Bagdad, ciudad pacífica
y mártir
Jaume Botey*
5 de marzo de 2003. (www.nodo50.org/csca)
"El resultado más
tangible del viaje ha sido poder preparar sobre el terreno el
modelo de actuación para los que, a partir de ahora, movidos
por el deseo de paz y por la generosidad se decidan a ir a Iraq.
Porque los que vayan deben procurar, sobre todo, que su buena
voluntad no cree más problemas de los que ya tienen. Les
hará falta mucha prudencia y medir bien sus acciones puesto
que no les corresponde a ellos definir el modelo de defensa.
Deberán saber que su acción es, sobretodo, testimonial
y que EEUU no tendrá en cuenta en sus ataques si hay o
no gente de otras nacionalidades, que posiblemente sea al revés,
se conviertan en blancos preferidos para poder acusar de criminal
al gobierno de Iraq ante los respectivos gobiernos por haber
puesto en peligro la vida de los suyos (...). Deben saber que
cuando comience el ataque van a quedar aislados (...) y que si
no tienen conexión con la población y sobre todo
si no tienen una eficaz conexión con el gobierno no sólo
correrán peligro real sino que crearan innecesarios problemas
políticos y logísticos. Deben saber que ante una
situación tan compleja no basta con el deseo de ser héroes".
Acabo de llegar
de Bagdad con una extraña y difícil de explicar
sensación de ciudad de paz. Están en el ojo de
mira del mundo entero, lo saben y lo comentan. Saben que mañana
pueden empezar a caer los mil misiles que el Imperio tiene ya
preparados y que desde Turquía, Jordania y Kuwait apuntan
a Bagdad. Pero ni un antiaéreo ni ametralladoras ni patrullas
militares en las calles. La ciudad mas pacífica y la menos
vigilada, contrastando con las tanquetas en Heatrow o la venta
de máscaras en Kuwait o Israel, histerismo fabricado
por los que necesitan justificar el ataque. Aquí el bullicio
propio de toda ciudad musulmana continúa como si nada.
En la calle Rashid, centro comercial y del mercado, continúa
como antes el ruido, los colores y olores de las mil y una paradas
de fruta y de los carretones ofreciendo te y yogurt, el desorden
aparente, el embotellamiento de coches y el impertinente ruido
de los claxons, los grios de la vida que, por la frontera del
idioma sólo entiendes por los gestos de ojos y manos,
los altavoces de los minaretes de los centenares de mezquitas
llamando a la oración tres veces al día. Saben
que dentro de cuatro días pude no quedar piedra sobre
piedra y sin embargo hay una extraña fiebre por construir
y reconstruir. El nuevo Napoleón y su corte de "think
tanks" o comités de expertos que el Imperio tiene
al servicio del Pentágono, las bolsas de intelectuales
que pueden decidir sobre la vida y la muerte de los demás
decidieron hace tiempo la aniquilación de este pueblo
porque saben que su vida, su energía y ganas de vivir
son un peligro para la humanidad. Su sola existencia desarmada
y pacífica es la más eficaz arma de destrucción
masiva que puede amenazar un día la consumista sociedad
occidental.
Una sociedad organizada
Visitamos la central térmica que suministra electricidad
a una cuarta parte de la extensa Bagdad de cinco millones y medio
de habitantes. En el 91 fue destruida por los misiles durante
las primeras veinticuatro horas del ataque, es decir el 17 de
enero por la mañana. A lo largo de estos 12 años,
salvando las barreras del bloqueo, aprovechando piezas de otras
centrales destruidas y haciendo otras nuevas han podido poner
en marcha de nuevo los cuatro bloques de la central, pero "volverá
a ser destruida de nuevo", nos dice el director. Visitamos
la planta depuradora de agua junto al Tigris, también
destruida en el 91 durante las primeras 24 horas. Se reconstruyó
pero saben que volverá a ser destruida. Así nos
lo dice la subdirectora, una muchacha ingeniera que nos da la
explicación con una hija de meses en brazos. Iraq es el
único país de Oriente Medio que tenia el 100 %
de agua potable para toda la población. Los Comités
de Expertos que el Pentágono tiene al servicio de la muerte
decidieron que el hecho de que los hospitales de Bagdad tuvieran
electricidad y la población agua potable era un peligro
para la humanidad. Por eso las destruyeron. Visitamos la Universidad
y tuvimos una larga entrevista con el Rector, Yehya T. Al Rawi,
hombre venerable de unos sesenta años elegido democráticamente
por el claustro y al que tuve el gusto de explicarle la carta
de nuestros Rectores a favor de la paz. Allí tuvimos el
famoso partido de fútbol Barça-Iraq con la selección
deportiva de los estudiantes. El encuentro terminó en
paz, 5 a 5. El Rector explica la estructura y financiamiento
del sistema educativo y especialmente del sistema universitario,
las restricciones por el bloqueo, el control de los inspectores
de la UNMOVIC a cada uno de los profesores y laboratorios. "Hemos
reconstruido lo que hemos podido y hemos ampliado docencia y
alumnos tanto como nos ha sido posible. Ahora somos 30.000. Pero
lo volverán a destruir. Para nosotros y para el pueblo
de Iraq la cultura es un tema prioritario. Somos un país
rico y culto y estamos orgullosos de ello. Aquí se inventó
la escritura, el Derecho con Hammurabi y aquí se descubrió
el monoteísmo con Abraham. No necesitamos ningún
cow-boy que venga a decirnos lo que debemos hacer. Estamos
desarmados y dispuestos a morir si así lo han previsto".
Visitamos al Patriarca católico-caldeo de Iraq, equivalente
a cardenal "nuestra función es poner de manifiesto
que la fe en Dios, convertido ahora en pretexto de muerte, debería
ser lugar de encuentro y de paz. Aquí hemos tenido libertad
religiosa y de culto porque somos un país laico que
respeta todas las tradiciones y no tenemos ningún problema
con las otras confesiones. Este próximo martes hacemos
una plegaria por la paz, conjunta entre judíos, musulmanes
y cristianos".
Visitamos el Hospital Infantil con un largo encuentro con
el director, profesionalmente convertido ahora por causa del
bloqueo en simple testigo de la muerte. El hospital es grande
y espacioso como cualquiera de los nuestros y da fe de lo que
había sido la estructura sanitaria antes del 90. Ahora
estropeado, sin medicamentos ni oxígeno. "En Iraq
toda la estructura sanitaria es pública pero el gobierno
no llega a todo, nos ayuda para intentar sortear las dificultades
del bloqueo pero no llegamos ni de lejos a cubrir las mínimas
necesidades. Las medicinas son consideradas productos de doble
uso. Habíamos sido uno de los mejores hospitales de Oriente
Medio". Del 16 al 26 de febrero del 91 los misiles lanzados
por EEUU estaban cubiertos de uranio empobrecido y el resultado
de aquello es este infierno de cánceres infantiles nunca
vistos, leucemias y deformaciones congénitas. Este hospital
es la más elocuente exposición de hasta donde es
capaz de llegar la barbarie y crueldad humanas. Según
informes de la ONU, desde 1991 han muerto por estas causas un
millón cuatrocientos mil niños y niñas menores
de 5 años. Un estudio de la OMS calcula que dentro quince
años casi el 50 % de la población de Iraq estará
afectada de cáncer. Es el genocidio mayor que nunca se
ha dado a lo largo de la historia, la voluntad de aniquilar un
pueblo desde sus mismas raíces. "Esto no es un arma
de destrucción masiva", dice el comité de
expertos del Pentágono al servicio de la muerte de los
demás. Es un éxito del progreso. Cuando en 1996
en la CBS el locutor le preguntó a Madeleine Albright
sobre estas muertes respondió sin inmutarse que "el
progreso exige sacrificios". U ahora se volverá a
lanzar uranio porque "es necesario evitar que Saddam Hussein
utilice armas de destrucción masiva".
Visitamos a Tarek Aziz, viceprimer ministro, la cara amable
del régimen, que acababa de llegar de visita a Roma y
al Papa. Nos sorprendió en primer lugar la desprotección.
A pesar de la imponente solemnidad del palacio presidencial,
que reproduce la antigua arquitectura babilónica, ni controles
ni carnés, ni registros ni guardias de seguridad. El conserje
nos lleva a una sala y al cabo de un minuto aparece uno de los
hombres más buscados y amenazados del mundo y estamos
con él casi un par de horas. Hay quien ha considerado
que esta visita teñía nuestro viaje de soporte
al régimen. Lamento una vez más que alguien piense
así. Sabemos perfectamente quién es el régimen,
lo que ha hecho y quién es quién dentro del régimen.
Pero Occidente ha fabricado dos cortinas de humo la defensa
de la democratización interna y la existencia de armas
de destrucción masiva- para vender de cara a la opinión
pública mundial una invasión el objetivo de la
cual es puramente económico y geoestratégico. Y
es obvio que nuestra misión en un país amenazado
por una invasión inminente tiene un componente político.
Y siempre hemos entendido que el diálogo con todos los
actores posibles es la elemental norma en el trabajo por la paz.
Tarek Aziz estaba perfectamente al caso de las manifestaciones
y en especial de la de Barcelona, agradecía el trabajo
por la paz nacido desde el pueblo pero transmitía una
visión pesimista no sólo del conflicto sino del
estado de sumisión y división en que quedará
Europa. Aprovechó para desmentir unas declaraciones que
Aznar le atribuía, probablemente debido a una defectuosa
traducción del intérprete.
A todos ellos, y al taxista, y al que te para en la calle
preguntando de dónde eres y te da las gracias por haber
venido, y a los trabajadores de la central térmica y a
los del hotel y a los del bar en el que hemos tomado el te, les
transmitíamos las espléndidas imágenes,
vivas todavía, de la imponente manifestación del
día 15 en Barcelona. Nos sentíamos portadores de
la solidaridad de los millones que clamaron por la paz. Y asumíamos
la responsabilidad de transmitir a la sociedad catalana su agradecimiento,
sus palabras y actitudes pacíficas.
La labor de los 'escudos humanos'
en Iraq
Probablemente el resultado más tangible del viaje ha
sido poder preparar sobre el terreno el modelo de actuación
para los que, a partir de ahora, movidos por el deseo de paz
y por la generosidad se decidan a ir a Iraq. Porque los que vayan
deben procurar, sobre todo, que su buena voluntad no cree más
problemas de los que ya tienen. Les hará falta mucha prudencia
y medir bien sus acciones puesto que no les corresponde a ellos
definir el modelo de defensa. Deberán saber que su acción
es, sobretodo, testimonial y que EEUU no tendrá en cuenta
en sus ataques si hay o no gente de otras nacionalidades, que
posiblemente sea al revés, se conviertan en blancos preferidos
para poder acusar de criminal al gobierno de Iraq ante los respectivos
gobiernos por haber puesto en peligro la vida de los suyos: EEUU
ya ha advertido que lo haría. Deben saber que cuando comience
el ataque van a quedar aislados, a oscuras, sin agua ni alimentos,
sin coches, sin teléfonos, sin ninguna conexión
posible con el exterior, sin poder salir y que si no tienen conexión
con la población y sobre todo si no tienen una eficaz
conexión con el gobierno no sólo correrán
peligro real sino que crearan innecesarios problemas políticos
y logísticos. Deben saber que ante una situación
tan compleja no basta con el deseo de ser héroes.
Y ahora la pregunta de siempre: ¿podremos evitar la
guerra? A todos los que buscan la guerra les recomendaría
viajar a Bagdad. A Bush, a Cheney, a Rumsfeld, a Aznar. Porque
cuando se lee o se interpreta la guerra desde un ordenador, desde
una sala oval, desde una sala de botones como si fuera la guerra
de las galaxias o desde los despachos de la presidencia del gobierno
o de un ministerio o desde una facultad es posible olvidar que
una guerra es, sobretodo, la muerte y el sufrimiento de inocentes
y que desde la II Guerra Mundial la muerte y el sufrimiento de
la población civil inocente ha sido el objetivo deliberado
de las acciones militares y lo será en las futuras guerras
del siglo XXI. La guerra, en cambio, se convierte en imposible
si hemos mirado los ojos de un niño de aquel hospital
infantil, si hemos cogido la mano de su madre y hemos entendido
lo que nos dice con las señas siempre iguales de todas
las madres de todas las culturas y lenguas del mundo, si hemos
tomado el café en el bar con los abuelos de cualquier
país. Sus caras, ojos y manos invocan la paz y su sufrimiento
es sin lugar a dudas el mejor instrumento para discernir los
mecanismos de la paz.
|