notas de
CSCAweb:
1. Término
original utilizado por el autor.
2. El PCI está incluido en el Consejo Gubernativo designado
por Bremer en la persona de su secretario general. Su cupo pertenece
a la comunidad shi'ì. Sobre la postura del PCI y su oposición
a la resistencia puede leerse su comunicado en castellano en
www.pce.es/secinternacional/pciraq_carta181003.htm
3. Resolución 1511.
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