Informe:
'Evaluación de los
ataques contra población civil de Bagdad llevados a cabo
por los gobiernos de EEUU, Reino Unido y países aliados
entre los días 20 de marzo y 5 de abril de 2003'
26 de abril, 2003, Grupo de brigadistas del
Estado español contra la guerra (Javier Barandiarán,
José Bielsa, Manuel Fernández González,
Belarmino García Villar, María Rosa Peñarroya,
Ana María Rodríguez, Imanol Tellería, Teresa
Tuñón y Carlos Varea). 28 de abril, 2003, CSCAweb
(www.nodo50.org/csca)
El
presente Informe da cuenta de 42 casos documentados de ataques
contra población civil iraquí llevados a cabo por
las fuerzas anglo-estadounidenses en el área metropolitana
de Bagdad entre los días 20 de marzo y 5 de abril de 2003,
mayoritariamente bombardeos aéreos o impactos de misiles,
pero igualmente ataques terrestres ocurridos en la fase inicial
de la ocupación de la ciudad. Estos casos han sido documentados
sobre el terreno por el grupo de brigadistas del Estado español
presentes en la capital iraquí desde el inicio de la guerra
y hasta la entrada de las tropas estadounidenses en la zona de
la ciudad donde residían, el día 9 de abril.
Como muestra este Informe, los bombardeos y ataques con misiles
se realizaron desde los primeros días de la invasión
de manera continuada, tanto de día como de noche y de
madrugada, contra cualquier barrio, suburbio o pueblo del área
metropolitana de Bagdad, un perímetro de 50 kilómetros
de diámetro que alberga a cinco millones de habitantes.
A los pocos días de iniciada la guerra, las sirenas
antiaéreas de Bagdad dejaron de sonar por ineficaces,
dada la continuidad de los bombardeos. Sin aviación operativa
propia y con muy limitadas defensas antiaéreas, EE.UU.
y Gran Bretaña pudieron bombardear Bagdad con total impunidad.
A plena luz del día era posible observar cómo los
caza-bombarderos picaban una y otra vez sobre los barrios de
la ciudad produciendo un peculiar sonido chirriante, dejando
caer su cargamento de bombas, luminosas y claramente visibles.
Igualmente, era plenamente perceptible el sonido de los 'superbombarderos'
estadounidenses volando a baja altura sobre la ciudad, especialmente
durante las madrugadas. Es reiterativo el recuerdo de estar visitando
los hospitales y sentir el impacto cercano de bombas y misiles,
que hacían vibrar los cristales y las paredes de las salas
donde estaban los heridos de anteriores ataques.
Con el paso de los días, el número de víctimas
mortales y la gravedad de las heridas de los supervivientes fue
aumentando: si los primeros heridos lo fueron por derrumbe de
edificios, avanzada la guerra pudimos constatar que la mayoría
lo eran por los efectos de la metralla -extremadamente mortífera-
y del fuego. Descripciones de afectados y del personal sanitario
iraquí confirman que fueron utilizadas bombas de fragmentación
(o de racimo), tal y como se indica en este Informe.
Se han cumplimentado un total de 114 encuestas de personas
heridas. A partir de sus testimonios directos o de sus familiares,
así como de las informaciones facilitadas por el personal
sanitario de los hospitales visitados, se han podido documentar
un total de 204 víctimas mortales y 583 heridos en los
ataques referidos en este Informe, todos ellos civiles. La media
por ataque es de 4,5 muertos y 13 heridos. Cabe señalar
la aniquilación en varios casos de familias completas,
y el gran número de huérfanos.
En ningún caso, salvo en los ataques contra el Aeropuerto
Internacional Sadam y sus alrededores (cuatro de los 42 casos
aquí presentados), se pudo identificar instalación
gubernamental o militar alguna en las proximidades de los lugares
bombardeados que pudiera explicar el ataque. Los daños
causados a la población civil durante las tres semanas
en las que Bagdad fue atacada no se debieron en absoluto a errores,
ni representan los 'daños colaterales' de una táctica
de guerra 'quirúrgica', cuyo único objetivo hubiera
sido destruir las infraestructuras gubernamentales y militares
de la ciudad. Nuestra consideración entonces y ahora es
que fueron ataques premeditados, destinados a causar el mayor
número posible de víctimas civiles, muchos de ellos
llevados a cabo de manera reiterada contra áreas muy densamente
pobladas y humildes de la capital iraquí. La lógica
de este proceder solo encuentra explicación en la voluntad
deliberada de los mandos políticos y militares estadounidenses
y británicos de provocar terror y minar la voluntad de
resistencia de la población bagdadí.
No nos corresponde calificar los hechos aquí presentados
como constitutivos de delito de Crímenes de Guerra y Crímenes
contra la Humanidad. Aportamos este Informe para que las personas
competentes en la materia -especialmente, abogados y juristas-
puedan proceder a enjuiciar por tales delitos a los responsables
civiles y militares de la barbarie cometida contra el pueblo
iraquí, en primer lugar el presidente de EE.UU. George
W. Bush, el primer ministro británico Tony Blair y el
presidente del gobierno español José María
Aznar, quien con sus decisiones políticas posibilitó
que los bombardeos sobre Bagdad y el resto de Iraq tuvieran el
carácter mortífero que hemos procurado establecer
en este Informe. ['Grupo de brigadistas del Estado español
contra la guerra.']
Texto íntegro del informe:
28 páginas.
Formato PDF (88 K)
28 páginas.
Formato RTF (212 K)
Français: Rapport: "Evaluation
des attaques contre la population civil de Bagdad executes par
les gouvernements des États Unis, du Royaume Uni et des
pays allies entre le 20 mars et le 5 avril, 2003 "
"Evaluation of the attacks
on the civilian population of Baghdad carried out by the governments
of the United States of America, the United Kingdom and allied
countries between 20 March and 15 April 2003" , Spanish
Brigade Against the War | Traducción:
Phil Mason
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