Aquí seguiremos
Bagdad, 18 de marzo de 2003
CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
A nuestros familiares, compañeros/as, amigos/as,
querido/as todos/as:
Teresa, María Rosa, Ana, Mino, Pepe y Carlos hemos
decidido permanecer en Bagdad una vez se inicie el asalto militar
de EEUU y sus aliados contra Iraq y cuando haya sido evacuada
la brigada del País Vasco, la quinta de las que en el
marco de la iniciativa Brigadas a Iraq contra la Guerra
han viajado a este país en el transcurso de este mes.
Contamos para ello con la aceptación de nuestros interlocutores
iraquíes, siempre respetuosos, quienes, sin embargo, nos
habían pedido que abandonásemos Iraq por nuestra
propia seguridad. Contamos para ello también con el apoyo
de los amigos que en estos años hemos hecho aquí,
y que se han comprometido a velar por nosotros y nosotras como
de sus propias familias. Finalmente, contamos con el expreso
amparo, en caso de necesidad, de la embajada de Cuba en Iraq,
una de las pocas representaciones diplomáticas que han
decidido permanecer abiertas en Bagdad, dando con ello un nuevo
ejemplo de la solidaridad internacionalista del gobierno y el
pueblo cubanos. Hemos adoptado además medidas básicas
de protección y avituallamiento.
No se vea en nuestra decisión insensatez o presunción
alguna. No es de nosotros y nosotras seis de quienes debáis
preocuparos: preocuparos esencialmente por la suerte de este
pueblo, al que hemos vinculado libremente la nuestra propia.
Pero la nuestra no es tampoco una opción personal: nos
quedamos aquí para seguir reivindicando de igual
manera que lo seguiréis haciendo vosotros y vosotras allá-
el derecho de los pueblos a la autodeterminación, a la
soberanía, a la gestión popular de sus recursos,
a una democracia autentica cimentada en el disfrute de derechos
sociales y económicos inalienables. Sintiéndonos
parte del poderoso movimiento internacional y del Estado español
contra la guerra, reclamamos vuestra atención y protección
no sobre nosotros y nosotras sino sobre este pueblo y estos principios.
Quienes de entre nosotros venimos viajando a Iraq en estos
años o quienes lo han hecho por primera vez en estas semanas,
no imaginamos abandonar ahora este país, aun cuando nuestra
presencia pueda ser considerada ya inútil. Hemos visto
a esta gente en sus hogares, en sus centros de trabajo,
en la escuelas o en la universidades, en las tiendas o los tenderetes
de la calle- afrontar colectivamente, unidos y solidarios, un
infortunio impuesto sin compasión alguna, una guerra soterrada
y permanente, la violencia insoportable y diaria del embargo,
y todo ello con tesón, laboriosidad y animo, siempre con
una pronta y luminosa sonrisa. Pese a provenir de un país
agresor, no hemos recibido hasta hoy mismo apenas ya 48
horas antes de que empiecen los bombardeos- mas que afecto y
agradecimiento.
Como el propio pueblo palestino, el pueblo iraquí,
inerme y exhausto como está tras 12 años de sanciones
y agresión militar permanente, es sin embargo un pueblo
victorioso, que no se ha doblegado, que ha sido capaz de salir
adelante, que mantiene su dignidad y su fe en si mismo y en el
futuro, ansioso por aprender y prosperar, por vivir finalmente
en paz. Quienes han decidido atacar este país también
nuestro propio gobierno- lo hacen, antes incluso que para apoderarse
de sus riquezas petrolíferas o para eliminar a sus dirigentes,
para domeñar este espíritu soberano en esta zona
de pueblos y regímenes sometidos y derrotados: será
un crimen ignominioso.
Los gobiernos implicados en este genocidio están procurando
convencer a los medios de comunicación y a los internacionalistas
aun presentes en Iraq de que abandonemos el país. Nadie
conoce a ciencia cierta qué puede ocurrir en los próximos
días y semanas, pero esta claro que los agresores tampoco
el gobierno español- no quieren que haya testigos o, dispuestos
como están a usar todo su poder militar contra este pueblo
a fin de aplastar cualquier posible resistencia, no quieren víctimas
con apellidos y rostros occidentales: como el millón y
medio de civiles asesinados por las sanciones, los muertos iraquíes
no tendrán ni cara ni nombre. Para los seis brigadistas
tienen ya cara y nombre, y cuando regresemos llevaremos como
testimonio sus miradas, el timbre de sus voces, sus francas sonrisas.
Con todo nuestro afecto desde Bagdad,
Maria Teresa Tuñón Álvarez
María Rosa Pañarroya Miranda
Ana María Rodríguez Alonso
Belarmino Marino García Villar
José Bielsa Fernández
Imanol Telleria
Javier Barandiaran
Manu Fernández
Carlos Varea González.
Bagdad, 18 de marzo, 2003
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