Carta de un comunista iraquí
a los progresistas árabes
Baker Ibrahim*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 9 de diciembre de 2003
'Al-Kader.net', 9 de noviembre de 2003. Traducción del
árabe: CSCAweb
"Esperamos
vuestra condena de la postura de la dirección del PCI
y de todos los partidos e individuos que defendieron la guerra
y hoy defienden la ocupación; os pedimos romper toda relación
con ellos. Os pedimos que escuchéis las voces de los patriotas
iraquíes de todas las tendencias que rechazan la ocupación
y que luchan por la independencia del país y por su progreso."
A todos los progresistas árabes,
queridos camaradas:
La mayoría de los historiadores
coinciden en que el Partido Comunista Iraquí (PCI) fue
fundado en marzo de 1934. Consideran asimismo de forma unánime
que los primeros marxistas contribuyeron en la acción
nacional [de Iraq] y que tuvieron contactos con los medios internacionalistas
antes de la fundación misma del partido, así como
que la primera organización que supuso el primer paso
en la creación de ese partido se llamaba Comité
de Lucha contra el Colonialismo y el Capital. En esta denominación
se observa la asociación entre la lucha por la independencia
nacional y la lucha por el progreso social y la realización
del socialismo.
Estas dos dimensiones inseparables
han acompañado toda la historia del PCI y así tiene
que ser para siempre aunque, desgraciadamente, los actuales dirigentes
hayan renegado de la historia del partido y hayan pasado del
antiimperialismo a la colaboración con el imperialismo.
Este cambio empezó hace
ya 13 años, es decir un poco antes de la primera guerra
de agresión contra Iraq del 17 de febrero de 1991. Es
sabido que aquella guerra fue precedida por el desmoronamiento
de la URSS y de los países de Europa del Este; acontecimiento
que produjo una hola de relegaciones de amplia envergadura en
las filas de la izquierda de varios países.
Convergencia
de intereses
Los dirigentes del PCI justifican
su adhesión a los planes del imperialismo estadounidense
y de sus aliados con el pretexto de que hay una convergencia
entre los intereses generales por acabar con la dictadura [de
Sadam Husein] y el establecimiento de la democracia. Es verdad,
la salvaje represión policial que tanto tiempo duró
afectó a todas las fuerzas que luchaban por la liberación
de Iraq y por su progreso. Es verdad también que el antiguo
régimen cerró todas las puertas a una solución
pacífica a la crisis interna que permitiera contener la
hemorragia y mejorar la situación. Todo esto creó
las condiciones para el debilitamiento de la capacidad de los
iraquíes de impedir la invasión imperialista, que
acabó con la independencia del país, arruinó
su economía, disolvió su ejercito, destruyó
su patrimonio cultural y, finalmente, ha puesto sus riquezas
en venta como se ha visto hace muy poco.
EEUU y sus aliados lograron
todos estos objetivos porque consiguieron movilizar a fuerzas
políticas iraquíes que respondieron positivamente
a sus promesas fraudulentas de salvar a Iraq de la dictadura
y de instalar en el país la democracia. El PCI fue una
de esas fuerzas, además de otros partidos que formaban
parte del movimiento nacional iraquí.
La participación del
PCI en el denominado Consejo Gubernativo y en el [subsiguiente]
gobierno designado por los ocupantes fue planificada mucho tiempo
antes de la guerra y de la ocupación: Los dirigentes del
partido no están siendo sinceros cuando alegan que ellos
nunca han estado a favor de la guerra y de la ocupación
ni cuando alegan que ellos quieren poner fin a dicha ocupación.
Al PCI y a los demás
partidos colaboracionistas les unen intereses con los ocupantes
y, por ello, no hay que esperar nada positivo de ellos; todo
lo contrario, las fuerzas populares que están contra la
ocupación deben considerarlos como partidos que han abandonado
el campo de la lucha nacional, democrática e internacionalista.
Estos partidos persiguen la
consagración y la perennidad de la ocupación mientras
alegan que van a recurrir a la negociación con los ocupantes
para determinar el tiempo de su estancia en Iraq. Sólo
la lucha popular con sus distintas formas y bajo la dirección
de un frente nacional contra la ocupación es capaz de
permitir la consecución de un futuro mejor para Iraq.
Apoyamos la reivindicación
de organizar unas elecciones libres bajo supervisión internacional
e imparcial que permitan tener un gobierno legitimo capaz de
mantener la independencia del país, salvaguardar sus riquezas
[nacionales] y de devolverlo de nuevo a su entorno árabe
y a la comunidad internacional.
Petición
Os agradecemos vuestra solidaridad
con el pueblo iraquí en contra de la guerra y del embargo,
y vuestra lucha hoy para que Iraq recobre su independencia y
disfrute de su democracia. Nos agrada el que hayamos contribuido
a vuestro lado en esta lucha que es universal.
Esperamos de vosotros y de
todos los partidos progresistas y socialistas, así como
de las instituciones pro derechos humanos el apoyo a la lucha
del pueblo iraquí y la ayuda humanitaria urgente a las
víctimas de la guerra y de la ocupación.
Esperamos vuestra condena de
la postura de la dirección del PCI y de todos los partidos
e individuos que defendieron la guerra y hoy [defienden] la ocupación;
os pedimos romper toda relación con ellos. Por el contrario,
[os pedimos] que escuchéis las voces de los patriotas
iraquíes de todas las tendencias que rechazan la ocupación
y que luchan por la independencia del país y por su progreso.
La mayoría de los militantes
del PCI y de la izquierda iraquí que llevan luchando desde
hace décadas están en contra de la política
de la dirección actual del partido. Muchos de ellos han
estado al corriente del contenido de esta carta antes de publicarla.
Saludos afectuosos,
Baker Ibrahim, 9 de octubre
de 2003
|