Informe del CESR
Crisis de agua en el sur
de Iraq
9 de abril de 2003. Center for Economic and
Social Rights
Traducción de Beatriz Morales. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Si se suprime el
suministro eléctrico durante largos periodos, toda la
estructura básica de la vida civil iraquí -salud
pública, agua, condiciones sanitarias y distribución
de alimentos- se colapsará, con devastadoras consecuencias
para la población civil. (...)El personal político
y militar de todas las partes en conflicto que dé o ejecute
órdenes ilegales está sujeto a acusación
de Crímenes de Guerra".
Presentación
Si los iraquíes "acaban
con vidas inocentes, si destruyen infraestructuras, serán
acusados de Crímenes de Guerra"
(Presidente George W. Bush, 25 de febrero de 2003)
En los centros urbanos del sur y del
centro de Iraq, millones de civiles se están enfrentado
a enfermedades y a una posible muerte por no poder acceder al
agua como consecuencia de la invasión británico-estadounidense.
Un nuevo informe del Centro para los
Derechos Económicos y Sociales (CESR), "Crisis de
agua en el sur de Iraq: las fuerzas militares de EEUU y Gran
Bretaña se exponen a cometer Crímenes de Guerra
si deniegan a la población civil iraquí el derecho
al agua potable" aborda la posibilidad de que EEUU
y Gran Bretaña puedan estar cometiendo Crímenes
de Guerra al privar a la población civil iraquí
de agua en buenas condiciones.
Según UNICEF, cien mil niños
de Basora están ya amenazados de sufrir graves enfermedades
debido a la inutilización de la planta de tratamiento
de aguas. A medida que el ejército estadounidense avanza
hacia Bagdad, la ciudad de cinco millones ha perdido suministro
eléctrico y su población se enfrenta también
a una crítica situación sanitaria debido a enfermedades
transmitidas por el agua.
El Derecho Internacional es muy claro
a este respecto: privar a la población de los recursos
para sobrevivir es un Crimen de Guerra. Al tiempo que el presidente
Bush ha advertido a los iraquíes de que no cometan dichos
crímenes, los propios ejércitos estadounidense
y británico a las puertas de Bagdad corren el riesgo de
cometer Crímenes de Guerra contra una población
la mitad de la cual está formada por niños.
En solidaridad,
Roger Normand
Centro para los Derechos Sociales y Económicos (CESR,
Nueva York)
Extracto del Informe "Crisis
de agua en el sur de Iraq: las fuerzas militares de EEUU y Gran
Bretaña se exponen a cometer Crímenes de Guerra
si deniegan a la población civil iraquí el derecho
al agua potable"
El agua es fundamental para la vida. Nadie puede sobrevivir
sin suficiente agua para beber, cocinar, lavar y para la higiene
personal. Por ello el Derecho Internacional reconoce como un
derecho humano básico el acceso al agua en buenas condiciones,
un derecho "indispensable para llevar una vida humanan digna",
así como una parte integrante de los derechos a la vida,
la salud y al alojamiento.
La actual invasión de Iraq por parte de EEUU, Gran
Bretaña y Australia supone una grave amenaza al derecho
al agua de 24 millones de iraquíes, la mayoría
de los cuales son niños menores de 15 años. Las
fuerzas militares anglo-estadounidenses ya han sitiado muchos
centros urbanos del centro y sur de Iraq y han alterado los sistemas
de suministro eléctricos, de aguas y sanitarios que mantienen
a millones de civiles. Con la proximidad del verano, en el que
las temperaturas en esta región pueden exceder fácilmente
los 45 grados, la posibilidad de epidemias de enfermedades transmitidas
por el agua es alarmantemente alta.
En Basora, el bloqueo anglo-estadounidense ha privado a un
millón de habitantes de esta ciudad del acceso al agua
potable durante casi dos semanas. UNICEF advierte de que "en
Basora hay cien mil niños que corren el riesgo de padecer
fiebre alta y de morir debido a que una planta de tratamiento
de agua ha dejado de funcionar". El portavoz regional de
UNICEF describe una "extremadamente grave" crisis humanitaria:
"La situación está llevando a un aumento de
las enfermedades y ya hemos observado en el sur algunos casos
de cólera, así como de lo que llamamos 'fiebre
del agua negra', que es extremadamente mortal para niños
menores de cinco años...[El brote de cólera] nos
preocupa tremendamente porque no sólo muestra que ha habido
un importante impacto debido a las agua no potabilizadas en la
zona, sino también que nuestra habilidad para llegar allí
y a esta población en medio de los combates es actualmente
muy limitada".
La crisis sanitaria pública en Basora da una idea de
cuál será el posible destino de los civiles iraquíes
en Nasiriya (cuya población es de 560.200 habitantes),
Nayaf (585.600), Kerbala (572.300), Hila (548.000), Amara (351.100)
y Bagdad (5.800.000). La población civil de Bagdad es
especialmente vulnerable dados los intensos bombardeos aéreos,
y las expectativas de un bloqueo riguroso y de encarnizados combates
urbanos destinados a derrocar al régimen iraquí.
El 3 de abril, el suministro eléctrico se redujo en Bagdad
el 90% a consecuencia de los daños ocasionados a la estación
eléctrica de Al Doura durante la captura por parte de
los estadounidenses del aeropuerto Sadam.
Las agencias de NNUU y el Comité Internacional de la
Cruz Roja han alertado a la comunidad internacional de la cada
vez peor crisis del agua en el sur y centro de Iraq. El Secretario
General de NNUU ha declarado que "EEUU y sus aliados deberán
proporcionar ayuda humanitaria en aquellas zonas que están
bajo su control, de acuerdo con sus obligaciones generales según
el Derecho Internacional".
Antes de la guerra los dirigentes estadounidenses y británicos
aseguraron a sus respectivas opiniones públicas que la
operación para "liberar" Iraq sería "rápida"
y "limpia", y se basaría en el uso de armas
de alta precisión tecnológica para minimizar el
número de víctimas civiles. Se esperaba que el
pueblo iraquí, en especial la mayoría shi'í
del sur que ha sufrido durante mucho tiempo, daría la
bienvenida al ejército anglo-estaounidense. Esto no se
ha producido y el Pentágono ha solicitado una fuerza adicional
de 120.000 soldados para apoyar a los 250.000 que ya se encuentran
en el Golfo Pérsico.
Ahora parece probable que el ejército anglo-estadounidense
siga manteniendo el bloqueo a las ciudades del sur y del centro
de Iraq para preparar el combate urbano directo. Si como resultado
de ello se suprime el suministro eléctrico durante largos
periodos, toda la estructura básica de la vida civil iraquí
-salud pública, agua, condiciones sanitarias y distribución
de alimentos- se colapsará, con devastadoras consecuencias
para la población civil.
Así pues, la estrategia militar anglo- estadounidense
impondría un coste desproporcionado a la vida y propiedades
civiles iraquíes violando los principios más fundamentales
del derecho y de la humanidad. El personal político y
militar de todas las partes en conflicto que dé o ejecute
órdenes ilegales está sujeto a acusación
de Crímenes de Guerra.
Cumpliendo con sus obligaciones legales, el CESR urge a todas
las partes en conflicto -EEUU, Gran Bretaña, Australia
e Iraq- y a todos los órganos de NNUU -el Consejo de Seguridad,
la Asamblea General y la Secretaría- a establecer y respetar
inmediatamente:
- un alto el fuego que permita a agencias humanitarias imparciales,
independientes de cualquier fuerza militar, restaurar y mantener
los servicios fundamentales para la vida de los civiles iraquíes.
- los actuales corredores humanitarios para permitir a las agencias
de ayuda asegurar durante el conflicto la supervivencia de la
población civil vulnerable.
- la retirada de las fuerzas militares anglo- estadounidense
a sus posiciones anteriores al 19 de marzo de 2003 para permitir
a NNUU cumplir su mandato en la resolución de la crisis
iraquí de acuerdo con la Carta de NNUU y el Derecho Internacional.
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