Crónica
de los brigadistas
Vigésimo tercer
día de la invasión y segundo de la ocupación
de Bagdad
Bagdad/ Madrid, 11 de abril de 2003 CSCAweb
(www.nodo50.org/csca)
Nos llega la noticia de que el Hospital Al Kindi ha sido asaltado
ante la pasividad de las fuerzas estadounidenses. Hemos descrito
en nuestras crónicas la profesionalidad y entrega, 24
horas sobre 24 horas, durante tres semanas de bombardeos, de
todo su personal sanitario. Igualmente, hemos escuchado con perplejidad
que Amnistía Internacional ha exigido a EEUU que
asuma el control efectivo de la situación en Bagdad. Ambas
noticias nos animan a efectuar una reflexión que desde
que se iniciara la ocupación de esta ciudad, nos parece
cada vez más necesaria expresar.
En primer lugar, no hay una situación generalizada
de caos y los actos de pillaje que se están cometiendo
no responden a necesidades perentorias. En segundo lugar, el
asalto al Hospital Al Kindi permite desmentir que el pillaje
sea un síntoma más del júbilo por la caída
del régimen iraquí. Lo estamos viendo: grupos de
salteadores saquean todo inmueble desocupado, no solo los edificios
públicos o las casas de los dirigentes del Partido Ba'ath.
El pillaje está afectando también a las embajadas,
a los edificios de las agencias de NNUU, a hoteles y comercios.
Pero lo trascendental es que hay una pretensión cínica,
deleznable, de convertir esta agresión, esta guerra ilegal
que sí es de pillaje contra Iraq, en una intervención
humanitaria "a favor del pueblo iraquí", tras
el fracaso de haber pretendido presentarla como "una guerra
de liberación". EEUU y Gran Bretaña han tenido
que emplear masivamente todo su potencial bélico para
someter militarmente a este pueblo apenas armado en los últimos
combates en Bagdad con armas ligeras. Tras ello, aquí
en Bagdad, excepto las decenas de figurantes que, con la ayuda
de los marines lograba tirar abajo anteayer una estatua
de Sadam Husein ante la prensa internacional concentrada en el
Hotel Palestina, nadie ha recibido a los estadounidenses como
libertadores y su naturaleza de fuerza de ocupación es
cada vez más evidente.
Las fuerzas de ocupación están tolerando con
su pasividad, cuando no alentando, los saqueos; por ello mismo,
quizá su despliegue es aún tan limitado solo en
las principales calles y plazas de una ciudad de cinco millones
de habitantes y 50 Km. de diámetro. La focalización
de los medios de comunicación sobre estos hechos apuntala
las argumentaciones de los agresores: Bagdad, todo Iraq, requiere
una tutela extranjera que ponga fin a este supuesto caos. Esta
consideración, además de legitimar los intereses
espurios de EEUU y Gran Bretaña, ignora el hecho esencial:
que la inmensa mayoría de la población bagdadí
está demostrando nuevamente su civismo. Si en Basora el
asedio a la ciudad y el bombardeo de las ya precarias infraestructuras
de la zona creó una grave crisis de carencia de agua potable,
que ahora permite a los soldados británicos y españoles
transmutarse en "personal humanitario", en Bagdad la
situación humanitaria no es crítica, excepto la
hospitalaria. En la totalidad del país, el gobierno iraquí
había distribuido a comienzos de año, como confirmaba
la directora del Programa Mundial de Alimentos de NNUU desde
Basora hace una semana, seis cupones mensuales de la cartilla
de racionamiento con lo cual no hay problema alimentario alguno,
como tampoco lo hay, al menos por el momento, en Bagdad, en el
suministro de agua potable.
No es casual, por ello, que junto al mero pillaje de mobiliario
y electrodomésticos, se estén asaltando en Bagdad
hospitales ante los ojos de las tropas de ocupación. Es
todo un símbolo y un claro indicio. Hemos visto estas
semanas, a diario, el Hospital Al Kindi (donde descubrimos al
pequeño Ali gracias al director del centro, el Dr. Osama)
y otros hospitales de Bagdad, y en ellos hemos encontrado un
personal sanitario altamente cualificado, afrontando con resolución
y plena entrega, con la precariedad de medios impuesta por 12
años de embargo, una situación crítica:
poco vimos allí susceptible de robo. Esta es la imagen
que debería prevalecer de esta ciudad y de este país:
en estos hombres y mujeres seguimos reconociendo a este pueblo,
su valor ético y su civismo, su compromiso como ciudadanos.
En cualquier otro ámbito social, productivo, la situación
era la misma. Hasta hace dos días, cuando se culminó
la ocupación de la ciudad, durante las tres semanas de
inclementes bombardeos, seguían funcionando los servicios
públicos y los habitantes de Bagdad mantenían admirablemente
la normalidad de sus vidas cotidianas, en un milagro que hemos
narrado desde aquí día a día, de igual manera
que la habían mantenido durante 12 años de embargo.
Esta realidad esencial no puede ser substituida por las imágenes
reiteradas e interesadamente fragmentarias de estas últimas
horas. Con ello se pretende anular a los iraquíes como
sociedad articulada, como nación, como hombres y mujeres
plenamente capacitados para regir libremente su futuro. Se pretende
lo contrario: devolverles 80 años atrás, a una
tutela colonial que supieron entonces sacudirse. No nos cabe
duda alguna de que también se sacudirán esta que
ahora se está diseñando para ellos.
Brigadistas
en Iraq contra la Guerra: Javier Barandiaran, José Bielsa
Fernández, Belarmino Marino García Villar, Mª
Rosa Pañarroya Miranda, Ana Mª Rodríguez Alonso,
Mª Teresa Tuñón Álvarez, Carlos Varea
González
Comunicado de los brigadistas
Vigésimo segundo
día de invasión y primero de la ocupación
de Bagdad
Bagdad/Madrid, 10 de abril de 2003
Info-CGT / CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
Ante las informaciones aparecidas ayer en relación
con su situación, los componentes de la Brigada en Iraq
contra la Guerra 'Mohammed Belaidi' quieren expresar lo siguiente:
1.- La Brigada permanece en el Hotel Cedar de la capital iraquí
en condiciones razonables de seguridad dada la situación.
Tras conocer las declaraciones emitidas por el secretario de
Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, acerca de que los ciudadanos
extranjeros presentes en Iraq como escudos humanos y brigadistas
serían considerados combatientes y, por ello, objetivos
militares del ejército estadounidense, los brigadistas
han decidido no salir del alojamiento.
Las gestiones realizadas ayer ante la Nunciatura [Embajada]
del Vaticano en Bagdad, cuya sede se encuentra próxima
a nuestro lugar de residencia, no resultaron positivas. La Brigada
había descartado por motivos de seguridad trasladarse
a la Embajada de Cuba con cuyo embajador, Ernesto Abascal, mantiene
un contacto permanente sobre la evolución de los acontecimientos
y una posible evacuación conjunta de Iraq.
2.- Los componentes de esta Brigada hemos entrado legal y
libremente en Iraq, hemos permanecido como ciudadanos entre ciudadanos
en tiempo de paz y de guerra, pero una vez ocupado Bagdad por
las fuerzas estadounidenses deseamos abandonar este país
dignamente en condiciones de seguridad y sin vernos sometidos
a la autoridad militar ocupante.
En este sentido hacemos un llamamiento a nuestros compañeros
y compañeras, a las organizaciones y a las instituciones
que se han interesado por nuestra situación durante nuestra
estancia en Iraq para que gestionen y faciliten nuestra salida
del país lo más rápido posible.
3.- Queremos agradecer muy sinceramente las muestras de apoyo
que hemos recibido durante estas semanas y en particular durante
las últimas horas. Nos encontramos bien, sin duda apesadumbrados
-como la inmensa mayoría en esta ciudad que nos ha acogido-
por la ocupación de Bagdad, pero estamos resueltos a seguir
defendiendo para este pueblo un futuro de soberanía nacional
y dignidad colectiva.
No cejéis en las movilizaciones: la guerra contra Iraq
no ha concluido; podemos asegurar que nadie ha recibido aquí
a los invasores como libertadores excepto una exigua minoría,
como ayer pudisteis comprobar en las imágenes emitidas
desde el Hotel Palestina.
Este pueblo precisará a partir de ahora de todo nuestro
apoyo y de nuestro renovado esfuerzo para hacer frente a los
proyectos de dominación y colonialismo que los ocupantes
tienen preparados para el futuro de Iraq.
Un saludo desde Bagdad,
Brigada
internacionalista contra la Guerra 'Mohammad Belaidi': Javier
Barandiaran, José Bielsa Fernández, Belarmino Marino
García Villar, Mª Rosa Pañarroya Miranda,
Ana Mª Rodríguez Alonso, Mª Teresa Tuñón
Álvarez, Carlos Varea González
Crónica
de los brigadistas
Vigésimo primer
día de invasión
Bagdad/Madrid, 9 de abril de 2003
CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
Los brigadistas transmiten
una petición expresa para que todas las iniciativas y
gestiones que se puedan hacer desde el Estado español
en su apoyo, estén orientadas a facilitar su salida de
Bagdad cuanto antes y en condiciones de seguridad puesto que
ninguno de ellos desea continuar en Iraq una vez que se produzca
la efectiva ocupación militar del país por parte
de EEUU
A las 15.30 hora local, los miembros de la Brigada han informado
que una columna estadounidense compuesta de tropas, carros blindados
y artillería estaba penetrando en el barrio donde se ubica
su alojamiento, concretamente por la calle Al Fatah, una de las
dos avenidas entre las que se encuentra el lugar donde se alojan,
a una distancia de 50 metros. La columna se ha desplazado casi
en su totalidad hacia la parte central del barrio y algunos marines
se han apostado en la azotea de la estructura bombardeada del
que fuese el Ministerio del Aire, en la zona adyacente al Teatro
Nacional.
Durante toda la mañana de hoy y la tarde de ayer se han
efectuado gestiones para posibilitar la protección de
los brigadistas ante la entrada de las tropas estadounidenses
en Bagdad. Habida cuenta de que la zona donde se encuentra la
Embajada de Cuba sigue siendo objeto de fuertes combates y que
los brigadistas han considerado que era más aseguro permanecer
en el refugio en el que se encuentran, desde el Estado español
se han puesto en marcha diversas iniciativas para que los miembros
de la Brigada pudieran recibir la protección de la Embajada
del Vaticano en Bagdad, cuya sede, además, se encuentra
a solo tres manzanas de su refugio.
En esas gestiones ante el Nuncio del Vaticano en Bagdad han
intervenido directamente diversas instituciones, como el Rectorado
de la Universidad Autónoma de Madrid, el Arzobispado de
Sevilla y el propio Comité de Solidaridad con la Causa
Árabe (CSCA). Tras informar a los brigadistas, dos de
ellos, Carlos Varea y Javier Barandarain, han acudido a la sede
diplomática para entrevistarse con el Nuncio, Monseñor
Fernando Pilone, quien les ha comunicado que su sede no puede
acoger su presencia comprometiéndose exclusivamente a
proporcionarles ayuda humanitaria en el caso de que la requiriesen.
El Nuncio ha apelado a la Convención de Viena por la cual
los civiles extranjeros no pueden ser atacados, ha indicado que
no hay riesgo de peligro para ellos a pesar de la ocupación
militar de las tropas estadounidenses y se ha referido concretamente
al "espíritu democrático que alienta al ejército
estadounidense" y a que, por tanto "son personas que
respetan las opiniones distintas a las propias".
Tras abandonar la Embajada del Vaticano en Bagdad, los dos
brigadistas se han acercado con su vehículo hasta la Plaza
en la que se encuentra el Hotel Palestina, epicentro en el que
se han concentrado las tropas de ocupación estadounidenses
y a la que han podido acceder sin problemas una vez aparcada
su furgoneta. A diferencia del trayecto que conduce hasta la
plaza, ésta está totalmente rodeada de tropas,
de carros de transporte y de dos tanques. Las tropas de ocupación
estadounidenses controlan el tráfico vial que no está
interrumpido a pesar de que apenas hay coches desplazándose.
Los soldados, repitiendo una consigna de mantener un trato amable
con la población, no oponen controles a las personas que
se aproximan al recinto de la plaza. Son muy jóvenes y
se les ve bastante inseguros y nerviosos por lo que trasnmiten
una sensación de incertidumbre de gestos muy inquietante
y peligrosa. En la plaza, una cincuentena de personas, jóvenes
en su mayoría, se arremolinaban junto a los tanques y
a los vehículos militares mientras los medios de prensa
emitían sus crónicas ante las cámaras a
la espera de que un tanque estadounidense arrancase la estatua
de Sadam Husein del pilón donde estaba erigida.
Después de tener un encuentro con algunos periodistas
del Estado español, los brigadistas han regresado con
naturalidad a su vehículo y se han desplazado por las
calles adyacentes hasta su lugar de refugio. A diferencia de
la gran avenida en la que se abre la plaza del Hotel Palestina,
las calles y callejuelas adyacentes no muestran signos de presencia
masiva de tropas de ocupación en lo que constituye un
control militar muy precario. Únicamente algunos marines
están situados en alguna esquina. Los brigadistas han
podido ver algún episodio de pillaje que en ningún
caso, afirman, es generalizado: algunas personas sacaban sillas
de despacho de oficinas administrativas; otras, algunos electrodomésticos
y, todo ello, ante la presencia impasible de los soldados estadounidenses
que mirando las escenas dejaban hacer sin intervenir en ningún
caso.
El embajador de Cuba Ernesto Abascal, ha transmitido a los
brigadistas una intensa preocupación ante la evidencia
de que en la zona donde se ubica su sede diplomática,
en al Mansur, se han seguido desarrollando durante todo el día
fuertes combates. Toda la zona está controlada por tanques
y a las 20.00 horas de la tarde se seguían produciendo
bombardeos y ataques de artillería en el área,
por lo que su acceso a la Embajada reviste mucha dificultad no
estando siquiera garantizada la seguridad de sus propios funcionarios.
Ante esta situación y con el fin de preservar su integridad
física y no poner en riesgo su seguridad personal, la
Brigada ha determinado seguir alojada en el refugio en el que
se encuentran, cuyas instalaciones ofrecen garantías de
seguridad suficientes. En todo caso, los brigadistas transmiten
una petición expresa para que todas las iniciativas y
gestiones que se puedan hacer desde el Estado español
en su apoyo, estén orientadas a facilitar su salida de
Bagdad cuanto antes y en condiciones de seguridad puesto que
ninguno de ellos desea continuar en Iraq una vez que se produzca
la efectiva ocupación militar del país por parte
de EEUU.
El CSCA y el propio Rectorado de la UAM están ya realizando
gestiones para favorecer que el Comité Internacional de
la Cruz Roja pueda garantizar su salida en condiciones cuando
se organice el primer plan de evacuación. Mientras tanto,
los brigadistas están en buen estado, tranquilos y seguros;
disponen de víveres y agua suficiente así como
de medicinas, y el lugar en el que se alojan sigue albergando
las condiciones mínimas para su seguridad. Hasta el momento,
al menos, no hay restricción de movimientos por parte
de las tropas de ocupación estadounidenses si bien, la
prudencia les impone estar muy alerta y no desplazarse sin cautela.
Como todos, los brigadistas han conocido la ocupación
del centro de Bagdad con desconcierto e incredulidad, particularmente,
porque a las 11.00 horas los brigadistas han podido constatar
que en el corazón de Bagdad reinaba la calma aunque se
podían oír nítidamente desde primera hora
de la mañana intercambios fortísimos y permanentes
de ráfagas de artillería procedentes de los combates
que se están llevando a cabo en la parte suroeste de la
ciudad. A esa hora, en la plaza del Hotel Palestina y en sus
calles y avenidas adyacentes, no había presencia de tropas
militares estadounidenses ni tampoco de efectivos del ejército
iraquí, milicianos o civiles armados.
Los brigadista señalan que a pesar de las imágenes
mostradas por la TV desde la Plaza del Hotel Palestina, la población
de Bagdad no ha recibido a las tropas estadounidenses sino encerrados
en sus casas. Las calles estaban prácticamente vacías
y los escasos viandantes mostraban perplejidad ante una "calma"
que se intuye es solo relativa.
|